REPENSANDO LA
INTEGRACION. Una manera de apreciar la reingeniería que propone/analiza F. Arellano[1].
EDUARDO ORTIZ
RAMIREZ
Algunos piensan que no hay que ver el
pasado para programar el futuro (sobre ello versa la prognosis), sino planear
el futuro, algo así como proyectar montado sobre el futuro mismo. El artículo
de Arellano, nos mueve a sintetizar
algo de lo hecho mal o hecho bien, para un menester tan valorado y apreciado o
también utilizado por oportunistas, como es el caso de la integración económica[2].
Ella se enfrenta siempre a las críticas al economicismo o enfoques basados solamente
en el comercio y a las sugerencias de hacer propuestas integrales (basadas,
puede ser en enfoques Holísticos) y,
aunque no se crea, remiten también al realismo
mágico de los latinoamericanos y algunas veces a sus ambiciones sobre
grandes proyectos que -en variados casos- terminan en pequeños resultados[3].
En un principio (hacia mediados del
siglo XX), ni en el globo ni la región había integración económica, según la conocería
después el mundo y los hacedores de políticas a partir de los trabajos de
Viner, Balassa y numerosísimos autores individuales y otros tantos libros y
manuales.
Efectivamente, en tiempos próximos
cercanos a los indicados, la región inició la experiencia de ALALC que en los ochenta se convertiría
en ALADI (11+Cuba). No pasó mucho
tiempo para que los centroamericanos iniciarán un proyecto que dejó
experiencias positivas, pero que se alteró en los ochenta y los noventa con las
guerras de izquierdistas y derechistas según sus distintas perspectivas de
ejercer el poder, apoyadas por los resabios de la guerra fría y los vendedores
de armas; dejando también el recuerdo efímero de haber llamado a su experiencia
el Mercado Común Centroamericano,
mientras en todo su historial ni en aquellos tiempos ni en los actuales, ya con
otra denominación (SICA), logró abordar/superar la etapa de Unión Aduanera.
Desde esos tiempos hasta la actualidad -hay que señalarlo de entrada- la región
solo ha alcanzado -en algunos casos- etapas de uniones aduaneras imperfectas[4].
Dándole algo de orden al repensar de
la integración económica en la región, podemos ubicar cuatro fases en la misma. La
primera fase, la llamaremos la fase ambiciosa o de las ejecutorias de los
proyectos iniciáticos que puede abarcar la experiencia del MCCA y el Pacto Andino (1969) y la serie de acuerdos
bilaterales fijados hasta los setenta y los ochenta. Sobre todo interesa el
Pacto señalado por la participación de Venezuela, con la experiencia de un
proyecto omniabarcante e integral; programa de liberación, arancel externo
común, programas sectoriales de desarrollo industrial,, empresas
multinacionales andinas, armonización de políticas para la movilidad factorial,
propuestas para el área tecnológica y de la seguridad social, en fin numerosos
aspectos donde el éxito se puede medir por cual avanzó menos que el otro,
paradójicamente, con problemas fundamentales para la representación y la
creación del comercio intrarregional[5].
Pero también lo que representó lo que llamó alguna vez la autora colombiana
Alicia Puyana de Palacios la integración
entre socios desiguales. Compensación y esperas recurrentes para Ecuador y
Bolivia, o Perú de vez en cuando queriendo dejar el proceso integracionista.
