domingo, 15 de diciembre de 2019

En Venezuela, oposición versus oposición


En Venezuela, oposición versus oposición

Pedro Raúl Solórzano Peraza
Diciembre de 2019



La situación política que vive Venezuela en los actuales momentos es bastante delicada, ya que pudiera ocurrir que el actual régimen comunista y destructor de la nación se eternice en el poder, tal como el caso de Cuba.

Desde el año 2002, se han realizado innumerables esfuerzos para cambiar este régimen, los cuales no han llegado a cumplir el objetivo por diferentes razones. En algunos casos se han cometido errores, en otros no ha habido suficiente apoyo de los partidos políticos y de la sociedad en general, tampoco se logró un fuerte apoyo de la comunidad internacional, los militares han dado la espalda al clamor popular de cambio, además, el régimen ha respondido con increíbles violaciones de la constitución para frenar los movimientos encaminados a cambiar el gobierno actual, incluyendo en algunos casos una feroz represión.

Pero ahora se ha presentado una importante oportunidad, consecuencia de que la oposición, muy unida, bien organizada y muy bien coordinada, obtuvo un triunfo contundente en las elecciones parlamentarias del año 2015, logrando una mayoría absoluta que le permitiría tomar medidas de gran trascendencia, que seguramente terminarían con la victoria definitiva frente al régimen. Sin embargo, el gobierno violando toda norma constitucional, nombró un TSJ que fue cerrando todas las opciones de triunfo para la oposición. Posteriormente, creó un poder legislativo paralelo con una fantasmal ANC.

A pesar de los esfuerzos del gobierno, de liquidar toda capacidad de respuesta de la oposición, quedó una ventana abierta porque se realizaron unas elecciones presidenciales ilegales en mayo del 2018, cuyos falsos resultados condujeron a que Maduro, el 10 de enero del 2019, se proclamara presidente de la república para un nuevo período. Esta situación, según la constitución, permitió catalogar ese acto como una usurpación del poder ejecutivo, y consecuentemente, el presidente de la Asamblea Nacional pasó a ser el presidente encargado de la república.

De acuerdo a los movimientos establecidos en la AN, el 5 de enero de este año 2019, la presidencia le correspondía al partido Voluntad Popular, el cual designó a Juan Guaidó para esa responsabilidad. Afortunadamente le correspondió a este joven tomar la batuta, quien valientemente y rápidamente, logró aglutinar a su alrededor la simpatía de un altísimo porcentaje de la población, que algunos señalan superior al 80%. Adicionalmente, logró el apoyo de unos 60 países que lo reconocen como presidente de la república, y el respaldo de una buena cantidad de organizaciones internacionales.

Con esta nueva situación, las expectativas para salir del régimen socialista del siglo XXI eran muy grandes. Guaidó comenzó a trabajar organizadamente y valientemente, se fueron logrando puntos a favor y todo conducía a que, en el mediano plazo, sería una gestión exitosa para el logro de los objetivos fundamentales: cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres. Pero al poco tiempo, el régimen comenzó una campaña de intrigas, a sembrar cizañas, en lo cual ellos son bastante fuertes y la población venezolana es muy débil, y pronto se sintieron sus efectos.

Después de varios episodios, hemos llegado a un punto con la confrontación de la oposición versus la oposición. Aunque el trabajo intrigante del régimen tiene su efecto sobre parte de los contrarios al régimen, peor efecto es el que se origina internamente, cuando algunas personas que dicen estar luchando por la libertad y el bienestar del país, comienzan a atacar al presidente encargado. La mayor parte de estos casos obedece a las ambiciones personales y al tradicional oportunismo de las personas, cuando quieren ocupar el lugar de Guaidó y de sus colaboradores más cercanos.

Todos quisiéramos ser el presidente de nuestra república, pero a Guaidó le tocó el turno así como le ha podido tocar a cualquiera de los diputados de la AN. A Guaidó le tocó, y por lo tanto, todos los demás que queremos recuperar a Venezuela, debemos apoyarlo para alcanzar los objetivos planteados. No debemos convertirnos en cientos de “Yago”, disgustados porque no nos escogieron, y comenzar a intrigar para dañar a la causa de Guaidó, que es la causa de toda Venezuela. Debemos evitar que con esa actitud de enfrentamiento y de descalificación hacia Guaidó, nos lleguemos a convertir en una tragedia de Shakespeare como la de Otelo, cuando estranguló a su querida esposa Desdémona haciendo caso de las intrigas de Yago, y luego, al comprobar que todo fue una mentira orquestada por este envidioso personaje y darse cuenta que había matado a su esposa en vano, se suicidó.

Esperamos que Guaidó supere dignamente la actitud de Otelo, el Moro de Venecia, y que con el apoyo de todos los venezolanos que queremos libertad, no se permita que esta gran oportunidad sea estrangulada ni que él se vaya a suicidar políticamente. Debemos estar claros que la única opción de cambiar este régimen tan dañino para el país, tiene que considerar estar unidos en un solo bloque, dirigiendo todos nuestros esfuerzos para combatir al régimen usurpador, que progresivamente ha venido destruyendo al país en todas sus instancias. El enemigo es el régimen. No se puede continuar con la actitud de oposición versus oposición. Debemos convertir esta oportunidad en la victoria definitiva contra esta corruptela que nos está destruyendo.

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