Mauro Viera en Itamaraty
En primer lugar, ¿qué es lo que Brasil desea obtener de su relación con
el medio internacional en la próxima década luego del gobierno de Bolsonaro?
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JESÚS E. MAZZEI ALFONZO
15/12/2022 05:00 am
El pasado viernes 9
de diciembre, el presidente electo Lula da Silva, escogió a los primeros
ministros que le acompañaran en el nuevo gobierno que se iniciará el 1 de enero
de 2023, el nuevo canciller Mauro Viera, ya ocupó la cartera de la corporación
ministerial entre el año 2015 y 1016, sustituyendo en el gobierno de Dilma
Rousseff a Luiz Alberto Figueiredo. Diplomático de carrera, con más de 35 años
de carrera diplomática y a la edad de 71, llega más maduro intelectual y
políticamente, con una amplia experiencia en el manejo de misiones exteriores
entre las cuales cabe mencionara la de la Argentina, Naciones Unidas,
Washington, jefe de Gabinete del Celso Amorín en su última gestión como
canciller, fue, además, consejero en Paris de un Embajador de amplio prestigio
y trayectoria en otros momentos de su carrera como Marcos de Azambuja. Viera
reúne un temperamento apropiado para los tiempos que viene en materia de
política exterior un profesionalismo extraordinario a toda prueba y tiene una
visión positiva de la vida según comento el Embajador Azambuja al conocer la
designación del nuevo ministro, según reseña el diario OGlobo del Brasil.
Además, en su currículo está el rol de asesor internacional del entonces
ex-Ministerio de Ciencia y Tecnología en el gobierno de José Sarney de Renato
Archer.
A la hora de ejecutar los principios históricos de la política exterior de
Brasil que fueron altamente cuestionados sobre todo en la gestión de Ernesto
Araújo, cabe esperar que estos serán retomados, por ello, vasta citarlos de
nuevo. Efectivamente, los principios rectores que han regido históricamente la
política exterior del Brasil y que son sus ejes en la formulación e
implementación son los siguientes:
Pacifismo: Se fundamenta en la no-confrontación, la búsqueda de soluciones
pacíficas negociadas de las controversias, la condena del uso de la fuerza para
la obtención de resultados externos.
El universalismo: entendido este como el todo el acervo de contactos
bilaterales que constituyen el patrimonio histórico del Brasil, su vocación
universalista. También la diversidad de contactos bilaterales y multilaterales
sirve para la realización de los intereses nacionales.
Juridicismo: respeto a los tratados y convenciones, entendidas como
manifestaciones sacrosantas del Derecho Internacional y que son asumidas por la
voluntad nacional.
Realismo, autonomía heterodoxa, pragmatismo: acciones vinculadas a los
intereses nacionales. Se abandona la idea de construcción y el uso del papel de
potencia del país, para ganancias internacionales, se despolitiza y
desideologiza la acción internacional (cosa que en el gobierno de Bolsonaro no
se hizo)
Autodeterminación y no intervención: son alimentados por el carácter
pacificista de la política exterior y sobre todo por el realismo que ilumina a
su ejecutoria internacional, basado en la cooperación y negociación y en el
tratamiento de la diplomacia multilateral.
Temas multilaterales como la CELAC, el Mercosur, el acuerdo del Mercosur con la
Unión Europea, la Unasur, la OEA, ONU, el tema del ambiente y la incidencia del
cambio climático, los foros de cumbres presidenciales ( Brasil le corresponderá
en la cumbre de G-20 del próximo año en noviembre asumir la presidencia de este
grupo, ya será la sede de la Cumbre de este foro en el 2024), temas bilaterales
como las relaciones EE.UU, el espinoso tema de las relaciones bilaterales con
Venezuela reabrir la Embajada y los consulados en ambos países, las relaciones
con la Argentina, recomponer las relaciones con algunos países de la Unión
Europea como Francia, el lamentable tema de Haití, donde Brasil ha tenido
históricamente un rol importante, como integrante de las fuerzas de paz y como
donador con aproximadamente 40 millones a programas de ayuda. Ahora bien, la
política exterior de este país, tiene tres indagaciones que responder en los
años por venir:
En primer lugar, ¿qué es lo que Brasil desea obtener de su relación con el
medio internacional en la próxima década luego del gobierno de Bolsonaro? la
respuesta evidente y con un claro objetivo, es incrementar el intercambio
externo de sus bienes y servicios para la realización del desarrollo, tanto en
su dimensión económica como social, para lograr profundizar los derechos
humanos y medio ambiente, elementos que sirvan y puedan ser complementados con
acuerdos y sistemas que ayuden a las políticas internas.
En segundo lugar, ¿cómo el Brasil desea relacionarse con la comunidad
internacional?, aquí están los principios que tradicionalmente han orientado su
política exterior, tales como la no intervención, el respeto a la
autodeterminación, la no injerencia en los asuntos internos y la solución
pacífica de las controversias, como calibrar estos principios con una política
exterior más activa.
La tercera interrogante, ¿cuál es el mundo que ellos desean?, puede estar
resumida en algunas ideas fuerzas: paz, desarrollo, y participación amplia, por
ello es que el Brasil de acuerdo a los especialistas buscará, esperamos
vigorizar los valores de la democracia, los derechos humanos y la preservación
del medio ambiente papel importante por el envolvimiento en las misiones de
paz. Estas y otras interrogantes, la tendrá que responder la gestión del nuevo
ministro Mauro Viera al inicio de su gestión y desarrollo de la misma,
acompañado de un equipo que busque restablecer el control de daños al
patrimonio de la política exterior brasileña estos años en sus temas y en el
manejo de la corporación que fue inicialmente resuelto en la gestión de Carlos
França, luego de la gestión de Ernesto Araújo, durante estos últimos casi año y
medio.
El equipo de transición que ha contado con contribución y el aporte de los ex
Cancilleres Celso Amorín, Aloyso Nunes, Audo Faleiro ex asesor de asuntos
internacionales de la Presidencia de la República, las académicas Maria Regina
Soares de Lima, y Adriana Abdenur, la socióloga Maria Silvia Portela de Castro;
e Fatima Mello y Monica Valente, exsecretaria de Relaciones Internacionales del
PT, y el exministro da Educação Cristovam Buarque entre otros miembros del
equipo que deben presentar a la brevedad, los informes finales para al llegar
al gobierno y empezar a tomar decisiones tanto desde el punto de vista
organizativo como desde el punto de vista político, en el área diplomática.
Esperaremos pues, los primeros 100 días de la acción de gobierno.
jesusmazzei@gmail.com
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