jueves, 8 de noviembre de 2018

Riesgos y razón en la compra venta de Bitcoins.




Riesgos y razón en  la compra venta de Bitcoins.
                                                          
                                  






Prof. Dr. Carlos E. Daly Gimón

La condición de inversionista en la economía capitalista trae implícito el factor riesgo, es decir de la contingencia. Si un operador de fondos financieros aspira ante todo a la seguridad en sus colocaciones más le conviene que acuda al sistema bancario, y revise, claro, la solvencia del banco que ha seleccionado. Las instituciones públicas especializadas también se ocupan de ello. De su control y supervisión, lo cual no quiere decir que sean inmunes, en lo absoluto. Sino recordemos la enorme crisis financiera del 2008 que despunta con el derrumbe de Lehman Brothers y otros importantes bancos en los Estados Unidos. Igual ocurrió en la Unión Europea y en otras regiones del mundo. Las normas y prácticas institucionales no son una garantía absoluta de la estabilidad económica.
No obstante, una vieja regla de los mercados asegura que quién más arriesga más aspira en términos de rendimiento. Ello sigue siendo una práctica reiterada en las finanzas de la economía globalizada. Y las transacciones bursátiles son un fiel reflejo de esa conocida pauta. Si se tiene una buena vinculación con el riesgo y se aspira por tanto a rendimientos más cuantiosos, entonces los mercados de valores son la mejor opción para los inversionistas de fecha reciente.
En esos escenarios, los negocios financieros se  llevan a cabo en Acciones, Bonos, Divisas, Derivados, Commodities, Operaciones sobre Opciones y otros instrumentos de inversión. Y más allá de las colocaciones en el campo de las finanzas privadas, está la participación en las actividades productivas de la economía real, entre las que destacan la compra venta de inmuebles, las innovaciones tecnológicas bajo el esquema de las startups o los proyectos en desarrollos productivos, incluyendo desde luego a las joint-ventures.
En cambio, las inversiones en monedas virtuales son  una cosa muy distinta[1].
Ante todo son un fenómeno relativamente reciente. Podemos afirmar que el Bitcoin es una moneda digital asociada al desarrollo tecnológico propio del siglo XXI. Sin el auge del Internet ello hubiere sido impensable e inviable. El enorme crecimiento y diversificación de las comunicaciones en la Red, es lo que ha permitido el nacimiento y auge del dinero electrónico.
En tanto que moneda virtual, el Bitcoin es también un activo que se ha posicionado como medio de pago.
Ya se puede pagar con Bitcoins bienes y servicios, se pueden adquirir en casas de cambios y mercados autorizados para ello.  
Hoy en día se le considera un activo financiero de particular interés para un determinado tipo de inversionista. Puede afirmarse que es un valioso y atractivo medio de ahorro más que todo en países donde la tasa de interés es apenas superior al 2% anual en colocaciones a plazo, e incluso menos. Desde hace algo más de una década, las cryptomonedas se han convertido en una alternativa relevante frente a los medios tradicionales de inversión.
Desde el punto de vista técnico, el Bitcoin es una Criptomoneda. Es decir, está ubicado en el grupo de monedas autoreguladas. Ello se traduce en que no tiene respaldo ni de los Estados/Nación ni de los Bancos Centrales ni de ninguna entidad empresarial en particular. En su lugar existe el registro de BLOCKHAIN[2]. A este último se le considera un mecanismo de códigos cifrados que permite llevar un orden específico en las emisiones de Bitcoins.
Pero para comprender el Bitcoin a cabalidad es necesario tener presente que la creación de esa Criptomoneda se da mediante la minería.
Término que tiene una carga de misterio pues, groso modo, el sentido usual de ese vocablo tiene que ver con la exploración y explotación en las minas, es decir, la perforación terrestre en busca de minerales. En materia de monedas digitales, la minería tiene que ver con el trabajo descentralizado que llevan a cabo un número significativo de personas alrededor del mundo, quienes mediante un software especializado resuelven problemas matemáticos –cálculos aleatorios- y como retribución reciben Bitcoins. En términos de emisión, los Bitcoins se crean a una velocidad predecible  y decreciente, lo que implica que el máximo de Bitcoins que se puede obtener con la minería total es de 21 millones de Bitcoins hasta llegar al año 2140. Vale precisar que los mineros contribuyen de esta manera a la validación del sistema contable que representa el Blockchain, el gran asiento de todas las transacciones en la red. Estos criterios restrictivos hacen que la oferta del Bitcoins sea limitada y contribuya, por tanto, a elevar el precio de la criptomoneda en el mercado.
