Maestría en Economía Internacional UCV: INJUSTICIAS Y REPRESIÓN EN EL EJERCICIO DEL PODER. Venezuela 2019, la administración Maduro y el informe Bachelet.

INJUSTICIAS Y REPRESIÓN EN EL EJERCICIO DEL PODER. Venezuela 2019, la administración Maduro y el informe Bachelet.

EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ

1. El siglo XX presentó numerosos desafíos para muchos. La maquinofactura se asentó ya definidamente y las añoranzas de los Románticos del siglo XIX, ya no pudieron tener los desahogos conocidos en tal siglo. Los tiempos modernos de Chaplin triunfaron. Las utopías socialistas, por su parte, necesitaban tener expresión en la toma del poder y las ejecutorias concretas. La entrada del siglo XX con los conocidos intentos rusos, chino, el impuesto socialismo real, la aventura cubana convertida en toma del poder y otros casos, dieron posibilidad a que nuevos y apasionados revolucionarios e intelectuales lucharan contra las injusticias y albergaran causas por la justicia. Pero siempre hubo gente inteligente y precavida que pudo ver más lejos como fue el caso de A. Camus.

Después vino la mezcla con los privilegios, la corrupción y el narcotráfico, pero también con la conformación de tiranías y sus ejecutorías de crímenes como pudo apreciarse en los casos asiáticos y europeos. Ya en los años 70 y 80 del siglo XX comenzó una deserción más definida en los grupos de la izquierda internacional, por quienes habían participado en las ideas de la justicia y la lucha contra tiranos y sociedades de control desmedido. Ya era clara además de la deserción la decepción[1]. Con tanta agua corrida bajo los puentes es aún más decepcionante como algunos se prestan a seguir justificando crímenes o tiranías, sean del tipo que sean. Lo hagan los EEUU, rusos, chinos, los “angelicales” norcoreanos, o NM en Venezuela, los hombres de bien siempre les nace y deben reaccionar. El argentino-cubano lo dijo alguna vez, pero eso no le impidió convertirse en un asesino carismático.

2. De importancia en estos menesteres el informe que con fecha 4 de julio de 2019 circula en ONU sobre Venezuela[2]. No teníamos tantas esperanzas[3] de que el informe Bachelet fuera tan completo y realista como se ha visto y podido leer[4]. Las actitudes y desempeños del personaje señalaban matices que, o cambiaron o se adaptaron a desempeños profesionales variados en el contexto institucional. El contexto nacional, por otra parte, dio suficientes elementos de expresión de la realidad venezolana, incluso durante la estadía de la funcionaria en el país y ni que decir al irse la misma, con la incorporación de dos casos adicionales de terror y carácter represivo notable y espeluznante: el del capitán –Rafael Acosta Arévalo- detenido, torturado y cuyo fallecimiento expresa las secuencias represivas del caso y la relativa “muerte en vida” del joven –Rufo Chacón- que protestando por la ausencia de gas en Táchira, perdió su dos ojos dada la intensidad de disparos de perdigones[5] por parte de dos policías.

Realmente el informe, ni se basó en exageraciones, ni en opiniones parcializadas, pues la presencia de la funcionaria en el país estuvo plagada de una estampa permanente del lado de la administración Maduro y con numerosas reuniones con personajes de los más expresivos de su institucionalidad. Dice y contiene informaciones palpables y conocidas por numerosísimos venezolanos, activos en política o no.

3. Le queda ahora a la administración Maduro, el conjunto de secuelas y concatenaciones que se relacionan con el establecimiento de la represión, dado lo que se le ha visto en sus seis años y en más de veinte de la administración bolivariana en comportamiento e intereses. La ha tecnificado y la ha intensificado.

Algunos de sus seguidores, o de los paracaidistas que hoy se presentan como revolucionarios, no conocen, recuerdan o no quieren recordar que construyeron su activismo político en base a la lucha que tuvieron distintos activistas de la izquierda, cuando hubo desaparecidos como Noel Rodríguez y llenaron al país de expresiones alusivas al caso. Algunos de ellos hablan de venganza, pero no recuerdan que manifestaciones y protestas diversas y violentas nunca tuvieron la labor sistemática y continuada, en la actitud represiva, de un gobierno, como la que ejecuto su administración en el año 2017, contra numerosas manifestaciones y que dieron como resultado alrededor de 140 muertos.

Nadie puede adjudicar fácilmente parcialidades de Bachelet hacia la oposición venezolana. Su vida y su sentido de participación política, no lo demuestran, como tampoco sus vínculos internacionales. ¿Porque no fueron tan convincentes –como para tener un lugar destacado en el informe- las recurrentes expresiones de la administración de sus gestiones en defensa de los derechos humanos de seguidores gubernamentales afectados en manifestaciones; asunto igualmente criticable y que amerita reacción contraria de los que luchan contra las injusticias y defienden los derechos humanos? ¿Será acaso porque quien ha manifestado parcialidad y manipulación de la información ha sido, significativa y mayormente, la administración Maduro?

Basta destacar solo algunos de los numerosos puntos que contiene el informe. En III. Violaciones de los derechos civiles y políticos/33 dice el informe: ”Las instituciones responsables de la protección de los derechos humanos, tales como la Fiscalía General, los/as jueces/juezas y la Defensoría del Pueblo, generalmente no llevan a cabo investigaciones prontas, efectivas, exhaustivas, independientes, imparciales y transparentes sobre violaciones de derechos humanos y otros crímenes cometidos por actores estatales, no llevan a las personas responsables ante la justicia, ni protegen a personas víctimas y testigos. Dicha inacción contribuye a la impunidad y a la repetición de las violaciones”. Y en Recomendaciones (81/j) indica para la administración: “Adopte medidas efectivas para restablecer la independencia del sistema judicial y garantizar la imparcialidad de la Fiscalía General y del Defensor del Pueblo;”.

Con toda su prédica de la paz, el amor y su preocupación por los pobres –a quienes ha aumentado y les ha incrementado su pobreza- dentro de un modelo de destrucción de la economía y el país, y a pesar de las setenta objeciones que le hace al informe Bachelet del 4 de julio[6], la administración bolivariana ya no convence a numerosos venezolanos que no solo son afectados en la economía y su bienestar, sino que la fase ahora pasa a ser de una más abierta represión a todo lo que signifique oposición a sus políticas y nefastos resultados económicos y sociales.

Días negros le esperan a Venezuela, con una administración que lo que quiere es reprimir, conversar y negociar para distraer y ganar tiempo.

5 de julio 2019

@eortizramirez

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