Voces de una economía asediada
Reflexionemos. Dos hechos ciertos del ámbito económico que las redes sociales y los medios de comunicación silencian, con el propósito de seguir alimentando —nacional e internacionalmente— una matriz de opinión funesta acerca del futuro nacional, han tenido lugar:
1) La Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) señala en 928.000 barriles diarios, la producción de crudo en Venezuela para el mes de julio. 2) El Banco Central de Venezuela (BCV) informó del 0,7% en la inflación para julio del presente año.
Nuestra economía es como un paciente afectado de una enfermedad compleja (MCU y demás formas de guerra difusa) que durante 7 años —paulatinamente— pasó de 100kg a 25Kg. La política económica ha contenido esta pérdida para estabilizar al paciente. A finales del 2021, pasamos de la estabilización al crecimiento donde progresivamente el paciente recobra masa corporal, hoy día con unos 40 kg. No obstante, aún falta por recuperar plenamente su peso original.
Frente a ello, una narrativa cínica y mal intencionada se ha venido promoviendo para banalizar las acciones económicas implementadas causando mucho daño en la sociedad. Otra dimensión de guerra se activó, golpean severamente la paz mental del venezolano. En razón de ello, nos parece vital promover la vocería económica a diferentes niveles para posicionar la verdad de Venezuela en el ámbito nacional e internacional.
Es imperativo en estos tiempos de “posverdad” promover —especialmente— en las redes sociales datos precisos del hecho económico, ello será clave, para combatir la mentira y el odio que aspira desdibujar la esperanza de todos los que apostamos por la recuperación y progreso del país.
Venezuela está reconstruyendo su economía bajo el asedio implacable del movimiento globalista, ello exige un método de trabajo eficiente de hacer mucho con poco. La política económica progresivamente ha venido arrojando resultados positivos que deben ser comunicados al país y al mundo.
Mientras redoblamos esfuerzos en recuperar y promover el desarrollo de los servicios básicos, en paralelo a una poderosa infraestructura física —como un requisito sine qua non— que permitiría integrar el territorio nacional con la región y el mundo de cara al Nuevo Orden Mundial.
@eliocordovaz
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