Prof.
Alfredo Ordóñez López
Coordinador de la Maestría
en Economía Internacional
Tecnología para el
desarrollo industrial
La palabra tecnología está ampliamente relacionada al
conocimiento de las maquinarias y procesos de producción; no obstante, se trata
también de la aplicación de un conocimiento determinado para lograr un
resultado práctico y productivo. En tal sentido, y a través del presente
documento se entenderá bajo un enfoque más amplio que incluya todos aquellos
conocimientos, habilidades y procedimientos para la generación de ideas,
fabricación, uso y ejecución de productos y/o servicios útiles para el
bienestar de la población y el medio ambiente.
Fundamentado en esta premisa, deberá enmarcarse el
accionar de las Universidades Latinoamericanas. El rol de las Universidades es
formar el talento humano de alto nivel mediante la concientización no solo de
los problemas de la sociedad, sino del cómo solucionarlo mediante la generación
propia de herramientas que permitan atender las dificultades locales,
nacionales y regionales.
El proceso de concientización en el talento humano
determina la aptitud del receptor del conocimiento para plantarse los problemas
a enfrentar, y ello es a base de la tecnología que comprende
una serie de técnicas asociadas a un conjunto de características que van más
allá de la naturaleza de un producto físico o del uso de los recursos –
maquinaria, y es que las mismas se fundamentan en la capacidad de generar, desarrollar,
innovar, fomentar y hasta promover estrategias de desarrollo conjuntas que
incidan de forma efectiva en los problemas comunes.
Cada
una de las características antes señalas resultan importantes para establecer
la posibilidad y/o la conveniencia de la adopción de una técnica particular, y
por ello nacen las siguientes incógnitas: ¿Cómo lograr esa evaluación?, ¿Quién
implementa la tecnología seleccionada?, ¿Cómo garantizar el éxito de la
tecnología aplicada?, y ¿A base de que fundamentos e indicadores se podrá
desempeñar esa tecnología?
Identificando la tecnología
En general, la región latinoamericana se ha convertido en
una excelente importadora de tecnología, con una marcada tendencia a la
incorporación de productos tangibles e intangibles (tales como políticas públicas sin autoría latino americana) en la
sociedad, generando así cambios en sus valores culturales. De tal manera que
para modificar o eliminar las consecuencias indeseables de la dependencia
tecnológica y la de generar una reducción del grado de las importaciones de
tecnología, se hace indispensable la conformación de un espacio generador de
conocimiento (tecnología) que permita la investigación y desarrollo de forma
integral, y ello solo es posible en las Universidades.
Mecanismo de
identificación de tecnología a través de las Universidades
Fuente: Elaborado por el autor
(2015)
Uno de
los aspectos más importante a considerar en la generación de tecnologías es la
disponibilidad de recursos y los mecanismos con que cuenta el centro de
desarrollo (Universidades). La disponibilidad de recursos tangibles (materia
prima) e intangibles (capital y talento humano) permite identificar el
mecanismo (innovación o comercialización) a considerar para aplicar una
tecnología adecuada a las necesidades de la población.
Sin embargo, la dinámica de las
actuales políticas públicas implementadas para modificar ese ciclo vicioso de
las importaciones de tecnología se centran solo en el uso de la tecnología
extranjera como punto de despegue de la tecnología nacional, y no en la
implementación de políticas que se enmarcan dentro del desarrollo endógeno de
la tecnología nacional como opción frente a la tecnología extranjera.
En
términos de políticas reales, una irrupción directa de la dependencia
tecnológica requerirá una importación mínima de tecnologías extranjera y un
aliento máximo al uso de la tecnología nacional. La determinación efectiva de
estos mínimos y máximos dependería no sólo en parte de la capacidad tecnológica
nacional, sino también de la voluntad política-académica-empresarial para
alcanzar la meta deseada.
