jueves, 27 de noviembre de 2014

INSERCIÓN INTERNACIONAL EN BASE AL PETRÓLEO

PROFESOR EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ.

La situación y perspectivas económicas de Venezuela durante la administración bolivariana debe relacionarse con lo que ha sido una activa y profusa diligencia internacional de esta administración. Puede afirmarse que ha habido un papel fundamental para la política exterior, durante los más de 15 años de administración bolivariana. Las particularidades políticas y de comportamiento del Presidente Hugo Chávez y el sentido internacional que se le ha dado a la gestión bolivariana en el sentido de estimular, apoyar o compartir procesos similares durante la administración de Hugo Chávez y del Presidente Nicolás Maduro, permite identificar una política exterior que ha sido bastante estable y repetitiva en sus elementos de guía, su dinámica y resultados, así como en sus costos para la nación.  La creación del ALBA, el apoyo a países de menores ingresos de la región, la ayuda a comunidades o grupos sociales de las naciones desarrolladas, financiamiento o apoyo  a obras culturales, artistas o películas, entre otros elementos, forman parte de tales dimensiones.
Por una parte y estrictamente asociado a los beneficios que se han tenido por los altos precios del petróleo -hasta entrado 2014, cerca de 100$ el barril; aunque a partir de octubre, los precios se ubicaron en menos de 80$ el barril y todavía en noviembre de 2014 continúa disminuyendo, cerrando en la semana 21/11/14 en 68,97$ el precio del barril venezolano, sin avizorarse las proximidades de un punto de inflexión-, la revolución bolivariana ha buscado internacionalizarse. Con financiamiento por delante a países algo débiles como los del Caribe, pero también a espacios de pobladores de países como EE.UU. o Inglaterra, se han establecido un conjunto de relaciones con aquel fin a partir de las posibilidades petroleras de Venezuela. Pero también, la renta petrolera en la administración de Hugo Chávez permitió ampliar relaciones con países como China o la actual Rusia, en la compra de instrumentos como satélites, armamento y naves como aviones o de ejecución de inversiones y prestamos en el caso de China. En estos dos últimos casos, más que irradiar la revolución bolivariana, la administración de Hugo Chávez buscó desarrollar otra dimensión geopolítica y beneficiarse de la experiencia revolucionaria en estas dos últimas naciones. Esto, aunque la experiencia revolucionaria de estos dos países, ha devenido en –por una parte- una Rusia sumida en numerosas crisis y en perfiles y valores que en nada tienen que ver con los ideales de los revolucionarios fundadores; y, por otra parte, una China con alguno de los capitalismos más “salvajes” del mundo, y un pragmatismo y un gusto occidental que en nada recuerdan aquella terrible y uniforme moda Mao; ambas naciones, por lo demás, albergan varios de los multimillonarios más ricos del mundo.
En el caso de las relaciones comerciales y políticas con países de menor desarrollo relativo y donde buena parte de ellos no presentan un régimen económico social que pudiese decirse propenda al socialismo, pero que han entrado en la órbita de interés de parte de Venezuela, como es el caso de los países del Caribe, ubicados en el ámbito de desempeño de las acciones de Petrocaribe, debe indicarse que como grupo de países Venezuela ha tenido hacia el mismo la definición -entre otras- de dar apoyo económico que pueda traducirse en beneficios y soportes políticos a nivel internacional. Un ejemplo de ello lo hubo en el apoyo incondicional, dado en la votación favorable –hacia los intereses de Venezuela- de pequeños países cuando discusiones en marzo de 2014 en organismos como OEA (que debían tratar los conflictos presentados en Venezuela en cuanto a protestas estudiantiles y populares que evolucionaron con numerosos fallecidos y distintas expresiones de autoritarismo por parte del gobierno de Nicolás Maduro) y que podían implicar posibles actuaciones de esta organización o tratar tales asuntos en sesiones privadas o públicas del mismo organismo. Una revisión de las ayudas brindadas por Venezuela a estas naciones en base al petróleo permite observar como en el año 2012 se exportaron diariamente 283.100 barriles a precios más favorables que los de mercado, teniendo a Cuba con 100.000 barriles, República Dominicana con 40.000 y a Trinidad y Tobago con 25.000 de un total de 13 países. Para 2013 y en base a información suministrada por el ministro de Petróleo y Minería Rafael Ramírez se puede precisar que las exportaciones a Cuba disminuyeron en alrededor de más de 20.000 y 30.000  barriles diarios. La propuesta y gestiones venezolanas han implicado atender necesidades de otros países del Caribe desde la refinería de Cienfuegos que es administrada por Cupet (empresa petrolera cubana)  que tiene 51% de propiedad cubana y 49% venezolana. Una nación otrora azucarera y hoy día con su industria del azúcar en crisis y decaimiento, se ha convertido así en base al apoyo de Venezuela, en una de gestión y ventas de petróleo pues para lo que concierne a cuentas externas, las exportaciones de la empresa Cuvenpetrol quedan registradas a favor de Cuba (www.venezuelaaldia.com, febrero 27, 2014).  