DOLARIZADOS SIN GANAR
EN DÓLARES: profundizando la crisis de un sistema que no funciona
EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ
Solucionadores fáciles existen actualmente en el país. Del lado gubernamental están
los que ven todo bien, funcionan las políticas, la gente come, viste y estudia
bien y la inflación está desacelerándose (al igual que cuando el presidente CAP señaló, en su segunda
administración -1989/2003, que ya era cosa del pasado porque estaba desacelerándose).
Del lado de la oposición se encuentran los que apenas acceden al poder
operativo y total solucionarán esto en tres días o tres meses (les es casi
indiferente el tiempo que precisen, pues según ellos lo que si será es corto). Cosa
lejos de la realidad, pues si bien algunas variables pueden nivelarse en 6 meses,
un año o dos, el daño en las instituciones y arcas del Estado, en el
endeudamiento y en procedimientos diversos es grande y no está el país ni en
las condiciones de México en el 94 del
siglo XX o en las de Corea del 97,
por mencionar algunos casos donde los financiamientos internacionales pudieron,
de alguna manera, tener ciertos efectos.
Como se ha señalado, la dolarización ya
en el año 2019 está establecida informalmente[1]. Varios mercados y espacios de la vida
económica así lo testifican. Un proceso de dolarización altamente costoso para los ciudadanos que no ganan en dólares y que se enfrentan a un contexto económico,
político y social muy particular e invadido de las políticas demagógicas y
populistas de la administración bolivariana durante más de 20 años. En concreto,
a diferencia de naciones como Chile, Perú
o Argentina donde los servicios públicos
son de mayores costos y los alimentos accesibles, en Venezuela, los servicios públicos
son baratos y los alimentos muchísimo más costosos relativamente. Y en esto, obviamente,
tiene su parte la escasez, la alteración profunda del aparato productivo y el
decrecimiento acumulado –y no contenido- durante los últimos seis años (o
administración de NM). Índices más, índices menos, en Venezuela hoy día es altamente costoso que los ciudadanos puedan
comer cómodamente, o como fue costumbre durante varias décadas del siglo
XX. Pensemos que la dolarización se ha establecido de manera informal, pero si
se buscase equiparar el costo del transporte público con países como los
mencionados, el mismo debería ubicarse entre 1 y 2 dólares lo cual podría representar
un precio entre 7000 y 15000 Bs S (con un salario mínimo sobre 5 dólares).
En el caso de algunos mercados y/o productos,
puede decirse que la dolarización es definida y categórica. Esto es, teniendo
los dólares –pero recuérdese que los venezolanos no ganan en dólares- cualquier
consumidor puede conseguir un celular o un electrodoméstico a los precios
regulares en los mercados internacionales, dándose entrada a la llamada ley del precio único en economía y
comercio internacional[2].
Las transacciones, por lo demás, se realizan en dólares ya como algo regular,
circulando con la mayor normalidad el llamado por los oficialistas -pero no por
ello no gustado por los mismos- el “dólar criminal”. Otras esferas de la vida
diaria y de la economía se encuentran con escollos insondables en su dimensión
económica y social. Por ejemplo, los servicios médicos y odontológicos están totalmente
dolarizados en su versión de cobrados a precios en dólares y se tornan
inaccesibles para muchos ciudadanos. La vida en condominios, con ciudadanos que
no ganan en dólares pero que se enfrentan a plomeros, técnicos de ascensores,
tanques de aguas y otros menesteres que les cobran en dólares pueden significar
cuotas especiales en montos en dólares totalmente inaccesible para familias que, incluso siendo propietarios, ni ganan
en dólares ni sus ingresos son representativos en tales sentidos. Bajos en
precios los servicios, altos los alimentos. Se trata entonces de una dolarización
y de búsqueda de estadios de equilibrios inestables para la economía y las
familias, donde los sectores menos favorecidos en la distribución del ingreso están
siendo grandemente afectados. Y, curiosamente, dentro de un conjunto de también
equilibrios inestables, salen relativamente más beneficiados los sectores que
manejan comercio y transacciones en dólares. Ha terminado siendo impresionante cómo
la administración bolivariana, con ninguna de las medidas tomadas, incluso la última
de las mesas de divisas ha podido hacer mella en este escenario, pudiéndose decir
que en este y otros aspectos de la política económica y de la conducción de la
misma hoy día se encuentra contra las cuerdas.
En varios aspectos, viejas
discusiones viejos problemas. ¿Debe Venezuela ofrecer energía barata a los venezolanos
porque tiene petróleo? ¿Cuantos no venezolanos están también saliendo
beneficiados con un populismo ejecutado incluso internacionalmente? ¿Son mejores
servicios públicos menos costosos y malos, a otros más costosos pero buenos y
eficientes?
