viernes, 30 de noviembre de 2018

Planes para el día después. Agricultura VII: Plaguicidas.


 

Planes para el día después. Agricultura VII: Plaguicidas.

Pedro Raúl Solórzano Peraza.
Diciembre de 2018.

Para el día después, que será el primer día de un nuevo período democrático para Venezuela, se debe tener un plan de acción para recuperar los sectores productivos del país. Uno de ellos es la agricultura, donde hay que considerar muchos aspectos, y en esta oportunidad trataremos el suministro de plaguicidas para los programas de producción agrícola.

 

Suministro de plaguicidas


Con este término, plaguicidas, se engloban insecticidas, herbicidas, acaricidas, fungicidas, nematicidas, raticidas; en fin, todos los biocidas que se puedan utilizar en agricultura. En Venezuela, hoy en día, es común escuchar el reclamo de los agricultores por la falta de plaguicidas para poder llevar sus cultivos a un final de buenos resultados.

Insecticidas y herbicidas son quizás los dos plaguicidas más utilizados en la producción agrícola y se considera que actualmente, con el uso de suelos durante varios años en forma consecutiva, en muchos casos con monocultivo, la aplicación de estos productos en los campos cultivados es imprescindible, porque bajo esas condiciones, las poblaciones de insectos plagas y de malezas se pueden incrementar considerablemente.

Existen innumerables insectos que son plagas peligrosas para las plantas cultivadas,  que abundan en los ambientes del campo y que al sobrepasar lo que se conoce como población umbral, pueden causar daños irreversibles al cultivo promoviendo disminución marcada de los rendimientos y grandes pérdidas económicas al agricultor. Estos insectos plagas son de diversos hábitos y su susceptibilidad a los productos insecticidas puede ser muy diferente de una especie a otra. Por esto, existe una amplia gama de insecticidas en el mundo agrícola, que deben estar a la mano para ser aplicados ante cualquier emergencia que requiera el combate de alguna plaga.

Esos insecticidas también pueden ser empleados en lo que se conoce como Manejo Integrado de Plagas (MIP), que es un concepto más ecológico, más conservacionista para el combate de plagas. En este MIP, los insecticidas se incluyen dentro de programas asociados a una serie de prácticas que tienden a disminuir las poblaciones de insectos, a la vez que se pueden aplicar algunos productos llamados insecticidas biológicos, que son fabricados a partir de organismos (pueden ser otros insectos u  hongos entomopatógenos) capaces de eliminar algunos insectos plagas al parasitar sus cuerpos.

En el caso de las malezas o malas hierbas, que son especies vegetales con características de rápida y abundante reproducción y de muy elevadas tasas de crecimiento, las cuales compiten con las especies cultivadas por espacio, luz, agua y nutrientes esenciales, también se deben combatir una vez que su población sobrepase el umbral económico o de daño al cultivo, que cause cierta disminución de los rendimientos. Otro efecto negativo de las malezas es que algunas sustancias tóxicas liberadas por diversos órganos de ciertas malas hierbas pueden tener efecto alelopático sobre las plantas de cultivo, inhibiendo la germinación de sus semillas, causando su retraso en el crecimiento y hasta su muerte. Esto tiene profundos efectos sobre las poblaciones de plantas del cultivo y consecuentemente sobre los rendimientos finales.

Existe una amplia gama de herbicidas para diferentes formas y momentos de aplicación. Hay productos para aplicación pre siembra, pre emergente al cultivo y pre emergente a las malezas, pos emergente al cultivo y pos emergente a las malezas, para combate de especies gramíneas y de no gramíneas, también difieren en su modo de acción, etc. En conclusión, estos productos, al igual que el resto de los plaguicidas, deben existir en las fincas para su uso oportuno y evitar pérdidas de rendimiento, de esfuerzo y de dinero en el negocio agrícola.

Para el combate de malezas también se puede aplicar  un manejo integrado, ya que existen otros métodos que pueden ser: preventivos, manuales, mecánicos, físicos y biológicos, pero el combate por medios químicos con la aplicación de herbicidas es prácticamente inevitable en siembras comerciales de cierta magnitud.

Otros plaguicidas de amplio uso son los fungicidas, para el combate de hongos patógenos que pueden causar la destrucción total de campos cultivados; sin embargo, su uso está bastante limitado a cultivos hortícolas, frutales y flores, y eventualmente se aplican en cultivos más extensivos como es el caso de cereales y otros. Los hongos pueden causar daños anatómicos y fisiológicos a las plantas, por lo que existen productos de diversa forma de acción, que permiten tanto combates externos de hongos, como combates internos en aquellos casos cuando los hongos viajan por el interior de las plantas. Por supuesto, estos fungicidas tampoco pueden faltar para ser aplicados oportunamente, especialmente en este tipo de cultivos de producción intensiva con elevados costos de producción por unidad de superficie.