Este tipo de apoyo económico, a la luz de evoluciones políticas y económicas tenidas en la región durante la primera década del siglo XXI debe ser ubicado en un nuevo enfoque del regionalismo que está signado por el abandono de cierto primado del comercio, insistiendo en el apoyo político y en el perfil del beneficio económico que pueda derivar para la región con la apertura e incorporación de nuevas relaciones y mercados como son los de Asia.
Igualmente, es el petróleo venezolano el que ha permitido construir el conjunto de relaciones asimétricas que se dan en los desarrollos del ALBA, como proceso de integración de un conjunto de naciones latinoamericanas entre las que cuentan Bolivia y Nicaragua, Cuba, Venezuela y otras de menor desarrollo relativo. Debe admitirse que, las posibilidades de integración que  buscó impulsar la administración de Hugo Chávez por esta vía y la de Nicolás Maduro, están asociadas a lo que con todo derecho en sus posiciones políticas han sido –aunque muy cuidadosamente antes de los inicios de la administración bolivariana- y son, las críticas a los modelos de desarrollo económico basados en el régimen de economía de mercado y/o capitalismo y a las experiencias de integración con las que tal administración se encontró. Esta posición entra en contradicción, sin embargo, con sus iniciativas para ingresar al Mercosur, donde no están en proceso ideas de alteración del modelo de desarrollo capitalista. Las asimetrías de una incorporación (2012) no bien estudiada y peor planificada, con ausencia de equipos y mecanismos institucionales estables, no se corrigen con la incorporación circunstancial de Venezuela a una experiencia de integración que tiene suficientes problemas y diferencias a su interior. La participación de Venezuela en Mercosur, no abre económicamente altas perspectivas de éxitos; entre otras razones,  por el pragmatismo de los brasileños (quienes generalmente presentan continuidad en sus estrategias e intereses comerciales) y la comodidad de los argentinos (hoy día sumergidos en crisis de variados tonos) en sus relaciones financieras y de otro tipo con Venezuela, entre numerosos aspectos que podrían destacarse pero que, indudablemente, se dan en un contexto de considerables asimetrías que se van a unir a las que ya existen a lo interno de esa experiencia, cuando se consideran los casos de Uruguay y Paraguay en comparación con Argentina y Brasil.
En general, puede afirmarse que, en materia de desempeño en los acuerdos regionales, la posición venezolana de la administración bolivariana incluidas las presidencias de Hugo Chávez y Nicolás Maduro no ha sido muy exitosa. En el caso de la Comunidad Andina de Naciones y por razones vinculadas a aspectos de los señalados, la administración decidió retirarse de tal proceso de integración en 2006, y lo cual fue totalmente formalizado en 2011, después de cumplir los 5 años reglamentarios para tales casos. En la situación previa al pronunciamiento de retirarse de la Comunidad, la evolución de la participación venezolana –durante la administración de Hugo Chávez- dados diferentes conflictos, no estaba produciendo mejores articulaciones de Venezuela con los  países de la comunidad en cuestión. Igual puede afirmarse del casi natural retiro de G-3 (México, Colombia, Venezuela), una vez que se había dado el de la Comunidad Andina.
El posicionamiento internacional del país ha venido estando entonces muy vinculado a la reforzada presencia del petróleo en la economía venezolana y al beneficio que los altos precios del mismo (al menos en lo visto hasta octubre 2014, tal cual se ha señalado) han procurado como ingresos adicionales al país y que han sido digeridos en su cualidad de nación rentista y petroestado. Pero también, lo ha estado a los caprichos e insistencias de Hugo Chávez y Nicolás Maduro y algunos de sus funcionarios, apartando o privilegiando experiencias de integración o de ampliación de relaciones comerciales y de inversión según sus preferencias.
@eortizramirez




