domingo, 24 de junio de 2018

MÉXICO: EL ANTIGUO MEJOR ALUMNO DEL FMI


MÉXICO: EL ANTIGUO MEJOR ALUMNO DEL FMI

EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ


Con la expresión usada en esta nota se ubicaba a México a inicio de los años noventa del siglo XX. México, en particular, a pesar de esta expresión, dio paso a la crisis del efecto tequila, unos doce años después de haber tenido la crisis de imposibilidad de pagos (o default) de deuda externa del año 1982. En el caso de la crisis del año 1994, se requirieron gestiones del FMI que alcanzaron sumas de más de 40.000 millones de $ de préstamos, apoyos y facilidades para canalizar la estabilización del país. En esos momentos de antes de la crisis de los noventa, algunos en Venezuela pensaban que los mexicanos, o su gobierno, lo estaban haciendo muy bien  -pues tenían procesos de apertura en curso desde esas fechas, los cuales venían siendo ejecutados estrictamente con normas y condicionalidades del FMI- y nosotros mal. Por otra parte, indudablemente que fue México parte de las referencias fundamentales, para la campaña de consejos y recomendaciones en América Latina, asociadas a la edición y difusión de la obra Hacia una renovación del crecimiento económico de América Latina[1] -a mediados de los ochenta- y que algunos terminaron interpretando como una estrategia para pagar la deuda externa o un conjunto de recomendaciones que pecaban de economicismo o no tomaban en consideración criterios de economía política.

Después de más de 30 años de los episodios de los ochenta, y de más de veinte de no haberse solucionado aquellos en los noventa, México alcanza hoy día a tener 24 años como miembro de la OCDE[2], sin haber cumplido el proyecto de convertirse en un país del primer mundo[3], puesto que mantiene numerosos problemas y de que el llamado Pacto por México[4], de inicios de la década en curso tiene mucho todavía por ejecutar en medidas y áreas y alcanzar en resultados. Más aun, se añade el cognomento que le adjudicó el propio y notable Carlos Fuentes al ubicar su nación como una narconación[5], donde los problemas consustanciales a la expresión son un problema estructural.

En México, la inflación se ha controlado (al menos a partir de los 2000) pero la informalidad es alta pudiéndose destacar que de las 54.590.773  personas (2018 1T) ubicados como trabajadores mexicanos (población económicamente activa), la Tasa de informalidad laboral se ubica 56.8 % de la población de 15 años y más, un 27.2 % de la misma se ubicaría como ocupada,  con un  6.8 % de la Población colocada como subocupada (y los restantes millones serían empleos eventuales)[6].  

La migración hacia el norte, adicionalmente, es un fenómeno interminable, que acumuló desde hace tiempo ya más de 25 millones de mexicanos en los EEUU -algunos estiman, también desde hace años, en más de 34 millones la población de origen mexicano residente en tal país[7]-, y que genera las mayores divisas en la región por concepto de remesas.

Viendo, por otra parte, los acumulados de la evolución de su ingreso per cápita, a lo sumo, de una manera muy gruesa, ha  alcanzado a un tercio del ingreso p/c de aquella nación (medido por PPC 2005). Debe señalarse que el crecimiento del ingreso per cápita se presentó con una tasa anual de 0.6% entre 1980 e inicios de la década actual, resultado muy por debajo de lo visto en otras naciones de las llamadas emergentes[8].

Por otra parte, el país que inició, con su crisis del 82, la correspondiente crisis de la deuda en América Latina y con ello se revelaron las secuelas, articulaciones y derivaciones para la llamada década perdida (de los ochentas), ha persistido en el problema de la deuda referida. Así, para los registros recientes de CEPAL, México se presenta con crecimiento continuo desde 2008 en su deuda externa bruta, y para 2017 presenta un total de 323,423 millones de $ por este concepto[9].

