PROFESOR EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ
Se espera siempre con interés la
aparición en diciembre del Balance
Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe de la CEPAL (ONU 2014, Chile). Del
correspondiente a 2014, en lo que
corresponde a su anexo estadístico comentamos grupos de información del sector externo -de los tantos que
incluye- sobre los países de la región. Tales comentarios son breves y no
necesariamente corresponden al informe de la CEPAL.
En primer lugar,
veamos el caso del comercio. Para
los años de 2012 a 2014 las
exportaciones de bienes de América
Latina y el Caribe tuvieron una evolución de relativo estancamiento pasando
de 1.123.389 millones de US$ en 2012,
1.119.154 millones de US$ en 2013 a 1.109.255 millones de US$ en 2014. Los
niveles de importaciones de bienes se ubican en niveles similares y
específicamente en 1.081.150 millones de US$, 1.107.387 millones de US$ y 1.096.701
millones de US$ para los mismos años. En este relativo estancamiento se debe
destacar el magro o bajo crecimiento en el caso de las economías más avanzadas,
disminuciones de sus niveles de demanda y en el de economías emergentes como
China, así como variaciones en precios de algunos commodities. Como se
observa existe un superávit comercial en
el Balance de Bienes en los tres años. Como ha sido ya tradicional México
es el principal exportador de bienes con 399.449 millones de US$ para 2014 y Brasil,
el segundo exportador, con 232.669 millones de US$. Y como ha sido también
frecuente, estos dos países presentan superávit en los tres años (a excepción
de un muy ligero déficit de México en uno de ellos). El grado de
industrialización, el autoabastecimiento de distintos rubros y su desarrollo en
comercio exterior, así como entre otros elementos el impulso de algunas ramas
de producción de alta tecnología, se encuentran en la base de estos resultados.
El desempeño
de Venezuela como es conocido está altamente condicionado por las
ejecutorias petroleras y sus precios en particular, presentando para los mismos
tres años exportaciones por 97.340 millones de US$, 89.000 millones de US$ y 81.915
millones de US$. Las exportaciones distintas a petróleo han tenido considerable
decaimiento, en un contexto de desinversión, quiebra de empresas y ausencia de
políticas adecuadas.
En segundo lugar lo que
concierne a Deuda externa. Esta no ha dejado de crecer –manteniendo los
casos fuertes de Brasil y México- aunque en términos relativos –y
como tendencia- su representación en el producto o en las exportaciones ha disminuido. La deuda externa bruta ha pasado de 665.855
millones de US$ en 2005, 1.100.159 millones de US$ en 2011 a 1.230.241 millones
de US$ en 2014 para América Latina y el Caribe.
En el caso
de Venezuela se trata de 46.427 millones de US$ para 2005, 97.888
millones de US$ para 2011 y 110.485 millones de US$ para 2013 (no se registra
información para 2014). Se trata –a pesar de lo parcial de la información y que
abarca solo deuda externa- de una economía crecientemente endeudada en pleno
periodo de precios altos del petróleo.
En tercer lugar, la inversión
extranjera. A pesar de los permanentes resabios analíticos en algunos políticos
y analistas, los aportes que la literatura le destaca a la inversión extranjera
se repiten desde 60 o 70 años atrás. Se trata de la Inversión extranjera
directa neta y que habría alcanzado para América Latina y Caribe a 57.681
millones de US$ en 2005, 127.099 millones de US$ en 2011 y 122.226 millones de
US$ en 2014. Hay que destacar el porcentaje significativo que Brasil ha venido
captando de esta inversión extranjera.
En el caso
de Venezuela los resultados para inversión extranjera directa neta
serian bastante bajos alcanzando a 1.422 millones de US$ en 2005, -2.032 millones
de US$ en 2006, 1.587 millones de US$ en 2007, 45 millones de US$ en 2008, -4.374 millones de US$ en 2009, -1.462
millones de US$ en 2010, 4.919 millones de US$ en 2011, 756 millones de US$ en
2012, 2.364 millones de US$ en 2013 y 1.000 millones de US$ en 2014. Como se
observa, la evolución venezolana en esta variable es bastante deficiente,
teniendo años con resultados negativos y, en otros, montos bastante bajos. La
evolución en este caso está también afectada por los desestímulos de inversión,
las condiciones jurídicas y de afectación de los derechos de propiedad así como
una economía con un control de cambio férreo y con controles en precios de
bienes y restricciones para el desempeño interfactorial -particularmente en limitaciones en el factor
trabajo-.
@eortizramirez
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