miércoles, 19 de noviembre de 2014

EL CAMINO DESVIADO DE LAS EXPORTACIONES

PROFESOR EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ

Al inicio de la administración bolivariana no parecía existir acuerdo en los representantes gubernamentales sobre que Venezuela necesitaba desarrollar nuevas y más exportaciones o también nuevos productos y nuevos mercados. Por otra parte, algunos mecanismos de útil aplicación como el draw back (o devolución de impuestos) se dinamizaron muy lentamente -hasta volverse irrelevantes- siendo que, para lograr su adecuada aplicación, no era necesario que transcurriera un periodo largo de tiempo.
El resultado global ha sido un proceso de poco desarrollo de las exportaciones no tradicionales e incluso de retroceso en el sentido de desmejoramiento de niveles que se habían alcanzado en los años noventa. La economía en los tiempos de la administración bolivariana ha apuntalado el perfil de exportaciones petroleras tradicionales. Es de ahí que a pesar de haber un período de relativo ascenso (dado que en dos años hay disminución) de 1999 a 2005, donde las exportaciones pasaron de 4.196 a 7.200 millones de $, existe un marcado descenso desde este último año hasta 2013, donde las mismas sumaron 2.100 millones de $. De 2009 a 2013 las exportaciones nunca alcanzaron los 3.500 millones (ver INE, Venezuela. Entorno económico y social. Abril 2014). A comienzo de los años noventa una meta a cumplir era tratar de mantener un nivel de exportaciones no tradicionales que bordease los 7.000 millones de dólares.
Toda la evolución nacional en términos de desindustrialización y desinversión, así como de problematización en el control de cambio y el mercado cambiario que, en 2014, alcanza a presentar abiertamente cuatro tipos de cambio y, correspondientemente, deficiencias e insuficiencias en el suministro de divisas, son parte del conjunto de elementos determinantes a considerar en relación a la dinámica de las exportaciones no petroleras, para con ellas acelerar la expansión, diversificación y modernización de la producción, así como para resolver a mediano y largo plazo el problema del financiamiento externo del desarrollo, los efectos del rentismo petrolero y contribuir a elevar los niveles de empleo y bienestar de la población.
El fomento de las exportaciones, ha constituido una exitosa vía transitada por los países más industrializados y los del sudeste asiático. Ha existido, en esos casos, una relación directa entre las exportaciones y sus efectos expansivos en la demanda de insumos, empleo y nivel de ingreso; pero también, en la asimilación de conocimientos, desarrollo de innovaciones, incremento de los flujos internacionales de capital, mayor productividad y eficien­cia y cambios de actitudes sociales y de las instituciones. Ha sido notable, el rol de las exportaciones como vía de financiamiento del desarrollo económico, al propor­cionar la capacidad de importación necesaria para lograr una adecuada disponibilidad de materias primas, equipos y maquinarias de origen extranjero y para ello se aprovecharon -en el caso de los asiáticos- definidamente políticas devaluacionistas hasta que, en los años noventa, comenzaron críticas y evaluaciones diversas por parte de analistas y organismos internacionales.
 El caso de Venezuela -durante la administración bolivariana y varias de las que le preceden en más de dos décadas- ha sido, en ambas vertientes, incompleto e insuficiente. Durante años solo existió una relación indirec­ta entre exportaciones y desarrollo interno a través de programas de fomento financiados con los recursos prove­nientes de las exportaciones de materias primas, escasa­mente integradas a procesos internos de producción. La separación, entre la produc­ción dirigida a los mercados internos y los sectores externos, disminuyó los efectos dinámicos.
El mantenimiento de un ritmo de crecimiento de las exportaciones no petroleras, exige la aplicación de medidas coherentes entre sí. Es imprescindible, además, la estabilidad institucional y política del país. El proceso de la constituyente de finales de 1999 buscó definir, de manera ideologizada, una nueva estructura gubernamental y legislativa. Por su parte, los años 2000-2004 transitaron por procesos de inestabilidad institucional y agitación política que implicaron confrontaciones entre agentes económicos y políticos, con alteraciones como la crisis política y militar del 11 de abril de 2002. A pesar de que en 2004 se iniciaron las misiones (salud, vivienda, otras) y ellas significaron un punto de inflexión relativo en el contexto social de obtención de ayudas y beneficios para determinados grupos sociales, puede afirmarse que, con lo visto de 2004 a 2014 en términos políticos, institucionales y económicos, no es fácil prever que se puedan lograr acuerdos de consenso sobre los programas, objetivos y políticas en los próximos años en el contexto de la administración bolivariana.
   La estructura educativa venezolana no se ha adaptado a la velocidad de los cambios tecnológicos y globalización imperantes en la economía mundial. Ésta, obliga a una formación técnica y profesio­nal que facilite la flexibilidad y adaptabilidad de los trabajadores, en su más amplio sentido, a las innovaciones tecnológicas y organizativas. Esto colide con las inclinaciones de la administración bolivariana en materia educativa, según lo visto en más de 15 años. Los nuevos mercados exigen, además de esfuerzos en desarrollo científico y tecnológico, una adecuada formación de recursos humanos (en el caso de Chile, se estima que, a comienzo de los años setenta, ya contaba con magnitudes importantes de ingenieros y gerentes formados en Universidades públicas o beneficiarias de apoyos del Estado) y un monitoreo de los mercados internacionales.
El conocimiento de los flujos de demanda y oferta en los mercados mundiales en cuanto a volumen, calidad, precios, formas de distribución y otros, así como de diversos indicadores de los aspectos estructurales y coyunturales de la actividad económica y de los cambios tecnológicos, es una necesidad que el país debe cubrir a través de sistemas de información que pueden ser desarrollados por el sector privado y el sector público. Se evidencia la falta de adecuada información por parte de los productores locales, en elementos como: a) tecnologías para competir interna o externamente; b) canales de comercialización y distribución; c) gustos de los consumidores y particularidades de los productores en posibles mercados.
Las ventajas competi­tivas se logran si hay un ambiente económico, institucio­nal y político que promueva la acumulación de recursos productivos, habilidades y destrezas en áreas específicas de alta especialización, en las cuales la presión de la competencia impulse hacia la constante generación de innovaciones. La existencia de una activa demanda interna (uno de los puntos débiles de la actualidad venezolana), ampliada por la integración  económica, actuaría como fuente cercana de orientación de los productores para adaptar su oferta a los requerimientos y especificidades de las necesidades de los clientes y como base de apoyo para la penetración de otros mercados. Similar función tiene el desarrollo interno de ramas industriales interco­nectadas e internacionalmente competitivas, como abaste­cedoras de insumos de las empresas exportadoras, que vendrían a conformar en su conjunto redes con objetivos entrelazados que favorecerían el desarrollo e intercambio de ideas y esfuerzos de innovación y lo cual está asociado al impulso de las llamadas hileras de producción y los clusters. De todo esto hay ausencia manifiesta, actualmente en Venezuela.
Dentro de las especificidades nacionales y regionales, existe una mezcla de elementos en los asuntos tratados. Tal mezcla incorpora lo relativo a tipo de cambio, competitividad, industrialización y expor­taciones. En tal sentido, el ajuste oportuno del tipo de cambio nominal de acuerdo a la paridad adquisitiva de las monedas implicadas y la acción coordinada de instrumentos de política comercial que equilibren los niveles efectivos de los tipos de cambio para importaciones y exportaciones, forman parte de los pilares de una estrategia de desarr­ollo en condiciones de globalización de los mercados. Obviamente en el escenario venezolano de 2014 esto se hace harto complicado, dada la existencia de cuatro tipos de cambio ya señalados y las ausencias y desatinos en la elaboración de la política económica.
@eortizramirez


domingo, 16 de noviembre de 2014

La Tecnología como Apalancamiento del Desarrollo.

