Douglas BECERRA S.
Las ciencias sociales ha segmentado la sociedad en tres
partes: económica, social y política, con una finalidad pedagógica que también
le permite tener una mejor comprensión de
la complejísima dinámica social, que por su propia naturaleza en
entrópica. Dentro de está concepción la economía es el piñon vector que
determina el ritmo y dirección de la sociedad a través del proceso de
acumulación. Las ramificaciones e interconexiones entre cada uno de los sector
son infinitas y en algunas veces invisibles, porque la sociedad conforma una
estructura amalgamada
Venezuela es un país que vive un “PROCESO DE DECADENCIA ECONÓMICA”
claro desde inicios de la década de los 80 (casi 40 años) y ahora nos encontramos
en el limite de ese oscuro proceso que puede conducirnos a una nueva Guerra
Civil (quizás ya podamos estar dentro de ella). Las causas y detalle de por qué
entramos y aun no hemos podido salir de este profundo hoyo económico son múltiples y complejas,
pero todas emergieron de la decadencia moral que empezó a sufrir la sociedad a
mediados de los 70 con la idea de riqueza fácil a través un contrato
gubernamental.
En este cortísimo ensayo sólo pienso abordar los 5 elementos
económicos principales que a mi juicio condujeron al fracaso de la economía
venezolana en estos 40 años, siendo consciente
de existen otras causas tanto económica
como de otra índole que nos han llevado
hasta este penoso y lamentable estado social dada la infinita potencialidad de
Venezuela.
ELEMENTOS ECONÓMICOS QUE DETERMINARON EL
FRACASO DE LA ECONOMÍA VENEZOLANA
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IV Rep.
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V Rep.
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Política Económica de Corte Populista
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Mito de los Precios del Petróleo Creciente
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Control de Cambio (CADIVI, OTAC, RECADI)
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Corrupción sobre los Recursos del Estado
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Saqueo de los
Recursos del Estado
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Transición al Modelo Productivo Socialista
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La IV y la V Republica económicamente no difieren mucho desde
el punto de vista económico. En buena
medida siguen la misma dinámica, en particular porque centraron su política económica
en el desarrollo y profundización de un “Proceso Populista”. Las dos únicas
diferencias en este punto es el grado de paroxismo que alcanzó en la última
década y las transferencias directas estuvieron dirigidas a comprar y sostener una
lealtad política a un líder mesiánico de acuerdo a la estructura de comunicación
goebbeliana adelantada por el gobierno.
En forma histórica la estructura política ha centrado su
discurso en una “Relación Estado Sociedad” donde “La Sociedad vive del Estado y no
el Estado vive de la Sociedad”; esto ha permitido tratar de darle
legitimidad a la inculcación muchos derechos sociales a través del discurso de la “Bondad del Estado hacia los Pobres”.
La IV y V República aman a los pobres y ven en ellos su base de sustento
político por lo que han desarrollado políticas de corte asistencialista que no
producen un cambio estructural entre las clases sociales. A pocos años del
bicentenario de nuestra independencia (2021), nunca habíamos tenido una
pauperización tan acelerada de nuestra sociedad y niveles tan altos y agudos de
pobreza y miseria evidentes en todo el territorio nacional.
La visión populista de la política económica se basó en el
mito de ”Los Precios del Petróleo Creciente”, desde hace más de 40 años
las distintas estrategias de crecimiento del Estado Venezolano se montaron
sobre este supuesto. Distintos planes de desarrollo económico y social del país se han basado en él, en particular:
La Gran Venezuela, Líneas Generales del Plan Nacional de Desarrollo Económico y
Social de la Nación 2001-2007 (Venezuela Construye su Camino), Proyecto
Nacional Simón Bolívar (1º. Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de
la Nación 2007-2013) y el Plan de la Patria (2º. Plan Socialista de Desarrollo
Económico y Social de la Nación 2013-2019).
Estos planes se toparon con la pared de la realidad; el mercado
petrolero es estocástico, en la medida que se incrementa el precio del
petróleo disminuye la demanda y aumenta su oferta. Esto es por el deseo de tener una
mayor eficiencia en el consumo de energía y se incentiva el uso de fuentes
alternas, así como aumentan los incentivos para hallar nuevos yacimientos que serán
productivos en algunos años. El mercado petrolero es altamente especializado y
sofisticado, que se maneja por márgenes muy reducido y funciona por volúmenes, que
ha llegado a hacer que el combustible sea más barato que una botella de un
litro de agua potable que se distribuye comercialmente.
