COMENTARIO SOBRE UN
LIBRO DE HECTOR VALECILLOS TORO: fundamental en la Venezuela de 2019.
EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ
Conocí a HVT en el año 1976, estando en pleno desarrollo la Venezuela Saudita, dado el aumento
notable de los ingresos petroleros. Fue mi profesor en una asignatura de los
comienzos de la carrera de economía en la UCV.
Me pareció observador, detenido, disciplinado, acucioso y sobre todo enfocado
en la temática del caso de su asignatura; digamos pues, en el sentido cariñoso
de la expresión, casi insufrible. Con la vida y el tiempo, hemos observado que,
en general, la inteligencia y la cultura (en cuanto a almas cultivadas),
siempre transitan esos derroteros.
A un economista mayor que él, unas
dos décadas después, le escuche decir que HVT
nunca se ponía viejo. Y, hoy día, superpuestas dos décadas adicionales, puede
observar uno que ha producido más de veinte libros, entre otras manifestaciones
en su actividad profesional y académica. Varios de ellos los hemos consultado,
leído o referido en ocasiones diversas. Por lo demás, otros casos de asuntos
académicos míos o de personas cercanas, nos han relacionado. Recuerdo por
ejemplo, haber conversado con él algunos tópicos de economía o historia
económica, que solo con dos o tres personas he podido hablarlas en Venezuela, o
en lugares y momentos en que he estado. Dentro de la veintena y más de libros
publicados se encuentran los que publicó con Omar Bello Rodríguez (figura muy valiosa de la academia
venezolana).
Se trata, en cuanto a esta nota, de
que en un seminario que dictamos y para una parte del mismo, se ha presentado
la oportunidad de discutir un texto de HVT
y que es la motivación del comentario que la compone. El libro, más de
cuatrocientas páginas, con un estilo de párrafos largos y además densos, se intitula
“CRECIMIENTO ECONÓMICO. MERCADO DE
TRABAJO Y POBREZA. La experiencia venezolana del siglo XX” (Caracas, 2007,
Ediciones Quinto Patio).
El libro en cuestión, además de una
larga y bastante completa introducción, tiene cuatro capítulos que se
corresponden a la periodización que para la investigación y análisis del caso
construye HVT. 1901/1935, 1936/1959,
1960/1982 y 1983/2003. En este caso, HVT
deja una buena lección de análisis económico, mezclado con historia económica. E. J. Hobsbawm le asignó importancia a la mezcla de estos perfiles y
–estimo- el libro deja aportes en tal sentido, además de los correspondientes a
crecimiento y mercado de trabajo.
Difiero de algunas conclusiones a las
que arriba y otras que están elaboradas con suposiciones o, para ser más
realistas, con restricciones de informaciones, dado que varias de las de
interés no han sido siempre registradas ni producidas en distintos tiempos en
Venezuela. Pero, el esfuerzo y el orden que lleva el texto, página a página, en
el propio proceso investigativo y de tratamiento de la información, no se ve afectado
por tales asuntos. El que uno piense que hay otros autores adicionales a los
presentados en el texto, no afecta tampoco ni la buena documentación que lo
respalda, ni el que todo se encuentre debidamente secuenciado.
Así, en el primero de los periodos, el más delicado por la pobreza con la
que Venezuela ingresa al siglo XX (y que es también muy bien analizado en el
trabajo de A. Baptista “Mas allá del
optimismo y el pesimismo: las transformaciones fundamentales”[1])
HVT desmenuza la sociedad pregomecista y gomecista aterrizando
en los inicios de la conformación del Mercado de Trabajo, sin petróleo y con
petróleo, y llevándonos hasta los hechos palpables de los niveles de vida y de
remuneración respectiva, en un contexto de cambios de familias extendidas a familias
nucleares. Los grandes efectos del petróleo en la economía, el Estado y el
peso en disminución creciente de las exportaciones agrarias, son desmenuzados
por HVT a la luz de numerosísimas
informaciones, sin dejar de destacar la importancia de los elementos reconocidos
a esa dictadura, que fueron la eliminación de las guerras y las montoneras con
la formación del ejército y la creación de un sistema de carreteras nacionales.
Comienza el segundo periodo y la economía ya presenta al Estado como el lugar
dilecto de los buscadores de renta.
El Estado del primer período, con pocos empleados, se presenta ahora como uno
cada día más dispuesto al populismo.
Las diferencias salariales ahora ya son definidamente notables y le presentan
al país una aristocracia obrera y un
Estado que ha abordado -sin ser estas las palabras de HVT en este asunto- crecientemente, funciones de una sociedad civil
que no existía ni en el primero ni en el segundo de los periodos. Adicionalmente,
al final del segundo período y siempre habiendo analizado la secuencia y detalles
de la evolución del mercado de trabajo, HVT
le ubica a la economía venezolana varios problemas realmente agudos: la
perspectiva tributaria y de los correspondiente impuestos, la de la
productividad (sector petrolero/sector no petrolero) que va a atravesar todo el
siglo XX y pasar al XXI, la de los aranceles y la protección
a los productores nacionales y a los perfiles de la competitividad (subsidio,
casos especiales y hasta corrupción) y ni que decir la relativa a la dimensión
cambiaria (tipo de cambio, devaluación, revaluación). En este segundo periodo HVT logra, además, ordenar similitudes
y diferencias entre unos y otros gobiernos de los que sustituyeron la dictadura
de 27 años de Juan Vicente Gómez, a
los efectos de estos ámbitos de política económica, que solo en periodos
relativamente cortos de la historia nacional han tenido homogeneidad y
continuidad, al comparar variados gobiernos. Pero la secuencia del análisis, le
ubica al lector las virtudes y deficiencias en la expansión del MT en Venezuela,
según la Periodización señalada así como también en su interrelación con el
crecimiento económico en una economía que definidamente en este segundo período
–en sus momentos más avanzados- tiene un sesgo y una clara dependencia del
petróleo.