Si lo vemos históricamente, el Bitcoin apenas despunta entre sus usuarios a partir del 2010, pero su presencia resultó verdaderamente llamativa en los circuitos monetarios y comerciales con el “corralito de Chipre” de 2013, el cierre de oficinas comerciales de bancos y entidades financieras, y las consecuentes dificultades para los retiros y operaciones bancarias  que se dio en aquel momento; lo cual llevó al Bitcoin  a convertirse en una especie de "valor refugio" para un número significativo de clientes y asociados. Posteriormente ocurre un hecho de mayor impacto sobre el dinero digital con la quiebra de la casa de cambio Mt. Gox en 2014[3], cuando se verifica por vez primera la vulnerabilidad de una moneda muy estable y supuestamente blindada con el dispositivo del Blockchain y la minería.
En aquel momento, el valor de un Bitcoin se ubicaba alrededor de los 1.000 dólares americanos.
Sobrevienen entonces tres años de relativa estabilidad, y en 2017 se inicia una escalada realmente excepcional cuando el Bitcoin  supera por vez primera la barrera de los 2.000 $ en el mes de mayo. En agosto ya se sitúa por encima de los 4.000$, y en diciembre de ese mismo año remonta hasta los 20.000$ [4].
Queda así evidenciado un rasgo que sigue estando presente en el comportamiento del Bitcoin y que es su volatilidad. Se trata de una burbuja varias veces anunciada aunque nadie sabía a ciencia cierta cuando ocurriría, ni tampoco cuál sería su duración. Queda de esta manera evidenciado un componente específico y  complicado de las criptomonedas, sus oscilaciones impredecibles y sujetas por tanto a un comportamiento especulativo.
2018 ha sido realmente negativo para el Bitcoin. Su cotización ha fluctuado entre octubre y lo que va de noviembre alrededor de los 6.000 $, a pesar de que en la primera parte del año anduvo rondando los 10.000 $. Si se le compara con diciembre de 2017 podemos apreciar una caída muy brusca y continua.
Ha sido un año de pérdidas y de despiste en el mundo de los inversionistas y, también, de los especuladores con el Bitcoin.
En términos funcionales, la compra del Bitcoin se puede realizar accediendo a varias páginas Web, entre las que se puede mencionar.
  • Coinbase*: ofrece una comisión del 3,5%, pero es uno de los sitios más populares.
  • Kraken*: la comisión es mucho menor, entre el 0,16 y 0,26%.
  • LocalBitcoins*: está pensada en la compra de persona a persona (P2P)[5].
Para adquirir la criptomoneda se requiere cumplir con una serie de pasos muy sencillos:
1. Abrir una cuenta en alguno de los proveedores arriba mencionados.
2. Depositar dinero en la cuenta recién abierta, mediante transferencia bancaria, tarjeta de crédito o PayPal.
3. Comprar la divisa elegida (en nuestro análisis el Bitcoins, pero en la actualidad son cada vez más numerosas las criptomonedas. Vale mencionar que las más atractivas para los ahorristas e inversionistas han sido: Ethereum, Ripple, Dash, Litecoin, Dogecoin, Monero, Factom, Bitshares, Peercoin, Namecoin y otras).                                                                                                                         
4. Vender las divisas cuando se desee.
5. Abonar el saldo a una cuenta privada.
Tal como hemos anotado en líneas anteriores, el dinero digital es diferente no solamente en su emisión,  sino en su uso y en lo que tiene que ver con su comportamiento.
Nos referimos a que no existe una autoridad institucional que tenga el control del Bitcoin. Ello implica que desde el punto de vista de la seguridad  puede eventualmente ocurrir el robo del código de cualquier usuario, e incluso, que las casas de cambio puedan ser objeto de ataques informáticos [6]. En este aspecto vale advertir al lector interesado del emblemático caso del troyano CryptoShuffler, concebido para introducir  modificaciones en las carteras de criptomonedas de los usuarios[7].  