martes, 21 de julio de 2020

VENEZUELA Y LA HUELLA DE LA POBREZA REGISTRADA POR ENCOVI: ¿quién responde por la pobreza?


VENEZUELA Y LA HUELLA DE LA POBREZA REGISTRADA POR ENCOVI: ¿quién responde por la pobreza?
EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ


I. LA POBREZA EN EMBRIÓN.
En el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez (1989/1993) algunos manejaron el planteamiento reconfortante,  de que la pobreza estaba ahí y las políticas de ajuste y estabilización lo que hicieron fue sacarla a la luz (igual caso ha sido con la administración bolivariana, dado su señalamiento en cuanto a que fueron otros los que crearon la pobreza antes de 1999). Es indudable que hubo variados resultados producto de las opciones de políticas tomadas o de elementos como la inflación o el desempleo. El segundo gobierno de Caldera (1994/1999), invirtió tiempo en políticas económicas de considerable variación –entre otras la cambiaria- y en la justificación e impulso de la idea de la unidad nacional más que en abatir formas de pobreza que continuaban desarrollándose. En la administración bolivariana –iniciada en 1999- se dedicaron los primeros años a sustituir -o buscando sustituir- los programas sociales de administraciones anteriores, por otros, tan o más problemáticos, como el Banco del Pueblo, “los niños de la patria” y la “conversión de los invasores en constructores”, hasta que en el año 2004 se iniciaron las misiones en salud, educación y otras. Para la segunda década del siglo XXI, con claros fines sociales según las percepciones de política económica y social de la administración bolivariana, pero también dado el escenario político de los años 2012/2017 Y 2019/2020, se acentuó la política de controles, supervisión y de enfrentamiento con el sector privado de la economía, con claros fines de afianzamiento político, entre otras razones por desarrollar este -en connivencia con factores políticos internos y externos- según la administración referida, una guerra económica, pero también por la disminución de su radio de influencia política. Correspondiendo con ello -y para ello- la instrumentalización de mecanismos de registro y de acceso a dispositivos de compensación -muy parcial- del deterioro del bienestar (en aumento con el propio ascenso de la década) como las pensiones y bonos así como aumentos inflacionarios y permanentes de salarios.
En cualesquiera de los casos, la evolución económica fue derivando en aumento de la pobreza entre 2012 y 2013 así como en 2014 y años siguientes y en un escenario de escasez, desabastecimiento e inflación acentuada. Para finales del primer semestre de 2014 la administración bolivariana ofreció aumentar en variados sentidos la atención de la pobreza[1]. Y, en 2018, después de las elecciones del 20 de mayo, el presidente NM planteó en su juramentación ante la ANC “Tenemos todo el poder político de este país. No podemos tener excusas para atender los problemas del pueblo”. Aplicando -sin embargo- los conceptos de eficacia y/o eficiencia que mencionó en su discurso, es altísimo el nivel de ineficacia que ha tenido la administración bolivariana para alcanzar esto último en casi 21 años[2].  En tal periodo, solo el espacio de 10 años –hasta 2014- de precios altos en el petróleo, limitó -en algún grado- revelar los efectos más profundos que había de cobijarse en inadecuadas políticas económicas y en un proceso rampante de desinstitucionalización. Desde 2017 se hicieron más claras las evidencias y en 2019/2020, ya sin contención, la pobreza se ha revelado en plenitud.

I. LA HUELLA DE LA POBREZA REGISTRADA POR ENCOVI
En un proyecto conjunto de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Central de Venezuela (UCV) y Simón Bolívar (USB) sobre la pobreza -llevado a cabo durante 2014-, se propuso evaluar mediante  encuesta en hogares, el acceso de la población a la vivienda, servicios de salud y educación, trabajo, programas sociales y alimentación. Sus resultados señalaron que poco más de 3,5 millones de hogares venezolanos (de un total de 7,2 millones de familias) eran pobres, y de ellos, 1,2 millones subsistían en la pobreza extrema (grupos familiares cuyos ingresos no alcanzaban para garantizar la ingesta de 2.200 calorías por día y persona[3], ni servicios básicos como agua y electricidad). Las cifras indicaron que el nivel de pobreza para 2014, fue de 48,4% de la población -superior a la registrada en 1998, de 45%- así como que del total de pobres, uno de cada tres eran nuevos.