Adicionalmente a lo señalado, México tiene los retos asociados a las posibilidades de que corrientes políticas izquierdistas/populistas en su territorio puedan alcanzar espacios de poder –como es el caso de ganar las elecciones del próximo 1 de julio- y conducir esa nación a los derroteros de fracaso hacia los cuales fueron conducidas otras naciones, varias de las cuales se encuentran en caminos de rectificación[10]. Pero también presenta las presiones que le ha planteado la administración Trump sobre la construcción o no del muro de contención de los migrantes y la peregrina idea de que lo pagase México, pero más aún las posibles reconsideraciones del lado estadounidense en cuanto al TLCAN (o NAFTA) y que ha implicado ya conversaciones/negociaciones en curso, que han terminado en la práctica estancándose ante las presiones estadounidenses y las diferentes posiciones de Canadá y México[11].

En el caso de las reformas planteadas en el Pacto por México, un buen resumen de tareas y desafíos abarcan ideas como que: “El paquete de reformas tiene lugar en un periodo en que México se enfrenta a adversidades externas, en particular la disminución de los precios del petróleo y el anuncio del endurecimiento de la política monetaria en Estados Unidos. …Para ello será necesario contar con un fuerte compromiso político y que se fortalezca aún más la capacidad administrativa. A futuro, las reformas complementarias podrían ir más lejos, para resolver los cuellos de botella estructurales que persistan… La percepción generalizada de corrupción, la gobernanza administrativa endeble y una insuficiente aplicación de las leyes constituyen problemas serios que desalientan la inversión y promueven la informalidad. El sistema de justicia, deficiente y lento, no contribuye a abordar de manera adecuada los problemas de seguridad que el país afronta. En el sector agrícola, las restricciones del uso de la tierra y la estructura de los subsidios derivan en ineficiencia” (OCDE, ob. Cit.).

Son innegables los éxitos mexicanos en la industrialización,  a pesar de siempre haber sido su sustitución de importaciones un terreno lleno de polémicas sobre la eficiencia en el uso y la generación de las divisas entre otros elementos. De la misma manera, los tiene de tiempo atrás en el impulso y desarrollo de exportaciones y comercio exterior; que lo ubica como el principal exportador desde la región; así como también los tiene en el manejo de ciertos elementos de la tecnología y la difusión de la información (a pesar del bajo porcentaje de inversión en el área, comparado con otros países o miembros de OCDE), pero algunas de sus políticas merecen evaluaciones profundas en gasto y eficiencia del mismo así como lo atinente a las privatizaciones y a la facilidad y conjunto de justificaciones que usaron gobiernos y funcionarios. Pero también de importancia, son los problemas de seguridad pública y política que ocasiona asesinatos de periodistas y candidatos políticos, e igualmente la difícil y estructurada área de la economía política de la droga que ha pasado a influenciar y controlar distintos espacios de la nación.