Al referirnos al proceso tecnológico, debemos tomar en cuenta que la tecnología es la aplicación en términos prácticos de todo un proceso de desarrollo teórico previo. Según Bonilla[1] (2010), “(…) la tecnología es la mediación teórica y práctica que permite aplicar la ciencia a la solución de problemas prácticos y concretos (…)”. En este sentido, las técnicas y métodos, se refieren a los pasos empíricos necesarios para que una determinada tecnología se lleve a cabo.

De lo anterior se desprende que, existen multiplicidades de tecnologías derivadas de los diferentes campos científicos, las cuales se materializan a través de patentes que no son más que “(…) un derecho exclusivo concedido a una invención, que es un producto o proceso que ofrece una nueva manera de hacer algo o una nueva solución técnica a un problema. Una patente proporciona protección para la invención al titular de la patente durante un período limitado que suele ser de 20 años. (…)”[2]. Sin duda, que el desarrollo endógeno expuesto en el anterior capitulo es de vital importancia en este proceso, ya que para alcanzar un desarrollo sostenible, los países deben ser capaces no sólo de importar e incorporar tecnología de afuera, sino de generar sus propias modalidades de desarrollo tecnológico que revelen la capacidad de gestación autónoma de la nación en las esferas científica y tecnológica.

En tal sentido, el desarrollo integrador en el campo de la tecnología, genera una sinergia que tiene como punto de partida la investigación científica, como proceso intelectual indispensable mediante el cual se aplica la racionalidad a los problemas del desarrollo. En este orden de ideas, la acumulación de investigaciones en el campo de la ciencia redunda en un cambio de perspectivas y paradigmas a nivel cultural, que induce a un progresivo mejoramiento de las capacidades económicas y sociales.

A continuación se muestran los cuatro elementos que interrelacionan en el proceso de desarrollo tecnológico.


Ahora bien, al momento de entrar en los procesos de competitividad a nivel internacional, se hace imprescindible avanzar hacia un proceso de diversificación tecnológica. En este sentido, podemos mencionar algunos de los motivos por el cual los Estados o regiones de desarrollo tratan de diversificar su proceso tecnológico.

Primeramente, partimos del hecho que el vehículo para acceder y tratar la acción tecnológica es la empresa, y a su vez esta se maneja bajo característica particulares que la obligan a mantener ciertos estándares de funcionamiento. De esta manera, las empresas tienen la necesidad de coordinar los distintos aspectos en lo relativo a la cadena de producción, esto quiere decir que aunque la empresa decida comprar y no producir algunos de los elementos de sus productos finales, no puede dejar de invertir en la subyacente tecnología puesto que esta influye directamente en la calidad de su producto final.

Así mismo, es fundamental tratar de invertir en el desarrollo de nuevas tecnologías en sus productos. Esto quiere decir que, aquellas empresas que diversifican su base tecnológica pueden beneficiarse más de nuevas posibilidades, ya que muchas innovaciones ocurren cuando se resuelven problemas que no están directamente relacionados, entiéndase por problemas indirectamente relacionados a las desventajas tecnológicas que existen en productos distintos a los necesarios para producir el propio. Esto genera un margen de posibilidad de negociación en lo relativo al know how tecnológico.

Por otra parte, la evidencia empírica demuestra que al expandir la gama tecnológica, las empresas aumentan su competitividad, generando la posibilidad de establecer nuevas alianzas y penetrar en nuevos mercados. De lo anterior se desprende que, al ampliar la gama de proyectos tecnológicos se generan incentivos adicionales para invertir en actividades de investigación y desarrollo (I+D) y para innovar. En este orden de ideas, al ampliarse la capacidad de producción de la empresa, se reducen los riesgos de inversión, lo que permite tomar ventaja de las posibles externalidades[3] entre actividades tecnológicas complementarias.

Como elemento final, debemos destacar un aspecto importante dentro del debate del desarrollo tecnológico, y es lo referente a la dicotomía existente entre la diversificación tecnológica y la diversificación del producto. Si bien es cierto, que se ha encontrado una relación positiva entre diversificación y diferentes medidas de innovación tales como intensidad de I+D, trabajadores cualificados o patentes, no es menos cierto que existe una diversificación mayor en la escala de productos que en la escala de tecnologías innovadoras. Esto se debe, a que la diversificación de producto no es una clara medida de la diversificación tecnológica de una empresa. Dos productos pueden ser clasificados en categorías industriales diferentes, cuando comparten elementos de una misma base científica.

Es por ello, que a juicio del autor es necesario que se profundice en el análisis de los problemas reales del conjunto económico y social, para permitir el desarrollo de tecnologías que cumplan objetivos concretos de desarrollo y no con formalidades establecidas de manera estadística.

