martes, 12 de marzo de 2024

¿HACIA DONDE VA VENEZUELA? Perspectivas del desarrollo y de las opciones políticas.

 

¿HACIA DONDE VA VENEZUELA?  Perspectivas del desarrollo y de las opciones políticas.

EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ

 


LOS OTROS.

Aunque se puede caer en la ociosidad, no deja de ser importante mirarnos con cierta frecuencia sobre lo distante que estamos de otros en cuanto a desarrollo. Más aun, después de décadas y varias administraciones -de distinto color- que  sumergieron  la nación en un empobrecimiento alertado y sostenido. La situación económica y social, comparando con lo que era la nación en el siglo pasado, no está igual, se ha deteriorado grandemente.

Nuestras vías de comunicación y los sistemas de transporte se deterioraron y no se mejoran, desde los años noventa del siglo XX, mientras Alemania o Francia inventan, gestionan o instalan hoy día, sistemas de transporte colectivo sin chofer u otros gestionan prototipos de autos que ofrecen volar. Una economía que no tiene para pagar sus obligaciones de deuda externa o arreglar las escaleras mecánicas de su sistema metro, no puede convertirse en una Venezuela potencia o en una nación del primer mundo. No se puede alardear de tecnología si no se invierte en ella y se apuntala el sistema educativo con recursos y estrategias de apoyo a la competitividad de la nación; mientras, en Inglaterra o los EE.UU., ya hace tiempo que la ciencia ha pasado a estudiar sofisticaciones como por qué la mordida del tigre dientes de sable era de esa manera y no de otra, o si las ovejas pueden ser tan inteligentes como los perros (ver www.dw.com 9/11/17).

Pero, no es necesario compararnos con los más desarrollados para impresionarnos. Puede hacerse con varios países latinoamericanos que han ido modernizándose, como algunos de la Alianza del pacifico (Chile, Colombia, México y Perú). En el caso de México, hay que reconocer las ejecutorias del programa México Conectado (de hace algunos años), con inversión de recursos y dando acceso a banda ancha a la población, así como su conexión con la educación y la posibilidad de aprovechar sus aportes para la disminución de la brecha digital. Pero también, avances en puntos específicos en sistemas de transportes  de países de América Latina (Argentina, Colombia[1], Perú, Chile) nos permiten apreciar cómo nos alejamos de la modernización y el desarrollo.

ALGO DEL ENTENDIMIENTO TEORICO.

Harrison (Lawrence Harrison,  El subdesarrollo está en la mente: el caso latinoamericano) nos dice que el subdesarrollo esta en la mente y altamente determinado por los valores y la cultura -en nuestro caso, la cultura ibérica y, en declaraciones que le hemos leído asigna la culpa a los españoles-. Este autor cita, por cierto, como expertos a Francis Fukuyama o a Álvaro Vargas Llosa, a pesar de lo valioso que han sido y son los análisis acumulados dentro de la economía del desarrollo y por autores como North, Nordhaus o Rodrik[2]. Varios factores permiten presentar alternativas a esta perspectiva culturalista. Entre ellos, la distribución de la riqueza, las gestiones de gobiernos tradicionales y “revolucionarios” que se han regodeado en la inercia, comodidad petrolera, poder concentrado en el Estado, complicidad, falta de exigencias mutuas entre Estado y ciudadanos y fijación de grandes y grandilocuentes metas que permiten desatender la no consecución de resultados específicos, entre otros tantos factores.

Entre los años cincuenta y sesenta del siglo XX, fueron numerosos los planteamientos que se hicieron en diversos ambientes sobre el origen, causas y determinantes del subdesarrollo. Los elementos culturales e institucionales de variado tipo, fueron de los primeros en ser señalados en los ambientes académicos y de la sociología en el mundo anglosajón (Freyssinet. El concepto de subdesarrollo. UCV, Ediciones de la Biblioteca, Caracas). Nada sustancial, nuevo o -mejor aún- trascendental, hay en los planteamientos de Harrison. Por otra parte -y más de interés de nuestro lado-, la economía del desarrollo, aun con los traspiés tenidos, al buscar aplicar modelos que derivaban de lo observado en las sociedades más avanzadas, suministraba ámbitos que debían ser de interés. Uno siempre presente ha sido el de la Convergencia/Divergencia (puede verse por ejemplo Meier y Baldwin, Economic Development, 1957) en relación a que el crecimiento en el nivel de ingreso general y percapita es variable fundamental. Para las naciones ya avanzadas para los años cincuenta y sesenta del siglo XX el problema era cómo mantener el nivel de crecimiento y, para las naciones menos adelantadas, cómo acelerar el crecimiento  mismo (notables los aportes de Irma Adelman). Se ha hecho común comparar unos y otros niveles, evaluando su cercanía o distanciamiento y, en el último medio siglo se ha apuntalado el viejo resultado resumido en la idea de la brecha que se ensancha -también, se ha extendido hacia otras áreas incluyendo el propio concepto de brecha digital que ilustramos más arriba, entre otros-.

De todo este contexto, surgieron reacciones diversas. Por un lado, la Teoría de la Dependencia que de alguna manera apuntaló para algunos una especie de resentimiento eterno[3] en América Latina, y la especie de visión sistémica del capitalismo -años sesenta y setenta-, que insistió en las iniquidades de este último a nivel mundial y le facilitó a algunos desatenderse del estudio de las realidades nacionales. Los neoliberales y tecnócratas del campo de la economía de aquel tiempo llegaron, incluso, a satanizar la expresión subdesarrollo, por considerarla no acorde con sus preocupaciones técnicas. Por otro lado, se desarrollaron los llamados modelos de crecimiento desequilibrado que buscaron adaptar, inventar o ajustar la modelística tradicional a las naciones subdesarrolladas. Pero, también, las perspectivas estructuralistas de CEPAL, satanizadas con ignorancia y voluntarismo por muchos, fueron y son de interés en la retrospectiva y en la elaboración de nuevas propuestas. También, en varias Universidades de Europa, desde distintas disciplinas se estructuraron escuelas para analizar la realidad del subdesarrollo latinoamericano creyendo, sus integrantes, muchas veces, saber más que los analistas latinoamericanos o criollos (localmente pueden mencionarse los aportes –en años como los sesenta- de  D.F. Maza Zavala, José Antonio Mayobre o Armando Córdova y Héctor Silva Michelena, con aquel libro de Aspectos teóricos del subdesarrollo, los dos últimos).