La realidad de los salarios mínimos en la región no ha
presentado mayores cambios en los dos o tres últimos años; sigue habiendo un
promedio para grupos de países de alrededor de los 300 dólares. Pero con estos salarios
mínimos en varios de los países se
consumen alimentos en forma relativamente cómoda. Se paga transporte y se pagan
y atienden otras necesidades. En algunos casos de ellos, como los del cono sur,
la atención a la salud y la seguridad social tienen niveles superiores y considerables
avances en relación a Venezuela, dados los descalabros acumulados en los últimos
años en la nación. En esta, se trata entonces de una dolarización informal y chucuta pues no atiende lo relativo al
ajuste hacia arriba de los salarios en dólares, entre otros aspectos. No se
trata entonces de si la dolarización puede solucionar o no los problemas del
ajuste, la transformación estructural y el crecimiento sino que esta dolarización
sui
generis forma parte del contexto hiperinflacionario –en un sentido biunívoco-
que puede haber bajado a 30 por ciento mensual en los últimos meses, pero ni ha
desaparecido ni ha disminuido su latencia: solo se ha desacelerado; correspondiéndole
a la propia crisis económica y las disminuciones y comportamientos recesivos de
la demanda, parte de sus determinaciones. No
es para celebrar, los ciudadanos con los deterioros en sus condiciones de vida y
el gobierno con su inoperancia están contra las cuerdas.
Este tipo de dolarización –y no es
que nos apetezca una dolarización formal- está dando paso a todo tipo de
irracionalidad económica y comportamiento de los agentes, pues dado el primado creciente
e ineluctable del dólar, los agentes económicos y las instituciones, así como
los integrantes de las mismas y ni que decir los propios ciudadanos, necesitan
y hablan del dólar como algo fundamental.
Ya es más que evidente, estamos
dolarizados pero no ganamos en dólares.
02 de julio 2019
@eortizramirez
Sueldo Mínimo en
Dólares y en Moneda Local
Año 2019
Año 2019
País
|
Moneda Local
|
Dólar
|
Chile
|
$ 301.000 pesos chilenos
|
$ 442
|
Uruguay
|
$ 15.000 pesos uruguayos
|
$ 426
|
Ecuador
|
US$ 394 dólares
|
$ 394
|
Paraguay
|
₲ 2.192.839 guaraníes
|
$ 354
|
Bolivia
|
Bs. 2.122 bolivianos
|
$ 307
|
Argentina
|
$ 12.500 pesos argentinos
|
$ 296
|
Perú
|
S/ 930 soles
|
$ 282
|
Brasil
|
R$ 998 reales
|
$ 259
|
Colombia
|
$ 828.116 pesos colombianos
|
$ 258
|
Cuba
|
$ 1.067 pesos cubanos
|
$ 47
|
Venezuela
|
Bs. 65.000 bolívares
(Sueldo Mínimo Básico + Cestaticket) |
*$ 9,72
|
Nota: El valor del sueldo mínimo en dólares varía según la tasa de
cambio del día de cada país. Estos cambios son mínimos o nulos.
* Tasa de Cambio Oficial del Banco Central de Venezuela BCV.
Fecha: 3 de julio del 2019 = Bs. 6.684,92 por dólar
Fecha: 3 de julio del 2019 = Bs. 6.684,92 por dólar
[1] Puede
verse Eduardo Ortiz Ramírez https://www.academia.edu/38576133/DOLARIZACI%C3%93N_INFORMAL_EN_VENEZUELA_2019_a_pesar_de_acciones_y_rechazos._18_de_marzo_2019.
[2]
En sentido popular y de divulgación y a pesar de las criticas y observaciones
que se le hacen a las posibilidades de la existencia de un precio único, se estipulan elementos como los siguientes (https://economipedia.com/definiciones/ley-del-precio-unico.html): “La ley del
precio único señala que en los mercados competitivos con libre
comercio y sin costes de transporte, un mismo bien o servicio deberá
tener el mismo precio en todos los países. Si por alguna circunstancia uno
de los bienes se vendiera más barato en algún país, aumentaría su demanda
presionando el precio al alza hasta que todos los países vuelvan a tener el
mismo precio. Supuestos básicos de la ley del precio único. La ley del
precio único se basa en una serie de supuestos, y en caso de cumplirse sería
posible que se cumpliera esta ley. Estos supuestos son los siguientes:
·
No existen costos de transporte
·
No existen barreras al comercio
·
Los consumidores y vendedores están informados
·
Los mercados son competitivos”.
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