sábado, 18 de agosto de 2018

AJUSTE MÁS ALLÁ DEL FOSO. Recibiendo nuevas distorsiones de precios y salarios en Venezuela.


AJUSTE MÁS ALLÁ DEL FOSO. Recibiendo nuevas distorsiones de precios y salarios en Venezuela.

EDUARDO ORTIZ RAMIREZ


PROLEGÓMENOS Y PUNTOS ÁLGIDOS

La administración bolivariana no tiene límites. Si estuviese inventando un programa heterodoxo, con rigor y seriedad, a lo sumo estaría distanciándose de sus intenciones “revolucionarias”, pues lo que estaría creando tendría más de capitalismo distorsionado y entrampado que de su proyecto societal, que cada día se distorsiona más. Pero ni son sus intenciones, ni es lo que logra presentar como propuesta, aunque sus resultados vayan a ser similares a lo que señalamos. Ni los dirigentes cubanos, ni los nicaragüenses y tampoco los bolivianos, han lidiado con problemas en una economía que en alrededor de 20 años recibió más de 1.2 billones de dólares en la administración bolivariana. Tampoco con una nación que, como Venezuela, era pujante y de progreso, dentro de todas las reservas que pudieran esgrimirse, al menos hasta mediados de los setenta e incluso -a pesar de todo-, todavía en los ochenta e inicios de los noventa[1].

De políticas propuestas, nuevos planes, acciones, operativos o comisiones, está suficientemente nutrida la administración bolivariana, independientemente de que unas u otros hayan sido menos exitosos u originales que los anteriores. Como puede colegirse, además, todo lo visto es obra del presidente HC y de su continuador el presidente NM. Mayores distorsiones, peores inventos pueden adjudicársele a este último, pero todo estaba en desarrollo debido a las acciones y tropelías de aquel.
El país no puede estar peor, ya pisó el foso hace rato, podría uno haber pensado; pero como se sabe, siempre se puede estar peor, se puede pasar más allá del foso, así se encuentre uno en la tierra como en el infierno[2]. Inundaciones, ciudadanos perdiendo sus casas –por ellas o por el hampa-, un puente histórico y fundamental trancado por daños derivados de la desatención, fallas de luz permanentes y largas, desabastecimiento de agua, abundancia de basura, delincuencia, inseguridad, desempleo, escasez de divisas/medicinas/bienes(comida)/efectivo, cierre frecuente de empresas, un pais desintegrándose por la migración que no cesa, problemas macroeconómicos en profundidad (inflación, déficit fiscal, dolarización informal) y la administración dedicada a analizar sus “éxitos” y los peligros de un magnicidio.

No podía tener esto otro desenlace que escuchar al presidente NM señalar que habían fracasado, para inmediatamente decir, pero ahora si tenemos un plan, ahora si llegó el momento de acabar con las mafias y la supuesta guerra económica[3] de la cual su administración ha sido víctima. “Los modelos productivos que hemos intentado hasta ahora han fracasado y la responsabilidad es mía, es nuestra, no podemos echarle la culpa a la Santísima Trinidad” (www.aporrea.org 31 de julio 2018). Es más, pidiendo se acaben las excusas y la asignación de culpas “al imperialismo” por la crisis por la que atraviesa Venezuela[4] señaló: “Basta ya de lloriqueo frente al imperialismo, nos toca a nosotros producir con bloqueo o sin bloqueo” (esto fue ante los delegados del congreso pesuvista; www.aporrea.org 31 de julio 2018).