Hoy día, las instituciones y los conflictos políticos, los flujos factoriales, las asimetrías en la economía y el comercio internacionales con un multilateralismo con permanentes desequilibrios, los problemas generados por los planes de ajuste y estabilización (muy presentes en algunos años de las ultimas 3 o 4 décadas) y la necesidad de pensar y elaborar estrategias de crecimiento y desarrollo creíbles y sostenibles forman parte, entre otros elementos, de la agenda del desarrollo.

DESARROLLO, IGUALDAD Y CALIDAD DE VIDA

La problemática y sentido de la igualdad en sus relaciones con la equidad, la distribución del ingreso y la calidad de vida fueron destacados por las teorías del desarrollo y por un conjunto de planteamientos desplegados a la luz de los problemas para impulsar este último en países como los de América Latina, frente a la aplicación recurrente de planes de ajuste y estabilización. Venían ya los planteamientos del desarrollo a escala con rostro humano, cuando surgieron a finales de los ochenta sus distintos componentes, así como también, las condiciones de las que se parte para lo atinente al ajuste. El concepto de calidad de vida manejado por A. Sen (Nussbaum y Sen, La calidad de vida, Ed. FCE) insiste, por su parte, no solo en el nivel de vida sino también en los entornos para alcanzar tal nivel de vida.

Se sabe, fundamentadamente, que los socialismos reales fracasaron en brindarle un aumento en los niveles de vida a sus poblaciones integrantes. Los individuos de tales naciones, no albergaban expectativas o un proyecto temporal de vida que implicase que percibían cambios en sus vidas futuras. Tampoco son solución para naciones como Venezuela, los viejos planteamientos de la planificación concertada o la cogestión. Las naciones más avanzadas, que han desarrollado un siempre referido y particular estado del bienestar (a pesar de las crisis de este), se enfrentan hoy a proyecciones que albergan cambios necesarios en sus -en varios casos- muy completos sistemas de seguridad social. Pero también en las interrelaciones entre sus propias crisis y fuerzas económicas como el caso de la relación China EE.UU. (como acertadamente ha resaltado  Dani Rodrik[4] en años recientes)

Dos elementos, asociado uno a la transformación económica y, otro, a la economía política, son importantes para Venezuela.

El primero concierne a las necesidades de transformación económica que presenta la nación venezolana. Se entiende que la sociedad venezolana, necesita en una porción importante de resultados económicos y sociales que repercutan en su nivel de vida y en la contención de la aguda migración que ha  afectado al país y a sus pobladores  en años recientes (se expresa en la perdida de identificación de numerosos habitantes con las ideas del oficialismo). Se trata de la necesidad de impulsar un régimen de economía de mercado donde existan y se respeten los derechos de propiedad, la libertad y la propiedad privada. No se trata de buscar la plena igualdad sino de facilitar, a través del empleo, de un régimen adecuado de seguridad social y del desarrollo de las instituciones, un aumento regular y sostenido en el bienestar de los pobladores de Venezuela. Pero antes de eso, existirá la inmensa tarea de recuperar el desarrollo perdido. Esto es: los niveles de vida -o expresiones alternativas- que se venían alcanzando desde los sesenta y los setenta del siglo pasado, o una parte de ellos.

El segundo elemento, de importancia para la economía política, debería remitir a la flexibilidad que deberán presentar distintos agentes económicos y sociales para permitir, facilitar o estimular el que los sectores menos favorecidos en la distribución del ingreso y que se han visto acompañados de integrantes de las antiguas clases medias, que han mirado alteradas sus condiciones de vida por evolución del tipo de cambio, hiperinflación, escasez de bienes y divisas, obstáculos de financiamientos y en generación de empleo. En concreto: ¿será factible pensar para Venezuela una sociedad más equitativa en la distribución del ingreso y que ello pueda convertirse en un retroalimentador del propio crecimiento y desarrollo? Esto significa repartir la torta, elaborar políticas adecuadas, canalizar bien los recursos, aplicar una sensibilidad social que sea operativa y atender efectivamente a la población y sus necesidades con el marco de una adecuada estrategia de crecimiento y desarrollo. Esto no se ha logrado con las misiones, en proceso desde 2004. Debe albergarse la posibilidad de que los sectores y agentes económicos, así como los grupos sociales y políticos que ejercen oposición al régimen y estilo de la administración actual, estén considerando, con la debida fuerza, la necesidad de atender la problemática de la distribución del ingreso. No necesita el país más populismo, ni de derecha ni de izquierda. No necesita tampoco más revolucionarios de ideas no exitosas o que se continuase con las mismas políticas actuales que se ha visto no han surtido efecto para el desarrollo y recuperación de los niveles de  vida otrora tenidos por los venezolanos. Pero tampoco necesita a neoliberales extremistas que piensen que el liberalismo extremo es la solución o que pase a ofrecerles a los venezolanos soluciones inmediatas que no van a lograrse.

De no darse lo anterior, no solo se producirá anomia, decepción y abstención para las posibilidades de desarrollar la democracia en Venezuela, sino también aumentarán los impedimentos para canalizar colectivamente el esfuerzo y entusiasmo nacional. Lo de la pobreza y su aumento, lo del deterioro del salario real y la disminución de los niveles de vida, son problemas muy concretos y con efectos y padecimientos que no son siempre fácilmente percibidos por quienes no los hayan padecido, ni siquiera parcialmente, o quienes, en funciones de gobierno, aunque se presenten como revolucionarios o como muy técnicos en políticas económicas y amantes de la Democracia –unos u otros-, pasan a comer y vivir muy bien. Son términos en los cuales hay que pensar la Venezuela de hoy.

¿DE QUÉ SE ALEJA EL PAÍS O A QUE SE ACERCA?

Venezuela se alejará más del desarrollo y la prosperidad sino se presentan las adecuadas políticas, pero las mismas serán posibles solo en un escenario de consenso como es visible en las experiencias internacionales del desarrollo. La administración bolivariana  desatendió una oportunidad notable para retomar la ruta hacia el desarrollo, pero también lo hicieron, a su manera, las administraciones entre finales de los setenta y finales de los noventa del siglo XX. Se requerían adecuadas políticas, buenos equipos, sentido de la oportunidad y concepciones dinámicas y de operatividad e impulso para la economía. Se requerían y se requieren medidas de cierta urgencia y efectividad –como las relativas a la atención de la inflación y la escasez productiva- para evitar la erosión del país y la migración efervescente que se ha profundizado en los últimos años, con alrededor de 8 millones de migrantes según organismos del caso.