El resto de plaguicidas no es de aplicación generalizada, se aplican en casos específicos cuando hay necesidad de combatir ácaros, nematodos, roedores, etc.

Lo importante es que en la actualidad, cuando la agricultura se desarrolla en terrenos de amplia tradición agrícola y existen peligros latentes de presencia de algunos de estos organismos que pueden arruinar un cultivo, los agricultores tienen que tener seguro y fácil acceso a la adquisición de los plaguicidas, para su aplicación correcta y oportuna. Esto último es muy importante, ya que la  acción o el efecto de muchos de estos productos químicos se pierde si no se aplican en determinados momentos del ciclo del cultivo o de los agentes causales de daños. Para ilustrar esto podemos señalar el caso de unos insectos que deben ser combatidos en estado adulto y otros en estado larval, o malezas que deben ser combatidas cuando no tienen más de un determinado número de hojas porque de lo contrario el herbicida pierde efecto. Entonces, la aplicación de estos plaguicidas en el momento oportuno es fundamental.

La solución a las limitaciones en el suministro de plaguicidas para la agricultura debe ser simplemente apoyar a los empresarios que tengan experiencia en la importación, formulación, fabricación de estos insumos. Mientras exista el control de cambio ese apoyo sería básicamente el suministro de divisas, además de aligerar todo lo correspondiente a los permisos necesarios para su importación, fabricación y comercialización, que la burocracia oficial cada vez complica más para este tipo de productos. Entonces, con la situación actual del país, el apoyo oficial es imprescindible para que los agricultores dispongan de la variedad de plaguicidas que necesitan para llevar adelante y con seguridad sus cosechas.

Es muy frecuente escuchar a los agricultores reclamar la presencia de una empresa como Agroisleña, C.A., la cual, además de ofrecer abundancia, variedad y oportunidad en el suministro de plaguicidas, prestaba un gran servicio de apoyo con la asistencia y orientación que brindaban sus técnicos en el correcto uso de los productos que vendían, y en el manejo del cultivo en general, cuando eso era procedente. Empresas de este tipo, que han sido expoliadas por el régimen, deben regresar a sus dueños para que puedan brindar la asistencia en el campo para lo cual han sido creadas.

En lo concerniente al uso de plaguicidas en la agricultura, lo cual es constantemente cuestionado por los ecologistas debido a que su mala aplicación puede causar severos daños al ambiente en general y a los humanos en particular, se recomienda un especial apoyo a la producción de plaguicidas biológicos, la cual es una actividad que en el país se ha venido desarrollando desde centros de investigación universitarios y oficiales, y hay particulares que han emprendido la producción comercial de estos productos.

Es recomendable también, que se realicen campañas para educar a los productores en el correcto uso de los plaguicidas, la disposición de empaques vacíos y residuos que pueden ser altamente contaminantes y dañinos para la salud de las familias campesinas. Estas campañas han existido en el pasado y para todas estas actividades hay regulaciones establecidas, las cuales son excelentes si se aplican correctamente pero carecen de importancia mientras no se apliquen y no se haga un control severo para su cumplimiento.

Pedro Raúl Solórzano Peraza.
Diciembre de 2018.



miércoles, 28 de noviembre de 2018

REPENSANDO LA INTEGRACION. Una manera de apreciar la reingeniería que propone/analiza F. Arellano


REPENSANDO LA INTEGRACION. Una manera de apreciar la reingeniería que propone/analiza F. Arellano[1].

EDUARDO ORTIZ RAMIREZ



Algunos piensan que no hay que ver el pasado para programar el futuro (sobre ello versa la prognosis), sino planear el futuro, algo así como proyectar montado sobre el futuro mismo. El artículo de Arellano, nos mueve a sintetizar algo de lo hecho mal o hecho bien, para un menester tan valorado y apreciado o también utilizado por oportunistas, como es el caso de la integración económica[2]. Ella se enfrenta siempre a las críticas al economicismo o enfoques basados solamente en el comercio y a las sugerencias de hacer propuestas integrales (basadas, puede ser en enfoques Holísticos) y, aunque no se crea, remiten también al realismo mágico de los latinoamericanos y algunas veces a sus ambiciones sobre grandes proyectos que -en variados casos- terminan en pequeños resultados[3].

En un principio (hacia mediados del siglo XX), ni en el globo ni la región había integración económica, según la conocería después el mundo y los hacedores de políticas a partir de los trabajos de Viner, Balassa y numerosísimos autores individuales y otros tantos libros y manuales.