Artículo por: Lic. Manuel E. Pérez Lares
Internacionalista UCV /Maestrante en Economía Internacional UCV



[1] Bonilla, O. (2010) Innovación, ciencia y tecnología como bases del desarrollo económico, social y ambiental de la región en el actual contexto internacional. Icap Revista Centroamericana de Administración Pública (58-59): 209-226
[2] Definición otorgada por la Organización Mundial para la Propiedad Intelectual (OMPI). Disponible en: http://www.wipo.int/about-ip/en/studies/publications/ip_definitions.htm
[3] Entiéndase por externalidades, los procesos que no están bajo el control estricto de la empresa, estos pueden ser medioambientales, jurídicos o económicos. Como ejemplo, podemos tomar el clima, las leyes vigentes etc. Las externalidades juegan un papel importante dentro del desarrollo tecnológico ya que pueden favorecer o perjudicar en desarrollo de un proyecto o producto.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

COMUNICADO: Pre-inscripciones Período Académico I - 2015

POSTGRADO EN ECONOMÍA INTERNACIONAL

PREINSCRIPCIONES: PERÍODO ACADÉMICO 1-2015
LAPSO: 27 DE OCTUBRE AL 28 DE NOVIEMBRE 2014
                   (AMBOS INCLUSIVE)

Requisitos: 1)  Dos (2) Curricula vitae documentado. 2) Título de Licenciado, preferiblemente en ramas de las Ciencias Económicas y Sociales o en carreras universitarias afines. 2) Notas certificadas de pregrado. 3) Constancia de promedio y rango en la promoción. 4) Ser residente en Venezuela. 5) Dos (2) fotografías de frente tamaño carnet. 6) Cancelar valor de la preinscripción (3 UT), en efectivo, en el Banco Mercantil, Cuenta Corriente Nº 0105003207-1032-61250-9, a nombre de Facultad de Ciencias Económicas y Sociales. 7) Llenar la planilla de solicitud de preinscripción, la cual debe retirarse en la sede del Postgrado.

Nota: Para el momento de la preinscripción deberá traer constancia de haber aprobado la suficiencia del Idioma Inglés expedida por la Coordinación de Extensión de la Escuela de Idiomas Modernos de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela.

Horario de atención al público en la Administración de la CEAP: lunes, miércoles y viernes de 8:15 a.m. a 11: 45 a. m. y 1:00 pm a  2:45 pm
           
Entrega de documentos en la Sede del Postgrado:
   Lunes a Viernes de 7:30 a 11:30 am


Dirección: Av. Neverí cruce con Calle Edison, Centro Comercial Los Chaguaramos, piso 4, Oficina 4-3, Los Chaguaramos.

COMUNICADO: Pago de Permanencia


La Maestría en Economía Internacional de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela (UCV) se permite en informar a su comunidad académica que el Pago de la Permanencia se deberá realizar en la Coordinación Académica, Piso 3, Edif. Rodolfo Quintero (UCV). Se tiene previsto que la jornada para la realización del referido pago se mantenga hasta el 28 de noviembre de 2014.

Horario: 8:15am a 11:45am y 1:15pm a 2:45pm

Saludos


Maestría en Economía Internacional
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales

Universidad Central de Venezuela 

LOS MAESTROS DE OBRA DE GABY. UNA PERSPECTIVA DEL DESEMPLEO.

