LA SIERRA DE MILEI
EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ
Mucho se puede conjeturar sobre el futuro de Argentina, aun deseándole
a tal nación el mejor de los resultados. Nación de experiencias valiosas en economía
y en logros en cuanto a desarrollo. Pero también en populismo, como administración dispendiosa de recursos con fines políticos,
o también en violencia militarista, todavía con resultados que pueden llamarse históricos
o, igualmente, en impulsos exitosos o no
de integración para impulsar a Mercosur
junto a Brasil y los otros dos miembros fundadores (incluida la participación llena de altibajos de parte
de Venezuela en años más recientes).
En alguna oportunidad señalábamos, con curiosidad para
algunos, si se podía ser argentino sin ser izquierdista, por varadas razones. Hoy
día habrá que pensar en futuro, si se puede serlo, sin ser extremadamente
liberal. Quedará mucha agua por correr y se verá como transcurre la experiencia
del gobierno de Milei. Ya Menen, sin los conceptos ni preparación
profesional de Milei, llegó a
expresar cosas como “…no nos vamos a
integrar con los pobres, sino con los ricos…” y bueno, evoluciones a la
vista, junto a otras administraciones, con corralito
y todo, también como fenómeno histórico.
Si vemos a Bukele,
el caso de Boric de hoy, el Petro presidente, y ni que decir Venezuela, no es exagerado pensar que
la región, más que dedicarse al trabajo y la programación del desarrollo, le ha
sido fácil conjugar los extremismos de
Estado/mercado, imperialismo/nacionalismo, responsabilidades externas/internas
y obviamente otras tantas cosas más.
Con interés habíamos oído a Milei, en largos debates y entrevistas televisadas, exponiendo ideas
a partir del pensamiento liberal y nos causaba interés de un expositor argentino,
en un contexto como el heredado de los Kirchner
a pesar de los esfuerzos de Macri. Pero
ahora Milei conducirá los destinos
de la nación, en conjunción con arreglos hechos, pero también con ofertas planteadas.
Dentro de aquellas ofertas está la eliminación del Banco
Central y la correspondiente y deseada por él, dolarización, para que así las jóvenes familias no tengan que lidiar
con convertibilidad y poderse comprar una propiedad. El caso es que la dolarización no ha sido solución en
ninguna parte, se diga lo que se diga sobre El Salvador o Ecuador (Panamá es otra
historia y dinámica). Solo pocas economías, de población y producto poco
representativo en el mundo, son las que han dolarizado, y no se han granjeado
hasta ahora, un estable camino al desarrollo.
Argentina tiene además un sector trabajador de largas
experiencias y luchas, también beneficiarios algunos de ellos del populismo. Trasluciéndose,
tales asuntos, en una importante organización sindical y de las cooperativas. ¡Ah…!
que todo se puede privatizar también es cierto, pero algunas experiencias
internacionales –incluso la de Inglaterra- dieron luces sobre resultados no
siempre positivos en la privatización y el que se terminara recurriendo al
viejo enunciado de tanto estado como sea
necesario y tanto mercado como sea posible (atribuida a W. Brandt) o al principio de la llamada subsidiariedad (relación poderes centrales
poderes locales, para la solución de problemas específicos y/o de ciudadanos).
Adicionalmente Argentina ha demostrado tener ciertos alcances
en cuanto a separación de poderes
que, como sabemos, es fundamental para el ejercicio de la democracia. Pero también
sabemos que, variados presidentes y de distintas inclinaciones, incluso, entre otras
razones, para perpetuarse en el poder, fomentan reformas constitucionales que van en desmedro de la separación de poderes y de la democracia misma. Ya veremos cómo
evoluciona esta dinámica con Milei.
América Latina, en general, tiene democracias inestables[1].
La raza cósmica, la región del realismo mágico,
la que es propensa a extremismos, tiene entonces algo importante para ver
en el caso Argentino y en su evolución. Sabido es que tanto la derecha como la
izquierda, los propensos al Estado como al mercado, pueden anidar dictaduras de
variado tipo. No dejaremos de recordar la sabia frase de García Márquez atinente en su escrito o reseña del caso, al
finalizar la entrevista con Hugo Chávez,
ya que aquel caminaba alejándose del avión:
“…Mientras
se alejaba entre sus escoltas de militares condecorados y amigos de la primera
hora, me estremeció la inspiración de que había viajado y conversado a gusto
con dos hombres opuestos. Uno a quien la suerte empedernida le ofrecía la
oportunidad de salvar a su país. Y el otro, un ilusionista, que podía pasar a
la historia como un déspota más.” https://www.revistaanfibia.com/el-sol-de-tu-bravura/2013.
(Originalmente publicado en 1999, Revista Cambio Colombia, como «El enigma de los dos Chávez»).
@eortizramirez
21 noviembre 2023
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