EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ
Seis restricciones que presenta esta
nota en cuanto a puntos que no se analizan son las siguientes. En primer lugar, el uso de la figura de
Hugo Chávez (HC) lo hacemos en el entendido de numerosas calificaciones y
adjetivaciones que sus seguidores presentan sobre la figura del ya fallecido
líder del proceso que ha conducido la administración bolivariana. En segundo lugar, las elecciones que
acabamos de tener el 6 de diciembre, si bien pueden haber funcionado como un plebiscito,
fueron solo para la Asamblea. En tercer
lugar, esto último y la victoria de la oposición generan el inicio de un
complejo proceso de cambio e inicio de conflictos que aquella deberá atender. En cuarto lugar, en esto último
interesa destacar la futura atención del problema económico y de inserción
internacional de Venezuela. En quinto
lugar, los resultados de estas recientes elecciones más temprano-más tarde
hubieran afectado al propio HC, más allá de las aceleraciones o matices que a
la administración del caso le haya brindado Nicolás Maduro (NM). En sexto lugar, que en el plebiscito
señalado influyó, la hiperinflación que ya se tiene, la escasez de productos
básicos, la inseguridad y el empobrecimiento de la población, entre otros
elementos. De seguidas presentamos ocho (8) razones relativas al título de la
nota.
Razón 1. La
administración bolivariana se ha querido aferrar al poder creyéndose poseedora
del camino verdadero a la felicidad del ser humano. Salvar a las personas de
los oprobios del capitalismo, imponiéndoles un modelo que ha entendido como el
del socialismo del siglo XXI. Este tipo de actitud la han ejecutado en la
historia de la humanidad –no siempre con los mejores logros-, megalómanos,
dictadores, religiosos, colonialistas y revolucionarios desviados, entre otros.
Razón 2. La búsqueda
anterior de la imposición de un modelo como el indicado obvió que, los
venezolanos habían expresado suficientemente –a través de décadas- que no
querían el socialismo o comunismo –según se quiera definir-. En específico,
debe decirse que el pueblo venezolano no quiere socialismo, incluso en sus
versiones temporal o sectorialmente exitosas o moderadas según los casos. Por
los demás, ninguna revolución de corte socialista original o impuesta ha
logrado solucionar el problema de la pobreza o el bienestar. Como a otros
pueblos, al venezolano le gusta la libertad de negocios, acción y el disfrute,
cosas opuestas a los socialismos conocidos.
Razón 3. La
administración bolivariana ha confundido las necesidades reales o el
utilitarismo de algunos agentes venezolanos, al beneficiarse de políticas populistas, con sus simpatías por el
socialismo. Numerosos grupos de venezolanos, necesitados efectivamente de
casas, televisores o atención médica han aceptado las acciones de las misiones,
sin abandonar el hedonismo, ni el sentido de lo individual. Las
administraciones de los 20 años anteriores al presidente HC fueron
crecientemente desatendiendo a numerosos grupos de los menos favorecidos en la
distribución del ingreso, pero decir esto o ejecutar alternativas no implicaba
necesariamente al socialismo ya fracasado de muchas experiencias.
Razón 4. HC y
sus seguidores han confundido la difusión de la idea de la auténtica democracia,
que supuestamente habría ido creando la administración bolivariana en su
socialismo particular –a través de consejos comunales y organizaciones similares-,
con el ejercicio del poder de manera autoritaria y dictatorial en sus
ejecutorias. El auténtico poder popular, que no es exclusividad del socialismo,
es aquel que toma en cuenta la opinión de los ciudadanos, para la
estructuración de propuestas políticas –incluidos candidatos- y para la
solución de sus problemas. Nada que ver con aquella expresión y actitud de Lenin resumida en la frase “Que
discutan los de abajo y que decidan los de arriba”. Es esta una tentación en la
actividad política que deberán evitar también quienes hoy inician un muy
probable y necesario período de cambio para la economía y la sociedad venezolana.
Razón 5. La administración
bolivariana en las ejecutorias de HC y NM ha sido no solo ambivalente, sino
también altamente ineficaz en la contención y ni que decir eliminación de la
corrupción y el manejo de privilegios –otra forma de corrupción-. Líderes
supuestamente revolucionarios han pasado a vivir como reyes –sin serlo y sin
origen asociado-. Un discurso moralista y puro ha ocultado el enriquecimiento
descarado y prosaico de numerosos seguidores de HC y NM. Yates, viajes, manejos
ilícitos o de la economía informal son, en varios casos, sus menores
expresiones ante lo que representan cuentas multimillonarias en dólares,
mientras a los ciudadanos honestos se les niegan 300 dólares para compras de
internet o 500 dólares para el efectivo de un viaje. Esto genera irritabilidad;
la gente no es tonta. Lo saben varios de sus seguidores que se encuentran en
distintas ubicaciones.