PROFESOR EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ

En una ocasión familiar reciente escuchaba hablar a mi hija Gaby, sobre el caso de la  especie de tipología -en su aspecto, dinámica urbana y desempeño laboral- que representan hoy día los llamados maestros de obra. Como es conocido este término es famoso en el área de construcciones y obras desde tiempo atrás, aunque los que hoy lo representan -en algunos casos- parecieran no corresponder con los de antes. Sucede ahora que, ante las urgencias que el desempleo les proporciona a las familias, existen distintas expresiones de trabajo circunstancial, ocasional o eventual donde no concurre la protección social de los trabajos regulares, independientemente del bienestar e ingreso contingente que produzcan y que ha abarcado a los trabajadores señalados. En algunos países de la región y en Venezuela en particular la dinámica del sector informal se ha convertido en un verdadero problema estructural. Y ello está asociado indefectiblemente a la problemática del desempleo estructural. Esto, independientemente de la afirmación del Presidente Maduro sobre un desempleo para agosto de 2014 de 7% que, además, implica que “Hasta el mes de agosto estamos teniendo el desempleo más bajo de los últimos 40 años” (Noviembre 9, 2014. www.gentedehoy.com).
Esa afirmación del Presidente NM adelantó lo que sería la nota de prensa oficial del INE, precisando un desempleo de 7% para el mes de septiembre de 2014, con la comparación larga en cuanto a que en septiembre 1999 el desempleo habría estado en 16,1%.  Más aun en el mismo sentido de éxito y optimismo de INE presente en otros informes, su presiden Elías Eljuri señaló como en septiembre de 1999 el empleo formal se encontraba en 48,9 % de la ocupación, mientras que en septiembre de 2014 alcanzó a 59,5%. Resumiendo esto último, una especie de marcha hacia hacia la consolidación de las actividades económicas que generan mayor cantidad de empleos y más estabilidad para los trabajadores. Y todo esto en un contexto -según el INE y su presidente- donde se ha buscado transformar el ingreso petrolero en inversión productiva, en misiones sociales de salud, alimentación, educación, protección social y vivienda, con el objetivo de permitir que los  trabajadores puedan contribuir con su aporte laboral al desarrollo nacional. Visto así, como siempre sucede con los gobiernos no hay mucho que discutir (ver INE, Nota de prensa  11 noviembre 2014. www.ine.gov.ve). Veamos algunos puntos de interés.
El desempleo estructural remite a varios problemas en economías como Venezuela. Uno primero, a la llamada terciarización temprana de la economía, dado que, el sector terciario, se desarrolla antes que en los casos clásicos, pues se vincula a la generación de empleo. Uno segundo, es el que se asocia con el trabajo informal y el subempleo. En condiciones de recesión, crisis y estancamiento -aunque no únicamente- se puede destacar que se desarrolla una especie de subempleo estructural (la duración de la jornada de trabajo o la ubicación en relación al ingreso promedio, son algunos de los raseros que se han usado para medir el subempleo) que se estaría difundiendo en Venezuela a través de figuras -entre otras- como los maestros de obra.
Un trabajo de Octavio Rodríguez –conocedor en detalle del pensamiento de la CEPAL- reseña el capítulo de un libro de Celso Furtado atinente a problemas fundamentales del desarrollo. Se ubican allí, tres dimensiones de la productividad asociadas al empleo y al subempleo. Se trata de pensar la productividad en tres niveles; el primero de ellos –el  más bajo- estaría asociado al subempleo estructural y a la informalidad; estando los otros dos niveles relacionados al empleo propiamente dicho, donde existe un primer subgrupo de alta productividad o de un nivel cercano al máximo permitido y, un segundo subgrupo de productividad intermedia, que aun siendo más baja que la anterior es superior a la del nivel del subempleo e informalidad. Dentro de las opciones de políticas debería tratarse de incorporar el subempleo hacia lo espacios de productividad intermedia por la vía de por ejemplo microempresas. En el caso del empleo en la productividad intermedia esta debería fortalecerse por mecanismos de política comercial o de apoyo estatal convirtiendo a las empresas del caso en más competitivas hacia el interior de la economía o en relación a exportaciones. En los casos del empleo en los niveles de productividad alta, esta debe cuidarse y buscar incrementarse con medidas de apoyo o desarrollo tecnológico, pues son ámbitos que deben vigilar los espacios internacionales ganados y son los que están más expuestos a competencia con empresas internacionales.  Son estas interacciones las que llevadas con eficiencia permitirán consolidar el mercado interno, aumentar el excedente y/o ahorro y estimular la acumulación de capital (puede verse Octavio Rodríguez Claves para la agenda del desarrollo. Revista Problemas del Desarrollo, 164 <42>, enero-marzo 2011). Obviamente, estos planteamientos parecieran no estar en las prioridades de agenda de la administración bolivariana.
Por otra parte, el desempleo y el subempleo se encuentran, así, en la base de la presión para mantener los salarios a niveles bajos, cuando se los compara con los que se estilan en las naciones desarrolladas al cotejar actividades similares (en el campo comercial, en momentos esto fue abarcado por la cláusula social). También han influido e influyen otros factores, como es el caso de la baja sindicalización de los grupos laborales, cuando se los coteja con los grados de sindicalización observados en las naciones mencionadas.
De tal manera que, en condiciones como las señaladas, puede afirmarse que la modernización o los beneficios derivados del crecimiento de la productividad tienden a irse mayormente hacia el lado del factor capital que hacia el lado del factor trabajo. Y es esto, lo que está en la base de lo que tradicionalmente se ha llamado en la literatura una distribución regresiva del ingreso. Se trata de que a diferencia de lo que se ha dado tradicionalmente en las naciones desarrolladas como una relativa estabilidad en la distribución factorial del ingreso, en las naciones en desarrollo -o en las latinoamericanas-, partiendo de niveles menos equitativos en la distribución factorial, se presentan periodos y movimientos donde el capital puede pasar a captar una  mayor porción del valor agregado. En el caso de Venezuela, esta tendencia ha tenido variaciones significativas en razón de sus características como economía dependiente del petróleo.
Existen otros problemas repetidos incesantemente como los desequilibrios regionales, urbano-rurales, financieros -en la relación ciudad/campo- y migratorios, entre otros. En lo que concierne a las dimensiones urbano-regionales, algunos autores como Cristóbal Kay (Teorías Latinoamericanas de Desarrollo. Rev. Nueva Sociedad No. 113. Caracas 1991) han insistido en las particularidades y distorsiones tenidas en procesos que se describen como de ruralización de la ciudad y urbanización del campo y que a pesar del tiempo transcurrido en países como Venezuela se mantiene como un problema estructural. Basta observar cómo se sigue conformando el entramado Valles del Tuy, Los Teques, Guarenas- Guatire y Caracas.
La importancia de los elementos señalados para el crecimiento y desarrollo, tiene dos líneas de interés. La primera, es la de la continuidad de los problemas indicados junto a las similitudes que en promedio se presentan en variados países de la región latinoamericana. La segunda, es la de que varios de tales problemas han dejado de abordarse como componentes de una dimensión mayor, atinente precisamente al crecimiento y desarrollo.
La economía venezolana y, más aún, en los tiempos de la administración bolivariana, que ha desarrollado un proceso de desinstitucionalización intenso, ha demostrado una capacidad muy particular de generar empleo en el sector público, pero también de generar formas de empleo informal como maestros de obra, mototaxistas, taxistas informales, gestores y vendedores no formales de todo tipo, entre otros. De cualquier manera, este contexto estructural ha formado parte de nuestra evolución económica e indudablemente seguirá estando presente en grados y porciones según los casos sectoriales. Se trata de la expansión de nuevas formas de empleo, según el contexto de una globalización no bien procesada y los efectos de la crisis en que ha desembocado la economía venezolana después de quince años de administración bolivariana, los cuales  estimulan el desarrollo de empleos alternativos, eventuales o precarios según los casos.