@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com




[1] Obra de B. Balassa, Gerardo Bueno. P. P. Kuczinsky y M H Simonsen; patrocinada por el Instituto de Economía Internacional, El Colegio de México y la Fundación Getulio Vargas.
[2] Ingresó el 18 de mayo de 1994. En un balance hecho en alrededor de los 20 años del ingreso se expresaba entre otros numerosos problemas: “A lo largo de estas casi dos décadas de reunirse con representantes de países desarrollados y de asistir a múltiples encuentros sobre diferentes problemáticas, la situación en México no es la mejor de los 34 países miembros del organismo, incluso ha quedado en los últimos lugares en cuanto a desarrollo, educación y bienestar infantil, entre otros. En 2010 nuestro país se colocó en la última posición de los miembros de la OCDE en cuanto a bienestar infantil. En el estudio “Haciendo lo mejor para los niños” este organismo empleó seis indicadores para calificar el bienestar infantil: bienestar material, vivienda y medio ambiente, bienestar educativo, salud y seguridad, conductas riesgosas y calidad en la vida escolar. En ninguno de ellos México superó la posición 26 de los 30 países calificados entonces. Al siguiente año, México fue calificado como el más corrupto y el menos transparente de los miembros de la OCDE. En un informe de septiembre de 2012, el organismo internacional encabezado por el mexicano José Ángel Gurría, reconoció la ejecución de programas para combatir la pobreza y la desigualdad, pero al mismo tiempo estableció que desde hace aproximadamente un lustro comenzó a incrementarse la proporción de la población mexicana que vive en condiciones de pobreza al pasar de 35 a 46 por ciento (es decir, 52 millones de mexicanos). Esta situación de pobreza se refleja en distintos indicadores: México tiene una mortalidad infantil tres veces mayor que el promedio de la OCDE, y registra un índice de analfabetismo superior al promedio de los países miembros. Además, posee el mayor índice de pobreza infantil después de Israel (el promedio es uno por cada ocho niños y en México el dato es uno por cada cuatro)” (ver Por Redacción/Sin Embargo, Sección de Revista  http://www.sinembargo.mx/18-05-2013/623114).
[3] También Venezuela en la administración bolivariana -en su versión Hugo Chávez o Nicolás Maduro- ha planteado querer ser un país del primer mundo, país de clase media y más repetidamente un país potencia. De todo esto se aleja, indudablemente, cada día más (Ver Eduardo Ortiz Ramírez https://www.academia.edu/35137452/_DE_QU%C3%89_SE_ALEJA_Y_A_QUE_SE_ACERCA_VENEZUELA_Un_enfoque_desde_las_perspectivas_del_desarrollo).
[4] Se trata de un paquete de reformas estructurales aceptado por los tres principales partidlos políticos del país.
[5] Puede verse C Fuentes, La voluntad y la fortuna, Ed. Alfaguara 2008.
[6] Estos datos son de INEGI. Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Aunque observamos diferencias entre unas fuentes y otras, las tendencias fundamentales se mantienen http://www.beta.inegi.org.mx. Puede verse también Cifras para la economía mexicana al cierre del 2017, Gustavo Puente E. 9 enero 2018 http://pulsoslp.com.mx.
[7] https://laopinion.com 20 de septiembre 2015.
[8] OCDE. Estudios económicos de la OCDE. MËXICO. Enero 2015. También puede señalarse que en los últimos 15 años el PIB ha crecido con un promedio de 2,4%, en los últimos 10 con 2,1% y en los últimos 5 con 2,7% (ver Puente, cit.).
[9]  En un contexto donde la relación Deuda externa bruta total/exportaciones de bienes y servicios alcanzó  para toda la región a 161,7% en 2017 y la relación Deuda externa bruta total/PIB se ubicó en38,6% para el mismo año, es pertinente destacar también la evolución de la deuda de Brasil, que creció continuamente del 2008 al 2014, estancándose relativamente en los tres últimos años para alcanzar un nivel de 667,763 millones de $ para 2017; CEPAL, Balance Preliminar de las economías de América latina y el caribe 2017. Este monto de la deuda brasileña era el que correspondía a toda la deuda del mundo en desarrollo en los años ochenta.
[10] No precisamente Venezuela, quien ha pasado a desempeñarse como un destacado ejecutor de las políticas populistas derivadas ahora del izquierdismo fracasado de América Latina, visto a la luz de sus ejecutoria en momentos y espacios de gobierno.
[11] En Mayo la presidencia Mexicana a través de su vocero manifestó -ante amenazas de la administración Trump sobre la posibilidad de fijar aranceles en el área automotriz-: “México no va a negociar a base de presiones, México tiene muy claro lo que es conveniente y lo que no es conveniente, no nos vamos a precipitar”;  “De llegar a un acuerdo, será aquel que realmente beneficie a México. Si no existen esas condiciones, México no va a avanzar” https://noticieros.televisa.com 24 de mayo de 2018.

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