Efectivamente, en tiempos próximos cercanos a los indicados, la región inició la experiencia de ALALC que en los ochenta se convertiría en ALADI (11+Cuba). No pasó mucho tiempo para que los centroamericanos iniciarán un proyecto que dejó experiencias positivas, pero que se alteró en los ochenta y los noventa con las guerras de izquierdistas y derechistas según sus distintas perspectivas de ejercer el poder, apoyadas por los resabios de la guerra fría y los vendedores de armas; dejando también el recuerdo efímero de haber llamado a su experiencia el Mercado Común Centroamericano, mientras en todo su historial ni en aquellos tiempos ni en los actuales, ya con otra denominación (SICA), logró abordar/superar la etapa de Unión Aduanera. Desde esos tiempos hasta la actualidad -hay que señalarlo de entrada- la región solo ha alcanzado -en algunos casos- etapas de uniones aduaneras imperfectas[4].

Dándole algo de orden al repensar de la integración económica en la región, podemos ubicar cuatro fases en la misma. La primera fase, la llamaremos la fase ambiciosa o de las ejecutorias de los proyectos iniciáticos que puede abarcar la experiencia del MCCA y el Pacto Andino (1969) y la serie de acuerdos bilaterales fijados hasta los setenta y los ochenta. Sobre todo interesa el Pacto señalado por la participación de Venezuela, con la experiencia de un proyecto omniabarcante e integral; programa de liberación, arancel externo común, programas sectoriales de desarrollo industrial,, empresas multinacionales andinas, armonización de políticas para la movilidad factorial, propuestas para el área tecnológica y de la seguridad social, en fin numerosos aspectos donde el éxito se puede medir por cual avanzó menos que el otro, paradójicamente, con problemas fundamentales para la representación y la creación del comercio intrarregional[5]. Pero también lo que representó lo que llamó alguna vez la autora colombiana Alicia Puyana de Palacios la integración entre socios desiguales. Compensación y esperas recurrentes para Ecuador y Bolivia, o Perú de vez en cuando queriendo dejar el proceso integracionista.

La segunda fase se enfrenta al avance de la integración entre países desarrollados (UE 1993, TLCAN 1994) habiéndose avanzado muy poco en la dimensión regional en el aspecto económico comercial. Coexiste esta fase con un proceso paralelo de apertura y difusión de ideas neoliberales y de ejecutorias de planes de ajuste y estabilización, que terminaron llevando a variados países a trampas macroeconómicas, sin soluciones efectivas para el crecimiento y el desarrollo. Surge Mercosur en 1991, que aprovechó la fuerza que seguiría teniendo en el nuevo proyecto la relación Argentina/Brasil y que estaba claramente establecida ya en 1989, con el Programa PICE o programa para la integración y cooperación económica. Pero, paralelamente, puede decirse que Paraguay y Uruguay se perfilaron como lo que se mantendrían siendo en el proyecto; esto es, países con grandes diferencias con las dos naciones mencionadas primeramente y que necesitarían grandemente de tiempo y consideraciones especiales. La Comunidad Andina, cuyo proyecto ya en los noventa estaba claramente identificada como Comunidad Andina de Naciones continua en los noventa del siglo XX con lo que se volverá en ella una costumbre, esto es una permanente reestructuración y cambio. Reunión tras reunión, se vuelve larga la misma.  A pesar de los deseos de estructurar cambios y nuevos proyectos en esta segunda fase, que abarca todos los noventa, el comercio intraregional no crece. A pesar de todos los ajustes que se puedan hacer, puede afirmarse -grosso modo- que el comercio intrarregional en América Latina nunca ha superado en forma estable -para convertirse en una regularidad- el 20 % del comercio total, teniendo casos emblemáticos como el de México y su pequeño comercio con la región.

Casos en la región que habrían brindado buenas oportunidades, como el del Grupo de los Tres donde estaba México, Colombia y Venezuela, tuvieron un gran impulso inicial pero pasaron a un estancamiento y a un finiquito dado el retiro de Venezuela de este proceso y de la CAN en el año 2006, en plena administración bolivariana. A los efectos de los resultados de esta segunda fase tras 40 o cincuenta años de propuestas y experiencias de integración, no se superó en la región el consuelo que brinda la expresión Uniones aduaneras imperfectas dadas las considerables dificultades para que se estructurase en forma completa y para todos los miembros el Arancel Externo Común en los proyectos que se lo plantearon (Mercosur, CAN).

