viernes, 9 de abril de 2021

¿Brasil cambio en Política Exterior?

 


¿Brasil cambio en Política Exterior?


La economía brasileña busca insertarse en una economía internacional altamente integrada y competitiva.


 

·         JESÚS E. MAZZEI ALFONZO

08/04/2021 05:00 am

 

            Con la dimisión y toma de posesión de nuevo Ministro de Relaciones Embajador Carlos Alberto Franco Franca, en esta semana (perfil más discreto y pragmático), a raíz de la posición insostenible de Ernesto Araújo, ocasionada entre otros motivos, por comentarios inoportunos relacionados con la senadora Katia Abreu, el mal manejo de la obtención de vacunas, el tratamiento de las relaciones con China y EEUU y el alineamiento con la política exterior de Donald Trump, en una contradicción con las mejores tradiciones de la política exterior de ese país, y además, un hecho insólito una carta abierta de diplomáticos del Itamaraty criticando la política exterior, ha hecho eclosión. Un canciller muy dogmatico en sus posiciones ideológicas, que era parte del ala olavista del Gobierno de Bolsonaro, su designación hace más de 2 años siempre fue cuestionada. En fin, muchos frentes abiertos. En la que hubo en general, una reorganización ministerial que involucro a seis despachos ejecutivos asume pues el nuevo Canciller.

Efectivamente, los principios rectores que han regido históricamente la política exterior del Brasil y que son sus ejes en la formulación e implementación son los siguientes:

Pacifismo: Se fundamenta en la no-confrontación, la búsqueda de soluciones pacíficas negociadas de las controversias, la condena del uso de la fuerza para la obtención de resultados externos.

El universalismo: entendido este como el todo el acervo de contactos bilaterales que constituyen el patrimonio histórico del Brasil, su vocación universalista. También la diversidad de contactos bilaterales y multilaterales sirve para la realización de los intereses nacionales.

Juridicismo: respeto a los tratados y convenciones, entendidas como manifestaciones sacrosantas del Derecho Internacional y que son asumidas por la voluntad nacional.

Realismo, autonomía heterodoxa, pragmatismo: acciones vinculadas a los intereses nacionales. Se abandona la idea de construcción y el uso del papel de potencia del país, para ganancias internacionales, se despolitiza y desideologiza la acción internacional (cosa que en el gobierno de Bolsonaro no se hizo)

Autodeterminación y no intervención: son alimentados por el carácter pacificista de la política exterior y sobre todo por el realismo que ilumina a su ejecutoria internacional, basado en la cooperación y negociación.

Por lo tanto, hay una tradición de la praxis diplomática, la cual es radicalmente contraria a la intervención, el rechazo que podría dar el legitimar eventuales intervenciones o acciones correctivas fuera del sistema o ambiente de poder internacional. Se defienden en forma contundente los principios de autodeterminación y no intervención de los pueblos.

Si partimos de los años noventa durante los Gobiernos de Collor, Itamar Franco y Fernando Henrique Cardoso, podemos apreciar en esa política pública esos hilos conductores, que se afianzan en la época de Luis Inácio Lula da Silva, Dilma Rousseff y Temer, cuestionados por el canciller saliente.

La economía brasileña busca insertarse en una economía internacional altamente integrada y competitiva.

Además, siempre busco mantener los márgenes de maniobra, para no inviabilizar su histórico proyecto nacional, con base a los principios arriba enunciados algo que crítico Ernesto Araújo en forma ideológica.

Ahora bien, la política exterior de este país, tiene tres indagaciones que responder:

En primer lugar, ¿qué es lo que Brasil desea obtener de su relación con el medio internacional? la respuesta evidente y con un claro objetivo, es conseguir el intercambio externo para la realización del desarrollo, tanto en su dimensión económica como social, para lograr profundizar los derechos humanos y medio ambiente, elementos que sirvan y puedan ser complementados con acuerdos y sistemas que ayuden a las políticas internas.

En segundo lugar, ¿cómo el Brasil desea relacionarse con la comunidad internacional?, aquí están los principios que tradicionalmente han orientado su política exterior, tales como la no intervención, el respeto a la autodeterminación, la no injerencia en los asuntos internos y la solución pacífica de las controversias.

La tercera pregunta, cuál es el mundo que ellos desean?, puede estar resumida en algunas ideas fuerzas: paz, desarrollo, y participación amplia, por ello es que el Brasil de acuerdo a los especialistas buscará, esperamos vigorizar los valores de la democracia, los derechos humanos y la preservación del medio ambiente. Estas y otras interrogantes, la tendrán que responder la gestión del nuevo ministro, que no tiene experiencia administrativa a nivel de Itamaraty, de jefatura de misiones diplomáticas, deberá lidiar con el rol de Eduardo Bolsonaro y Filipe Martins (dos pesos pesados de la ortodoxia bolsonarista en materia internacional), tiene sí experiencia en los órganos de la Presidencia de la República, lo que dará esperamos conocimiento de su acción como operador y ejecutor de las relaciones exteriores brasileñas. Veremos si es un cambio de las formas, más no del contenido. Método y substancia.



jesusmazzei@gmail.com

 

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