sábado, 20 de julio de 2019

COMENTARIO SOBRE UN LIBRO DE HECTOR VALECILLOS TORO: fundamental en la Venezuela de 2019.


COMENTARIO SOBRE UN LIBRO DE HECTOR VALECILLOS TORO: fundamental en la Venezuela de 2019.

EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ


Conocí a HVT en el año 1976, estando en pleno desarrollo la Venezuela Saudita, dado el aumento notable de los ingresos petroleros. Fue mi profesor en una asignatura de los comienzos de la carrera de economía en la UCV. Me pareció observador, detenido, disciplinado, acucioso y sobre todo enfocado en la temática del caso de su asignatura; digamos pues, en el sentido cariñoso de la expresión, casi insufrible. Con la vida y el tiempo, hemos observado que, en general, la inteligencia y la cultura (en cuanto a almas cultivadas), siempre transitan esos derroteros.

A un economista mayor que él, unas dos décadas después, le escuche decir que HVT nunca se ponía viejo. Y, hoy día, superpuestas dos décadas adicionales, puede observar uno que ha producido más de veinte libros, entre otras manifestaciones en su actividad profesional y académica. Varios de ellos los hemos consultado, leído o referido en ocasiones diversas. Por lo demás, otros casos de asuntos académicos míos o de personas cercanas, nos han relacionado. Recuerdo por ejemplo, haber conversado con él algunos tópicos de economía o historia económica, que solo con dos o tres personas he podido hablarlas en Venezuela, o en lugares y momentos en que he estado. Dentro de la veintena y más de libros publicados se encuentran los que publicó con Omar Bello Rodríguez (figura muy valiosa de la academia venezolana).

Se trata, en cuanto a esta nota, de que en un seminario que dictamos y para una parte del mismo, se ha presentado la oportunidad de discutir un texto de HVT y que es la motivación del comentario que la compone. El libro, más de cuatrocientas páginas, con un estilo de párrafos largos y además densos, se intitula “CRECIMIENTO ECONÓMICO. MERCADO DE TRABAJO Y POBREZA. La experiencia venezolana del siglo XX” (Caracas, 2007, Ediciones Quinto Patio).

El libro en cuestión, además de una larga y bastante completa introducción, tiene cuatro capítulos que se corresponden a la periodización que para la investigación y análisis del caso construye HVT. 1901/1935, 1936/1959, 1960/1982 y 1983/2003. En este caso, HVT deja una buena lección de análisis económico, mezclado con historia económica. E. J. Hobsbawm le asignó importancia a la mezcla de estos perfiles y –estimo- el libro deja aportes en tal sentido, además de los correspondientes a crecimiento y mercado de trabajo.

Difiero de algunas conclusiones a las que arriba y otras que están elaboradas con suposiciones o, para ser más realistas, con restricciones de informaciones, dado que varias de las de interés no han sido siempre registradas ni producidas en distintos tiempos en Venezuela. Pero, el esfuerzo y el orden que lleva el texto, página a página, en el propio proceso investigativo y de tratamiento de la información, no se ve afectado por tales asuntos. El que uno piense que hay otros autores adicionales a los presentados en el texto, no afecta tampoco ni la buena documentación que lo respalda, ni el que todo se encuentre debidamente secuenciado.

Así, en el primero de los periodos, el más delicado por la pobreza con la que Venezuela ingresa al siglo XX (y que es también muy bien analizado en el trabajo de A. Baptista “Mas allá del optimismo y el pesimismo: las transformaciones fundamentales”[1]) HVT desmenuza la sociedad pregomecista y gomecista aterrizando en los inicios de la conformación del Mercado de Trabajo, sin petróleo y con petróleo, y llevándonos hasta los hechos palpables de los niveles de vida y de remuneración respectiva, en un contexto de cambios de familias extendidas a familias nucleares. Los grandes efectos del petróleo en la economía, el Estado y el peso en disminución creciente de las exportaciones agrarias, son desmenuzados por HVT a la luz de numerosísimas informaciones, sin dejar de destacar la importancia de los elementos reconocidos a esa dictadura, que fueron la eliminación de las guerras y las montoneras con la formación del ejército y la creación de un sistema de carreteras nacionales.

Comienza el segundo periodo y la economía ya presenta al Estado como el lugar dilecto de los buscadores de renta. El Estado del primer período, con pocos empleados, se presenta ahora como uno cada día más dispuesto al populismo. Las diferencias salariales ahora ya son definidamente notables y le presentan al país una aristocracia obrera y un Estado que ha abordado -sin ser estas las palabras de HVT en este asunto- crecientemente, funciones de una sociedad civil que no existía ni en el primero ni en el segundo de los periodos. Adicionalmente, al final del segundo período y siempre habiendo analizado la secuencia y detalles de la evolución del mercado de trabajo, HVT le ubica a la economía venezolana varios problemas realmente agudos: la perspectiva tributaria y de los correspondiente impuestos, la de la productividad (sector petrolero/sector no petrolero) que va a atravesar todo el siglo XX y pasar al XXI, la de los aranceles y la protección a los productores nacionales y a los perfiles de la competitividad (subsidio, casos especiales y hasta corrupción) y ni que decir la relativa a la dimensión cambiaria (tipo de cambio, devaluación, revaluación). En este segundo periodo HVT logra, además, ordenar similitudes y diferencias entre unos y otros gobiernos de los que sustituyeron la dictadura de 27 años de Juan Vicente Gómez, a los efectos de estos ámbitos de política económica, que solo en periodos relativamente cortos de la historia nacional han tenido homogeneidad y continuidad, al comparar variados gobiernos. Pero la secuencia del análisis, le ubica al lector las virtudes y deficiencias en la expansión del MT en Venezuela, según la Periodización señalada así como también en su interrelación con el crecimiento económico en una economía que definidamente en este segundo período –en sus momentos más avanzados- tiene un sesgo y una clara dependencia del petróleo.