Entrar a la tercera fase de la periodización, es hacerlo para uno de los
periodos más relevantes de la historia nacional del siglo XX. Y es que en la
misma, a pesar del rentismo y de problemas estructurales en más de tres lustros,
Venezuela tuvo un impulso considerable y logros al posicionarse muy bien
incluso ante varios países que hoy día la aventajan con creces. El acumulado,
hasta el tercer capítulo del libro, significó el análisis de desplazamientos
poblacionales y migraciones internas -algunas más significativas que otras- así
como el fenómeno de poblamiento de las ciudades y la conformación de barrios de
pobreza en las mismas, pero también de la conformación de las leyes del trabajo así como la lucha en
contra de los resabios de una fuerza de trabajo no disciplinada en su tránsito
al siglo XX, pero que, a la par se enfrenta y es asimilada o repelida, según
los casos, por el proceso de transformación que significó la aparición del petróleo
y al cual se va acoplando –con aciertos y desaciertos- la economía y la
sociedad venezolana, con el transcurrir de la propia periodización que presenta
HVT. El final del tercer periodo nos permite observar en el libro
algunas páginas muy valiosas y que comentaremos de seguidas, abordando otro perfil
de interpretación del mismo y que en parte motivaron esta nota de un comentario
breve.
En la página 229, HVT hace un resumen de lo sucedido al
final del tercer periodo y presenta cuatro perfiles conocidos, pero que se
vuelven muy útiles en la secuencia analítica que él lleva. Después de la súbita
riqueza de los aumentos de los ingresos petroleros señalados se abandonaron en
las administraciones desde mediados de los setenta hasta inicios de los ochenta,
las líneas de la política económica que se habían ejecutado en las tres
administraciones desde 1960 y se desatendieron logros que se habían tenido en
alrededor de 15 años, destacándose cuatro elementos. Dejemos destacadas sus
propias palabras: ”El primero fue la
sobreinversión gubernamental en bienes de Capital, que reforzó indebidamente el
capitalismo monopolista de estado. El segundo, el masivo endeudamiento externo
del país en momentos en que alcanzaban su máximo nivel histórico los ingresos
percibidos del negocio petrolero. …En
tercer lugar, cabe señalar la absurda adopción de una política de puertas abiertas
a la inmigración, especialmente de personas provenientes de Colombia y de otros
países andinos y del Caribe, lo que provocó un desbordamiento de la oferta de
trabajadores y una presión insostenible sobre los servicios públicos y el stock
de viviendas, fenómeno que agravó e hizo prácticamente insoluble la problemática
del poblamiento desordenado en las zonas de barriadas de las ciudades. Por último,
la crisis en el sistema de relaciones políticas, debido al virtual repudio por
parte del Presidente Pérez, del llamado “Pacto de Punto Fijo”, que había
cumplido una función positiva en el desarrollo institucional de la nación. …quedaba atrás la larga edad dorada de la
creación de empleos en el país, es decir, bajaba el telón para lo que, sin duda
constituye uno de los logros más sobresalientes de la economía venezolana en el
siglo XX” (HVT, Crecimiento…,
pg. 229).
En segundo lugar, para este tercer
periodo, HVT resalta resúmenes que
deben retomarse en la nación, para la interpretación de algunos elementos
relacionados con la migración o diáspora
actual y las actitudes observadas en variadas naciones. Con cierta fuerza y con
razones variadas, es analizada esta problemática en las páginas 232/234 para el
caso de inmigraciones de latinoamericanos, de migrantes dé poca preparación técnica
y con altos niveles de pobreza, diferenciándolos de las migraciones europeas de
los años cuarenta y cincuenta del siglo XX. “En resumen, debido a la irresponsable adopción de una política de
puertas abiertas a la inmigración, Venezuela se convirtió desde mediados de los
años setenta en el receptor por excelencia de masas inmensas de
latinoamericanos empobrecidos, echándose así sobre sus hombros la imposible e
innecesaria tarea de rescatar de la miseria a centenares de miles de personas
para con los cuales la nación no tenía ninguna obligación” (HVT, Crecimiento…, pg234). Ideas polémicas, si las vemos en el
contexto de nuestras necesidades actuales. Pero no son imprecisas y deben ser entendidas
a la luz de variados desordenes que en la nación se permitieron y dejaron
pasar. Más polémico aun, es el evento de que Venezuela a pesar de los efectos
que señala HVT para el mercado
laboral y los servicios, si facilitó, dentro de sus propios desordenes u
oportunidades, que muchos de esos inmigrantes formaran grupos y subgrupos para
su sobrevivencia natural, pero también para su enriquecimiento.
Con toda seguridad y más allá de las
diferencias que podamos encontrar, lo que nos falta de lectura del libro
apuntalará su carácter de lectura
fundamental dentro de las que pueden encontrarse, para el mejor
entendimiento de nuestra evolución y necesidades futuras y para no seguir
cometiendo los mismos errores en los
intentos de solución de viejos problemas y de otros nuevos en un área
esencial como es la del crecimiento y el
mercado de trabajo, más aún porque el libro culmina en los inicios de la
destrucción económica y social que ha tenido como artífice a la administración
bolivariana de más de veinte años ya, pero también a varias administraciones
antes que ella, que si no la superaron en hacerlo mal, se fueron concatenando
unas a otras con los matices de que cada vez la cosa era peor. Pero nadie
imaginaba que faltaba lo peor de lo peor.
20 de julio 2019
@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com
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