Luis Pedro España –responsable del proyecto-, durante la presentación de los resultados del mismo –finales de enero 2015-, señaló que “Venezuela entró nuevamente en un ciclo de aumento de la pobreza, tal y como se vivió en momentos de ajustes económicos, por ejemplo en 1989 y 1996, o de tumulto social, como en 1992 y 2002”. Las llamadas misiones, los programas de asistencia social del Gobierno atendían a 10% de los hogares encuestados y casi la mitad de los favorecidos de esos programas no eran pobres. “Esto nos indica que las misiones ni son masivas ni dan protección social efectiva, porque no se están concentrando en el sector más vulnerable de la población”. Esas misiones se  mostraron como efectivos medios de control social y político, pero en el escenario ya entrado 2015, solo su reorganización podía ayudar a convertirlas en atenuantes reales ante la crisis. En tal escenario, el costo político de esa reestructuración, que presumía despojar de las prebendas de las misiones a un sector de los seguidores de la administración bolivariana así como desalentar las expectativas generales de la población, de hacerse receptores de tale ayudas, era significativo.
El estudio determinó que 57% de las personas que no son beneficiarias de misiones deseaban serlo. Se concluyó en los resultados del informe que no había habido plan de solución estructural de las penurias asociadas al empobrecimiento y que “Se impone diseñar un auténtico plan de superación de la pobreza basado en el esfuerzo y la productividad” (www.ultimasnoticias.com.ve 29 de enero 2015; www.elpais.com 1 de febrero 2015).
El mismo Proyecto conjunto de las tres universidades presentó los resultados de 2015 ya avanzado el mes de noviembre de este último año. La llamada así Encuesta de Condiciones de Vida 2015 (Encovi) elaborada por la Universidad Católica Andrés Bello, la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Simón Bolívar presentó un aumento de la pobreza en general comparado con 2014 y con años y lustros previos[4]. En cuanto a pobreza de ingreso se registra que 73% de los hogares y 76% de los venezolanos estaban en pobreza de ingresos;  demostrando las cifras que la miseria había aumentado con velocidad alta puesto que la Encovi 2014 había registrado 48,4% de hogares en penuria y 52,6% para las personas. Los niveles de pobreza habrían sido de 58,9% en 1989 (año del recordado Caracazo[5]); 55,4% en 1998 (HC ganó las elecciones presidenciales) y 61%  en 2003 (año de alta conflictividad política). Inflación, escasez, conflictos entre oferta y demanda y deterioro en las condiciones productivas, son parte de los elementos que se resaltan en la encuesta (ver www.prodavinci.com 20 de noviembre de 2015 Blog de Víctor Salmerón; www.el-nacional.com 21 de noviembre 2015 pág. Economía/3).
Para inicios de 2017 se difundió la Encovi, abarcando años 2014/2016. De manera concordante con lo señalado, se aprecia un continuado aumento de la pobreza. Así lo registros de pobreza y pobreza extrema incluyen 24,8 y 23,6% para 2014; 23,1 y 29,9 % para 2015 y 30,26 y 51,51% para 2016; lo cual da un total para pobres y pobres extremos de 48%, 73% y 81,8% respectivamente para los años señalados (ENCOVI/Encuesta sobre Condiciones de Vida en Venezuela febrero 2017; Luis Pedro España IIES-UCAB). Dentro de la definiciones manejadas en esta encuesta se arriba a conclusiones en cuanto a la pobreza en general que es importante resaltar: “– Hemos llegado al techo en pobreza de ingreso o coyuntural. – La pobreza reciente o temporal comienza a volverse estructural después de 3 años continuos de Crisis–.  Para el 2017 se van a mantener los niveles de pobreza de ingreso y seguirá aumentando la pobreza estructural”.