Pocos sospechaban que se podía caer en una tercera fase, que Arellano ubica como la de la Integración ideológica, pues quienes la lideran, Venezuela -sobre todo- por su chequera petrolera, se plantearon cambiar los modelos de desarrollo, desarrollar luchas antiimperialistas y liberar a los seres humanos del supuesto oprobio del capitalismo. Ah!.... pero sin estar esto en las gestiones institucionales del Mercosur[6]; pues, paradójicamente y con conveniencia para otros, Venezuela se planteó ingresar a este proyecto[7], donde después de unos pocos años de haber ingresado termina suspendida en tiempo reciente en base a la aplicación de los criterios democráticos (o cláusula democrática).

Sirve de referencia en cuanto a lo que se difundió como la posición venezolana el Discurso en la inauguración de la I Cumbre sobre la Deuda Social y la Integración Latinoamericana, Hugo Chávez, Caracas, Círculo Militar, 10 de julio de 2001 del cual hemos extraído algunas ideas fundamentales y que presentamos a continuación. 1. "...La propuesta del ALCA por ejemplo, es una propuesta de matrimonio por interés. No tiene alma, le han extraído el alma, no tiene pueblo..." 2."...Aquí tenemos que acelerar muchas cosas, pero no es el ALCA precisamente lo que hay que acelerar. Tenemos que acelerar la integración nuestra, de Suramérica, de Centroamérica, del Caribe. ...soy un radical crítico del sistema de integración andino, así llamado. Y Venezuela pertenece también a la Asociación de Estados del Caribe, y Venezuela pertenece también al Grupo de los Tres y al Grupo de los Quince y al Grupo de los 77 y al grupo de los doble equis… …La integración no puede partir de lo económico, eso debe ser consecuencia… ...debe partir de lo político, una decisión política que hay que tomar de gran dimensión..." 3."… hay una conspiración internacional en contra de la integración de América Latina y del Caribe... Contra Venezuela, por ejemplo, se conspira...". 4. "Entonces debemos conformar o contribuir pues, desde aquí, a la conformación de un mundo pluripolar. De Europa aplaudimos la Unión Europea. Nos alegra muchísimo la Unión Europea y la reunificación de Alemania y el fortalecimiento de Europa y la monedas europea: el Euro..."

Transcurridos más de 17 años, puede decirse que se trataba -en la óptica del presidente HC- de la voluntad política anticapitalista o antiimperialista, como la han manejado grupos y partidos de izquierda en América Latina. Y sobre ella, no es claro que numerosos gobernantes latinoamericanos estén en la segunda década del siglo XXI en esa onda. Debe señalarse que es difícil demostrar que haya podido existir una conspiración contra la integración latinoamericana: parte de sus fracasos tiene que ver con la propia responsabilidad y actitudes de los latinoamericanos.  Como puede observarse, parte de los tránsitos de la administración bolivariana (actitud contraria a ALCA[8], retiro de la comunidad andina, actitud antiimperialista como objetivo de la propia integración o creación de un mundo pluripolar) estaban presentes ya en estas alocuciones del presidente Hugo Chávez y continúan en las del presidente Nicolás Maduro. Debe resaltarse como una tendencia en los basamentos de la actitud hacia la integración y hacia la conformación de una particular política exterior apuntalada por perspectivas políticas y las correspondientes ayudas a los socios identificados en la misma línea política, por razones ideológicas o de pragmatismo como es el caso muy evidente de ALBA.

Lo más importante para nosotros, sin embargo, es que el tipo de propuestas de la tercera fase y sus liderazgos  perseguían regresar a la integración que llamamos total y muy asociada a los grandes proyectos latinoamericanos. La vía, como se señaló,  es la de la crítica al economicismo y a la integración meramente comercial[9]. La integración se pasó a plantear así desde los 2000s como una integración para todas la áreas: política, social, económica, salud, educación, militar, tecnológica, cultural y toda área que se presentase como beneficiosa para el destino de los pueblos. Nada que ver con la creación o desviación de comercio, tampoco con la eficiencia o rentabilidad,  y tampoco con cuales perspectivas nos permitiesen mejorar la competitividad, sino la compensación más clara y crasa entre los que pueden y los necesitados. Pero este tipo de posiciones no la defienden variados países aunque si la aprovechan, con plena racionalidad por lo demás, aquellos que estén necesitados de ella. La crítica al capitalismo no ha estado en el caso de las relaciones de integración exentas de corrupción y manejos indebidos de fondos a través de gobiernos, instituciones o empresas beneficiadas y repartidoras. Algunas experiencias planteadas con  buena intención o ingenuidad han terminado en corrupción. Esta integración se ha concentrado o arrinconado en ALBA/TCP[10] pero también en mecanismos y propuestas complementarias como Petrocaribe, Petroamérica y Banco del Sur.

