Eco. Aida Ziccarelli
Maestrante en Economía Internacional
Durante
la primera mitad del siglo XX sucedieron eventos catastróficos que marcaron negativamente
la historia de la humanidad. Las guerras mundiales llevaron a las naciones a
tomar medidas proteccionistas para resguardar sus economías internas,
separándose de los ideales de libre comercio promulgados por los autores
clásicos de economía política, y dejando de lado la oportunidad de tomar ventajas
en el mercado internacional.
Los
modelos neoclásicos de crecimiento, al igual que el resto de los planteamientos
de teoría económica, se apoyan en una serie de supuestos que les permiten
obtener resultados muy valiosos, pero que pudiesen ser mejorados al incorporar
otras variables, incluyendo aquellas presentes en contextos históricos distintos.
Uno
de los modelos neoclásicos más emblemáticos de crecimiento económico fue
expuesto por Robert Solow a finales de los años cincuenta. Este economista
estadounidense hizo un planteamiento matemático de una función de producción
alimentada principalmente por dos insumos o factores productivos: el capital y
la mano de obra. Los desplazamientos de la función de producción dependerían
del “cambio técnico” que se origine durante el periodo que se analice,
representado en una variable que recoge cualquier incidente que afecte los
niveles de producción (distintos a los factores mano de obra y capital); entre
los que se incluyen las recesiones, recuperaciones, mejoras educativas, y
cualquier otra variable que incida en el crecimiento.
Aunque
pudiese pensarse que el “cambio técnico” considera todos los posibles escenarios
que fueron omitidos por Solow, existen elementos cuya importancia obliga a que
sean incorporados en los planteamientos de teoría económica creados a partir de
la segunda mitad del siglo XX.
Las
medidas proteccionistas adoptadas por los países que quedaron arruinados luego
de las guerras posiblemente facilitaron la aceptación del modelo de Solow, el
cual plantea entre sus supuestos que las economías se encuentran cerradas al
comercio internacional. Pero a la par de
las investigaciones de Solow surgían nuevas ideas para tratar los problemas
mundiales del momento que consideraron otros factores.
La
creación de organismos internacionales para promover la paz mundial y el
crecimiento económico surgieron luego de la segunda guerra mundial. El Acuerdo
General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés)
ofrece una alternativa para salir de la recesión a través de la apertura al
comercio internacional, eliminando las restricciones impuestas mediante el
proteccionismo.
Los
acuerdos de Bretton Woods y el establecimiento del Banco Mundial y el Fondo
Monetario Internacional tuvieron fundamentos keynesianos. En ellos, la participación
del Estado juega un papel importante sobre las economías, a través de la toma
de decisiones de política económica concordantes (aunque no en todos los casos)
con las recomendaciones hechas por estos organismos. La demanda agregada
adquiere también mayor importancia, convirtiéndose el consumo en un factor
determinante de la producción que no puede ser ignorado.
Solow
seleccionó la economía de los Estados Unidos durante el periodo 1909-1949 como
caso de estudio para su modelo, donde extrajo del Producto Nacional Bruto lo
correspondiente al gasto e inversión gubernamental y la producción agrícola. No
sólo dejó de considerar la participación del Estado como agente productor y
consumidor, sino que desestimó la influencia que ejerce la política económica
sobre la producción.
Es
posible que todos estos factores hayan sido considerados en el modelo, aunque
no hayan sido enunciados explícitamente. Podría decirse que las condiciones
económicas propicias para promover la inversión en un país se originan gracias
a las decisiones de política económica acertadas, que estimulan la acumulación
de capital, por lo que no necesariamente deben incluirse en el modelo como una
variable adicional. También podría decirse que las mejores condiciones de vida
de los trabajadores en un país donde el Estado les ha garantizado acceso a la
educación y salud de alta calidad es parte de aquello que recoge la variable de
“cambio técnico”. Si fuese así, el papel del Estado no quedaría totalmente
descartado, aunque hubiese debido también reconocer su participación en el PNB.
Se
podría también defender el modelo argumentando que los elementos expuestos en el
párrafo anterior constituyen en cambio una condición necesaria para alcanzar el
desarrollo económico. Se presenta entonces un dilema: ¿es el crecimiento
económico un paso inicial que debe darse para lograr el desarrollo, o es
gracias al desarrollo que se origina el crecimiento?