Transferencia tecnológica
La presencia de un mundo más global ha motivado a los
países menos desarrollados a considerar la pertinencia de que los países más
desarrollados transfieran sus tecnologías como una cuestión de igualdad,
equidad y justicia en pro de un desarrollo más justo. Sin embargo, despiadado o
incomprensible, esa demanda ha permitido que muchos países hayan desarrollado
un sistema industrial competitivo y hoy se les considere como economías
emergentes.
Sin embargo, ello no significa un rompimiento en la
dependencia tecnológica, realmente lo que ha generado es una red tecnológica
global y que funciona conforme a las directrices de los parques industriales
matriz, lo que ha demostrado las ventajas de la globalización para aquellas
economías que se suscriben al esquema global.
Pero si consideramos los conocimientos ancestrales y la
diversidad de recursos que presenta la región, por ejemplo en Latinoamérica, se
podría superar estos esquemas de dependencia mediante la especialización y el
intercambio cooperativo entre países en vías de desarrollo, principalmente por
medio de una real Transferencia
Tecnológica, entendiéndose esta, como el proceso de transmisión, revisión
(o adaptación) e implementación del conocimiento acumulado y el saber
(know-how) para un uso productivo, y el mismo pueda ser aplicado en pro de la
satisfacción de las necesidades de la población.
Ahora bien, la principal diferencia que se presenta en el
proceso de transferencia tecnológica entre las economías en vías de desarrollo
y las ya desarrolladas, es el objetivo final de la producción. Para las
economías desarrolladas el fin último es la maximización de las ganancias
económicas del emisor de la tecnología y el control comercial de la tecnología;
pero en el caso de las economías en vía de desarrollo, la meta se basa
principalmente en el bienestar de la población y la disminución de la brecha
tecnológica.
Ambos aspectos pueden coexistir sin afectar la dinámica
de las relaciones económicas internacionales, dado que la misma conducción
multipolar de la política mundial permite que la tecnología pueda darse en
cualquier escenario a nivel internacional. A pesar, que la innovación y el
desarrollo de un producto ocurren primero en el país donde hay una demanda
nacional para él, la localización subsecuente de la producción puede
desplazarse mediante la transferencia de tecnología, no sólo por la vía de la
empresa multinacional o mediante las ventas de la tecnología, sino también a
través de acuerdos de cooperación y alianzas estratégicas que permitan la innovación.
Estas estrategias deben ser desarrolladas en las Universidades como la
única vía efectiva para la Investigación y Desarrollo (I&D) e implementadas por los parques industriales.
Las
universidades y la transferencia de conocimiento industrial
La universalización del conocimiento como la construcción
de polos educativos de carácter regional, permitirá de forma efectiva el
desprendimiento de modelos y sistemas educativos foráneos, y la real
construcción de un modelo de desarrollo innovador que atienda las necesidades
de la región de forma productiva. Dicho proceso deberá estar vinculado con el
sector industrial, y la transferencia de tecnológica endógena deberá concentrar
en que “A-Universidades” desarrolle el conocimiento y luego “B-Industria” lo
produzca conforme a las necesidades del mercado.
El rol de las
Universalización en el proceso de industrialización
Fuente: Elaborado por el autor
(2015)
Los beneficios que representa la transferencia
tecnológica entre actores cooperativos Universidades-Gobiernos-Empresas se
destacan en:
- Mayor rapidez en la aplicación de la tecnología
- Mayor productividad con los recursos técnicos
- Mejores logros en el tiempo en los desarrollos tecnológicos, aplicaciones y mejoras
- Menores costos para su aplicación
- Adquisición de una mejor tecnología para mantener competitividad
- Soluciones técnicas a problemas existentes o necesidades futuras
- Crecimiento rápido de la base tecnológica
- Fortalecimiento en la formación y capacitación del talento humano
- Mayor capacidad de respuesta y de satisfacción a la población que más la necesita
La Industria y las Universidades
Según Forbes[1]
las universidades más competitivas de América Latina son la Pontificia Universidad Católica de Chile
(Chile), Universidad de Säo Paulo (Brasil), Universidad de Los Andes (Colombia),
Tec de Monterrey (México), Universidad de Buenos Aires (Argentina), Universidad
de Costa Rica (Costa Rica), Universidad Central de Venezuela (Venezuela), entre
otras. Situación que coincide con la posición de competitividad económica de
estos países, a pesar de la “tendencia a la baja
en el precio de las materias primas, un escaso dinamismo de la demanda global y
la apreciación del dólar juegan en contra, y resultaron este año en el
crecimiento más bajo de la región desde el estallido financiero de 2008: un
1,1%”[2].