De acuerdo a Kapesky.lab Daily, los montos sustraídos mediante este troyano ha superado los cientos de miles de dólares mediante el acceso a un monedero de la criptomoneda que se efectúa de esta manera:” Cuando CryptoShuffler detecta la dirección de un monedero de criptomoneda en el portapapeles (es muy fácil hacerlo por la longitud de la línea y los caracteres específicos), la reemplaza por otra. Como resultado, la transferencia de criptomonedas se realiza, solo que el destinatario son los hackers responsables de CryptoShuffler. Una vez estudiado el troyano, Kaspersky. Lab Daily descubrió que el malware no solo tiene como objetivo a Bitcoin, sino también a Ethereum, Zcash, Monero, Dash, Dogecoin y otras criptomonedas. Sustituir los monederos Bitcoin es la actividad más lucrativa del troyano (durante la publicación de este artículo, los atacantes ya se han hecho con algo más de 23 BTC, unos 140.000 dólares según el cambio)” [8].
Otro aspecto de particular importancia es que los Bitcoins así como las demás  criptomonedas se inscriben en la corriente del dinero virtual de uso  cada vez más generalizado en los mercados monetarios, como es el dinero plástico y las operaciones propias de las redes bancarias.
Tal como ha sido resaltado en párrafos precedentes, el Bitcoin puede ser usado para pagos “on line”. Existe en la Red, Bitcoin Tree, que es un sitio Web que ofrece sistemas colaborativos, Bitcoinisimo que es una especie de "Amazon" de los Bitcoins con envío a todas partes del mundo, y L3Server, que ofrece servidores virtuales privados (VPN).
El sitio Web Coinmap, https://coinmap.org/, tienen registrados cerca de 10.805 negocios en los que se puede comprar con Bitcoins en diferentes países. En América Latina también se negocia en Bitcoin. En Ciudad de México hay más de 30, en Bogotá otros 40, Santiago de Chile tiene 15 y Buenos Aires más de 150 [9]. El tipo de empresa que negocia con Bitcoins es: ópticas, cafeterías, restaurantes, centros comerciales y otras.
Para los usuarios de las criptomonedas existe la billetera virtual. Esta  consiste en un acceso con una clave única que te permite conocer los Bitcoins que compraste.
Para fines de acceso y utilización, la billetera puede estar disponible en la computadora personal del usuario, o en los servicios online que facilitan la compra-venta con Bitcoins.
Cada persona puede ser titular de más de una cartera, la cual va asociada a una cuenta bancaria determinada cuyas operaciones se llevan a cabo a través de una casa de cambio de Bitcoins.  
Entre los Monederos o carteras más conocidos están Mycelium o Blockchain.info. Descargarse cualquiera de estas aplicaciones permite acceder directamente al Bitcoin, es decir, representa una vía directa hacia esa criptomoneda. Otra manera es abrir una cuenta directamente en las casas de cambio especializadas. Coinbase es una de ellas.
El Bitcoin se puede transar por los cajeros automáticos en numerosos países, particularmente aquellos que usan tecnología Halcash, para enviar dinero en efectivo a través del teléfono celular.
Finalmente, dada las especificidades de las criptomonedas, ya está claro que se trata de un mercado sumamente concentrado, pues de acuerdo a Blomberg [10], cerca de 1.000 personas controlan más del 40% del mercado. Ello implica que los tenedores pueden, eventualmente, tomar la decisión de salir de sus posiciones y provocar con ese tipo de decisiones el derrumbe de los precios.
Esas y otras circunstancias son factibles en razón de la desregulación que caracteriza este mercado, y que de paso lo hace sumamente vulnerable a la manipulación y al fraude. Ya se sabe que, además, participan en este tipo de operaciones gobiernos que toman posiciones con intención de sacarle provecho a su disponibilidad monetaria, y, consecuentemente, a las fuertes fluctuaciones del Bitcoin.
Concurren en las transacciones de monedas digitales pequeños y medianos ahorristas junto a inversionistas de alta capacidad, todos ellos entusiastas de la ola especulativa e inestable que caracteriza a las criptomonedas.
Hay, desde luego, emprendedores que intervienen en ese mercado para analizar la capacidad de transformación que trae la tecnología del Blockchain,  su aplicación a otros ámbitos de la economía digital, y así definir innovaciones en materia de las prácticas bancarias tradicionales.  
Estamos, sin lugar a dudas, en medio de una fiebre del Bitcoin y del Blockchain en una economía global cada vez más digitalizada. El oro digital está a la vuelta de la esquina y atrae a un público tan numeroso como incauto, como si se tratara de un juego de azar; arriesgado, fortuito e inseguro.








