Planes para
el día después. Agricultura III: Políticas agrícolas.
Pedro Raúl
Solórzano Peraza.
Noviembre de
2018.
Para el día después, que será el primer día de un
nuevo período democrático para Venezuela, se debe tener un plan de acción para
recuperar los sectores productivos del país. Uno de ellos es la agricultura,
donde hay que considerar muchos aspectos y en esta oportunidad se presentan
lineamientos para definir las políticas agrícolas, que deben ser la base para
cualquier planificación.
Políticas
agrícolas.
La producción
agrícola en Venezuela se encuentra a niveles muy bajos en relación a la demanda
de la población por alimentos y por otros productos del campo, causando que la
mayoría de esos requerimientos sean satisfechos con importaciones. Para
solucionar esta situación y obtener una balanza agrícola positiva, un aspecto
importante es la aplicación de políticas agrícolas que favorezcan el incremento
de la producción y de la productividad de los cultivos, tomando en
consideración todos los aspectos que intervienen en el proceso agrícola como
son los legales y financieros, los recursos físico naturales; infraestructura;
equipamiento e insumos agrícolas; demanda de los diferentes rubros por la
población; recursos humanos incluyendo mano de obra asalariada, productores y
profesionales del agro; aspectos sociales y aspectos geopolíticos.
El establecimiento de
lineamientos para definir políticas agrícolas en Venezuela, debe partir de
conocer qué vamos a producir, cuánto, dónde, con qué y con quién vamos a
alcanzar la producción deseada o requerida.
1.-Qué
vamos a producir:
se necesita producir alimentos energéticos como azúcar, cereales y semillas
oleaginosas; y fuentes de fibra y de proteínas.
Nuestra principal
fuente de azúcar es la caña de azúcar, y los cereales para consumo humano
directo y más competitivos en nuestros sistemas suelo-planta-clima, son el maíz
blanco y el arroz.
Las oleaginosas con
más posibilidades en la actualidad son la palma aceitera, la soya y el girasol,
y quizás el ajonjolí como fuente de una semilla y un aceite muy especiales. En
cuanto a las fuentes de proteínas de origen vegetal tenemos nuevamente la soya
y algunas leguminosas de grano; y como fuentes de proteínas de origen animal
tenemos huevos, leche, carnes de diferentes especies domésticas y pescado.
Para la producción de
proteína animal cuya alimentación básica es con alimentos balanceados, como
aves y cerdos, se requiere una producción primaria de fuentes energéticas que
se pueden cubrir con maíz amarillo y sorgo granífero, y de fuentes proteicas
que se cubren mayormente con harina de soya y con tortas que son subproductos
de otras especies vegetales. La alimentación para la producción de proteína
animal a potreros, es básicamente con especies forrajeras que van a aportar un
poco de todo, incluyendo fibras, minerales y vitaminas esenciales para la
nutrición animal, suplementado con concentrados de minerales.
Una alimentación
balanceada para mejorar el suministro de vitaminas y minerales esenciales para
la población se completa con frutas, hortalizas, raíces y tubérculos como papa, yuca, ocumo,
ñame y otros de menor importancia, los cuales necesitan fundamentalmente apoyos
financiero y educativo para estimular su producción y mantenerla a niveles de
la demanda.
En relación a la
proteína animal, además de los aspectos de su alimentación, deben considerarse
políticas que promuevan el uso de las mejores razas para nuestros ambientes y
sistemas de producción, así como el mejoramiento genético de los rebaños.
2.-Cuánto
vamos a producir:
en función de la seguridad alimentaria esperada, para saber cuánto vamos a
producir, podemos basarnos sobre los requerimientos nutritivos de la población
que permitan diseñar una adecuada guía de alimentación, capaz de cubrir esos
requerimientos. El Instituto Nacional de Nutrición (INN) o su equivalente,
debería ser el organismo líder en esta instancia, con la cooperación de algunas
organizaciones privadas y de expertos independientes que acumulan múltiples y
acertadas experiencias en esta materia. Estos requerimientos se llevan a
productos alimenticios, para saber la cantidad de cada alimento que debe ser
consumida anualmente por la población venezolana y cuánto de eso nosotros
pudiéramos producir.
Además se deben
revisar las estadísticas y considerar los datos históricos en cuanto al consumo
de la población en cada rubro, lo cual ayudaría mucho en el diseño de los
cultivos y la magnitud de cada uno. Lo importante es que se pueda ofrecer a la
población venezolana una adecuada alimentación, y si es con productos
provenientes de nuestros campos, mucho mejor.
