https://www.project-syndicate.org/commentary/methodological-
individualism-is-holding-economics-back-by-ricardo-hausmann-
2021-03/spanish
Las fallas individuales de la economía
CAMBRIDGE – La economía podría
avanzar sustancialmente si relajara una de sus hipótesis más preciadas: el
individualismo metodológico, o la idea de que cualquier explicación necesita
estar relacionada con individuos que toman decisiones sensatas. Este
requerimiento coloca a la disciplina en una enorme desventaja frente a las
ciencias naturales, porque impide entender mejor la relación entre lo micro y
lo macro.
La física explica todo el
comportamiento suponiendo algunas leyes fundamentales a nivel (muy) micro. Los
quarks dan lugar a los protones y neutrones que, junto con los electrones,
generan átomos, dando lugar a su vez a moléculas y macro-moléculas como el ADN,
los genes y las proteínas. Estos producen células, seres multicelulares y
ecosistemas completos que viven en un planeta que gira alrededor del sol. En
teoría, deberíamos poder explicar todo esto remontándonos a las leyes
fundamentales de la física de partículas. En la práctica, esto no sólo es
imposible sino también innecesario, lo que facilita el progreso.
Tenemos conocimiento de todos estos
niveles porque los científicos los analizaron y los describieron con el mayor
detalle posible, permitiendo que otros científicos los explicaran en términos
de determinantes de nivel inferior. Cada capa de alguna manera puede estar
relacionada con la capa inferior, hasta llegar a los quarks y los electrones.
Si bien retroceder un paso no es
fácil, aunque muchas veces factible, ir para adelante, aunque sea un paso, es
difícil. Podemos elaborar la secuencia de aminoácidos de una proteína desde el
gen que la codifica, pero aun así no podemos establecer qué forma
tridimensional adoptará la proteína, lo que es fundamental para determinar su
función.
Sin embargo, hay algo que complica
aún más las cosas y es un fenómeno conocido como emergencia, por el cual una
propiedad del siguiente nivel no existe en el paso previo. Los diamantes y el
grafeno tienen propiedades muy diferentes, por ejemplo, pero son químicamente
idénticos. Las neuronas dan lugar a la conciencia, pero sólo en el nivel de
millones de neuronas conectadas; nunca lo habríamos imaginado si hubiésemos
mirado solo al interior de la neurona.
Contrastemos esto con la ciencia
económica hoy. El individualismo metodológico requiere que todos los fenómenos
en definitiva se expliquen en términos de individuos que toman decisiones para
las que tienen fundamentos sólidos. Estudiar las regularidades en los datos
agregados –característico de la macroeconomía antes de los años 1970- resulta
poco interesante si estos no están cimentados en un comportamiento individual
racional.
Como sostiene el economista y premio Nobel
Robert Lucas, los gobiernos no podrían confiar en que estas regularidades
fueran estables si basaran sus políticas en ellas, porque los individuos
responderían a esas medidas de maneras que minarían las regularidades. Los datos
podrían sugerir un compromiso entre inflación y desempleo, pero si los
gobiernos intentaran “comprar” menos desempleo mediante un poco más de
inflación, la gente cambiaría sus expectativas inflacionarias de manera tal que
todo el ejercicio resultaría inútil.
La ciencia económica ha desarrollado
así modelos con fuertes cimientos micro, centrados en individuos que toman
decisiones racionales y responden a incentivos bien entendidos. Para progresar
cumpliendo al mismo tiempo con estos requerimientos, los economistas han tenido
que simplificar, a menudo hasta el absurdo, el grado de interacción entre el
individuo y los resultados agregados que se intentan explicar. Una manera común
de hacerlo es suponer que todos los individuos son idénticos -el llamado agente
representativo-, o que son heterogéneos de maneras muy sencillas. Pero exigir
que todas las explicaciones económicas se basen en comportamientos individuales
es como intentar explicar el recalentamiento global partiendo de la física
cuántica.
Afortunadamente, este enfoque
metodológico se está derrumbando. A nivel micro, la creencia en el supuesto de
la racionalidad individual se ha visto afectada por la economía conductual. En
una serie de artículos, Xavier Gabaix de Harvard ha demostrado que los principios
básicos de micro y macroeconomía cambian mucho si suponemos
que la racionalidad de los agentes tiene límites. De la misma manera, el colega
de Gabaix en Harvard Joseph Henrichsostiene que la
manera en que la gente toma decisiones no es universal, sino que más bien
depende de la cultura a la que pertenece.
Más pertinente a mi argumento es la
cuestión de pasar de los individuos que toman decisiones al nivel agregado. El
difunto y extremadamente talentoso economista de Harvard Emmanuel Farhi, en trabajos conjuntos con
David Baqaee de la UCLA, demostró que necesitamos
considerar la estructura insumo-producto (no explicada) de la producción para entender
las fluctuaciones macroeconómicas: no podemos simplemente obtenerla de agentes
representativos individuales.
De la misma manera, Pol Antràs de
Harvard (junto con otros autores) recientemente ha estado reconstruyendo la teoría del comercio
internacional suponiendo que el mundo está organizado a través de cadenas
globales de valor en lugar de mercados estándar. Esta suposición aparentemente
menor causa enormes diferencias tanto en la teoría como en términos de
implicancias de las políticas comerciales. Apenas estamos empezando a entender
lo que esto significa en la práctica, porque, hasta ahora, no nos habíamos
preocupado en recopilar los datos inter-firma que requiere este análisis.
Vista desde esta perspectiva, la
teoría neoclásica del crecimiento económico parece pintoresca. Su principal
aporte, según las palabras del economista y premio Nobel Paul Romer, es
demostrar lo difícil que es explicar
desde el punto de vista puramente teórico el crecimiento a largo plazo.
Desafortunadamente, la teoría neoclásica ha sido prácticamente inútil para
cualquier propósito práctico, principalmente porque ignora abiertamente las
estructuras meso que existen entre los individuos y los resultados económicos
agregados.
Afortunadamente, algunos
investigadores han intentado descubrir estas estructuras meso, utilizando big
data y ciencia de redes con otras técnicas. Por ejemplo, han
identificado estructuras complejas de complementariedades entre
habilidades y patrones de afinidad dentro y entre industrias, clases tecnológicas y
áreas científicas.
Estos estudios demuestran que las
estructuras meso son importantes para la manera en que crecen las ciudades y
los países, y en que se desarrollan las tecnologías. Dada la ortodoxia actual,
estos artículos han sido impublicables en revistas de economía, porque no
pueden demostrar cómo estas estructuras están asociadas a individuos que toman
decisiones bajo restricciones. Pero han sido publicados en revistas científicas
prestigiosas como Nature y Science, así
como en elJournal of Urban Economics y Research Policy. Como
resultado de ello, otros investigadores pueden ahora formular preguntas sobre
cómo emergen estas estructuras meso, por ejemplo, de decisiones individuales.
En las últimas décadas, la economía
ha pasado de definirse a sí misma por las preguntas que formula a definirse a
sí misma por los métodos que usa. Al limitar su estrategia al individualismo
metodológico, lo que ha hecho es socavar su propio progreso.
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Ricardo Hausmann, a former
minister of planning of Venezuela and former chief economist at the
Inter-American Development Bank, is a professor at Harvard's John F. Kennedy
School of Government and Director of the Harvard Growth Lab.
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