Esa efusividad de la tercera fase en base a la condición financiera de Venezuela y a las audacias cubanas y al contexto de las ejecutorias del PT en Brasil a partir de Lula, la revolución del disfrute de los Kirchner en Argentina o del populismo tecnocrático de Correa en Ecuador, no pudo arropar ni los problemas ni las soluciones de los mismos en la dinámica y contexto de la integración latinoamericana. Ni desarrollo ni comercio ampliado  de manera significativa, puede así encontrarse en el contexto del ALBA o en algunas de las otras relaciones establecidas. Parte de los impulsos relacionados con esta fase se encuentran también en el establecimiento -y sobre todo reunionismo y proselitismo político- y  la creación y dinámica de Unasur y Celac. Estas no han sido instituciones de Integración económica propiamente dicha. No nacieron como eso, ni para eso. Nacieron con otros fines  y varios se han beneficiado de ello. Pero efectivamente, por ahí no es la vía. Todas estas instituciones existen  dado que el proselitismo político -y sobre todo el-, requiere financiamiento. Y tienen muy poco futuro.

Llegados a este punto, tenemos una cuarta fase que es la de actualidad y el futuro. Nuevas propuestas han surgido y avanzan a pesar de las diferencias y problemas. Es el caso de la Alianza para el Pacifico que integran fundamentalmente México, Colombia, Perú y Chile. México y Colombia, dos antiguos miembros del Grupo de los tres; Perú, un miembro a veces con incomodidad en la Comunidad Andina de Naciones y Chile, un país  que avanza con logros indiscutibles en varios ámbitos. En esta cuarta fase seguramente habrán deserciones y hasta disoluciones según casos y experiencias.

Dos de los grandes pragmáticos en América Latina son los mexicanos y los brasileños. Aun con las diferencias a lo interno de cada uno, tienen estrategias e instituciones. No es el recientemente electo presidente Brasileño el determinante en la inestabilidad del Mercosur. Ella es estructural al proyecto mismo y viene de tiempo atrás. Los mexicanos, por su parte, a veces dicen que mirarán al sur, pero siguen mirando al norte y en ello -desde tiempo atrás- arrastran a los países centroamericanos. Por su parte, la Comunidad Andina de Naciones perdió uno de su dos países fuertes, que hacia pareja en este sentido con Colombia. Son demasiados los intereses circundantes, las confusiones, litigios  y proyectos para pensar en un futuro armonioso o exitoso para la Comunidad. Desde los remotos tempranos años noventa, ya eso era evidente y hoy día es más que transparente.

En tales sentidos, algunos voluntaristas piensan y -hasta con confusiones- recuerdan la Unión Europea como un ejemplo a seguir, y es que a pesar de los franceses haber rechazado la constitución única o el Brexit[11] o los recientes elementos álgidos en la administración italiana, el proyecto embate tras embate se mantiene. Claro, habiendo avanzado desde lo pequeño. En tales sentidos es de pensar si la Unión Europea solo puede existir en Europa, por su historia, su dinámica y sus particularidades. ¿Requiere la Unión europea – y no por ser perfecta, que no lo es- un hombre europeo? Esta pregunta, que parece intrascendente, no lo es. En variadas ocasiones podemos ver funcionarios, políticos, académicos, plegarse a ese ejemplo, a pesar  de sus  cuestionamientos a los imperios, a la dominación y quien sabe a cuantas cosas.

Como bien se infiere de la lectura de Arellano hace falta un reingeniería, pues el universo de fracasos o intentos o pocos éxitos, en materia de integración económica, es algo vasto en la región en estos menesteres. Algunas de las ideas equivocadas en la región, están en que  algunos creen que somos hermanos por la cercanía geográfica, de origen, de idioma y de otras tantas cosas. No es cierto, a veces estamos más cercanos de europeos y de gentes de otras latitudes que de habitantes de algunos países vecinos o cercanos[12]. No es extraño esto, la misma experiencia europea así lo demuestra; basta, sin embargo, con hacer algunas concesiones y ceder un poco en algunos asuntos para que la colaboración sea posible. O también plantearse metas realizables pues de no ser así seguirá la región cantando notas irrealizables o desarrollando proyectos que permanentemente requerirán restructuración. Por otra parte, algunos organismos regionales han sido y pueden ser importantes. Pero en ellos también está presente, curiosa y cómodamente, la ideología de algunas de las fases que hemos planteado. Las actitudes y las propuestas de políticas, si no son totalmente neutras en los organismos multilaterales tampoco lo son en los regionales.

La administración bolivariana se ha pronunciado con gran énfasis en la importancia de la integración latinoamericana. Sus resultados, sin embargo son bastante magros. La integración y los acuerdos tienen sus reglas. No debe la improvisación convertirse en el instrumento determinante en la formulación de políticas.  En un escenario como el latinoamericano, sus élites gobernantes, en algunos casos terminan apartando propuestas compartidas en el campo del comercio y la integración o importándoles más sus probables relaciones con EE.UU. y ahora China o Rusia. Y debe destacarse, que este es el perfil que está asumiendo Venezuela. Pero estos arreglos son otra cosa y tienen otros sentidos.