De acuerdo al Ranking a nivel regional, Brasil lidera con 78
instituciones dentro de las top 300 de la región, seguida de México con 49
universidades, Colombia (41), Argentina (34), Chile (31), Perú (16), Ecuador
(9), Venezuela (8), Panamá (6), Cuba (5), Costa Rica (4), Guatemala (4),
República Dominicana (4), Uruguay (4) , Paraguay (3), El Salvador (2) y Puerto
Rico (2).
Ranking QS – Las 10 mejores Universidades de América Latina
Rank 2014
|
Universidades
|
País
|
Score 2014
|
1
|
Pontificia Universidad Católica de Chile
|
Chile
|
100
|
2
|
Universidade de Säo Paulo
|
Brasil
|
98.9
|
3
|
Universidade Estadual de Campinas
|
Brasil
|
97.1
|
4
|
Universidade Federal do Rio de Janeiro
|
Brasil
|
95.5
|
5
|
Universidad de los Andes Colombia
|
Colombia
|
94.7
|
6
|
Universidad de Chile
|
Chile
|
94.1
|
7
|
Tecnológico de Monterrey
|
México
|
91.4
|
8
|
Universidad Nacional Autónoma de México
|
México
|
91.0
|
9
|
Universidade Estadual Paulista “Julio de Mesquita Filho”
|
Brasil
|
90.3
|
10
|
Universidade Federal de Minas Gerais
|
Brasil
|
87.3
|
Fuente: http://www.ing.puc.cl/uc-se-ubica-como-la-mejor-universidad-de-america-latina-en-ranking-qs/
Para Jean Carlos Manzano (2015)[3]
conforme al informe de proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI)[4],
en donde se desprende el ranking de las siete (7)
economías más grande de América Latina, se puede asociar a la relación del
ranking de las Universidades antes mencionadas.
1.- Brasil. Sigue siendo el líder de
la región con un PIB de $2.353 millardos al cierre de 2014. El Fondo estima que
este año tendrá una caída de 1%. Su posición al frente es casi absoluta pues
duplica el PIB del siguiente país.
2.- México. Culminó el año pasado con un PIB de
$1.282,7 millardos, tras un alza estimada de 2,1%. El FMI calcula que este año
crecerá 3%. Su posición de escolta de Brasil en la región también es sólida
pues su economía es del doble del tamaño de la siguiente nación
3.- Argentina. A pesar de las dificultades metodológicas
que el Fondo asegura tener en cuanto a los datos de este país, ubica su PIB
para 2014 en $540.200 millones, luego del alza de 0,5% de ese año. El FMI
espera que caiga 0,3% en 2015.
4.- Colombia. Cerró 2014 en esta posición con un PIB
de $384.900 millones. El FMI espera un crecimiento de 4,6% en 2015, uno
de los altos de la región.
5.- Chile. Se encuentra en la quinta casilla de la que
desplazó a Venezuela, con un PIB de $258.000 millones. El Fondo estima para
este país un alza en su economía de 2,7% en 2015.
6.- Venezuela. Según los cálculos del Fondo, realizados a
"tasa de mercado" del tipo de cambio, su PIB es de $205.800 millones,
tras caer 4% en 2014. Este año el FMI le calcula una contracción económica de
7%.