Cuando el precio del petróleo bajaba se cubría la caída del
ingreso con endeudamiento externo y la esperanza de una pronta alza. El inconveniente
es que el período en que el precio del petróleo se mantuvo bajo duro aproximadamente
20 años, y la economía venezolana se estancó entre la década de los 80 y 90; olvidamos
la lección y en el 2005 se adelantó un modelo de transferencia directa con el
calificativo de
Socialismo del Siglo XXI que se sostenía bajo el supuesto de que los precios del petróleo serían crecientes hasta que no se incrementaron a partir del 2010 y en el 2014 estalló la burbuja de los precios del petróleo y la irresponsabilidad económica del gobierno presidido por N. Maduro nos ha llevado a esta penosa crisis social.
Socialismo del Siglo XXI que se sostenía bajo el supuesto de que los precios del petróleo serían crecientes hasta que no se incrementaron a partir del 2010 y en el 2014 estalló la burbuja de los precios del petróleo y la irresponsabilidad económica del gobierno presidido por N. Maduro nos ha llevado a esta penosa crisis social.
El estancamiento de nuestra economía se puede decir que es
estructural, tenemos un crecimiento promedio en los últimos 40 años de 1,2%
interanual. En conclusión es una economía que se empobreció lenta pero
constantemente, hasta entrar en picada libre
a partir del 2014 - el BCV ya casi no publica cifras- y nuestro PIB se
ha reducido en aproximadamente 25% hasta la fecha (2017) debido fundamentalmente
a los efectos del cambio del modelo productivo comunal (Planteado en los Planes
Socialistas), al saqueo que ha sufrido la economía venezolana en los últimos 10
años a través de CADIVI y la
inestabilidad política que se vive en el país.
Les digo a mis estudiantes que el “Control de Cambio” quebró
a la IV y V República. RECADI, la OTAC (Oficina Técnica de Administración
Cambiaria) y CADIVI han sido tres instituciones con que el Estado ha desarrollado
su política cambiaria y ha sido la cornucopia o manantial de la riqueza para
los que han coqueteado y simpatizado con el gobierno de turno. Dentro de los
controles de cambio la corrupción ha sido corriente, pero con CADIVI Venezuela ha
visto un aquelarre de corrupción y la impunidad.
Desde el punto de vista económico el Control de Cambio o el
Fetiche del Dinero por parte del Estado, es una política de corte Mercantilista
(Siglo XVII), siendo un sofisma económico de prosperidad que fue desmotando por la Teoría Cuantitativa
desarrolla por David Hume (1711–1776).
Sencillamente es imposible que un país se desarrolle a través de este tipo de
política por las infinitas relaciones que tiene el dinero en la sociedad y se
convierte en el eje de la descapitalización productiva de un país, al convertir
el mejor negocio de una economía el atentar contra la moneda nacional por el
sesgo importador que se genera.
Los efectos perniciosos del control de cambios sólo podrían
ser desarrollado en un trabajo especial sobre este tópico; pero pueden
sintetizarse en la siguiente frase: “dale
que son pasteles, cambia los bolívares por dólares; nunca perderás”. Afirmo que el control de cambio quebró a la IV
República e hizo lo mismo con la V; este punto tómenlo como el Último Teorema
de Fermat, es cierto pero no ha podido ser comprobado con claridad.
El aspecto de la “Corrupción en Venezuela” es una
verdad a voces, un delito sin delincuentes, donde sólo ha habido un condenado
noticioso durante los últimos 40 años, que fue el “Chino de CADIVI”. En un país
donde jueces y viceministros tiran dinero por las ventanas, y la contraloría
brilla por su ausencia y solo se pronuncia para inhabilitar a políticos de
oposición.