La acción migrante de un pueblo sin experiencia y que no había tenido necesidad de ello, es algo terrible. Pero, muy poco de aquellas políticas, equipos y medidas, ha habido. Contrario a ello, con lo que si convive cada día más la nación desde finales de los años setenta del siglo XX –y correspondientemente es a lo que más se acerca-, es con un empobrecimiento sostenido que, de manera fundamental, solo ha dejado de afectar a las camarillas en distintos gobiernos y a los sectores mejor acomodados en la distribución del ingreso, y que no es infrecuente se presenten como víctimas de trabajadores y gobiernos.

12 de marzo 2024

@eortizramirez

eortizramirez@gmail.com

 



[2] Fue invitado Harrison a un evento organizado por la Cámara de Comercio, Cedice y la embajada de los EE.UU. en 2001. Ramón Piñango, se refirió a sus planteamientos culturalistas señalando “…Me irrita que gurúes tan simplistas pretendan decir cuál es el problema. En un país como Venezuela, con una brecha tan inmensa entre clases sociales, una visión culturalista actúa como un bálsamo en el alma de las personas, pues se asume que el problema de la pobreza no obedece a una desigual distribución de la riqueza, sino a patrones culturales. …¿Que esperanza podemos tener si para progresar debemos cambiar la cultura? Mejor apagamos la luz y nos vamos…” (El nacional día 1-7-01 H/4 y H/5)

jueves, 22 de febrero de 2024

Informe Meir Merhav 50 años después: las exportaciones no tradicionales

 

Informe Meir Merhav 50 años después: las exportaciones no tradicionales

El propósito del trabajo, era estudiar cuidadosamente y en detalle las posibilidades de exportación establecidas en IV Plan de la Nación y recomendar las medidas correctivas para formular una política pública

         

·         JESÚS E. MAZZEI ALFONZO

22/02/2024 05:00 am



Hace 50 años bajo los auspicios de la Oficina de Coordinación y Planificación de la Presidencia de la República, mejor conocida como CORDIPLAN, se editó el extraordinario y completo estudio, sobre las exportaciones no tradicionales el 8 de enero de 1974, en la primera presidencia del Dr. Rafael Caldera, (1969-1974) período constitucional en la cual se elaboró y ejecuto la más integral política pública de fomento, financiamiento y estímulo, a las exportaciones no tradicionales en el siglo XX y puedo afirmar, con certeza, con prospectiva hacia el siglo XXI.

 
Este informe, por lo demás, se empezó a labrar desde las discusiones iniciales celebradas con el coordinador el 23 de noviembre de 1970 y que luego se materializo con el Proyecto SIE N° VEC/141 de noviembre de 1970 a julio de 1971. Intervinieron además el experto de la ONUDI Francois Le Guay, Director de la División de Política y de Programación Industrial de la ONUDI, para darle asistencia técnica de la ONUDI a Venezuela. Colaboración de un organismo multilateral con el gobierno de Venezuela, era un ganar y ganar reciproco. El informe consta de 165 páginas, con un análisis y descripción pormenorizado, bien detallado del estado del sector no tradicional exportador con datos y estadísticas y las perspectivas de este en los años por venir.

En efecto, el informe de Meir Merhav, se concluyó en 1973, que, bajo el mando, primero Luís Enrique Oberto y luego Antonio Casas González, se estructuró mediante un acuerdo de cooperación entre organismos del Estado venezolano y organismos multilaterales de Naciones Unidas, como es la Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo (ONUDI), bajo la coordinación de CORDIPLAN. El propósito del trabajo, era estudiar cuidadosamente y en detalle las posibilidades de exportación establecidas en IV Plan de la Nación y recomendar las medidas correctivas para formular una política pública, a tal fin de largo alcance, como era el deseo manifiesto de los principales decisores del estado venezolano empezando por el jefe de estado, de aquel entonces el Dr. Caldera.

Se le encomendó pues, al consultor Meir Merhav, asesor de ONUDI y en una segunda, etapa al Jehuda Abraham, de la firma Internacional Development Company, la realización del trabajo. El equipo estuvo asistido, además, por más de 35 profesionales venezolanos de alto nivel, académico y profesional, funcionarios de distintas dependencias del Estado en cooperación interministerial como los Ministerios de Fomento, Instituto de Comercio Exterior, Banco Central de Venezuela, del Instituto Venezolano de Productividad y de CORDIPLAN., se trabajó durante 19 meses este equipo se dedicó adelantar un estudio básico con dos objetivos fundamentales:

·         Estudiar las condiciones de oferta de exportaciones para la industria existente con el propósito de determinar las ramas industriales en producción con mayores posibilidades de exportación y proponer mecanismos de asistencia, promoción y estímulo aplicables a cada sector (posteriori y a priori.)

·         Estudiar los distintos mecanismos administrativos y legales que en una forma u otra limitan la expansión de las exportaciones no tradicionales.

Los sectores investigados y analizados fueron: Industria de Alimentos, Química, del Cuero y del Calzado, Vidrio y Cerámica, Textil y Confección, Mueble y afines y Metalmecánica. El estudio enfatizó en la necesidad de crear una Oferta Exportadora, y de fomentar producciones en cantidades suficientes y condiciones de precio y calidad adecuados. Para que tengan una idea en 1960, el país exportó más de 15 millones en productos manufacturados y en 1970 ese momento creció a más de 400 millones de dólares con un bolívar que era una de las monedas más fuertes en aquel entones en la actual circunstancia que la moneda se encuentra depreciada y devaluada, sin embargo, en aquel entonces, gracias al esfuerzo del gobierno de entonces y su gran aliado la Asociación Venezolana de Exportadores (AVEX), liderizada en aquel momento por Antonio Díaz Martínez y Régulo Campo Martínez, se pudo estructurar una política de exportaciones exitosa en esa década. Avex, además, realizó tambien, en aquella oportunidad dos importantes congresos de Exportadores o Comercio Exterior, a inicios de los años 70, con participación de empresarios, gobierno y academia, que mejoraron la formación y cuerpo de la política pública.