@eortizramirez


lunes, 10 de noviembre de 2014

Prof. Eduardo Ortiz: Políticas internas y externas dependen cada día más del petróleo

Entrevista al Prof. Eduardo Ortiz Ramírez

Estimados amigos, la Maestría en Economía Internacional de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela, se permite invitar a nuestra comunidad académica a visitar el link: http://www.youtube.com/watch?v=OEDEroN-lOI , donde podrán observar la entrevista realizada al Prof. Eduardo Ortiz Ramírez por el Portal de Noticias Almomento360.com el día viernes 07 de noviembre de 2014.   

Saludos cordiales

Maestría en Economía Internacional
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales

Universidad Central de Venezuela 

miércoles, 5 de noviembre de 2014

LAS INSTITUCIONES OTRA VEZ

Prof. Eduardo Ortiz Ramírez

El tema de las instituciones está permanentemente presente en la literatura y reuniones de la región y Venezuela. No tiene la misma dinámica en naciones que hayan logrado el establecimiento de instituciones en los últimos doscientos años. Hablar de esto en Noruega, Francia o los EE.UU. en 2014 no tiene la misma urgencia. Así se transita de los primeros institucionalistas a inicios del siglo XX hasta llegar a las propuestas analíticas  del premio nobel (1993) D. North en base a la idea de instituciones formales (leyes, por ejemplo) e informales (hábitos, por ejemplo) y a la reducción de la incertidumbre, que permiten las reglas del juego a las que se resumen las instituciones. Desde alrededor de dos décadas los planteamientos de Dani Rodrik, por su parte, hacen mención en variadas formas a los prerrequisitos institucionales para el desarrollo en cuanto a autonomía de instituciones como los bancos centrales, derechos de propiedad, mediación para resolución de conflictos, atención de problemas macroeconómicos o la seguridad social. También atiende a preguntas como que hacer en las prioridades de impulsar primero el cambio institucional o el crecimiento (puede verse Dani Rodrik, Second-Best Institución. American Economic Review: Papers & Proceedings 2008. Vol. 98 N°2).
  
Ha estado presente en Venezuela desde 1999 un conjunto de concepciones, actuaciones y ejercicios de poder que no ha contribuido a la consolidación institucional y generación de consensos. Mientras, la región y los análisis sobre el desarrollo institucional han seguido avanzando, juntándose un conjunto de experiencias que abarca a países diversos en América Latina. Agencias, corporaciones ministerios, participación de las comunidades, interrelación sector público/sector privado, han sido incorporados como elementos fundamentales del desarrollo y la evaluación institucional.

De seguidas presentamos algunas áreas problemáticas acumuladas en décadas (Eduardo Ortiz Ramírez, Las instituciones y la economía…, www.analitica.com 3 abril 2001), que deberían ser abordadas dentro de un tratamiento y dinámica de cambio institucional en Venezuela. En primer lugar, las futuras administraciones deberían abandonar el sentido de conquista del poder político y la administración pública. En muchos lugares, existen intereses grupales y particulares que están altamente consustanciados con los procesos políticos de campañas y elecciones. Lo que no deberían estos últimos es, primar sobre los intereses nacionales.

En segundo lugar, deberían ingresar los mejores a los puestos gerenciales y de dirección. Los mejores son los que preparación y disposición para llevar los proyectos y las ideas adelante, en un área determinada. Pero, si no se les da autonomía, se les inutiliza y Presidente o Ministro terminan teniendo un primado sobre los Técnicos, por muy buena disposición que estos últimos tengan. Igualmente deben tener buenas remuneraciones y posibilidades de desarrollo en empresas e instituciones públicas para así evitar su captura desde organismos, empresas e instituciones de otro perfil.

En tercer lugar, debe incrementarse el manejo de información. Son las instituciones las que deben disponer, adecuadamente, de la información. El manejo de esta última, en varias instituciones del país, ha sido tradicionalmente muy escaso. No solo porque no la producen, o a veces sólo la estiman, sino porque no están conectadas a los medios de producción y canalización de la misma a nivel internacional. No es un asunto de recursos. Es falta de disposición en cuanto al manejo y uso que se debe tener de la información.

En cuarto lugar, se debe facilitar el acceso de los ciudadanos y agentes económicos a las instituciones. Estas vienen desempeñándose, en las cuatro últimas décadas, con un manejo sumarial permanente de los informes, posiciones, cambios, registros, entre otras cosas, que permite encontrar los secretos de Estado, en informaciones y manejos, para los cuales, en otros países, el ciudadano o agente económico tiene un acceso democrático. Igual, las reuniones y comités, donde se invita para oír o hablar, pero sin ningún derecho a determinar el rumbo de una determinada política.

A los elementos señalados como áreas problemáticas, habría que añadirle varios en el campo económico. Entre otros: fusiones y reestructuraciones sin sentido que en la administración bolivariana se han multiplicado, actividades de contratación y licitaciones, autonomía de instituciones como el BCV y relaciones entre las áreas petrolera y no petrolera de la economía. La llamada "refundación de la República", “refundación de las instituciones” o expresiones como las "instituciones que están naciendo", se han acumulado y no han aportado soluciones a las áreas problemáticas que hemos planteado.