La segunda fase se enfrenta al avance de la integración entre países
desarrollados (UE 1993, TLCAN 1994) habiéndose avanzado muy
poco en la dimensión regional en el aspecto económico comercial. Coexiste esta
fase con un proceso paralelo de apertura y difusión de ideas neoliberales y de
ejecutorias de planes de ajuste y estabilización, que terminaron llevando a
variados países a trampas
macroeconómicas, sin soluciones efectivas para el crecimiento y el
desarrollo. Surge Mercosur en 1991,
que aprovechó la fuerza que seguiría teniendo en el nuevo proyecto la relación
Argentina/Brasil y que estaba claramente establecida ya en 1989, con el
Programa PICE o programa para la
integración y cooperación económica. Pero, paralelamente, puede decirse que
Paraguay y Uruguay se perfilaron como lo que se mantendrían siendo en el
proyecto; esto es, países con grandes diferencias con las dos naciones
mencionadas primeramente y que necesitarían grandemente de tiempo y
consideraciones especiales. La Comunidad
Andina, cuyo proyecto ya en los noventa estaba claramente identificada como
Comunidad Andina de Naciones continua
en los noventa del siglo XX con lo que se volverá en ella una costumbre, esto
es una permanente reestructuración y
cambio. Reunión tras reunión, se vuelve larga la misma. A pesar de los deseos de estructurar cambios
y nuevos proyectos en esta segunda fase,
que abarca todos los noventa, el comercio intraregional no crece. A pesar de todos
los ajustes que se puedan hacer, puede afirmarse -grosso modo- que el comercio
intrarregional en América Latina nunca ha superado en forma estable -para
convertirse en una regularidad- el 20 % del comercio total, teniendo casos emblemáticos
como el de México y su pequeño comercio con la región.
Casos en la región que habrían
brindado buenas oportunidades, como el del Grupo
de los Tres donde estaba México, Colombia y Venezuela, tuvieron un gran
impulso inicial pero pasaron a un estancamiento y a un finiquito dado el retiro
de Venezuela de este proceso y de la CAN
en el año 2006, en plena administración bolivariana. A los efectos de los
resultados de esta segunda fase tras
40 o cincuenta años de propuestas y experiencias de integración, no se superó
en la región el consuelo que brinda la expresión Uniones aduaneras imperfectas dadas las considerables dificultades
para que se estructurase en forma completa y para todos los miembros el Arancel Externo Común en los proyectos
que se lo plantearon (Mercosur, CAN).
Pocos sospechaban que se podía caer
en una tercera fase, que Arellano ubica como la de la Integración ideológica, pues quienes la
lideran, Venezuela -sobre todo- por su chequera petrolera, se plantearon cambiar
los modelos de desarrollo, desarrollar luchas antiimperialistas y liberar a los
seres humanos del supuesto oprobio del capitalismo. Ah!.... pero sin estar esto
en las gestiones institucionales del Mercosur[6]; pues,
paradójicamente y con conveniencia para otros, Venezuela se planteó ingresar a
este proyecto[7],
donde después de unos pocos años de haber ingresado termina suspendida en
tiempo reciente en base a la aplicación de los criterios democráticos (o cláusula
democrática).
Sirve de
referencia en cuanto a lo que se difundió como la posición venezolana el Discurso
en la inauguración de la I Cumbre sobre la Deuda Social y la Integración
Latinoamericana, Hugo Chávez, Caracas, Círculo Militar, 10 de julio de
2001 del cual hemos extraído algunas ideas fundamentales y que
presentamos a continuación. 1. "...La propuesta del ALCA por ejemplo, es
una propuesta de matrimonio por interés. No tiene alma, le han extraído el
alma, no tiene pueblo..." 2."...Aquí tenemos que acelerar muchas
cosas, pero no es el ALCA precisamente lo que hay que acelerar. Tenemos que
acelerar la integración nuestra, de Suramérica, de Centroamérica, del Caribe.
...soy un radical crítico del sistema de integración andino, así llamado. Y
Venezuela pertenece también a la Asociación de Estados del Caribe, y Venezuela
pertenece también al Grupo de los Tres y al Grupo de los Quince y al Grupo de
los 77 y al grupo de los doble equis… …La integración no puede partir de lo
económico, eso debe ser consecuencia… ...debe partir de lo político, una
decisión política que hay que tomar de gran dimensión..." 3."… hay
una conspiración internacional en contra de la integración de América Latina y
del Caribe... Contra Venezuela, por ejemplo, se conspira...". 4.