7.- Perú. Culminó el año 2014 con un alza de su PIB de
2,4% según las estimaciones del Fondo para un monto de $202.900 millones. El FMI
calcula que crecerá 3,8%, estimación que de cumplirse los ubicaría como la
sexta economía de la región.
Principales
Economías de América Latina
(PIB)
en Dólares Corrientes (Hasta el 3er Trimestre 2014)
Fuente: Elaborado por el autor (2015) - Estimaciones del
FMI
Lo antes expuesto, coincide con el posicionamiento de las
empresas más competitivas de la región que cuentan con una gran participación
en la economía global, tal como lo clasifica el Portal de América Economía[5]:
Petrobras (Brasil), PEMEX (México), PDVSA (Venezuela), América Móvil (México),
Vale (Brasil), JBS Friobi(Brasil), ODEBRECHT (Brasil), Ecopetrol (Colombia),
entre otras procedentes de Chile y Argentina.
Sin
embargo, tanto las Universidades como las economías de la región tienen una
amplia brecha en negativo frente a las de países desarrollados, considerando
que tanto Brasil, México y Chile son consideradas economías emergentes. De acuerdo a la CEPAL[6] a
que pesar del progreso que se observa en la educación y en el desarrollo de las
competencias de la región, aún hay mucho por mejorar el nivel educativo y
abordar las persistentes y profundas desigualdades socioeconómicas.
“Si deseamos evitar una década de bajo
crecimiento económico en América Latina, debemos mejorar el nivel educativo,
fortalecer las capacidades de los trabajadores e impulsar la innovación. Los
formuladores de políticas deberán realizar esfuerzos significativos para lograr
un crecimiento mayor y más equitativo”, comentó el 9 de diciembre el Secretario
General de la OCDE, Ángel Gurría, durante el lanzamiento de las Perspectivas,
en la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno en Veracruz.
Para que las economías de la región
puedan ser más productivas se requiere
de un cambio en el sistema institucional académico vinculado con la estructura
productiva en sectores especializados y diversificados.
La región se encuentra en una
posición muy difícil y la vía deberá ser la transferencia de tecnología del
conocimiento a la producción. La calidad de la educación se ajusta a la
capacidad de generar herramientas necesarias, especializadas y modernas para
que los individuos puedan generar la productividad fundamental para llevar el
sector industrial a la competitividad deseada.
De tal manera que las economías se
hacen más competitivas conforme a su posicionamiento académico, y es ahí donde
deben enmarcarse las políticas públicas y la planificación estratégica de las
empresas. Sin embargo, para que los actores
partes logren establecer esta estrategia, deberán evaluar las capacidades y
recursos disponibles. Esto permitirá determinar si la tecnología puede ser endógena o
requerirá importarse para la construcción de productos.
Finalmente, para que esta dinámica logre mantenerse, indudablemente el Estado deberá garantizar que tanto las Universidades como el sector industrial cuenten con la materia prima y la garantía jurídica para establecer las bases de un parque industrial competitivo en la economía global.
Finalmente, para que esta dinámica logre mantenerse, indudablemente el Estado deberá garantizar que tanto las Universidades como el sector industrial cuenten con la materia prima y la garantía jurídica para establecer las bases de un parque industrial competitivo en la economía global.
[1]
Ver: http://www.forbes.com.mx/las-10-mejores-universidades-de-america-latina/
[2]
Ver: http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/01/141218_economia_perspectivas_latinoamerica_finde2014_yv
[4]
Nota (*): Los datos de crecimiento de PIB en 2014 son estimaciones
del FMI. Los montos en términos nominales están calculados a tasas del mercado
cambiario de cada nación.
[5]
Ver: http://rankings.americaeconomia.com/las-500-mayores-empresas-de-latinoamerica-2014/ranking-500-latam-1-50/
[6]
Ver: http://www.cepal.org/es/comunicados/una-mejor-educacion-y-el-desarrollo-de-competencias-son-clave-para-impulsar-el
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