En efecto, el total que se pretendió alcanzar para 1974,era un monto de 1.231millones de bolívares era quintuplicarlas en 5 años, con una paridad de cambio de 4.50 bolívares por dólar, en aquel momento el bolívar era una de las 5 monedas más fuertes del mundo y con todo y eso había ese esfuerzo exportador, por cierto, en el informe se analizaba el efecto sobrevaluador del bolívar, en la competitividad de nuestras exportaciones y que debía de crearse un subsidio directo, para hacerlas más competitivas, en el mundo exterior, como medida compensatoria, por cierto esto fue siempre un tema de discusión y debate público, en años posteriores, una barrera para hacer competitiva las exportaciones no tradicionales: la paridad cambiaria, hasta la devaluación del bolívar en 1983.

Otro dato interesante es el valor del producto bruto industrial que, en 1970, era de 36. 032 millones de bolívares y la capacidad utilizable del parque industrial llego al 60 % con una potencialidad de utilización que podía darse hasta llegar al 70 %. Cuanta diferencia al día de hoy cuando tenemos menguada nuestra capacidad industrial. Fíjense que se iba destinar a la exportación, por ejemplo, en el sector industrial sólo el 10% del producto bruto industrial bruto, una fracción minúscula del sector manufacturero, imagínense los aportes del sector agrícola, en aquel entonces, también con oferta exportable.

El informe aquí recordarlo es muy extenso y denso, para citarlo totalmente, pero daremos algunos puntos de lo más resaltante del contenido de dicho informe, sobre todo, cuanto hoy en pleno siglo XXI, estamos en puertas de aprobar una ley que pretender ser novísima, cuando ya hay una aprobada en 1973, no solo se tenía que poner al día con la nuevas y modernas estructuras del comercio internacional y las tendencias de la economía internacional, gracias a los vertiginosos cambios a nivel tecnológico, cadenas de valor y el desarrollo de la tecnología digital, que nos dan las tendencias del mundo del futuro, cuando estamos en los albores de la VI revolución tecnológica e industrial, de acuerdo a los estudios de la brillante economista venezolana Dra. Carlota Pérez, que son para mi persona, una guía académica.

El capítulo primero, contiene una sinopsis sobre la estructura tradicional de la exportación en relación con el proceso de industrialización alcanzado hasta aquel entonces.

El segundo se hace un análisis sobre el crecimiento y las perspectivas futuras, por ejemplo, de la industria manufacturera. Se analiza por separado el crecimiento histórico del sector, las políticas adoptadas y la capacidad de exportación de la misma.

El tercer capítulo es el más extenso, plantea, la necesidad de orientar la política industrial con el objeto de fomentar las exportaciones, especialmente estableciendo prioridad de una estrategia de desarrollo para el sector manufacturero, política de inversiones y política proteccionista. Todo enmarcado en el contexto de aquel momento IV de la Nación y algunas medidas ya tomadas en aquel entonces como la denuncia del Tratado de Reciprocidad Comercial con los Estados Unidos, y de realizar una reforma Arancelaria que dinamizará el sistema arancelario como instrumento de política industrial y lo que fue la incorporación de Venezuela, al Acuerdo de Cartagena o mejor conocido como Pacto Andino.

El capítulo quinto, contiene un resumen del informe y un conjunto de recomendaciones concretas tendientes a dinamizar el proceso de industrialización y la orientación de la producción hacia mercados exteriores. Hoy menudo reto dado, el deterioro de la economía venezolana y la pérdida del 75% del PIB, gracias a políticas públicas erradas de los últimos 25 años.

En efecto, al final del informe, encontramos una recapitulación del trabajo y una serie de recomendaciones, de acciones estratégicas, (57 medidas en total) entre las cuales está: la formulación de una política industria de fomento de las exportaciones no tradicionales más agresiva, robustece los mecanismos como draw back entre otros, la eliminación por parte de los decisores del estado de la falsa dicotomía entre la sustitución de importaciones y de crear una política de promoción de exportaciones, simplificación administrativa, fortalecer los servicios al exportador tanto en el sector público, destinar por parte de las distintas empresas con vocación exportadora por lo menos el 10% de su producción a la exportación, como en el sector privado (AVEX), que ya en aquella época iniciaba su modernización en los servicios de asesoría, promoción y consultoría en materia de exportaciones además, de en ubicarse en una nueva sede (Centro Comercial Concresa desde el año 1974-75), entre otros elementos que daban las luces de los instrumentos de política pública que se iba a seguir en los años por venir.

Debo mencionar también, a la Dra. Eglée Iturbe, de Blanco Directora de Planificación de Económica en CORDIPLAN y al Dr. Pedro Romero y al Representante residente del PNUD en Caracas en aquel momento Geraldo Eboli por la cooperación que prestaron en aquel momento a la elaboración del informe y su enorme contribución al mismo. Un equipo de primera línea multidisciplinario e interministerial. Ese fue un legado de primera, lo que se dejó en la gestión de 1969-74, en la presidencia de Rafael Caldera, en materia de exportaciones no tradicionales.

Al instante, de presentar el informe, se habían aprobado modernos instrumentos y con visión estratégica; leyes con visión de futuro, entre las cuales cabe citar: La Reforma Arancelaria, la Ley de Incentivo a las Exportaciones y el Fondo de Financiamiento a las Exportaciones y otras medidas de política pública conexa, que complementaron un panorama positivo hacia el porvenir, como se vio en las décadas posteriores abrió un panorama diferente a partir del año 1983 y luego de 1990, con la incorporación de Venezuela al GATT y que luego de 1994, con la fusión del Ministerio de Fomento con el ICE, se creó el Ministerio de Industria y Comercio, aspiración de años del sector exportador así como, la creación del Banco de Comercio Exterior, en la segunda administración del Dr. Rafael Caldera, en los años siguientes hubo zigzagueos, solamente detenidos en la gestión de Luisa Romero, a principios del año 2000, hasta que llegamos a hoy con un aparente optimismo en materia de fomento de las exportaciones no tradicional, y enfoque claro de los que debe hacerse; ojalá sea así por el bien de la economía nacional. Hoy en día este informe tiene plena vigencia y actualidad, esperamos que sea de los documentos que consulten los decisores estatales para tener una eficaz política de estímulos y de promoción de exportaciones no tradicionales, a 50 años de su publicación.

Debo acotar, que el Dr. Mier Merhav, planteó inicialmente sus ideas sobre el tema un año antes de la publicación del informe, donde dio unas pinceladas de lo que contenía el trabajo, en una conferencia-almuerzo, dada ante la Asociación de Ejecutivos (AVE) el 5 de junio de 1972.

jesusmazzei@gmail.com

 

martes, 20 de febrero de 2024

ALGUNAS “INQUIETUDES” SOBRE LA TRANSFORMACIÓN DE LA UCV.