Se trata incluso de un escenario, donde la administración ha terminado “aliándose” indirectamente con algunos de sus victimarios. Es el caso de Dólar Today, acusada por distintas vías por la administración, pero que ha terminado brindándole a la misma, junto a otros portales, los caminos directos e indirectos para el conocimiento del -en otros tiempos< innombrable o mercado negro o paralelo del dólar. Ya lo hizo de manera categórica con las medidas de 17 de agosto de los corrientes (donde se termina asumiendo un tipo de cambio de 6.000.000 Bs F por $) y lo había venido haciendo con el reconocimiento de niveles de tipo de cambio cercanos al paralelo, para las remesas. Este escenario de las remesas se convierte en un primer punto álgido de los recientes, dados los movimientos migratorios, así como también pasa a ser uno de los elementos hasta ahora de poco éxito para la administración bolivariana. Libre convertibilidad, mecanismos transparentes, escenarios de confianza y seguridad en que las pérdidas o los pagos por servicios son del menor nivel aceptable, son parte de un variado conjunto de elementos que dependen de una nación, una administración o un país, para poder hablar de registros, beneficios y magnitudes claras de remesas. De resto, en escenarios cambiantes,  confusos y de controles itinerantes, más aun en un escenario de impulso de transacciones digitales y mecanismos variados de envío y transferencia, se hace poco controlable la cuantía y dinámica de las remesas. Parte de la crisis de divisas de la administración, no consigue entonces fáciles vías por acá.

Otro asunto atinente a las insuficiencias de la administración, es indudablemente parte de la dinámica fiscal que ha acumulado una administración populista (donde ha medrado la discrecionalidad, la corrupción y el desafuero en gastos de representación, disfrute y otros tipos), es el concerniente –segundo punto de los álgidos recientes- a los posibles y necesarios aumentos en el precio de la gasolina. Las ideas sobre que podíamos vivir incluso con niveles bajísimos en el precio del barril de petróleo, como llegó a afirmar el presidente Chávez o que tenemos que disfrutar la gasolina porque somos un país petrolero, hoy día no son sostenibles con una administración y un país con una crisis profunda. Todo aumento de la gasolina, en el actual contexto hiperinflacionario, va a ser grandemente inflacionario, más aún si se habla de precios internacionales[5] y debe significar un abandono de un elemento fuerte del populismo. Así, después de numerosas y variadas inquietudes, el presidente NM afirma que es para después del 20 de septiembre y que no hay apuros.

Un tercero de los puntos álgidos tenidos recientemente atañe a la escasez de efectivo. Persiste la administración en no resaltar o enfrentar públicamente el hecho de que, aparte de las mafias multiformes que existen en el país sin ser ni sola ni necesariamente de la oposición o el imperialismo -o la supuesta conspiración colombiana-, son los propios ciudadanos, convertidos en bachaqueros, o en simples agentes ejecutores de estrategias de salvación, los que también acumulan y negocian con el efectivo que se ha convertido en una mercancía que es vendida en tres, cuatro o cinco veces su valor y que permite, además, conseguir la comida más barata. Es parte de estos determinantes, los impulsores de colas de numerosos desempleados o fugitivos de sus trabajos (buscando efectivo del segundo cono monetario, que se seguirá vigente hasta que se extinga su circulación), con tiempo de entre tres o cinco horas. Esa es la realidad de una economía o sociología de la calle que se puede encontrar también hoy en Venezuela.


EL PROGRAMA

El pasado 25 de julio la administración bolivariana puso en curso el Programa de Recuperación Económica, Crecimiento y Prosperidad, nuevamente  con el propósito de  enfrentar la guerra económica. Y el 17 de agosto de los corrientes, el presidente NM señaló: “Pido a todas y todos los venezolanos máximo apoyo al Programa de Recuperación Económica, Crecimiento y Prosperidad. Exijo al Equipo Económico explicar bien a nuestro pueblo cada acción que se estará implementando a partir del próximo #20Ago (@NicolasMaduro). Es impresionante que, en la situación que hemos destacado para el país, ni del lado de la administración, ni del lado de la nación haya habido mayores elementos de discusión de tal Programa, aunque ciertas reacciones merecen destacarse.

Desde julio de los corrientes venían señalándose medidas como:

a) La reconversión monetaria,  que arrancará el próximo 20 de agosto  con la circulación y emisión del nuevo Bolívar Soberano, del nuevo cono monetario, con anclaje al Petro; teniendo como componentes el cambio del cono monetario y la reducción de 5 ceros a la moneda venezolana. b) Decreto sobre ilícitos cambiarios con el propósito de incentivar y permitir la inversión en moneda extranjera y eliminar las barreras de tales ilícitos correspondientes a otros tiempos. c) Entrega a través de PDVSA de un bloque completo de reservas petroleras certificadas  (Bloque Ayacucho II, área Ayacucho de la Faja Petrolífera del Orinoco consistente en 29 mil 298 millones de barriles petroleros) como parte de la emisión de activos financieros y de las reservas financieras del BCV. d) Decreto para exonerar de impuestos y de gravámenes a la importación de todo los bienes de capital, materia prima, insumos, agro insumos, repuestos, maquinarias y equipos, así como productos manufacturados según códigos arancelarios a emitirse en los respectivos ministerios e instituciones tributarias del país, por un periodo de un año. e) Censo Nacional del Transporte en todas sus modalidades (sector privado y personal, motos, carros, a todo el sistema de transporte: moto taxis, taxis, carritos por puesto, autobuses, y todo el transporte de carga, desde encomienda hasta el gran transporte de alimentos, bienes y servicios) (http://www.vtv.gob.ve/ 17 de agosto 2018).

Una opinión contundente después de los anuncios del 25 de julio fue la del presidente de Conindustria, Juan Pablo Olalquiaga, quien indicó que la ley de ilícitos cambiarios debía ser desmontada y no modificada. "Las medidas que anunció Maduro son una payasada. Hay que desmontar por completo la ley de ilícitos cambiarios, no anunciar que la van a modificar sino desmontarla". Aseguró, además, que los anuncios que realizó el presidente Nicolás Maduro en materia económica, el día 25 señalado, no tenían sentido, ya que el Petro no tenía valor comercial y estaba sancionado por Estados Unidos. "Estos gobernantes carecen de credibilidad y capacidad para resolver algo, por lo que reitero que esas medidas son una payasada. Lo previsible es que habrá más inflación" (www.el-nacional.com 26 de julio 2018).

Llegados al mismo 17 de agosto y dada la petición del presidente, debe señalarse que el Programa se convirtió -o insistió el Presidente-  en 7 medidas:

1.- “El petro ha sido fijado su valor en dólares en (…) 60 dólares o más, es el precio del barril petróleo. Ahora el petro va a anclar el precio del bolívar soberano y cada petro tendrá un valor de 3.600 bolívares soberanos”, lo que implica una tasa de cambio de 60 bolívares soberanos por dólar”. 2.-  Aumento y el anclaje de los salarios y pensiones al petro. “He fijado el salario mínimo, las pensiones y la base del salario para todas las tablas salariales del país en base a medio petro, 1.800 bolívares soberanos (equivalen a 180 millones de bolívares actuales)”. 3.- La administración asumirá durante 90 días todos los salarios de las PYMIS del país y de todo el sector privado: “tengo los recursos, si no pueden avísenme, pero no voy a aceptar que me aumenten los precios porque aumentaron los salarios”. 4.- Habrá un solo tipo de cambio, que estará anclado al petro durante 90 días y que fluctuará con todo el resto de monedas (dólares, euros, yuanes, etc.). “Elevaremos la frecuencia de subastas ente Dicom con tres subastas semanales de oferta de divisas convertibles en general, con la meta en 60 días de llegar a una por día y jugar claro duro y directo en el sistema cambiario venezolano para tener un solo tipo de cambio definitivamente y matar al dólar criminal, sepultarlo”. 5.- Incremento del IVA de 12 a 16% y la recaudación del ISLR a una frecuencia semanal. También un Impuesto a las Transacciones Financieras de hasta 2% para a los 133 mil contribuyentes especiales del país. 6.- Emisión de un bono para los beneficiarios del carnet de la patria. “A través del carnet de la Patria a partir del lunes 20 un bono de reconversión económica de 600 bolívares (soberanos) a diez millones de carnetizados”. 7.-  Incremento en el precio de la gasolina, sin pormenores sobre cuándo se realizará el mismo y señalando que “no tiene prisa” por los cambios, que podrían ser paulatinos. Extendiéndose hasta el 30 de agosto el censo de transporte (solo se podrá comprar gasolina con el Carnet de la Patria) (www.noticierodigital.com 17 de agosto 2018; www.eluniversal.com 17 de agosto 2018).