La corrupción es un freno al desarrollo por la filtración de
recursos de un Estado que le liga a la fuga de capitales, pero los niveles que
ha alcanzado en los últimos años llega al “Nivel De Saqueo”, solo comparable
con lo que se hizo en la Villa Real del Potosí entre los siglos XVI y XVII. En
un país sin crecimiento económico y que está prácticamente quebrado se estima
que un grupo de venezolanos tienen activos en el exterior un monto aproximado a
450 mil millones de dólares, inversiones en el país que no han sido realizadas.
Parafraseando a Lenin, en Venezuela se puede decir: “El saqueo, fase superior a la corrupción”;
y esto es lo que ha ocurrido en los
últimos años, donde al menos ha salido sin contrapartida en bienes y servicios,
1 de cada 3 dólares que ingresaron a la Nación.
El único elemento exclusivo que se le puede acreditar a la V
República de destrucción de la economía nacional, es el cambio al “Modelo Productivo Socialista”
que esta vagamente esbozado en el punto IV del Proyecto Nacional Simón Bolívar
(1º. Plan Socialista). En lo personal lo llamo “El Fracaso de Las Tres Pelotas”, debido a que así esta
explicado en la página 24 de este Plan, en el se ven tres pelotas que
representan a tres tipos de empresas:
Capitalistas Privadas, Capitalistas del Estado y Economía Social y se supone
que en el tiempo las Empresas Capitalistas se hacen más pequeña mientras las
Empresas de Economía Social y de Capitalistas de Estado incrementan su tamaño,
dando a entender que es su participación en la Economía Nacional.
Hay que señalar que tanto en los Planes Nacionales Simón
Bolívar y Patria, no se define claramente qué es el Modelo Socialista Bolivariano
que se quiere alcanzar, pero está perfectamente establecido el ataque por parte
del Estado a las Empresas Capitalistas. Los puntos 2.1.5 y 2.16 del Plan Patria
(2º. Plan Socialista) están centrados en la “conformación del modelo de gestión socialista” y el “fortalecimiento del sistema de distribución
directa de los insumos y producto”, esto último ha de entenderse como el
germen de lo que popularmente se llama el bachaqueo y bolsas Clap.
Lo que se ha hecho desde el punto de vista del cambio del Modelo
Rentista Petrolero a otro Modelo Productivo Socialista, capaz de generar
riqueza y bienestar para la población, más bien parece que nos estamos
encaminando a un “Modelo Primitivo de Recolección” que se podría definir como de
“Rebusque
y Bachaqueo”; porque no se ve y siente un empuje importante en algún
sector económico particular. El plano político ha opacado plenamente al
económico, y pareciera que el gobierno intenta a toda costa alcanzar un control
político total, sin importarle la destrucción del aparato productivo nacional.
El desarrollo de una estructura productiva comunal que posee
un menor nivel de la productividad lleva a un menor nivel de salario real para
la sociedad, lo que ante las distorsiones que genera el sistema cambiario hace
imposible adquirir la canasta alimentaria normativa a un trabajador promedio
por la elevada relación que existe entre los precios de los alimentos y
productos para el hogar y los paupérrimos salarios que ha impulsado la política
económica actual.
Queda abierta la posibilidad que la destrucción del aparato
productivo nacional y la implantación del Modelo Primitivo de Recolección,
Rebusque y Bachaqueo, se esté implantando adrede a fin de alcanzar el control político de
la sociedad a través de la sumisión por hambre y necesidad.
La destrucción de la economía nacional se viene gestando
desde hace aproximadamente 40 años y en el último quinquenio este proceso se ha
acelerado significativamente a pesar de
todas las advertencias que se han hecho desde la academia y la intelectualidad
económica, puede ser considerado como un
crimen a la sociedad por los estragos que produce por el hambre (en
particular la infantil), la crisis de salud y la conflictividad social; lo que
hace la población del país es pervivir.
Venezuela fue una vez la 3º economía más grande de América
Latina ahora somos una de las economías más pobres de la región y con los
salarios más bajos, somos un desastre de crecimiento y desarrollo, y hemos
entrado en un período que lo denomino de “Gran Penuria”, sin un panorama claro y rápido de recuperación por
el enorme peso que tendrá el pago de la deuda externa del país que de forma
irresponsable se contrató en los últimos años para sostener una política de
corte populista y partidista.
Prof. Douglas BECERRA S.
Constructor de Pensamientos.
douglas.becerra@yahoo.com
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