28 de noviembre de 2018
@eortizramirez


[2] Para el interés de reflexión de esta nota puede afirmarse que un tiempo intermedio de balance, así como de creación de nuevos retos de la integración en la región fueron los finales de los ochenta e inicios de los noventa del siglo XX. Puede verse Eduardo Ortiz Ramírez https://www.academia.edu/33864296/C._LA_DIN%C3%81MICA_INTERNACIONAL_DE_LA_INTEGRACION_Y_LOS_BLOQUES_ECON%C3%93MICOS._PERFILES_PARA_VENEZUELA_1990._Eduardo_Ortiz_Ram%C3%ADrez.
[3] Dentro de los elementos asociados a la integraciones exitosas se estima que: a) deben ser llevadas a cabo por equipos; ni es una experta o experto, ni un ministro el determinante; b) sistemáticamente deben realizarse estudios sectoriales y/o regionales en vez de dejarse atrapar por la palabra fácil o entusiasta; c) hay que entusiasmar a la población por proyectos determinados; esto es, convertir a la integración en un objetivo nacional.
[4] Ilustraciones para algunos períodos pueden verse en GERMAN A. DE LA REZA. Creación y desviación de comercio en el regionalismo latinoamericano: nuevos argumentos de un viejo debate. Revista Comercio Exterior. Julio 2005. México.
[5] Puede verse ESTIMACIONES DE LAS TENDENCIAS COMERCIALES AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE. EDICIÓN 2018 Actualización 1T Coordinado por Paolo Giordano.  Sector de Integración y Comercio. Vicepresidencia de Sectores y Conocimiento. Banco Interamericano de Desarrollo.
[6] Ver Los futuros del MERCOSUR: nuevos rumbos de la integración regional / Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe. p. cm. — (Nota técnica del BID; 1263)- Marzo 2017.
[7] Venezuela solicitó en junio de 2001 su ingreso a MERCOSUR y ello fue materializado en 2012 en el contexto de una coyuntura política vivida por Paraguay.
[8]  La Cumbre de las Américas llevada a cabo en Mar del Plata/Argentina a finales de 2005, se constituyó en el momento a partir del cual la propuesta de ALCA pasó a perder fuerza o impulso. Sobre esta propuesta puede verse https://www.academia.edu/37647533/Repercusiones_Economicas_del_ALCA._Eduardo_Ortiz_Ramirez_y_Marisela_Diaz._2005_Publicado_en_Analitica.com.  
[9] Eduardo Ortiz Ramírez ¿Tiene Venezuela una política de integración económica? 22/09/2014, https://www.aporrea.org/venezuelaexterior/a195398.html. También puede verse https://www.academia.edu/23582618/LA_POL%C3%8DTICA_COMERCIAL_Y_LA_INSERCI%C3%93N_INTERNACIONAL_DE_VENEZUELA.
[10] La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos (alba-tcp) Vigencia y viabilidad en el actual contexto venezolano y regional. Dilio Hernández / Yudi Chaudary Enero de 2015 Friedrich Ebert Stiftung, Venezuela.
[11]Carlos Daly Gimón  El Brexit ante la Unión Europea en noviembre de 2018. viernes, 23 de noviembre de 2018. http://masterecointerucv.blogspot.com/2018/11/el-brexit-ante-la-union-europea-en.html.  
[12] Es conocido que en varios países latinoamericanos, incluida Venezuela, se dio una relativamente numerosa inmigración europea.

martes, 27 de noviembre de 2018

Planes para el día después. Agricultura VI: Fertilizantes especiales.


Planes para el día después. Agricultura VI: Fertilizantes especiales.

Pedro Raúl Solórzano Peraza.
Noviembre de 2018.

Para el día después, que será el primer día de un nuevo período democrático para Venezuela, se debe tener un plan de acción para recuperar los sectores productivos del país. Uno de ellos es la agricultura, donde hay que considerar muchos aspectos, y en esta oportunidad trataremos el suministro de fertilizantes especiales (hidrosolubles y de aplicación foliar) para los programas de producción agrícola.

Fertilizantes especiales: hidrosolubles y de aplicación foliar.