[1] Las fuentes bibliográficas son variadas y numerosas. Referimos tres libros actualizados que nos parece pueden dar luces al lector interesado. Marquez Solis, Santiago. “Bitcoin. Guía completa sobre la moneda del futuro”. Ediciones  Ra-Ma.2016. Gonzalez Otero, Juan Manuel. “Bitcoin. La moneda del futuro”. Ediciones Unión Editorial.S.A. 2017. Janson, Felix. “Criptomonedas. La guía fundamental para el comercio, la inversión y la minería de Bicoins”. Ediciones Felix Janson Technical Books. 2016.
[3] El diario.es registró en febrero de ese año ese acontecimiento de esta manera:” Mt. Gox, la que fuera la mayor casa de cambio de Bitcoins, entró en bancarrota el viernes en Japón. Podrían haber perdido alrededor de 500 millones de dólares a causa de una vulnerabilidad en su sistema, según explicó su CEO, Mark Karpeles. El colapso viene después de varias semanas de subidas y bajadas en la cotización de la criptomoneda. Karpeles pidió disculpas, dijo que Bitcoin seguirá creciendo y que la industria del bitcoin se encuentra en buena forma. Según Mt. Gox, la casa de cambio había perdido 750.000 bitcoins pertenecientes a sus usuarios y 100.000 propios. En la cotización del bitcoin al momento de escribir este artículo, 414 euros, esto sería equivalente a 351.900.000 euros en total”. Tomado de https://www.eldiario.es/turing/ Consultado el 06/11/2018.

[4] Veáse. Collado, Javier.” Diez años del Bitcoin, una burbuja a medio pinchar con un futuro incierto”.Tomado de https://www.eleconomista.es  Consultado el 05/1172018.

5] Información tomada de “¿Cómo y dónde comprar bitcoins?: guía básica para invertir en el "oro digital" y cuáles son los riesgos”.  https://www.bbc.com/mundo del 30/11/ 2017. Consultada el 02/11/2018.

[6] Como es bien sabido, el tema de la ciberseguridad ha venido tomando una importancia creciente en el ámbito público y privado, nacional e internacional.  En un trabajo nuestro que lleva por título “Ciberseguridad, ciberriesgos y ciberdelitos”, publicado el 17 de septiembre de 2018,  exponemos una serie de criterios y consideraciones al respecto. Veáse el BLOGDECARLOSDALY.BLOGSPOT.COM.
[8] “CryptoShuffler: un troyano roba 140.000 dólares en Bitcoins”. 2 Nov 2017. Consultado en 05/11/2018.
[9] Tomado del artículo de la BBC Mundo ya referido: ¿Cómo y dónde comprar bitcoins?: guía básica para invertir en el "oro digital" y cuáles son los riesgos”.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario