martes, 28 de agosto de 2018

Trump: señales contradictorias

Trump: señales contradictorias, 

por Félix Arellano

felixarellano50@yahoo.com

Como era inevitable las señales contradictorias desde el gobierno de Donald Trump están creciendo significativamente. En el plano internacional, la agenda se mantiene rígida tanto en el discurso, como en las propuestas; empero no se observan mayores avances. En el plano interno, las alarmas vinculadas a un posible juicio político (impeachment) se están incrementando, cuando algunos de sus inmediatos colaboradores van a prisión o negocian la reducción de sus sentencias; lo lamentable es que pareciera que Estados Unidos los grupos defensores de la democracia y los derechos humanos también se presentan fragmentados y débiles.
El radicalismo y la agresividad en la política exterior de Trump no han menguado, por el contrario, se intensifica e incluye a viejos y tradicionales socios como Canadá y Alemania; pero, los efectos negativos para el país y para la libertad ya se sienten. La guerra comercial, basada en el incremento de aranceles a un buen número de viejos socios comerciales como la Unión Europea, México, Canadá y principalmente China; está generando, entre otros, reciprocidad de sanciones a exportaciones norteamericanas eficientes, particularmente en el sector agroindustrial; también se incrementan las demandas contra Estados Unidos en el marco de la Organización Mundial del Comercio.
En el caso de México, otro tema bandera en el populismo de Trump, no parece lograr sus objetivos; el apasionado proyecto del muro se desvanece; el rechazo al Tratado de Libre Comercio (TLC) avanza en la fragmentación de la zona, pues se esperan acuerdos bilaterales, sin mayores avances en su funcionamiento y con potenciales efectos negativos para los productores norteamericanos. El rechazo al libre comercio y al multilateralismo comercial, como el retiro del Acuerdo Transpacífico, está facilitando el ascenso hegemónico de China en el mercado mundial.
La aspiración de avanzar con rapidez en la negociación con Corea del Norte, se empieza a estancar, de hecho se postergó un nuevo encuentro de los cancilleres. Es evidente que el joven dictador coreano no es muy confiable y la desnuclearización de la península exigirá a cambio, entre otros, el retiro de las tropas norteamericanas, decisión muy delicada para el resto del Asia, temerosa del expansionismo chino.
La estrategia de fragmentar la Unión Europea, que avanza de la mano de Steve Bannon y su proyecto de conformar la “Internacional de alt-right”, unificando los movimientos de ultraderecha europeos con una agenda de xenofobia, exclusión y contra la integración;está debilitando un gran aliado en la defensa de la democracia y la libertad, en beneficio de los autoritarismo como Turquía y, en particular, a Putin que promueve la estrategia del caos a nivel internacional.
En el plano interno las alarmas crecen, cuando ya fue condenado Paul Manafort, exjefe de campaña de Trump, muy preocupante que Michael Cohen, abogado personal, ha aceptado la culpabilidad en varios delitos que pueden involucrar al Presidente; más recientemente Allen Weisselberg, gerente financiero del grupo Trump, negocia inmunidad para colaborar en las investigaciones abiertas, todas girando en torno a Trump, quien acentúa los duros ataques tanto a los demócratas, como a Jeff Sessions Secretario de Justicia, y a Robert Mueller investigador especial para el caso de “rusiagate”.
Como parte del talante autoritario del Presidente Trump, pareciera que está repitiendo la equivocada estrategia de Richard Nixon en el caso del Watergate, basada en la tesis que la mejor defensa es el ataque y la mentira y, en tal sentido, está enfrentando los medios de comunicación, el poder judicial y a los políticos, promoviendo polarización y conflicto con el objeto de cerrar las investigaciones.
Por otra parte, resulta lamentable que un pueblo polarizado, radicalizado y fanatizado se mantenga fiel a un falso discurso y que los defensores de la democracia y los derechos humanos por amedrentamiento, persecución, divisiones y personalismos pierdan fuerza y espacios.
En tal sentido resulta prioritario trabajar a escala nacional e internacional para lograr unidad, organización, creatividad, coherencia para enfrentar el proceso populista y autoritario que avanza contra la democracia y los derechos humanos en el mundo

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