-Fertilizantes especiales: además de los fertilizantes convencionales, de aplicación edáfica directa, que son manejados en la actualidad por los organismos oficiales, existen otros tipos de fertilizantes que hasta los momentos, en su gran mayoría, han sido manejados por particulares en cuanto a su producción, importación previa autorización oficial, y comercialización. Estos productos los identificamos como fertilizantes especiales ya que tienen unas características de solubilidad muy particulares, son hidrosolubles, libres de cloruros y de calcio, y se aplican por medio de uno de los métodos de fertilización más eficiente como es la “fertirrigación”. Además de estos productos hidrosolubles, existe otro grupo de fertilizantes especiales, que son aquellos específicamente elaborados para aplicación foliar, es decir, para asperjarlos sobre el follaje de las plantas que luego los absorben translaminarmente o a través de los estomas de las hojas.

La demanda por estos productos hidrosolubles va en franco ascenso en la medida que en el país aumentan los sistemas de riego localizado y sus áreas servidas, ya que bajo este manejo es fundamental la fertirrigación. Sin embargo, en muchas oportunidades la oferta de estos fertilizantes no ha estado a la altura de la demanda, ya que siendo en su mayoría productos importados, se confrontan problemas de suministro de divisas que retardan o entorpecen, de alguna manera, la disponibilidad oportuna de estos fertilizantes.

En la industria nacional de fertilizantes, por medio de la empresa mixta Tripoliven, C.A., donde por supuesto interviene Pequiven, se produce un fertilizante hidrosoluble de excelente calidad que es la urea-fosfato, el cual se expende con el nombre comercial de Urfos 44 y contiene 17% de N-ureico y 44% de P2O5. Buena parte de este producto se exporta y se utiliza también en alimentación animal. Esta empresa ha producido en algunas ocasiones, un fosfato monoamónico hidrosoluble y algunas fórmulas N-P-K para fertirrigación.

Pequiven también forma parte de una empresa mixta que opera en la República de Colombia, identificada como Monómeros Colombo-Venezolanos, la cual produce algunos fertilizantes hidrosolubles expendidos bajo el nombre Nutrimón, de los cuales en Venezuela se comercializa el Nutrimón 13-03-43, que ha sido muy utilizado en los programas de fertirrigación a nivel nacional.

Ciertas empresas han comenzado a mezclar fuentes hidrosolubles simples para producir algunas fórmulas completas N-P-K, enriquecidas con micronutrientes, para ser aplicadas en fertirrigación.

La fertilización foliar, por su parte, es un método para suministrar nutrientes a las plantas de una manera muy directa, y ha ido aumentando en la medida en que los productores han comprobado las bondades de esta práctica. Además, porque en el mercado nacional, en años recientes, ha existido una variada gama de productos de este tipo, muchos de los cuales son de excelente calidad. Destaca en este caso la aplicación foliar de micronutrientes, ya que se requiere aplicar pequeñas cantidades de estos elementos nutritivos en base a los requerimientos de los cultivos, que muy bien pueden ser totalmente cubiertos y mejor dosificados con las soluciones que se preparan para la aspersión sobre el follaje de las plantas, que cuando se intentan aplicar como fertilizantes de aplicación edáfica convencional.

En el país existen algunas empresas químicas y otras dedicadas a la nutrición, que importan fuentes de oligoelementos o micronutrientes, tales como sulfatos de hierro, zinc, manganeso y cobre de alta solubilidad; ácido bórico y molibdato de amonio o de sodio, con los cuales se cubre todo el espectro de los micronutrientes esenciales para las plantas, con excepción del cloro que abunda en la naturaleza y generalmente no se contempla en los programas de fertilización de cultivos.

Algunos particulares han formulado ciertos productos para fertilización foliar, la mayoría de ellos con materia prima importada y elaborados mezclando los nutrientes con  aminoácidos, extractos de algas, y otros derivados orgánicos, que pueden mejorar la fisiología de las plantas y coadyuvan al aprovechamiento de esos nutrientes aplicados por vía foliar, al favorecer su absorción y transporte dentro del vegetal.

En conclusión, con estos fertilizantes especiales, hidrosolubles y de aplicación foliar, se debe facilitar la importación, tanto de productos terminados como de materia prima, por medio de las empresas que tradicionalmente lo han hecho, suministrándoles divisas suficientes y de manera oportuna para realizar esas importaciones. Así mismo, apoyar a los empresarios nacionales que puedan producir algunos de estos fertilizantes en el país, utilizando parcialmente materias primas de origen nacional, para que aumente la actividad de la agroindustria y se inviertan menos divisas en el suministro de este tipo de fertilizantes.

Pedro Raúl Solórzano Peraza.
Noviembre de 2018.