Razón 6. HC,
NM y sus seguidores han difundido la fórmula del binomio, expresada en las
uniones pueblo-gobierno, artistas-gobierno, deportistas-gobierno,
cívico-militar, que expresan en nuestra opinión el ocultamiento de dos factores
fundamentales. El primero versa sobre que ante el escaso desarrollo de la
sociedad civil las expresiones ciudadanas pueden coaligarse con el factor político
visto desde el gobierno o el Estado -que para el caso de la administración
bolivariana se ha vuelto casi lo mismo-; y, el segundo, que el factor de
concentración del ingreso en la sociedad venezolana de manera importante sigue
siendo el Estado y hacia allá se dirigen los buscadores de renta. Los acuerdos
pueden ser temporales y algunos, según sus conveniencias o alteración de los
beneficios obtenidos pueden buscar abandonar el barco. No en balde sectores
medios y de mucho más alto nivel en la distribución del ingreso, han pasado
también a coaligarse en la búsqueda de rentas. Otros factores fueron hijos de
la democracia y nunca les gustó –o fueron simpatizantes del- el socialismo.
Razón 7. HC,
NM y sus exegetas han difundido la idea –que solo por razones ilustrativas
mencionamos- de que el proceso de ejecutorias asociadas a la administración
bolivariana desde su triunfo el 6 de diciembre de 1998 (el único realmente
trascendental tenido por la nación
venezolana desde los tiempos de la independencia según palabras del
primero) es para una duración de unos 500 o 1.000 años. Con las demostraciones
de interés de aferrarse al poder manifestada por aquellos para imponer el
modelo ya señalado, no parecen solo referencias políticas. Fue un filósofo como
Nietzsche el que habló del eterno
retorno, por solo referir una idea suficientemente polémica y compleja. Veamos
que en solo un poco más de 15 años, una
administración que ha contado con los mayores ingresos petroleros de la
historia venezolana (más de un billón de dólares) no tiene como darse
explicaciones así misma, ni a sus seguidores, ni de los dineros, ni de la
derrota electoral del 6 de diciembre de 2015. Como se dijo en una campaña de la
democracia venezolana: “¿Dónde están los reales?”.
Razón 8. El
ingreso petrolero señalado permitió apuntalar la figuración política de HC y
NM. Venido de logros no conocidos, se convirtió HC, con su carismática conducta,
en un salvador de naciones y causas varias: desde habitantes de países
desarrollados hasta teatros u obras diversas en países pobres. Actores y
directores millonarios y algunos intelectuales –desertaron varios tempranamente
otros se mantuvieron- fueron beneficiaros de los dólares de un Petroestado. Algunos llegaron incluso a
ubicarlo como un salvador de las ideas del socialismo. Realmente las
experiencias del socialismo ya no puede salvarlas nadie. Nadie salvó al grupo
político –amigo por lo demás de HC y NM- que administraba Argentina hasta hace
poco. Casi nadie se plantea revoluciones en Brasil y la democracia de
elecciones en Ecuador, ha demostrado lo que son algunas democracias en América Latina y sus propios
dirigentes, que no les incomoda la reelección indefinida. Más bien la preocupación por este conjunto de aspectos y ámbitos podría ser medida en
vinculación de la atención de los propios problemas que han crecido en grande
en más de 15 años.
Puede haber otras razones, puede
haber otros ordenamientos. Es el caso de aquel cínico que indicaría que con la
disminución de los ingresos no se habría podido seguir manteniendo la
movilización de votantes por parte del oficialismo. En cualquier caso, varias
de las razones señaladas estuvieron presentes en la acumulación de problemas en
más de 15 años que derivaron en este escenario de 2015, lleno de inflación, escasez
inseguridad y alteración de valores en la calle y la ciudadanía y que ojala
empiecen a cambiar paso a paso. No triunfó la guerra económica como dijo el
Presidente NM, triunfó la esperanza y la
necesidad de libertad y desarrollo.
eortizramirez@gmail.com
@eortizramirez
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