 

ALGUNAS “INQUIETUDES” SOBRE LA TRANSFORMACIÓN DE LA UCV.

EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ

 


En una nota de los años 90´s intitulada “Quienes transformarán la UCV” publicada en dos periódicos, nos atrevimos a ordenar perfiles que podían tener los candidatos al respecto. Hoy no escribiríamos una nota semejante. Además de otras consideraciones, se encuentra la de que el contexto nacional económico y político es suficientemente más complejo y no es fácil albergar muchos optimismos.

Podemos, sin embargo, hacer algunas observaciones preliminares derivadas de las secuencias vistas. También de la vasta problemática que presenta la institución y su profesorado[1] que, al igual que el de otras universidades, presenta un alto deterioro en sus condiciones de vida y de trabajo.

En primer lugar, pareciera que, efectivamente, dadas las líneas de actuación de la administración del Presidente Nicolás Maduro, no va a haber aumentos de salario ni para el sector educativo ni para otros que pueden considerarse. Se entiende que los aumentos han sido en la línea de la bonificación del salario, con todas las consideraciones que pueden hacerse al respecto. En tal razón surge la pregunta ¿y si todo sigue igual?, ¿se paralizarán actividades como piensan algunos debería suceder?, ¿se seguirán contando los días? ¿O se seguirá trabajando con el mismo deterioro?

En segundo lugar, las diversas insuficiencias que existen en la UCV facilitan el que la libertad y la creatividad, así como la claridad de los procedimientos sean arropados por el conjunto de necesidades y problemas existente en distintas áreas. ¿Existe un plan escrito y un conjunto de secuencias ordenadas al respecto –y más aún en el campo académico- y por facultades y escuelas? ¿Un contexto de tal naturaleza facilita o limita un mayor deterioro? ¿Es tan feliz el escenario de los pregrados y postgrados como algunos creen? Claro, siempre estará el regocijo de ser patrimonio de la Humanidad o estar entre las principales Universidades… pero…, si no se atienden siguen existiendo realidades inobjetables que representan lo mismo de períodos administrativos recientes.

En tercer lugar, funcionarios actuales de la UCV, han expresado que algunos de administraciones anteriores recientes, vienen de carreras políticas, o sea no habrían tenido inspiración o basamentos académicos. ¿Eso ha desaparecido? ¿Han desaparecido caras y procedimientos? Como sabemos, en estos menesteres, la solidaridad automática no es la mejor compañera para procesos de transformación.

En cuarto lugar, los intentos de transformación y sus resultados deberán tener anotados los esfuerzos y cambios que han producido las actividades de la Comisión Presidencial  que ha revuelto positivamente, recuperado y mejorado la presentación y belleza de la UCV, que fue acumulando deterioros tras deterioros, producto de la desatención de las autoridades anteriores recientes, en largos años de desatención y alteración negativa en variados aspectos. Algunos piensan que las actividades de la Comisión Presidencial son con intenciones. ¿Es que acaso los deterioros acumulados en la UCV; no son también resultado de las intenciones y actividades de organizaciones de izquierda[2]/derecha  y de políticos que se presentaban y se presentan  como  santos?

En fin, no hay mucho que delimitar. Falta tiempo… pero transcurrirá. Tan solo una aproximación.

 

20 de febrero de 2024

@eortizramirez

eortizramirez@gmail.com

 

 

 

sábado, 10 de febrero de 2024

Reforma, ajuste y costo social

 

Reforma, ajuste y costo social

En ese sentido, el arte de dirigir y decidir, en un gobernante se basa en ocasiones en un cálculo muchas veces basado, en forma racional, incremental o burocrática de los costos y beneficios


·  JESÚS E. MAZZEI ALFONZO

08/02/2024 05:02 am

 





Escudriñando en mi biblioteca, me topé con un artículo de dos brillantes economistas de la revista del FMI, que hace treinta y treinta y ocho años, de Yukon Huang y Peter Nicholas, consulté cuando cursaba mis estudios de postgrado de economía internacional, quienes escribieron para la estupenda revista Finanzas y Desarrollo del FMI, ( que se puede consultar en la web, revista de alta calidad e información) un artículo intitulado “Los Costos Sociales del Ajuste”, donde mencionaban los tres costos sociales que tenían y tienen, los programas de ajuste y reforma del FMI: las medidas del ajuste ideadas para equilibrar la demanda y la oferta agregadas a menudo si no inevitablemente deprimen la producción, el empleo y el consumo, generan una recesión, el segundo, es que, los cambios en la estructura de incentivos estimulan la redistribución de recursos y por tanto, de los beneficios entre sectores y actividades y el tercero, los retardos y dificultades en el movimiento de recursos productivos en otros usos en respuesta a cambios en los precios relativos pueden añadir costos inicialmente, son los que ellos denominan costos de transición.

Es el efecto macro político-económico, en el cual este tipo de medidas y acciones gubernamentales tiene consecuencias y en la forma como deben manejarse con criterios de viabilidad y eficacia política, con articulación y cooperación, coordinación estratégica, con los sectores de la sociedad política y civil, en economías en países en vías de desarrollo, como el nuestro y de otras latitudes latinoamericanas, es la primera variable que debe tener todo decisor político, debido a que esta tienen impacto directo sobre los sectores populares, y el impacto que tiene alto nivel de endeudamiento, costo de vida etc como promover la equidad y la eficiencia en ciertas estructuras productivas, sus costos sociales, debe ser amortiguado con medidas compensatorias que actúan de inmediato, cuando el crecimiento que se logra no es suficiente para proteger a los más pobres, visualizar los objetivos de corto y largo plazo de las reformas, el papel del financiamiento externo adecuado, son entre otros, los factores; son los condicionantes de estas medidas, de su éxito total o parcial, o de su fracaso como fue el caso del segundo gobierno de Pérez o en el caso del segundo Gobierno de Caldera, que en perspectiva histórica, iba en camino de lograr resultados positivos como los tuvo entre 1997-1998, si se hubieran prolongado en el tiempo más allá de 1999, con una gerencia económica con sentido común y sensatez, pero no fue el caso se prefiero el camino del populismo de izquierda, que ha destruido más del 70% el PIB de la economía venezolana, despilfarrando además, la bicoca de un trillón dólares entre 2002-2013.Esa es la cruda y verdadera verdad, de la multidimensional crisis venezolana.