Una vez que se hayan
determinado los déficits de cada cultivo, las políticas agrícolas deben estar
orientadas, en primer lugar, a promover su siembra en los sistemas
suelo-planta-clima con mejores condiciones para cada cultivo. Luego, se
establecen las superficies a sembrar, que se estiman considerando los
rendimientos promedio de cada cultivo en cada región agrícola. Una vez en
progreso esta actividad, se debe considerar la producción de excedentes para
exportación, en aquellos rubros en que esto sea posible y cuando se tenga un
mercado seguro para su colocación.
3.-Dónde
vamos a producir cada cultivo:
con la participación de los especialistas en edafología, climatología y otras
ciencias, se definen los sistemas suelo-clima mejor adaptados para cada
cultivo, así como se establecen las fechas (períodos) de siembra más
convenientes para cada caso en las siembras de secano, fechas que deben ser
respetadas para poder esperar resultados exitosos. Esta información se
complementa conjuntamente con los productores agrícolas, utilizando sus
experiencias de larga data relativas a la producción de determinados cultivos
en las diferentes regiones del país. Además, las políticas agrícolas deben
favorecer realizar los estudios de suelo y de los recursos climatológicos, que
sean necesarios para ampliar la frontera agrícola de la manera más segura posible.
4.-Con
qué produciremos: durante
los años más recientes ha sido notoria la escasez de los insumos básicos para
la agricultura, en todos los rubros y en todas las regiones del país. Las
políticas agrícolas en este caso deben estar orientadas a facilitar los
trámites de registros, importación, producción, distribución de los distintos
insumos, incluyendo semillas, plaguicidas, fertilizantes, y maquinarias y
equipos agrícolas. Con esto se busca que esos insumos lleguen a las unidades de
producción a tiempo, en las cantidades requeridas, del tipo y calidad exigida
por los agricultores.
5.-Con
quién produciremos:
en el país existe un buen número de productores agrícolas, capacitados, con
experiencia, en muchos casos especializados en determinados cultivos y
manejando muy específicos sistemas de producción, quienes serán los principales protagonistas de la actividad
agrícola nacional. Gran parte de estos productores se encuentran agremiados en
diversas asociaciones, las cuales son, entre otras cosas, centros de apoyo para
facilitar las actividades de campo, legales, financieras, y también centros de
divulgación y mejoramiento profesional de esos agricultores.
También existen los
pequeños productores, quienes tradicionalmente han permanecido y vivido de lo
que producen sus limitadas parcelas, que tienen que ser apoyados y mejorados en
cuanto al suministro de recursos incluyendo asistencia técnica, y en cuanto a
su calidad de vida que algunas veces es realmente marginal.
Además de los productores, en el país hay centros de
investigación y docencia para apoyar la actividad; profesionales de alto nivel
y amplia experiencia en agricultura; y una disponibilidad laboral con tradición
y conocimiento de las actividades de campo. Todos ellos deben ser beneficiados
con políticas agrícolas que los apoyen en sus gestiones financieras y
comerciales, ya que representan las personas con quienes produciremos los
alimentos y otros bienes agrícolas, para tratar de lograr una necesaria e
impostergable seguridad alimentaria.
6.-Otras
políticas: en
adición a las políticas específicas para la producción de campo, se tienen que
decretar otras, en áreas conexas, que vayan dirigidas a la solución de tantos problemas que afectan
la vida y la tranquilidad de los productores. Algunas de estas políticas deben
cubrir el área de financiamiento de la producción, incluyendo, además del apoyo
para cubrir los costos directos de producción, las inversiones en
infraestructura y en equipos y maquinarias agrícolas. Otras políticas dirigidas
a asegurar la titularidad de las propiedades de los agricultores, así como para
brindarles seguridad personal que es un deber constitucional de los gobernantes
para con los ciudadanos. Otras orientadas a comprometer a las industrias
receptoras de materia prima a llegar a acuerdos que sean satisfactorios para
ellos, pero también para productores y consumidores.
En fin, para dictar
políticas agrícolas eficientes es necesario revisar todos los aspectos que
influyan sobre la marcha de la agricultura en su más amplia expresión. Buenas
políticas permitirán alcanzar éxito en esta actividad fundamental, no solo para
la salud y supervivencia de nuestros conciudadanos, si no para su felicidad y
disfrute pleno de la vida.
Pedro Raúl Solórzano
Peraza
Noviembre de 2018
www.pedroraulsolorzanoperaza.blogspot.com
pedroraulsolorzano@yahoo.com
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