Para inicios de 2018, el día 21 de febrero, se presentaron los resultados de Encovi que abarcaron derivaciones para antes de iniciarse la hiperinflación (registros en la encuesta para julio/septiembre 2017), medida por niveles de inflación de 50% mensual[6], lo cual sucedió en el último trimestre del año 2017. Preliminarmente debe señalarse que el deterioro registrado es histórico para la economía venezolana –no visto antes- y para la región. Un 61% de la población no tendría para comprar los alimentos del día -pobreza extrema- y en pobreza total cerca de un 90% de la población no cubría la compra de alimentos más otros gastos en transporte o servicios[7].
La ENCOVI 2018 si bien pasó a focalizar en aspectos específicos como la mortalidad infantil y a aplicar el criterio de vulnerabilidad social[8], no dejó de presentar un panorama sobre la pobreza y su evolución. La presentación de la misma, que se hizo el 27 de febrero de 2019 en la UCAB (en el foro “Encovi y Plan País. Reconstrucción social de Venezuela”, realizado en el Aula Magna de la UCAB), precisó un crecimiento del 51% en el número de hogares pobres en Venezuela y un aumento en el desempleo en un 10% entre el 2015 y el 2018.  La encuesta  indica que el 80% de los hogares venezolanos se encuentran –para los tiempos abarcados- en inseguridad alimentaria, así como que el 89% de las familias no tienen suficientes ingresos para la compra de alimentos, y ello  evidencia, según el patrón de compra de alimentos, que la dieta de las familias venezolanas había perdido calidad y variedad.
Punto fundamental concierne a que aumentó la mortalidad al comienzo de la vida y se redujeron los años de esperanza de vida. En tal sentido, en el 2016, el excedente de muertes infantiles  asociadas a la crisis se calculó en más de 5.000; mientras que entre 2017y 2018 se pronosticó en 20.000. Para el 2017 se calculó en 3,5% los años de pérdida de esperanza de vida al nacer.
Los datos recogidos hasta septiembre de 2018, mostraron que, en lugar de seguir disminuyendo, la mortalidad infantil habría estado aumentando. Se proyectaban, para tiempos cercanos al año en cuestión, 12 fallecidos por cada 1.000 nacidos vivos; y se  estimaron más de 20 fallecimientos, es decir, ocho casos por encima de lo proyectado.
En las familias de los municipios,  la pobreza para los datos presentados osciló entre un 50% y un 80%, especialmente los ubicados en el sur del país, en las zonas fronterizas del Táchira, y también en los llanos,  específicamente en  estados como Guárico, Portuguesa y Barinas.
Se destacó que en una primera etapa, en armonía con el Plan País[9], se pretende identificar los hogares que tienen las condiciones más vulnerables, entre las que destacan, desde el punto de vista demográfico, los niños menores de cinco años,  adultos mayores, familias monoparentales y madres adolescentes; mientras que en materia de vivienda y servicios, se evaluará el hacinamiento y las carencias de servicios públicos; en cuanto a salud y nutrición se revisarán las insuficiencias nutricionales, los riesgos de sobrevivencia en la infancia, mujeres embarazadas y madres con hijos menores de un año; sobre el área educativa, se tomarán en consideración el rezago y la inasistencia escolar y en materia laboral, la precariedad en el empleo y los adultos mayores sin seguridad social. 
La presentación de los datos de ENCOVI se hizo alimentando/apoyándose en el Plan País o plan de atención de distintos problemas nacionales, organizado y planteado desde la Asamblea Nacional y difundido por Juan Guaido ya para finales de febrero 2019 ( en ese momento ya reconocido por una cincuentena de países como presidente encargado o interino de Venezuela).
La pobreza multidimensional que se ubicó en 51 % para el 2018, según se destacó más arriba, comprende variables como el estándar de vida, el empleo, el acceso a la educación, las condiciones de la vivienda, entre otras.
Voceros de la Asamblea Nacional han planteado que, a partir de los datos históricos de Encovi, se ha trabajado el enfoque de vulnerabilidad social, que permite determinar y/o focalizar las condiciones de precariedad en las que se encuentra cada municipio del país. El enfoque de vulnerabilidad social -tal cual se señaló- toma en cuenta distintas variables: demografía, salud-nutrición, educación, trabajo y vivienda-servicios.