El país, se abría a un nuevo período constitucional, con la toma de posesión del presidente Pérez, llegada que estuvo precedida de grandes expectativas e ilusiones, por lo vivido en los años 1974-1979, que, en buena parte y medida, fue, el basamento y núcleo de su oferta y su discurso electoral, de las elecciones de 1988 (el tá barato dame dos y la borrachera de petrodólares que le entró al país por primera vez en su historia). Solamente, en diciembre de 1988, Pérez y su equipo de asesores económicos tienen acceso a información veraz y oportuna, de primera mano de la situación real y concreta del país (en sus variables macroeconómicas y finanzas públicas), Recordemos que en las internas de AD, de 1987, el presidente Lusinchi, apoyo contundentemente la precandidatura de Octavio Lepage y fue un duro opositor a la candidatura de Pérez de nuevo.

En efecto, el país entró en shock (El Gran Viraje), con un programa de ajuste, de reformas económicas que se aplicó en forma rápida y no gradual, el cual no fue negociado y consultado, no se tuvo interlocución e información, previa con la sociedad civil y la sociedad política y sus integrantes (partidos políticos, sindicatos, etc), no sólo no se les comunicó sino que faltó y se adoleció de una política informativa y formativa de la opinión pública previa, para llevar a cabo la ejecución de medidas económicas, dada la magnitud de ellas en los días de febrero luego de una majestuosa y dispendiosa toma de posesión, que presentó una imagen de un país irreal en lo económico. Se implementó pues, un severo programa de ajuste económico que se aplicó sin anestesia, por un equipo sí, bien muy meritorio, es verdad, y desde el punto de vista académico de alta calidad, sin embargo, carente de toda experiencia y pericia política en todo el sentido de la palabra, sin el apoyo total del partido de gobierno (AD) y la enajenación de su sector sindical, ya la fase de formulación empezaba mal. Aquí se cometió un grave error político. Hubo un pésimo manejo político de lo económico, la economía política falló.

Se requería en aquel entonces, pues, a la hora de gobernar e implementar esas decisiones, tacto político, capacidad de comunicación, persuasión y un timing especial, ver el margen de maniobra que dan las decisiones, para llevar cabo no solamente las tareas normales del día a día de gobierno, sino igualmente, negociar, conversar con los diversos actores con los que se convive y la posible influencia del entorno internacional que también repercute, porque Venezuela fue un país piloto, debido a la porosidad manifiesta entre el ambiente interno y el externo (lo interméstico, no olvidarlo). Se trata de armonizar no sólo el conflicto sino el dilema o las opciones entre decisiones complejas.

En ese sentido, el arte de dirigir y decidir, en un gobernante se basa en ocasiones en un cálculo muchas veces basado, en forma racional, incremental o burocrática de los costos y beneficios y el ejercicio, del equilibrio de una decisión sobre políticas públicas y el gabinete económico del año 1989, sobreestimó el liderazgo de Pérez y su capacidad de interlocución, articulación y coordinación estratégica con la sociedad política. Caso contrario fue el liderado por Caldera, y ejecutado por Teodoro Petkoff, Matos Azocar, Rojas Parra, entre otros ministros del segundo gobierno de Caldera, que tenían pericia y experiencia política y un competente manejo económico, tanto por su preparación como conocimiento.

En fin, lo que le dio viabilidad y eficacia política al segundo programa de ajuste de la economía venezolana, conocido, como la Agenda Venezuela, fue que se manejó con variables políticas de elaboración, construcción estratégica y no solamente el éxito de las variables macroeconómicas, he allí el quid de la cuestión. Es equilibrar el manejo político, con medidas de ajuste, con sentido de equidad y estímulo social.


Hoy en un contexto interno y externo, diferente, más complejo e intrincado, debemos plantearnos la interrogante sí Venezuela requiere de un nuevo programa de reformas económicas con sentido eficiente de sus políticas públicas y con equidad social. Estimo que sí, para implementarlas con éxito y factibilidad debemos nadar ante todo y navegar en este nuevo y peligroso mundo, debemos tener en cuenta tres dimensiones interrelacionadas: los efectos de la geopolítica en la economía global; la influencia de las relaciones económicas globales en la seguridad nacional; y la relación entre la competencia económica global y la prosperidad general, sin estas consideraciones y el aspecto socio-político local, no será viable un nuevo programa de reformas económicas que adentre al país al año 2035, cuando recordaremos el inicio de la entrada del Venezuela al siglo XX, a raíz de la muerte del autócrata Juan Vicente Gómez, un país que deberá ser guiado y dirigido por unas nuevas élites en todos los campos del saber y la acción política.

jesusmazzei@gmail.com

 

miércoles, 17 de enero de 2024

Lula balance de un año

 

Lula balance de un año

Cómo balance tenemos entonces resultados heterogéneos, tanto en el plano interno, como externo, veremos cuál será la suma del gobierno de Lula cuando haga este su balance al segundo año de su tercer gobierno, cuando llegue al ecuador de su administración .-


 

·         JESÚS E. MAZZEI ALFONZO

11/01/2024 05:00 am

 


El gobierno Lula llega al primer año de su tercer mandato, con resultados mixtos, tanto en el plano interno como el externo. Sin duda, Lula, no la tiene y no la ha tenido fácil en un contexto diametralmente opuesto en lo internacional y nacional, muy diferente y complejo, a diferencia de sus dos primeras presidencias, se enfrenta en lo interno a un sector de la sociedad y a un estamento político ( derecha y centro derecha) que lo adversa, donde la derecha tiene un poder político incuestionable, importante y no subestimable, en partidos políticos, gobernaciones, elementos de la sociedad civil etc.., visto, que en octubre de este año, hay elecciones locales y municipales y los partidos de derecha buscarán mantener el poder en el corazón económico-electoral del país; esto es el sur-este y ampliarlo, como una muestra de lo que serán las elecciones presidenciales, dentro de tres años. En lo externo Brasil, no puede exhibir el músculo económico y potente, de principios del siglo XXI, debido a que el auge de las exportaciones de las materias primas de inicios del siglo XXI cuando asumió en el año 2003, luego del exitoso gobierno en materia económica a pesar de la crisis asiática del año 1998, de ese gran brasileño como es Dr. Fernando Henrique Cardoso, y unas sólidas finanzas públicas, dejó un país ordenado en la hacienda pública, gracias al Plan Real y Lula hoy no tiene ese escenario interno favorable desde el punto de vista económico.