El
crecimiento económico se mide en los niveles de producción, que aumentan a
medida que el capital, la mano de obra y la tecnología permitan generar
incrementos en la productividad. El nivel educativo y de salud depende del
grado de instrucción que tengan los profesionales que provean estos servicios,
al igual que de la tecnología que los sustentan y del apoyo financiero que
reciban para hacer sus investigaciones. Tanto para el crecimiento como para el
desarrollo, la inversión es el eje central que dirige todos los factores, ya
sea pagando los sueldos y educación de los trabajadores o comprando nuevas
tecnologías. La acumulación de capital es el insumo clave en el modelo de
Solow, que funge como motor del crecimiento (y del desarrollo) económico.
Todavía
no parece ser tan sencillo aceptar los supuestos del modelo, menos aún en el siglo
XXI. Las economías de hoy en día no se encuentran cerradas al comercio internacional,
el Estado tiene la capacidad de impulsar la actividad productiva, y las
estrategias para insertarse exitosamente en los mercados competitivos exigen a
las empresas realizar estudios exhaustivos sobre las preferencias de consumo
que les permitan adaptarse a las necesidades de los demandantes.
Recordando
el caso de estudio seleccionado por el autor, su país de origen (EEUU) entre
los años 1909 y 1949, dado que ninguna de las guerras mundiales ocurrieron en
su territorio, y que el país surgió como acreedor de las naciones que quedaron
arruinadas en Europa, los resultados de su investigación no deberían sorprender
(aunque estas variables no se encuentren claramente identificadas en el
modelo). El aumento en el acervo de capital y en el PNB era de esperarse.
A
pesar de las limitaciones del modelo inicial de Solow, la acumulación de
capital como fuente propulsora del crecimiento se mantiene vigente en la
actualidad. El surgimiento de los denominados países emergentes atrae la
atención de los investigadores debido principalmente a las altas tasas de
crecimiento económico que han registrado durante las últimas décadas, las
cuales superan las cifras del país más poderoso del mundo, EEUU.
En
un periodo de veinte años, comprendido entre 1991 y 2010, China ha registrado
tasas de crecimiento (PIB) que promedian 10,25% anual, mientras EEUU avanzó en
promedio 2,56%. La formación bruta de capital del país asiático tuvo una tasa
promedio de casi 12,5% anual, EEUU tuvo una tasa promedio anual de inversión de
2,8%.
En cuanto a la productividad del trabajo, medida
como cantidad de producción por habitante (PIB per cápita), EEUU cuenta con
mayor porción de PIB, pero en China la productividad ha aumentado en un 37,4%
entre 1991 y 2010, mientras que en EEUU se incrementó menos de la mitad de esa
cifra (15,3%).
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Banco Mundial |
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Banco Mundial |
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Banco Mundial |
El
comercio internacional fue uno de los factores que Solow ignoró en su modelo de
crecimiento económico, al suponer el caso de una economía cerrada. Pero el nivel
de intercambio comercial que ha alcanzado China desde su apertura a los
mercados internacionales en los años setenta es asombroso. Comparada con la
economía del país que ha promulgado el libre comercio por décadas, el comercio
como porcentaje del PIB en China pasó de 21,28% en el año 1991 a 58% en el
2010, alcanzando su punto más alto en el año 2008 con 68,57%. EEUU tuvo un
nivel de comercio equivalente al 15,58% del PIB en el año 1991, que aumentó a
24,6% en el 2010.
El
crecimiento económico en China se ha incrementado desde su apertura al mercado
internacional, lo cual le ha permitido mejorar su posición económica en el
mundo, demostrando la capacidad y desarrollo de su industria manufacturera.
Fuente: Elaboración propia
en base a datos del Banco Mundial
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Cabe destacar que la inversión no se limita a la producción para el consumo interno, por lo que el factor productivo preponderante en el modelo de Solow pudo haberse expandido al abrirse a los mercados internacionales. El economista neoyorkino no contaba con que el comercio internacional crecería junto a las economías emergentes que, como en el caso de China, sabrían explotar su potencial para reclamar una mejor posición en el mundo.
Bibliografía:
1) Maddison, Angus (1992). La economía mundial en el siglo XX: Rendimiento y política en Asia, América Latina, la URSS y los países de la OCDE. Fondo de Cultura Económica, México.
2) Solow, R. M. (1957). Technical change and the aggregate production function, Review of Economics and Statistics, vol. 37.
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