Luis Pedro España, por su parte, para esta ocasión explicó que, a partir de este enfoque desarrollado con los datos de la ENCOVI, el Plan País propuesto por la AN plantea la necesidad de desarrollar distintos programas sociales que permitan atender y superar la emergencia humanitaria que atraviesa Venezuela. Entre esos programas, España destacó el subsidio directo a hogares pobres, el programa de alimentación en las escuelas, la atención nutricional de niños menores de 5 años, el programa de empleos de emergencias y pensiones, para los cuales la banca y la escuela son dos instituciones claves. Requiriéndose, para llevar a cabo tales programas sociales, aproximadamente, unos 8 millones de dólares por año[10].
Bastante completa e ilustrativa, la encuesta Encovi 2019/2020, de lo que representa el agudo proceso de empobrecimiento de la población venezolana en años recientes y en específico de resultados del contexto de la administración del presidente NM[11]. Los datos abundan junto a los perfiles: la pobreza aumentó, los hogares se reconfiguraron y la calidad de vida se deterioró.
A continuación, diez hallazgos de la Encovi 2019-2020 que deben resaltarse, sobre las condiciones de vida en el país:
1. La pobreza aumentó a niveles considerables o históricos: 96,2% de los hogares reportan pobreza por ingresos, mientras que 79,3% están en pobreza extrema, no cubriendo la canasta alimentaria, y con un ingreso diario promedio es de 0,72 dólares. Las  razones del incremento de la pobreza: deterioro de los ingresos y del empleo. Al medirse por estándar de vida, empleo, educación servicios públicos y vivienda, la cifra de pobreza multidimensional llega a 64,8 %.
2. 25% de hogares con inseguridad alimentaria severa.  93% de los hogares tienen preocupación porque los alimentos se acaben. La falta de alimentos y la disminución de recursos generan inseguridad alimentaria severa en 33% de los hogares. 74 % de los hogares reportan inseguridad alimentaria entre moderada y severa. Solo 3% de los hogares no sufren de inseguridad alimentaria. Además, aunque el consumo nacional promedio de proteínas es solo 34,3 % del requerido, la ingesta de proteínas muestra diferencias sociales notables[12].
3. Más niños pequeños desnutridos. 639.000 niños menores de 5 años tienen desnutrición crónica o talla baja y representan el 30,3%. Además, 28% están en riesgo de tener talla baja. De esta manera, el país supera a Haití y queda solo por detrás de Guatemala como el segundo país con el peor estado nutricional en niños menores de 5 años en la región. Venezuela se acerca a los indicadores de países como Camerún y Nigeria. Según su peso/edad, 166.000 niños venezolanos menores de 5 años (8 %) están desnutridos.
4. Sube mortalidad y disminuye esperanza de vida. Hay un retroceso en la sobrevivencia de la población: se estima que los nacidos en el período 2015-2020 vivirán 3,7 años menos a lo pronosticado por proyecciones oficiales. La tasa de mortalidad infantil también aumentó a 26 por cada 1.000 nacidos vivos. La proyección oficial según las estadísticas de 2011 era de 12.
5. Cae la demanda educativa y la cobertura no mejora. Hay 1,7 millones de personas (de 3 a 24 años) menos, lo que reduce la presión sobre la demanda de atención en educación. Sin embargo, aumentan los riesgos de exclusión. Dos de cada cinco jóvenes entre los 12 y los 17 años tienen algún nivel de rezago educativo y más de la mitad de la población más pobre no completa la educación secundaria. 40 % de los estudiantes entre 3 y 17 años falta a clases según casos por fallas de servicios, comida, falta de transporte y docentes.