Entrar a la tercera fase de la periodización, es hacerlo para uno de los periodos más relevantes de la historia nacional del siglo XX. Y es que en la misma, a pesar del rentismo y de problemas estructurales en más de tres lustros, Venezuela tuvo un impulso considerable y logros al posicionarse muy bien incluso ante varios países que hoy día la aventajan con creces. El acumulado, hasta el tercer capítulo del libro, significó el análisis de desplazamientos poblacionales y migraciones internas -algunas más significativas que otras- así como el fenómeno de poblamiento de las ciudades y la conformación de barrios de pobreza en las mismas, pero también de la conformación de las leyes del trabajo así como la lucha en contra de los resabios de una fuerza de trabajo no disciplinada en su tránsito al siglo XX, pero que, a la par se enfrenta y es asimilada o repelida, según los casos, por el proceso de transformación que significó la aparición del petróleo y al cual se va acoplando –con aciertos y desaciertos- la economía y la sociedad venezolana, con el transcurrir de la propia periodización que presenta HVT. El final del tercer periodo nos permite observar en el libro algunas páginas muy valiosas y que comentaremos de seguidas, abordando otro perfil de interpretación del mismo y que en parte motivaron esta nota de un comentario breve.

En la página 229, HVT hace un resumen de lo sucedido al final del tercer periodo y presenta cuatro perfiles conocidos, pero que se vuelven muy útiles en la secuencia analítica que él lleva. Después de la súbita riqueza de los aumentos de los ingresos petroleros señalados se abandonaron en las administraciones desde mediados de los setenta hasta inicios de los ochenta, las líneas de la política económica que se habían ejecutado en las tres administraciones desde 1960 y se desatendieron logros que se habían tenido en alrededor de 15 años, destacándose cuatro elementos. Dejemos destacadas sus propias palabras: ”El primero fue la sobreinversión gubernamental en bienes de Capital, que reforzó indebidamente el capitalismo monopolista de estado. El segundo, el masivo endeudamiento externo del país en momentos en que alcanzaban su máximo nivel histórico los ingresos percibidos del negocio petrolero.  …En tercer lugar, cabe señalar la absurda adopción de una política de puertas abiertas a la inmigración, especialmente de personas provenientes de Colombia y de otros países andinos y del Caribe, lo que provocó un desbordamiento de la oferta de trabajadores y una presión insostenible sobre los servicios públicos y el stock de viviendas, fenómeno que agravó e hizo prácticamente insoluble la problemática del poblamiento desordenado en las zonas de barriadas de las ciudades. Por último, la crisis en el sistema de relaciones políticas, debido al virtual repudio por parte del Presidente Pérez, del llamado “Pacto de Punto Fijo”, que había cumplido una función positiva en el desarrollo institucional de la nación.  …quedaba atrás la larga edad dorada de la creación de empleos en el país, es decir, bajaba el telón para lo que, sin duda constituye uno de los logros más sobresalientes de la economía venezolana en el siglo XX” (HVT, Crecimiento…, pg. 229).

En segundo lugar, para este tercer periodo, HVT resalta resúmenes que deben retomarse en la nación, para la interpretación de algunos elementos relacionados con la migración o diáspora actual y las actitudes observadas en variadas naciones. Con cierta fuerza y con razones variadas, es analizada esta problemática en las páginas 232/234 para el caso de inmigraciones de latinoamericanos, de migrantes dé poca preparación técnica y con altos niveles de pobreza, diferenciándolos de las migraciones europeas de los años cuarenta y cincuenta del siglo XX. “En resumen, debido a la irresponsable adopción de una política de puertas abiertas a la inmigración, Venezuela se convirtió desde mediados de los años setenta en el receptor por excelencia de masas inmensas de latinoamericanos empobrecidos, echándose así sobre sus hombros la imposible e innecesaria tarea de rescatar de la miseria a centenares de miles de personas para con los cuales la nación no tenía ninguna obligación” (HVT, Crecimiento…, pg234). Ideas polémicas, si las vemos en el contexto de nuestras necesidades actuales. Pero no son imprecisas y deben ser entendidas a la luz de variados desordenes que en la nación se permitieron y dejaron pasar. Más polémico aun, es el evento de que Venezuela a pesar de los efectos que señala HVT para el mercado laboral y los servicios, si facilitó, dentro de sus propios desordenes u oportunidades, que muchos de esos inmigrantes formaran grupos y subgrupos para su sobrevivencia natural, pero también para su enriquecimiento.

Con toda seguridad y más allá de las diferencias que podamos encontrar, lo que nos falta de lectura del libro apuntalará su carácter de lectura fundamental dentro de las que pueden encontrarse, para el mejor entendimiento de nuestra evolución y necesidades futuras y para no seguir cometiendo los mismos errores en los intentos de solución de viejos problemas y de otros nuevos en un área esencial como es la del crecimiento y el mercado de trabajo, más aún porque el libro culmina en los inicios de la destrucción económica y social que ha tenido como artífice a la administración bolivariana de más de veinte años ya, pero también a varias administraciones antes que ella, que si no la superaron en hacerlo mal, se fueron concatenando unas a otras con los matices de que cada vez la cosa era peor. Pero nadie imaginaba que faltaba lo peor de lo peor.


20 de julio 2019
@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com


[1] En El caso Venezuela: ¿una ilusión de armonía?, Naim y Piñango. Ediciones IESA 1985.

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