Reingeniería de la integración regional

Reingeniería de la integración regional,

por Félix Arellano

felixarellano50@yahoo.com

Desde el intento de construir una zona de libre comercio latinoamericana, iniciado en 1960 con la creación de la Alalc, el proceso de integración regional ha atravesado por experiencias muy complejas, donde pareciera que prevalecen los retrocesos. En estos momentos, por algunas declaraciones del equipo del Presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, se visualiza un panorama sombrío para el Mercosur y, la institucionalidad creada en la euforia del radicalismo latinoamericano, la llamada fase de la “integración ideológica”, se está desmoronando, generando un panorama de fragmentación y desintegración. La solución pareciera orientarse a una urgente y profunda reingeniería de la arquitectura de la integración existente, que permita definir un claro horizonte.
Entre las debilidades que se requiere enfrentar destaca la negativa vinculación entre los cambios políticos de los países y la integración. Someter el desarrollo del proceso técnico de la integración, lo que tiene que ver con la construcción de la zona de libre comercio, la unión aduanera o el mercado común; a los vaivenes políticos de los países miembros, evidencia la poca importancia que se asigna a la integración y la rudimentaria visión de los políticos que supeditan el comercio, el crecimiento económico y el bienestar social a la generación de un entorno favorable para sus arbitrariedades.
La fase ideológica de la integración, que ha generado instituciones como la ALBA, Unasur y Celac, no ha permitido avanzar en los temas sustantivos, no ha estimulado la equidad, ha generado exclusión y ha atomizado la región.
La permanente retórica contra el imperio, nos ha mantenido en un discurso anacrónico y no ha permitido aprovechar oportunidades. En el caso de la ALBA la situación es dramática, pues intenta promover un comercio libre, bajo el falso nombre del “comercio de los pueblos”, pero sin haber definido las reglas básicas que sustentan el proceso. Toda una falsa narrativa de satanizar el comercio y al imperio, pero utilizándolos y necesitándolos; pues, tanto el comercio como el imperio pueden estimular bienestar social.
Lo más grave ha sido el cuestionamiento permanentemente de lo existente, sin resolver los problemas y creando nuevos, lo que ha empeorado la situación
En lo que respecta al Mercosur la incertidumbre crece. La fase ideológica afectó sensiblemente el proceso, pues los gobiernos radicales se concentraron en cuestionar al imperio y el proceso técnico se estancó; luego, con los cambios de gobiernos, la atención se centró en luchar contra el autoritarismo bolivariano, hasta que finalmente se aplicó la Cláusula Democrática y se suspendió al gobierno venezolano. Ahora, cuando debían llegar mejores tiempos para avanzar en los temas fundamentales, el gobierno argentino entra en crisis y el nuevo gobierno electo en Brasil emite señales negativas sobre su participación en el bloque.
Pudiera ser que las críticas del equipo de Bolsonaro en el fondo se concentren en la necesidad de revisar la unión aduanera, ya que pudiera aspirar mayor autonomía en su inserción en la economía mundial. Por otra parte, este tema no es nuevo, pues los países del Mercosur ya se dividieron en las negociaciones comerciales con México y Brasil acaba de informar la culminación de una negociación comercial record en el tiempo con Chile, realizada de forma individual sin los socios del Mercosur.
En este contexto, todo indica que existe un desasosiego frente a la unión aduanera del Mercosur, tanto en lo que respecta a los niveles del arancel, pero sobre todo a la sensación de “camisa de fuerza” que sienten los países miembros, al no poder negociar individuamente acuerdos comerciales. Conviene recordar que al formar parte de una unión aduanera, las negociaciones comerciales con terceros países se deben realizar en bloque. Este ha sido el caso de la Unión Europea que ha mantenido tal disciplina y realiza sus negociaciones comerciales con el resto del mundo en bloque, lo que ha fortalecido su poder de negociación. Ahora bien, pareciera que en la región este principio no resulta muy atractivo, en particular a los gobiernos que se han anclado en una idea rígida de la soberanía.
Con la Comunidad Andina en extinción, el Mercosur en gran incertidumbre y los esquemas ideológicos de Unasur y Celac en franco deterioro, va quedando la Alianza del Pacifico, que básicamente constituye una plataforma de acuerdos bilaterales de libre comercio, con la armonización de algunas políticas conexas al comercio, lo que confirmar la crisis de las uniones aduaneras
No son tiempos favorables a la integración, como se puede apreciar con la culminación del Brexit y el retiro formal del Reino Unidos de la Unión Europea. En el caso de la región, si se fortalece el camino del bilateralismo, resulta conveniente evaluar opciones que permitan mantener un mínimo de reglas comunitarias en un marco multilateral, privilegiando en ese contexto, entre otros, el tema de la equidad en el comercio, en particular la situación de apoyo temporal a los sectores más débiles, pues menospreciarlos puede acarrear consecuencias impredecibles. En ese proceso de revisión y reingeniería recordemos que aún contamos con la Aladi y el SELA, que en sus áreas y en sus momentos, han generado beneficios a la generación de confianza en la región.