miércoles, 16 de junio de 2021

¡QUE SE VAYAN TODOS! ¿Cómo combatir la desesperanza, como renacer desde el excremento del diablo y la perniciosa democracia de partidos?

 

¡QUE SE VAYAN TODOS! ¿Cómo combatir la desesperanza, como renacer desde el excremento del diablo y la perniciosa democracia de partidos?

Eduardo Ortiz Ramírez

 


No a muchos días de aquí, escuchamos a una dirigente de la actual administración decir algo más o menos como que en Venezuela había una auténtica democracia, distinta a esa esa especie de cosa desagradable que era la
democracia de partidos. Realmente uno no podía prever que llegara a escuchar eso, desde una dirigente de tal ubicación.

Tampoco era fácil prever que una sociedad relativamente segura y estable, como la que existió hasta avanzados los años setenta, desde la caída de Pérez Giménez, podía acumular tantos descalabros en los 20 años siguientes y, más todavía en los siguientes 22 años -correspondientes a la administración bolivariana-. La democracia de partidos de los finales de los años setenta a finales de los noventa, se comió parte de los mejores proyectos de la democracia inicial. Y la administración desde finales de los noventa a la actualidad, se encargó de liquidar sus propios hijos, promesas y quienes se le volvieron cercanos, pero de  manera muy importante de destruir la economía.

Se quedó así la pequeña burguesía como diría el viejo Lenin –parafraseándolo figurativa e inversamente- desesperada ante los horrores del socialismo. Intento de Golpe militar en 2002, en un contexto de una administración cuya inspiración inicial había sido un golpe de estado en 1992 -avalado directa o tácitamente por parte de la sociedad, que veía salidas repetitivas en los partidos que se habían convertido en tradicionales y que habían creado aquella democracia de partidos (AD y COPEI)-, junto a una población sin cultura migrante y sin actitud combativa en cuanto a inspirarse en revoluciones (pues en lo que algunos idílicamente llamaron “la guerra” de los años sesenta, demostró que no quería comunismo al estilo cubano), produjeron altos y bajos con movilizaciones monumentales durante la primera y segunda década del siglo XXI, pero también con represión denodada, facilitada y permitida por un Estado/Gobierno con ambición de ser eterno. Esto tampoco se podía prever.

Los nuevos dirigentes, negociadores y pacificadores, contrarios a la administración bolivariana, pasaron –ya avanzada la segunda década del siglo XXI- a disfrutar de una Venezuela de dos gobiernos, con dirigentes eternos que, sin haber ejecutado el poder, ya se convirtieron en ello.  Paralelo,  por lo demás, a ejecutores de la administración bolivariana, que ni perciben la destrucción, ni su culpa, ni su retiro del poder, y cuya acumulación de ricos de nuevo cuño es tán conocida, como la presencia que en calles o zonas de la ciudad tienen verdaderos organizadores de grupos delincuenciales y hasta de zonas que podrían llamarse paradójicamente “liberadas”.

¿Qué ira a pasar, que sucederá, hasta cuándo? Se puede oír a unos y otros con angustias ante el Covid19, por vacunas que  no se agilizan o por hambre que se extiende día a día. Son estas algunas preguntas ya manidas y sin fácil respuesta.

Que negociar,  para que y con quien si a unos y otros se les ve hacer lo mismo: disfrutar, enriquecerse y vivir en el exilio. Muchos se fueron, algunos no regresarán. Ni los que están, ni los que los quieren sustituir convencen y, curiosamente, siguen pervirtiendo unos y otros lo poco que queda. ¿Quién podía pensar, quien podía prever que una buena noticia fuera para Venezuela  apreciar que se podrán obtener para 2021, 3.000 millones de dólares más por concepto de ingresos petroleros, dado lo visto y recibido previamente y durante décadas por tal concepto?

 

 

16 de junio 2021

@eortizramirez

eortizramirez@gmail.com

 

 

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