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Felix Arellano
Todos debemos comprender que democracia y sociedad civil exigen participación, convivencia y tolerancia. Los radicales de la región están fracasando por su soberbia intolerante. Mucho podría aprender el proceso bolivariano de las lecciones del FEM
Concluyó el Foro Económico Mundial (FEM) en Davos, Suiza, en su XLV edición y, como siempre, nos ha dejado importantes lecciones para el funcionamiento de la economía mundial. En esta oportunidad, una profunda reflexión sobre la Cuarta Revolución Industrial en pleno desarrollo, pero también aportes sobre las señales de recesión que se avizoran en el mundo. El solo hecho de llegar el FEM a sus 45 años de existencia es un gran éxito; por otra parte, el número e importancia de los participantes, consolida el evento. Pero no podemos negar que convendría algo más de diálogo en diversidad. El proceso bolivariano tradicionalmente ha satanizado al FEM; empero, si tuviera algo de modestia, podría aprender de sus lecciones.
El FEM nace de la mano del economista alemán Klaus Schwab en 1971, y se ha consolidado en el tiempo, al punto que ahora contamos con ediciones regionales. Para este año, el Foro de Latinoamérica se efectuará en Colombia. Pero además, en cada Foro se profundiza en un tema específico de particular importancia para la economía mundial y, el nivel de los participantes del mundo empresarial, gubernamental y académico; pues tiende a reunir a la élite del poder mundial, representa otra garantía de la importancia de los debates. En esta oportunidad se reunieron más de 2.500 participantes, entre ellos 40 Jefes de Estado y de Gobierno. De nuestra región muy activa la participación del Presidente Macri de Argentina.
El tema central de esta XLV edición ha sido, las oportunidades y retos de la Cuarta Revolución Industrial y ha tenido como trasfondo la obra, que con el mismo título, publicó unos días antes K. Schwab. Esta transformación industrial tiene que ver con la interconexión y la robótica de los procesos productivos, también se le ha llamado el “internet de las cosas”. Todo el proceso industrial puede ser: interconectar electrónicamente y controlado desde un teléfono celular. La dinámica económica mundial como un pañuelo. Esto puede resultar fascinante desde una perspectiva técnica, pero también puede tener unas negativas consecuencias sociales y políticas en empleo y bienestar social.
Lo positivo del esfuerzo del FEM y, en particular de Schwab, es la promoción de la reflexión sobre los retos que se generan, pues ello podría facilitar la búsqueda de soluciones creativas y humanas. Adicionalmente, las alertas sobre el deterioro de la economía mundial, en particular la difícil situación que atraviesa China y las otras potencias emergentes (BRICS), que ha llevado al FMI a reducir las tasas de crecimiento para este año, representa otra de las contribuciones del FEM en la búsqueda de soluciones.
Ahora bien, no podemos negar que en el FEM convendría un poco más de diversidad. Nos referimos a la necesidad de promover diálogo y convivencia entre diversos, reto fundamental en las relaciones internacionales, teniendo en cuenta la diversidad de actores y temas que le caracterizan. Creemos que el FEM podría aportar mucho más en la construcción de la sociedad civil internacional y, en ese sentido, convendría propiciar el diálogo con actores diversos como sindicatos, ONG, movimientos ecológicos, de diversidad religiosa, sexual, etc.
Recordemos que el Foro Social de Sao Paulo nace en el 2001, en parte como una reacción crítica al FEM, se ha encerrado en sí mismo, repitiendo sus tesis sin oír la crítica de la diversidad. Todos debemos comprender que democracia y sociedad civil exigen participación, convivencia y tolerancia. Los radicales de la región están fracasando por su soberbia intolerante. Mucho podría aprender el proceso bolivariano de las lecciones del FEM, si entendiera lo que significa la democracia.