"Entonces debemos conformar o contribuir pues, desde aquí, a la
conformación de un mundo pluripolar. De Europa aplaudimos la Unión Europea. Nos
alegra muchísimo la Unión Europea y la reunificación de Alemania y el
fortalecimiento de Europa y la monedas europea: el Euro..."
Transcurridos
más de 17 años, puede decirse que se trataba -en la óptica del presidente HC-
de la voluntad política anticapitalista o antiimperialista, como la han
manejado grupos y partidos de izquierda en América Latina. Y sobre ella, no es
claro que numerosos gobernantes latinoamericanos estén en la segunda década del
siglo XXI en esa onda. Debe señalarse que es difícil demostrar que haya podido
existir una conspiración contra la integración latinoamericana: parte de sus
fracasos tiene que ver con la propia responsabilidad y actitudes de los
latinoamericanos. Como puede observarse, parte de los tránsitos de
la administración bolivariana (actitud contraria a ALCA[8],
retiro de la comunidad andina, actitud antiimperialista como objetivo de la
propia integración o creación de un mundo pluripolar) estaban presentes ya en
estas alocuciones del presidente Hugo Chávez y continúan en las del presidente
Nicolás Maduro. Debe resaltarse como una tendencia en los basamentos de la
actitud hacia la integración y hacia la conformación de una particular política
exterior apuntalada por perspectivas políticas y las correspondientes ayudas a
los socios identificados en la misma línea política, por razones ideológicas o de
pragmatismo como es el caso muy evidente de ALBA.
Lo más importante para nosotros, sin
embargo, es que el tipo de propuestas de la tercera fase y sus liderazgos
perseguían regresar a la integración que llamamos total y muy asociada a
los grandes proyectos latinoamericanos. La vía, como se señaló, es la de la crítica al economicismo y a la
integración meramente comercial[9]. La
integración se pasó a plantear así desde los 2000s como una integración para
todas la áreas: política, social, económica, salud, educación, militar,
tecnológica, cultural y toda área que se presentase como beneficiosa para el
destino de los pueblos. Nada que ver con la creación o desviación de comercio, tampoco con la eficiencia o rentabilidad, y tampoco con cuales perspectivas nos
permitiesen mejorar la competitividad,
sino la compensación más clara y crasa entre los que pueden y los necesitados.
Pero este tipo de posiciones no la defienden variados países aunque si la
aprovechan, con plena racionalidad por lo demás, aquellos que estén necesitados
de ella. La crítica al capitalismo no ha estado en el caso de las relaciones de
integración exentas de corrupción y manejos indebidos de fondos a través de
gobiernos, instituciones o empresas beneficiadas y repartidoras. Algunas
experiencias planteadas con buena intención
o ingenuidad han terminado en corrupción. Esta integración se ha concentrado o
arrinconado en ALBA/TCP[10]
pero también en mecanismos y propuestas complementarias como Petrocaribe,
Petroamérica y Banco del Sur.
Esa efusividad de la tercera fase en base a la condición
financiera de Venezuela y a las audacias cubanas y al contexto de las
ejecutorias del PT en Brasil a partir de Lula, la revolución del disfrute de
los Kirchner en Argentina o del populismo tecnocrático de Correa en Ecuador, no
pudo arropar ni los problemas ni las soluciones de los mismos en la dinámica y
contexto de la integración latinoamericana. Ni desarrollo ni comercio
ampliado de manera significativa, puede así
encontrarse en el contexto del ALBA o en algunas de las otras relaciones
establecidas. Parte de los impulsos relacionados con esta fase se encuentran
también en el establecimiento -y sobre todo reunionismo y proselitismo político-
y la creación y dinámica de Unasur y Celac. Estas no han sido instituciones de Integración económica
propiamente dicha. No nacieron como eso, ni para eso. Nacieron con otros
fines y varios se han beneficiado de
ello. Pero efectivamente, por ahí no es la vía. Todas estas instituciones existen dado que el proselitismo político -y sobre
todo el-, requiere financiamiento. Y tienen muy poco futuro.
