miércoles, 14 de enero de 2015

VENEZUELA Y LA REGIÓN EN CIFRAS

PROFESOR EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ

Se espera siempre con interés la aparición en diciembre del Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe de la CEPAL (ONU 2014, Chile). Del correspondiente a 2014, en lo que corresponde a su anexo estadístico comentamos grupos de información del sector externo -de los tantos que incluye- sobre los países de la región. Tales comentarios son breves y no necesariamente corresponden al informe de la CEPAL.
En primer lugar, veamos el caso del comercio. Para los años de 2012 a 2014 las exportaciones de bienes de América Latina y el Caribe tuvieron una evolución de relativo estancamiento pasando de 1.123.389 millones de US$ en 2012, 1.119.154 millones de US$ en 2013 a 1.109.255 millones de US$ en 2014. Los niveles de importaciones de bienes se ubican en niveles similares y específicamente en 1.081.150 millones de US$, 1.107.387 millones de US$ y 1.096.701 millones de US$ para los mismos años. En este relativo estancamiento se debe destacar el magro o bajo crecimiento en el caso de las economías más avanzadas, disminuciones de sus niveles de demanda y en el de economías emergentes como China, así como variaciones en precios de algunos commodities. Como se observa existe un superávit comercial  en el Balance de Bienes en los tres años. Como ha sido ya tradicional México es el principal exportador de bienes con 399.449 millones de US$ para 2014 y Brasil, el segundo exportador, con 232.669 millones de US$. Y como ha sido también frecuente, estos dos países presentan superávit en los tres años (a excepción de un muy ligero déficit de México en uno de ellos). El grado de industrialización, el autoabastecimiento de distintos rubros y su desarrollo en comercio exterior, así como entre otros elementos el impulso de algunas ramas de producción de alta tecnología, se encuentran en la base de estos resultados.
El desempeño de Venezuela como es conocido está altamente condicionado por las ejecutorias petroleras y sus precios en particular, presentando para los mismos tres años exportaciones por 97.340 millones de US$, 89.000 millones de US$ y 81.915 millones de US$. Las exportaciones distintas a petróleo han tenido considerable decaimiento, en un contexto de desinversión, quiebra de empresas y ausencia de políticas adecuadas.
En segundo lugar lo que concierne a Deuda externa. Esta no ha dejado de crecer –manteniendo los casos fuertes de Brasil y México- aunque en términos relativos –y como tendencia- su representación en el producto o en las exportaciones ha disminuido. La deuda externa bruta ha pasado de 665.855 millones de US$ en 2005, 1.100.159 millones de US$ en 2011 a 1.230.241 millones de US$ en 2014 para América Latina y el Caribe.
En el caso de Venezuela se trata de 46.427 millones de US$ para 2005, 97.888 millones de US$ para 2011 y 110.485 millones de US$ para 2013 (no se registra información para 2014). Se trata –a pesar de lo parcial de la información y que abarca solo deuda externa- de una economía crecientemente endeudada en pleno periodo de precios altos del petróleo.
En tercer lugar, la inversión extranjera. A pesar de los permanentes resabios analíticos en algunos políticos y analistas, los aportes que la literatura le destaca a la inversión extranjera se repiten desde 60 o 70 años atrás. Se trata de la Inversión extranjera directa neta y que habría alcanzado para América Latina y Caribe a 57.681 millones de US$ en 2005, 127.099 millones de US$ en 2011 y 122.226 millones de US$ en 2014. Hay que destacar el porcentaje significativo que Brasil ha venido captando de esta inversión extranjera.
En el caso de Venezuela los resultados para inversión extranjera directa neta serian bastante bajos alcanzando a 1.422 millones de US$ en 2005, -2.032 millones de US$  en 2006, 1.587 millones de US$  en 2007,  45 millones de US$  en 2008, -4.374 millones de US$ en 2009, -1.462 millones de US$ en 2010, 4.919 millones de US$ en 2011, 756 millones de US$ en 2012, 2.364 millones de US$ en 2013 y 1.000 millones de US$ en 2014. Como se observa, la evolución venezolana en esta variable es bastante deficiente, teniendo años con resultados negativos y, en otros, montos bastante bajos. La evolución en este caso está también afectada por los desestímulos de inversión, las condiciones jurídicas y de afectación de los derechos de propiedad así como una economía con un control de cambio férreo y con controles en precios de bienes y restricciones para el desempeño interfactorial  -particularmente en limitaciones en el factor trabajo-.

@eortizramirez

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