EDUARDO
ORTIZ RAMIREZ
De todas estas figuras –y otras más- hay en situaciones como
las que transita Venezuela, en la búsqueda de entendimientos entre la parte de la oposición que quiere conversar/negociar sobre la conflictividad
política, económica y social y la administración bolivariana, gestionada
ahora por el presidente Nicolás Maduro. Las ideas además son numerosísimas: a) que
en otras partes se ha logrado; b) que no hay salidas, si no se quiere o actúa
en una confrontación militar; c) que ha habido circunstancias más difíciles; en
fin, d) que es la única vía. Claro, estos resúmenes llevados a sentencias, obvian
detalles como la historia particular de cada quien o país, las características y
estelas de los agentes participantes, las condiciones de las que parte cada
agente y otros muchos más. En los tiempos actuales no es ocioso recordar como Gaviria salía en 2002, y también los
representantes de gobierno y oposición, diciendo que se había avanzado, pero no
era fácil detectar en que era lo que se había logrado ese avance[1].
También, demasiado sería, por otra parte, plantearse la aplicación de ideas costo-beneficio o criterios de
eficiencia a estas actividades.
Sean cuales sean los resultados de procesos en
curso para el resto del año, llegados a la primera quincena de diciembre, en el
atinente a las conversaciones/negociaciones formalizadas con las reuniones del
1 y 2 de diciembre de 2017 en República Dominicana, debe señalarse que no hubo
grandes sorpresas. En cuanto a tal evento, debe indicarse que, en el caso de
Venezuela, dentro de la administración bolivariana, según las experiencias
previas de negociación (2002, 2014 y 2016), no se produjeron mayores o
trascendentales resultados, sino siempre puro optimismo al inicio; después,
este último fue desapareciendo y las negociaciones quedaron –mayormente- en casi
nada para la oposición y en
beneficios diversos para el gobierno.
Veamos resultados, para el caso en cuestión, a
la luz de expresiones de representantes de los agentes o del presidente que
funge de coordinador de la actividad. En el balance ofrecido por el presidente
de República Dominicana, Danilo Medina,
se indicó que durante la primera jornada de negociación entre gobierno y
oposición, de seis puntos en la agenda se avanzó en cuatro, dejando dos para la
jornada del día 2 de diciembre; no se especificaron detalles (ver www.el-nacional.com 1 de diciembre 2017). Con gran
optimismo y perfil de futuro, se pronunció el presidente NM: “Gracias a Dios lo
hemos logrado mesa de diálogo en República Dominicana para la paz y la
prosperidad” (ver www.eluniversal.com 1 de diciembre 2017).
Jorge
Rodríguez, quien encabeza la delegación del gobierno,
expresó su satisfacción por la jornada y afirmó que se “ha avanzado mucho” en
los seis puntos de la agenda. “La discusión fue ardua, de las buenas (…)
Queremos informar a todos los hombres y mujeres de la oposición que nos pudimos
sentar a dialogar sin que mediara el escrache y el bullying”.
Siempre muy entusiasta y optimista, afirmó que ambas partes están “muy cerca”
de concretar un acuerdo. “Estamos tan cerca de un acuerdo que ya convocamos
otra reunión para el 15 de diciembre”. Según él, en cuanto a un canal
humanitario, la “verdadera solución” sería el cese de supuestos ataques contra
la economía venezolana y resaltó los “esfuerzos” del gobierno para facilitar
a la población las medicinas, como el programa
0800-SaludYa. "La verdadera ayuda debería provenir en
cesar los ataques contra la economía venezolana, que se deje de solicitar
acciones económicas y financieras contra el país" (ver www.el-nacional.com 2 de diciembre 2017).