Llegados a este punto, tenemos una cuarta fase que es la de actualidad y
el futuro. Nuevas propuestas han surgido y avanzan a pesar de las diferencias y
problemas. Es el caso de la Alianza para
el Pacifico que integran fundamentalmente México, Colombia, Perú y Chile. México
y Colombia, dos antiguos miembros del Grupo de los tres; Perú, un miembro a
veces con incomodidad en la Comunidad Andina
de Naciones y Chile, un país que
avanza con logros indiscutibles en varios ámbitos. En esta cuarta fase seguramente habrán deserciones y hasta disoluciones según
casos y experiencias.
Dos de los grandes pragmáticos en América
Latina son los mexicanos y los brasileños. Aun con las diferencias a lo interno
de cada uno, tienen estrategias e instituciones. No es el recientemente electo
presidente Brasileño el determinante en la inestabilidad del Mercosur. Ella es
estructural al proyecto mismo y viene de tiempo atrás. Los mexicanos, por su
parte, a veces dicen que mirarán al sur, pero siguen mirando al norte y en ello
-desde tiempo atrás- arrastran a los países centroamericanos. Por su parte, la Comunidad Andina de Naciones perdió uno
de su dos países fuertes, que hacia pareja en este sentido con Colombia. Son
demasiados los intereses circundantes, las confusiones, litigios y proyectos para pensar en un futuro armonioso
o exitoso para la Comunidad. Desde los remotos tempranos años noventa, ya eso
era evidente y hoy día es más que transparente.
En tales sentidos, algunos
voluntaristas piensan y -hasta con confusiones- recuerdan la Unión Europea como un ejemplo a seguir,
y es que a pesar de los franceses haber rechazado la constitución única o el
Brexit[11] o
los recientes elementos álgidos en la administración italiana, el proyecto
embate tras embate se mantiene. Claro, habiendo avanzado desde lo pequeño. En
tales sentidos es de pensar si la Unión
Europea solo puede existir en Europa, por su historia, su dinámica y sus particularidades.
¿Requiere la Unión europea – y no por ser perfecta, que no lo es- un hombre
europeo? Esta pregunta, que parece intrascendente, no lo es. En variadas
ocasiones podemos ver funcionarios, políticos, académicos, plegarse a ese
ejemplo, a pesar de sus cuestionamientos a los imperios, a la
dominación y quien sabe a cuantas cosas.
Como bien se infiere de la lectura de
Arellano hace falta un reingeniería,
pues el universo de fracasos o intentos o pocos éxitos, en materia de integración
económica, es algo vasto en la región en estos menesteres. Algunas de las ideas
equivocadas en la región, están en que algunos
creen que somos hermanos por la cercanía geográfica, de origen, de idioma y de
otras tantas cosas. No es cierto, a veces estamos más cercanos de europeos y de
gentes de otras latitudes que de habitantes de algunos países vecinos o cercanos[12].
No es extraño esto, la misma experiencia europea así lo demuestra; basta, sin
embargo, con hacer algunas concesiones y ceder un poco en algunos asuntos para
que la colaboración sea posible. O también plantearse metas realizables pues de
no ser así seguirá la región cantando notas irrealizables o desarrollando
proyectos que permanentemente requerirán restructuración.
Por otra parte, algunos organismos regionales han sido y pueden ser
importantes. Pero en ellos también está presente, curiosa y cómodamente, la ideología de algunas de las fases que
hemos planteado. Las actitudes y las propuestas de políticas, si no son totalmente
neutras en los organismos multilaterales tampoco lo son en los regionales.