Militarismo inconveniente, instituciones inconsistentes, democracia frágil -poco transparente y temerosa de las potencialidades del individuo, se trate de organizaciones de vecinos, organismos no gubernamentales o consejos comunales-, son parte de los campos de interés. Aun con todos los logros y avances en urbanización, educación o atención social,  tenidos entre finales de los 50 y comienzo de los setenta; o en el crecimiento inicial de las ciudades entre 1910 y 1930; o en la administración bolivariana donde sectores sociales desatendidos en administraciones previas han pasado a ser considerados o tener posibilidades de participar; ha existido imprecisión en la elaboración de una estrategia de desarrollo, basada en el consenso y la fijación de objetivos.

Para atender estas dimensiones de la transformación institucional se han propuesto variados métodos. Se trata de que además de aprender, se ajustan, descartan o crean normas e instrucciones para avanzar y se llama a esto una gobernanza experimentalista (experimentalist governance), donde  no hay una clara separación entre el diseño y la implementación de políticas y ello puede a su vez ser de provecho en los procesos de cambio institucional y productivo. En el transcurso en que acontece el aprendizaje, las capacidades se renuevan, el diseño de las políticas se adapta y el foco inicial no debería centrarse en una solución importada, desarrollada y aplicada en otro contexto, sino en el entendimiento de -y aplicabilidad para- la naturaleza exacta del inconveniente local. Identificado el problema, debe pasarse a la elaboración y pruebas de  diferentes posibles enfoques para solucionarlo y evaluar los resultados para abordar el siguiente, comenzando otro ciclo donde se habrá, seguramente, acumulado pericias. Deben señalarse dos perfiles complementarios para el beneficio del desarrollo institucional y el desempeño de las instancias públicas en los procesos de transformación productiva, como son la retroalimentación y la adaptación. En tal sentido el objetivo último de la experimentacion y la retroalimentacion es la adaptacion de las organizaciones (Ver Gustavo Crespi, Eduardo Fernández-Arias y Ernesto Stein. ¿Cómo repensar el desarrollo productivo? POLÍTICAS E INSTITUCIONES…. BID 2014. Cap. 10).

No se trata solo de diseñar buenas políticas sino también de tener la capacidad para poder ejecutarlas. Adicionalmente las habilidades técnicas para diseñar e implementar las políticas son las que permitirán que las mismas se pongan en marcha adecuadamente; siendo que para que lleven al diseño y a la implementación apropiada de las políticas en el terreno, agentes diversos deben tener la estructura organizacional y los incentivos adecuados. Por otro lado, si los agentes carecen de los recursos financieros, no se podrá invertir en capacidades técnicas  para el correcto diseño e implementación de las políticas.

Las organizaciones tradicionales del sector público, no necesariamente tienen la flexibilidad fundamental para identificar las principales limitaciones del crecimiento de la productividad. De la misma manera, con frecuencia no están diseñadas para lidiar con la experimentación, el aprendizaje y los ajustes requeridos en aquellos procesos y políticas del caso, ni para participar en procesos de hallazgo conjunto con los agentes privados.

En la reforma institucional, la práctica predominante consiste en identificar las mejores prácticas, pero esta noción ha sido criticada. Dos perfiles pueden resaltarse. En primer lugar, si una organización se le asigna una tarea que supera sus capacidades, puede que colapse bajo la presión. Igualmente, una que recibe financiamiento bajo la condición de adoptar las mejores prácticas quizás intente cumplir con los requisitos de manera puramente formal, buscando hacer algo que no puede hacer. En segundo lugar, las políticas se aplican en contextos específicos, donde existen reglas de juego explicitas y tácitas, y normas de conducta que pueden ser distintas de las leyes formales y puede que los actores locales conozcan bien estas reglas y las acepten, pero a los no locales les sean menos asimilables. Es la parte tácita lo que hace que sea difícil adoptar lo que funciona bien en otra parte. La dificultad de transferir las mejores prácticas de un contexto a otro es que es imposible replicar los elementos informales, implícitos, no escritos y rara vez visibles del entorno institucional y los mismos terminan siendo fundamentales para aquellas. La alternativa a este concepto es entonces la mejor adecuación de las políticas a las capacidades existentes (BID, Ob. Cit; Rodrik, Ob. cit).

En lo atinente a la conjunción de actividades entre el sector público y privado, existen  elementos a destacar. Los consejos público-privados han sido un componente de las historias exitosas del desarrollo económico en el siglo XX. El alcance de la cooperación puede variar considerablemente, desde una que abarque toda la economía hasta un plan específico por sector y región, y desde un foro en que el gobierno solo informa de sus políticas, hasta otro en el que se produce un intercambio en profundidad de información, y se diseñan e implementan las políticas en forma conjunta.

En instituciones, ni de los planteamientos iniciales, ni de los más recientes, tenemos aplicaciones en abundancia.


@eortizramirez

lunes, 3 de noviembre de 2014

COMUNICADO: FELICITACIONES MSc Emperatriz Nieves, MSc. Ey-ling Plata y MSc. Nathalie Martín


La Maestría en Economía Internacional de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela (UCV) tiene a bien extender su más sincera felicitaciones a las ciudadanas Emperatriz Nieves, Ey-ling Plata y Nathalie Martín por haber obtenido el título de Magister Scientiarum en Economía Internacional el día viernes 31 de octubre de 2014 en el Aula Magna de la “Casa que vence la Sombra” .

Orgullo de nuestro Postgrado!!!

El equipo de profesores y personal administrativo que conforman este Postgrado les desea el mayor de los éxitos y muchas bendiciones en el desarrollo personal, familiar y profesional de cada una de ustedes,

Felicitaciones …

Maestría en Economía Internacional
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales

Universidad Central de Venezuela