Por su parte, Julio Borges, presidente de la Asamblea
Nacional, comunicó que fueron presentadas una serie de propuestas para que
en los próximos meses se realicen
elecciones presidenciales, buscando garantías y condiciones para
asegurar que se trate de una "elección segura". “Hemos venido con la
idea firme y central de lograr más derechos para el pueblo venezolano, y
pensamos que en la medida que logremos abrir más derechos lograremos que la
crisis sea superada dándole la palabra al pueblo venezolano en el proceso, a
través del cual la gente pueda expresarse sin temor”. Agregó que durante la discusión
se trataron temas económicos, la liberación de aproximadamente 350 presos
políticos, el tema institucional de hacer valer a los 14 millones de
venezolanos que votaron por la AN y la aplicación de la Constitución para todos
los ciudadanos por igual. “Queda ahora un trabajo laborioso, hemos defendido el
nombre del pueblo en cada uno de los puntos, veremos si en la reunión del 15 de
diciembre se pueden acercar las posiciones". Recalcó que el encuentro fue
de gran valor por el hecho de que oposición y gobierno se hayan reunido para
disponer de dos días de debate en cada uno de los temas en agenda. "Así
podremos lograr la solución a los problemas, que la gente pueda expresarse sin
ningún temor con la mirada en el futuro. Es un proceso duro, de confrontación,
para abrir una ruta” (ver www.el-nacional.com 2 de diciembre 2017).
Pueden resumirse algunas
observaciones sobre lo presentado como resultado, por ambas partes. En primer lugar nada concreto se
observa; aunque puede argumentarse que es el comienzo. En segundo lugar, el hecho mismo de reuniones dos días, tratando
seis temas no es expresión de avance. En
tercer lugar, no se observan posiciones coincidentes. Y, en cuarto lugar, la reunión programada
para el 15 de diciembre no estrictamente expresa avance. A pesar de todas estas
observaciones, debe resaltarse que el presidente de República Dominicana,
Danilo Medina, señaló que: "Para mí
ha sido un honor dirigir las conversaciones. En un clima de
respeto se han producido significativos avances para una solución de
manera pacífica. Han reiterado ambas partes la necesidad de avanzar a un
acuerdo en interés del pueblo de Venezuela” (ver www.el-nacional.com 2 de diciembre 2017; y www.eluniversal.com 2 de diciembre 2017).
Por otra parte, si se tratase de
resumir la organicidad y trascendentalidad de lo dicho, debe afirmarse que
algunas posiciones de la oposición son revoloteo o diletantismos inocuos,
mientras el gobierno repite y repite lo mismo. Sobre puntos delicados como el
de los presos políticos, ya se había pronunciado categóricamente Alfredo Romero,
de quien al parecer no se puede dudar de su seriedad y activismo en los
episodios del año 2017 y en otros más. Como representante del Foro Penal dijo: “Rechazamos
que, en lo que se refiere a la situación de los presos políticos, perseguidos y
exiliados, no se conozcan aún los objetivos precisos, o las condiciones ni
exigencias previas que han sido o serán planteadas”; en el mismo comunicado,
presentado en el contexto de cercanía de las conversaciones/negociaciones la
organización puntualizó que se prefirió “no
asistir a las reuniones realizadas por una Comisión Especial de la Asamblea
Nacional dirigida por el diputado Stalin González, en vista de que dicha
claridad de propósitos y objetivos no existían ni existen actualmente”, (puede
verse www.es.panampost.com, Noviembre
27 2017).
@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com
[1]
Debe señalarse que esta experiencia terminó con un acuerdo que se firmó en mayo
2003. Sin embargo, es bueno recordar que “El mecanismo electoral,
materializado en la figura del referendo revocatorio presidencial, concentró
todos los esfuerzos de la acción multilateral externa, hasta el punto de que
otros aspectos necesarios para una verdadera transformación del conflicto y una
completa construcción de la paz (peacebuilding), tales como la
constitución de una Comisión de la Verdad o el desarme de la población civil,
fueron descuidados”, así como que “…en Venezuela sólo se produjo una pacificación
relativa (entendida como reducción de la conflictividad interna), pero el conflicto
político fue más bien suprimido y permanece latente en el país”. Este enfoque
de Miguel Ángel Martínez Meucci es de un trabajo de 2010 y puede verse en: https://www.academia.edu/4111405/La_Mesa_de_Negociaci%C3%B3n_y_Acuerdos_2002-2003_y_el_proceso_de_facilitaci%C3%B3n_de_la_OEA_y_el_Centro_Carter.
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