CONSIDERACIONES FINALES

Es llamativa la insensibilidad de la administración bolivariana, ante los estragos que produce y seguirá produciendo la hiperinflación que ya alcanza a 100% mensual[6] y que conduce indefectiblemente a más allá del foso, con la destrucción de patrimonios familiares y empresariales. Uno de sus determinantes, la dolarización informal sigue avanzando y extendiéndose, ahora incluso con la alegría y anuencia –por algunas vías como las señaladas más arriba- de la administración para la implementación de este “nuevo” programa. Esta última persiste en no estructurar una firme política antinflacionaria. Nada se menciona sobre reducción del gasto público dentro del populismo y correspondientemente sobre reducción en la monetización del déficit, que más temprano que tarde -por variadas razones- volverá a presentarse. El petro además no es una expresión monetaria que genere solvencia e ingresos, como los que ha aspirado la administración y la base de ello es que no ha ampliado o generado confianza en los agentes económicos diversos.

Otros elementos de las medidas son igualmente inflacionarios y destructores de patrimonios. Es el caso del bestial aumento del salario mínimo; independientemente de las iniciales simpatías que pueda generar, se trata de pasar de 3 millones a 180 millones visto en términos del cono que ahora, también, entrará en fase de transición hacia la extinción. Ese es un primer efecto por la vía del cierre de empresas y quiebra de negocios,  según es la distorsión o las insospechadas distorsiones que se van a estructurar en los salarios relativos, pues siguen los eslabones de todos los que reciben sueldos y salarios. Ni que decir con los nuevos precios relativos de bienes de sustento y atención, cuyo disparo será automático a este bestial aumento de salario, a pesar del amable financiamiento que ofrece la administración para las pequeñas y medianas empresas. Paternalismos y populismo, no productividad ni estrategia de desarrollo.

Una administración en entendible pero no justificada quiebra, que tiene entre sus responsabilidades la disminución dramática de la producción petrolera[7], asume además una actitud meramente fiscalita dados su requerimiento de recursos. ¿Son adecuados y convenientes estos impuestos que se aumentaran o ejecutaran? ¿Sus repercusiones también son inflacionarias? ¿Qué estrategias se tienen sobre ellos? En fin, nada claro. Solo que se trata de una administración requerida de recursos y divisas, que incluso persiste en querer mantener el DICOM II que no ha sido precisamente exitoso pero -eso si- generador de privilegios y discrecionalidades.

El programa presenta medidas disímiles, es de dimensión coyuntural y está afectado por el estatismo y el populismo pero, además, en el caso de lo atinente a la gasolina, presenta un matiz que nunca logrará explicar aceptablemente la administración bolivariana y es  que presiona para homogeneizar a grupos humanos, con la idea de que si no se incorporan al registro claramente politizado del caso, el ciudadano no será beneficiado por el subsidio a tal combustible.

La administración con este programa realmente vuelve sobre sus andadas, lo dramático es que, en este caso, como ha venido sucediendo crecientemente, la situación de la economía y la nación están en un estado de mayor destrucción e incertidumbre.


@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com



[1] Cualquier imprecisión ya casi es perdonable, dados los excesos y desafueros vistos en 20 años de “revolución bonita”
[2] Es valida la analogía con la obra cinematográfica As Above, So Below.
[3] Aunque como señalamos, ha sumido recientemente un perfil más suave, no ha sido infrecuente este planteamiento en su discurso.
[4] Pese a ser parte del discurso oficial, el responsabilizar a las sanciones y el bloqueo de Estados Unidos como la causa de los males económicos del país.
[5] ¿El más alto, un promedio? En fin, cosas por definir
[6] H. García Larralde, Oye campanas, pero no sabe dónde…
[7] Con un nivel de producción para meses recientes, no fuertemente sobre el millón de barriles diarios.

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