   Si Brasil, va jugar y quiere jugar una política exterior de grandes ligas, debe jugar con base a criterios de un realismo ofensivo y no defensivo, (poder, recursos económicos y de otro tipo) como hasta ahora y una muestra podría ser aprovechar la presidencia del G-20, para mostrarlo, cuando el país tendrá gran visibilidad internacional.

     Veamos con detalle, indudablemente Lula, logró la normalización política, la recomunicación política con los otros poderes del estado, con la sociedad política en general y la sociedad civil, este primer año no ha sido un camino fácil, debido a que hay una serie de obstáculos, riesgos e incertidumbres. El primero, el bolsonarismo es un movimiento político vivo y fuerte, no se le puede despreciar, ¿tiene bajo su manga las principales gobernaciones, alcaldías y concejos municipales del país y de allí muy probablemente( gobernaciones) emergerá el candidato presidencial que enfrente a ¿Lula?, dentro de tres años o quizás, desde mi punto de vista sea a Fernando Hadad, el actual ministro de Hacienda que aparenta tener un perfil político más adecuado para enfrentar a las fuerzas de centro de derecha. Por cierto, en estos días, el pasado lunes 8 de enero se recordó el tristemente asalto a las instituciones gubernamentales e institucionales brasileñas en la ciudad de Brasília, fecha que debe servir para reafirmar la experiencia democrática brasileña y lo importante de la visión de la política vista bajo la óptica de la tolerancia, intercomunicación y la no ofensa entre adversarios y actores políticos (líderes, partidos sindicatos, intelectuales).

  Además, Lula, muestra una base electoral más sólida, un recambio en su coalición presidencial de gobierno con un giro hacia una derecha moderada, buscar disuadir a estos elementos del partido MDB, para que se incorporen más activamente a las labores de gobierno, veremos cómo marcha este aspecto de la vida política brasileña, visto además, que también las coaliciones electorales que habrán de formarse rumbo a las elecciones municipales y manejar con fuerte liderazgo su relación al PT sentarán las bases para los próximo eventos electorales.

    Asimismo, Lula se anotó un triunfo importante a nivel parlamentario es la aprobación de la reforma tributaria negociada a nivel parlamentario desde hace por lo menos 30 años, y hoy Lula muestra esto como un triunfo político importante, claro, aquí contó la inestimable ayuda política y de negociación, de los presidentes del Senado Rodrigo Pacheco y Arthur Lira, de la Cámara de Diputado, respectivamente, en lograr la coalición de apoyo parlamentario que logró tal objetivo, veremos cómo queda el balance de poder cuando se vayan a elegir las nuevas autoridades parlamentarias en el mes de febrero para el nuevo período. Como se observa será un año movido en términos de política interna en el Brasil. Y, un tema, que no se ha tocado por lo denso aquí, es la delicada relación en todas sus dimensiones de Lula (liderazgo civil, institucional, militar, burocrática etc), con los militares, que podríamos eventualmente dejar para otro artículo, que algunos manifiestan que es tensa.

    Ahora bien, el frente internacional, será también con mucho movimiento, por el ejercicio de la presidencia del Grupo G-20, las relaciones con la Argentina y un conflicto inesperado que puede repercutir en el sector norte de Suramérica, el contencioso limítrofe entre Venezuela y Guyana, donde Brasil, tiene una posición ambigua e indescifrable de observar, vistos los intereses de la diplomacia brasileña que tiene en las relaciones con ambos países que son diferentes y no complementarios. Si observamos detenidamente el acuerdo logrado en la isla de San Vincent, vemos que la mano de la diplomacia brasileña fue determinante en los acuerdos logrados. Veremos si en el mes de marzo tanto Guyana como Venezuela se encuentran luego de la situación de la provocadora incursión del buque británico en aguas en disputa y no delimitadas, aún en el mes de diciembre.

    Un aspecto que debemos analizar, es el fracaso de la diplomacia brasileña, cuando ocupó la presidencia del Mercosur durante un semestre, en no lograr un acuerdo y acercar posturas para finiquitar el acuerdo de los dos bloques de integración (UE-Mercosur), sí uno observa luego de este resultado concreto, los brasileños, no han insistido en el punto, ya el bloque del Mercosur, bajo la presidencia paraguaya. Otro aspecto que Lula tendrá que lidiar es sus relaciones con la Argentina, ya bajo la Presidencia de Milei, es un desafío de creatividad negociadora diplomática brasileña en lograr un modus-vivendi los próximos años con las nuevas autoridades argentinas.



       En el caso, de las relaciones con Venezuela, se están regularizando a un ritmo lento las relaciones diplomático-consulares, Brasil teniendo el primer año a un Embajador de carrera como encargado de negocios a.i Flavio Macieira y luego Maria Teresa Pessoa, y no fue sino, hasta el 13 de noviembre del año 2023, y sólo a finales del año pasado cuando designaron a una diplomática de carrera y no improvisada como es la Embajadora Glivânia Maria de Oliveira, graduada en relaciones internacionales en la UnB de Brasília en 1984 y con un postgrado en teoría política en la escuela de Londres en economía y ciencia política, e ingreso a la carrera diplomática en 1986, viene de ocupar varios cargos diplomáticos tanto en el servicio interno como externo ( Cónsul General y Embajadora en la República del Panamá, Directora de Gabinete del Secretario General entre otros cargos desempeñados) y ser la Directora General del prestigioso Instituto Río Branco, en los primeros compases del año nuevo, viene a tomar posesión del cargo de Embajadora en Caracas. A fin de cuentas, a ella le tocará elegir sus colaboradores que la acompañarán en la delicada misión de liderar la representación en Caracas, cuando Brasil desea que la situación política-económica en el país se normalice y estabilice, para emprender nuevas rondas de negocios económicos-comerciales como los hubo en el pasado, cuando este año se van cumplir 30 años de la firma del Protocolo de la Guzmania entre los presidentes, Rafael Caldera e Itamar Franco, el 4 de marzo de 1994 que significó un giro importante en la relaciones bilaterales entre ambos países y marcó el rumbo hacia el futuro.