La administración bolivariana se ha
pronunciado con gran énfasis en la importancia de la integración
latinoamericana. Sus resultados, sin embargo son bastante magros. La
integración y los acuerdos tienen sus reglas. No debe la improvisación
convertirse en el instrumento determinante en la formulación de políticas. En un escenario como el latinoamericano, sus
élites gobernantes, en algunos casos terminan apartando propuestas compartidas
en el campo del comercio y la integración o importándoles más sus probables
relaciones con EE.UU. y ahora China o Rusia. Y debe destacarse, que este es el
perfil que está asumiendo Venezuela. Pero estos arreglos son otra cosa y tienen
otros sentidos.
28 de noviembre de 2018
@eortizramirez
[2] Para el interés de
reflexión de esta nota puede afirmarse que un tiempo intermedio de balance, así
como de creación de nuevos retos de la integración en la región fueron los
finales de los ochenta e inicios de los noventa del siglo XX. Puede verse
Eduardo Ortiz Ramírez https://www.academia.edu/33864296/C._LA_DIN%C3%81MICA_INTERNACIONAL_DE_LA_INTEGRACION_Y_LOS_BLOQUES_ECON%C3%93MICOS._PERFILES_PARA_VENEZUELA_1990._Eduardo_Ortiz_Ram%C3%ADrez.
[3] Dentro de los elementos asociados a la integraciones exitosas se
estima que: a) deben ser llevadas a cabo por equipos; ni es una experta o
experto, ni un ministro el determinante; b) sistemáticamente deben realizarse
estudios sectoriales y/o regionales en vez de dejarse atrapar por la palabra
fácil o entusiasta; c) hay que entusiasmar a la población por proyectos
determinados; esto es, convertir a la integración en un objetivo nacional.
[4] Ilustraciones para algunos períodos pueden verse en GERMAN A. DE LA REZA. Creación y
desviación de comercio en el regionalismo latinoamericano: nuevos argumentos de
un viejo debate. Revista Comercio Exterior. Julio 2005. México.
[5] Puede verse ESTIMACIONES DE LAS TENDENCIAS COMERCIALES AMÉRICA
LATINA Y EL CARIBE. EDICIÓN
2018 Actualización 1T Coordinado por Paolo Giordano. Sector de Integración y Comercio. Vicepresidencia
de Sectores y Conocimiento. Banco Interamericano de Desarrollo.
[6] Ver Los futuros del MERCOSUR:
nuevos rumbos de la integración regional / Instituto para la Integración de
América Latina y el Caribe. p. cm. — (Nota técnica del BID; 1263)- Marzo 2017.
[7] Venezuela solicitó en junio de 2001 su ingreso a MERCOSUR y ello fue materializado
en 2012 en el contexto de una coyuntura política vivida por Paraguay.
[8] La Cumbre de las Américas llevada a cabo en Mar del Plata/Argentina
a finales de 2005, se constituyó en el momento a partir del cual la propuesta
de ALCA pasó a perder fuerza o impulso. Sobre esta propuesta puede verse https://www.academia.edu/37647533/Repercusiones_Economicas_del_ALCA._Eduardo_Ortiz_Ramirez_y_Marisela_Diaz._2005_Publicado_en_Analitica.com.
[9] Eduardo Ortiz Ramírez ¿Tiene
Venezuela una política de integración económica? 22/09/2014, https://www.aporrea.org/venezuelaexterior/a195398.html.
También puede verse https://www.academia.edu/23582618/LA_POL%C3%8DTICA_COMERCIAL_Y_LA_INSERCI%C3%93N_INTERNACIONAL_DE_VENEZUELA.
[10] La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado
de Comercio de los Pueblos (alba-tcp) Vigencia y viabilidad en el actual
contexto venezolano y regional. Dilio Hernández / Yudi Chaudary Enero de 2015
Friedrich Ebert Stiftung, Venezuela.
[11]Carlos Daly Gimón El Brexit
ante la Unión Europea en noviembre de 2018. viernes, 23 de noviembre de 2018. http://masterecointerucv.blogspot.com/2018/11/el-brexit-ante-la-union-europea-en.html.
[12] Es conocido que en varios países latinoamericanos, incluida Venezuela,
se dio una relativamente numerosa inmigración europea.
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