 Los otros elementos a destacar de la Encovi 2019/2020 son 1. Agudización de la diáspora (cinco millos de migrantes[13]). 2. menos población (28 millones) y más envejecimiento en la existente; debido a migración de la juventud se tiene menos presión en los servicios, pero también menos mercado para el consumo. 3. Reconfiguración de hogares (parejas solas, un solo componente, jefas de hogar, hogares con servicios públicos deficientes, otros). 4. Nivel de participación en la actividad económica más bajo de la región (disminución de empleos formales y crecimiento de los informales, masculinización de la actividad económica) 5. Hogares necesitarán más ayuda dados los efectos del COVID-19, el crecimiento del peso de los alimentos en los gastos y la disminución de las remesas.
Los datos, de manera sólida, permiten afirmar que Venezuela ha adquirido condiciones  o características propias de países de Centroamérica, el Caribe y África en materia de pobreza y desnutrición, ubicándose como el país más pobre y el segundo más desigual de América Latina (coeficiente Gini 51,0) detrás de Brasil; pero cuando se juntan las variables inestabilidad política, PIB y pobreza extrema, Venezuela aparece en el segundo lugar de una lista de 12 países –que encabeza Nigeria y termina con Irán– seguida de Chad, Congo y Zimbabue. “Para cerrar la brecha de la pobreza extrema harían falta 5 mil millones de dólares al año para financiar un programa focalizado de transferencias, a razón de 2 dólares diarios para 6,5 millones de hogares venezolanos”, según  afirmación del director del Proyecto Pobreza de la UCAB, Luis Pedro España[14].

II. ¿DE QUÉ SE ALEJA Y A QUE SE ACERCA VENEZUELA?
Venezuela se aleja del desarrollo y la prosperidad. La administración bolivariana dilapidó ingentes recursos y con ello una oportunidad notable para retomar la ruta hacia el desarrollo y alternativas al rentismo. Se requerían adecuadas políticas, buenos equipos, sentido de la oportunidad y concepciones dinámicas y de operatividad e impulso para la economía. Se requerían y se requieren medidas de cierta urgencia y efectividad –como las relativas a la atención de la hiperinflación y la escasez de bienes, efectivo y divisas -para evitar la erosión del país y la migración extendida -y solo contenida en 2020 por razones de cuarentenas y pandemia debido al Covid19- que se ha profundizado en los últimos tres a cinco años. La acción migrante de un pueblo sin experiencia y que no había tenido necesidad de ello, es algo terrible. Pero, muy poco de aquellas políticas, equipos y medidas, ha habido en más de veintiún años de administración bolivariana. Contrario a ello, con lo que si convive cada día más la nación –y correspondientemente es a lo que más se acerca-, es con un empobrecimiento sostenido que, de manera fundamental, solo deja de afectar a la camarilla y que nos ha igualado a países de contextos geográficos señalados más arriba.

@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com



[1] El 5 de octubre 2014 El Nacional presentó un reportaje de Dalila Itriago sobre los planes de atención de la pobreza y sus últimas propuestas. Debe señalarse que El presidente NM lanzó el 7 de junio el Plan para la Erradicación de la Miseria, que incluía la instalación de 1.500 bases de misiones sociales en 255 parroquias del país. El plan centralizaba los mismos programas sociales y misiones que abarcaban ya una década. Varios analistas emiten su opinión en este reportaje señalando por variadas vías que esta iniciativa no atacaba las causas de la pobreza y que se resumía o asociaba a una estrategia electoral para las elecciones parlamentarias de 2015. Debe indicarse que las bases socialistas estaban compuestas por un módulo de formación, educación y coordinación de misiones; uno para consultas médicas y odontológicas y otro como la vivienda de los médicos cooperantes que prestarían servicio. La meta prometida por el presidente el 7 de junio fue la ya señalada y a cumplirse en tres meses, ubicándose las bases donde se detectaron índices altos de pobreza extrema.  En el reportaje se registra que Carmen Meléndez, ministra de Defensa, indicó el 10 de septiembre: "Hasta el día de ayer habíamos activado 22 bases de misiones, tienen que ser 1.500".  Pero igualmente se registra que el 1 de octubre el presidente NM señaló: "Ya instalamos 1.500 bases de misiones en lugares donde está la pobreza extrema y estamos atendiendo 2.200.000 compatriotas".  Obviamente dada la afirmación presidencial la información fue unificada en este último sentido (Ver La misión de drywall para acabar con la pobreza.  www.el-nacional.com 5 de octubre 2014 pg. Siete Días/1).