     Otro aspecto, y estimo el reto más importante para la diplomacia brasileña es el rol de presidir el grupo del G-20 por rotación de países, ocupará la mayor vitrina de la acción internacional del Brasil, en el año 2024 y concretamente en lo que implica el reto de presidir el G-20, a saber, en los temas que los brasileños desean que se enfoque el grupo: combate al hambre, pobreza y desigualdad, desarrollo sustentable, y uno muy ambicioso, reforma de la gobernanza global. Se organizarán encuentros temáticos y sectoriales, entre los países componentes del grupo y la cumbre a nivel de jefes de Estado se convocará para realizarse entre los días 18 y 19 de noviembre en la ciudad de Río de Janeiro, del año 2024. Todos estos objetivos de la presidencia del Brasil, en el G-20, serán los ejes que guiarán su conducta, falta saber qué países, no pertenecientes al grupo invitará Brasil, como anfitrión de esta cumbre presidencial, para los próximos años.


     Presidir el grupo del G-20, es un reto indudable para la diplomacia brasileña, no solamente por la temática, sino lo complejo de armonizar los intereses de los integrantes del G-20 y el contexto internacional (difícil y complejo) donde este se va a efectuar este año 2024. Estaremos atentos, al desarrollo de cómo este tema se va a desarrollar. Cómo observamos Brasil, tendrá una agenda internacional, movida, aunque Lula, ha manifestado que viajará menos al exterior, lo que redundará en una diplomacia presidencial, menos intensa comparada al del año 2023, donde tuvo encuentros bilaterales y multilaterales importantes. Por cierto, Brasil, organizará en el año 2025 la COP-30. Y, como afirma uno de los más brillantes diplomáticos brasileños, que ha podido conjugar la labor intelectual, con la labor del diplomático en la esfera práctica y ha sacado varias enseñanzas para el futuro de la acción internacional del Brasil, Paulo Roberto de Almeida “…Não o fazemos por pusilanimidade, ou por medo, mas basicamente por falta de meios. Em suma: não temos condições de projetar poder. De fato, um país que pretenda ser influente na ordem internacional necessita dispor dos dois atributos já identificados com o exercício do poder: capacidade militar comprovada e disponibilidade de recursos financeiros. Nós não temos soldados nem talão de cheques, ou pelo menos não em quantidade e qualidade suficientes que nos autorizem a desempenhar um papel de relevo na cena internacional…”A ONU e o sistema internacional: posturas da diplomacia brasileira.

Cómo balance tenemos entonces resultados heterogéneos, tanto en el plano interno, como externo, veremos cuál será la suma del gobierno de Lula cuando haga este su balance al segundo año de su tercer gobierno, cuando llegue al ecuador de su administración.



jesusmazzei@gmail.com

 

jueves, 11 de enero de 2024

LOS COMIENZOS DE MILEI, IDEAS PARA VENEZUELA.

 

LOS COMIENZOS DE MILEI, IDEAS PARA VENEZUELA.

EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ

 



Para los sensatos no es fácil ser políticos, imaginamos que mucho menos lo es ser Presidentes. Los escarceos que continúan, tan solo se acercan a algunos tópicos de importancia en comienzos de mandatos[1].

1. Los candidatos/presidentes se mueven siempre entre lo que quieren proponer y lo que podrán o no les convendrá ejecutar. Varias cosas quedan sin ejecutar, o peor aún, en el olvido.

2. También en el dilema entre el ajuste o el desarrollo, o sus expresiones entre la emergencia y lo sustancial. Un aditamento a esto, y no por ello inoperante, es el plan de los cien primeros días y que, generalmente, se supera con éxito las mediciones o a estas no se les pondera mucho. Razonando  inversamente con el respetable Keynes, puede  decirse que en el muy corto plazo la mayoría quedamos vivos en estos menesteres. En los planes de  muy corto plazo, donde apretar o donde aflojar, o lo que llamaríamos la “trampa de los equilibrios”, pasa a tener su primado.

3. Más terrenal y comprometedor pasa a ser a cuales sectores sociales afectar o quien podría llevar en el ajuste o sobre ajuste la peor parte. Primeramente Milei pensó en las Castas, ahora piensa en el Estado. Debe resaltarse que, muy difícilmente, los sectores menos acomodados en la distribución del ingreso según tiempos históricos, habrán tenido ejercicios largos o estables en ejecutorias del poder político. Ni en los movimientos de la Grecia antigua, ni en la edad media, ni en la revolución Rusa -a pesar de las aspiraciones de Lenin-, ni en Cuba, ni en Argentina o Venezuela- han mandado los pueblos. Una expresión cómoda es decir que siempre se ubican, en el ejercicio del poder político –y por razones obvias según algunos- los acomodados de siempre.

4. Igualmente atractivo es moverse con propuestas tentadoras o arriesgadas, o que en el mejor de los casos se consideran operativas, aunque variados analistas y posiciones adviertan lo contrario. En el caso de Milei indudablemente que, de avanzada lo lleva Dolarizar la economía y eliminar el Banco Central. Ahora resulta que no es un objetivo iniciático sino un destino, después de mucho trajinar. ¡Valgame Dios!, como decía Don Quijote.

5. Medidas no ejecutables, transitorias o permanentes. Se trata de las ofertas iniciales de Milei de no aumentar impuestos, haciendo honor digámoslo así a algunas de sus actuaciones como diputado. Pero vistos los finales del 2023 y comienzos 2024,  ha habido acciones en contrario. En expresiones populares y técnicas Argentina es una nación donde hay muchos impuestos que afectan grandemente la capacidad de desempeño de agentes y ciudadanos. Un analista liberal Argentino ha señalado efectivamente que “En Argentina los impuestos transitorios son permanentes”  (R. Cachanosky)[2].

6. Tanto para Argentina como para Venezuela, existen acumuladas, suficientes experiencias en los últimos 30/50 años, como para que el gobierno de Milei y el de Venezuela a partir de 2024, pudiesen tomar caminos o atajos que evitasen acciones infructuosas ya intentadas.

7. Las campañas políticas se oponen a las percepciones de políticas de terapías intensivas o acomodaticias ya en el ejercicio del poder como las señaladas en esta nota. Y, en casos, se pasa a observar el desfile de políticos sin sanciones y que no asumen responsabilidades en corrupción o en deterioros de las condiciones de vida de ingentes masas de pobladores, afectadas por políticas tercas y/o inadecuadas.

 

Caracas 11 de enero 2023

@eortizramirez

eortizramirez@gmail.com