[3] En base al estudio en referencia pero también por registros del INE e indagaciones en otros grupos de trabajo y también asociado a la complejización del escenario económico de escasez, desabastecimiento e inflación, avanzado 2015 se pasó a percibir la agudización en los cambios de los patrones alimenticios de distintos estratos sociales, con sus correspondientes efectos en la calidad y tipo de nutrientes. "La alimentación se ha deteriorado en todos los estratos sociales"; la alimentación de variados estratos "se caracteriza principalmente por los alimentos que la red oficial pública está ofreciendo: arroz, harinas, grasas y azúcares. La disponibilidad de proteínas, que viene dada por el pollo y por la carne, es muy baja" (Maritza Landaeta, Fundación Bengoa). Igualmente "Entre los estratos socioeconómicos más altos y los más bajos hay muchas similitudes. El primer alimento con intención de compra es la harina de maíz precocida, después el arroz, los panes y las pastas y las grasas. En los estratos socioeconómicos más bajos no aparecen frutas ni hortalizas, pero en las categorías de mayor poder adquisitivo tampoco tienen la relevancia que uno esperaría" (Marianella Herrera, CENDES) (ver El Nacional domingo 7 de junio 2015; www.el-nacional.com).
[4] Deben reconocerse los méritos de la encuesta, dado, entre otros elementos, el contexto de deficiencias en los suministros de informaciones básicas, como datos de inflación, y lo cual es resaltado en varios puntos de este trabajo. La encuesta remite a datos de pobreza, inseguridad y servicios.
[5] Disturbios en Caracas –y otras ciudades del país- durante el 27 y 28 de febrero de 1989 y relacionado con un intento de aumento en el precio del combustible, que implicaron saqueos, con salida del ejército a las calles y ejecución de toque de queda durante varios días (https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-47379668).
[6] Venezuela antes de 2017 ya arrastraba cargas hiperinflacionarias (no aplicando el criterio de Cagan de 50% sino otros detalles que acompañan a tal proceso). A partir del escenario hiperinflacionario, si se entiende por la definición dada -o porque se añade tal nivel de inflación a un contexto hiperinflacionario preexistente, los resultados serían más agudos, dados sus efectos en el nivel de vida.
[7] Resúmenes de la encuesta pueden verse en Entrevista a Marino González http://unionradio.net/marino-gonzalez-hizo-un-analisis-de-la-encovi-2017/; también www.elestimulo.com 24 de febrero de 2018; Nota de Coyuntura: Las Cifras de la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) ODH 22 de febrero.
[8] ENCOVI 2018. UCAB/IIES, Caracas 2019. Algunos de los elemento que abarca el enfoque de Vulnerabilidad Social son: “•Conceptualmente la VS considera situaciones de empobrecimiento, desventaja social. •La VS es entendida como una situación y un proceso multidimensional y multicausal, en la que confluyen la exposición a riesgos, la incapacidad de respuesta y adaptación de individuos, hogares o comunidades. •La VS se expresa como fragilidad, indefensión o desamparo institucional de un Estado que no contribuye a fortalecer a sus ciudadanos, ni los cuida".

[9]Plan  propuesto por la AN (http://www.asambleanacional.gob.ve/noticias/presentado-plan-pais-del-gobierno-de-transicion-para-rescatar-a-venezuela 18/12/2019) y que plantea la necesidad de desarrollar distintos programas sociales que permitan atender y superar la emergencia humanitaria, por la que -en sus manifestaciones más intensas- ha atravesado Venezuela, en parte importante de los años de la administración de NM.

[11] El Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (Iies) de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) la presentó 7 de julio de 2020, con información recogida entre noviembre de 2019 y marzo de 2020, y con actualizaciones en abril, por los efectos de la pandemia de COVID-19.
[13] Como se sabe, las fuentes internacionales remiten a un nivel de migrantes de 5 millones de venezolanos para años recientes.

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