Caldera en los EEUU: 54 años después
Caldera, demostró en su
discurso; al estadista que fue, con una gran oratoria, denso en sus palabras y
esa auctoritas que tuvo tanto desde el punto de vista ético, intelectual y
político
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JESÚS E.
MAZZEI ALFONZO
06/06/2024 05:00 am
El pasado lunes 3 de junio, se recuerda una importante visita de estado,
de ejercicio efectivo y con claro sentido estratégico, de diplomacia
presidencial, la del Dr. Rafael Caldera, de naturaleza bilateral como fue la
que se hizo a los Estados Unidos entre el 2 al 4 de junio de 1970, hace 54
años. Está visita tuvo una agenda intensa bilateral y multilateral, la
cual consistió entre otros asuntos: dos sendos discursos hechos por el Dr.
Caldera, uno, en la OEA, ante los miembros permanentes de la organización
multilateral y otro, una de los más importantes, su discurso ante el Congreso
de los Estados Unidos, que lo recibió en sesión conjunta de ambas cámaras y
expresado en inglés. Un discurso realizado sin ayuda memoria, notas y en inglés,
siendo el segundo presidente venezolano en ser recibido por el Congreso de los
Estados Unidos, pero con la diferencia que esta vez fue de ambas cámaras en
forma solemne, recibieron al Presidente venezolano. En este sentido, Caldera,
demostró en su discurso; al estadista que fue, con una gran oratoria, denso en
sus palabras y esa auctoritas que tuvo tanto desde el punto de vista ético,
intelectual y político, que es importante para cualquier político, que desea
dignificar este noble oficio y que mostraba el grado de madurez institucional y
modernización del país en aquel momento.
La visita tuvo entre otros importantes aspectos que recordar, reuniones
de trabajo con Richard Nixon, Presidente de los Estados Unidos, Henry
Kissinger, y William P. Rogers (que eran unos políticos duros y que jugaban el
hard power en las relaciones internacionales), una recepción de Estado en la
noche el día de 2 de junio, una rueda de prensa en el National Press Club; en
Washington; una importante reunión con empresarios petroleros en Texas, en su
última etapa de la gira el día 4 de junio, entre otros puntos hoy hace 54 años,
porque el tema petrolero fue parte importante de la agenda conversaciones con
su homólogo estadounidense y empresarios del área..
Ahora bien, el discurso de Caldera, que trato sobre el nuevo Trato
Hemisférico y las nuevas relaciones interamericanas, al cual deseo referirme en
concreto tuvo varios aspectos, uno la defensa de los valores éticos y prácticos
de la democracia, como valor de vida y orden político “…Es interesante señalar
esta larga y continua vitalidad, porque a veces se quiere justificar otros
sistemas con el argumento de la duración. Hay quienes se dejan deslumbrar ante
la prolongación de sistemas surgidos por la violencia y mantenidos por la fuerza,
los cuales, en definitiva, sólo producen obras efímeras, destruidas por el
movimiento pendular de las contradicciones históricas, En cambio, el sistema
democrático ha probado su capacidad de permanecer en medio de las vicisitudes y
adaptarse a nuevas necesidades y a nuevas ideas…”. Además, el nuevo trato
hemisférico que debe buscar America latina y los Estados Unidos, “… Ustedes han
comprendido que una sociedad libre para sobrevivir y justificar su
supervivencia, debe esforzarse en impedir que una gran parte de ella, aun
minoritaria, vegete en la pobreza y en el subdesarrollo cultural. Así mismo, en
la comunidad de naciones, y concretamente en este hemisferio, para asegurar la
paz y garantizar la libertad tenemos que esforzarnos en cerrar la brecha cada vez
mayor entre la opulencia y la miseria, entre el desarrollo fantástico de la
tecnología y el subdesarrollo…”.
Conviene a este respecto señalar un aspecto importante de la relación de
los términos de intercambio asimétricos que tenía Venezuela en aquel entonces
con su principal producto de exportación: el petróleo “… Venezuela, por
ejemplo, exporta petróleo. Nuestra economía depende en gran parte de nuestras
exportaciones petroleras. Cualquier decisión relativa al acceso del petróleo
venezolano al mercado norteamericano repercute enormemente a nuestras
posibilidades de vida y desarrollo. Durante el último decenio, la posición
relativa de nuestro petróleo en los Estados Unidos ha ido sufriendo deterioro.
Nuestro pueblo no puede entender que se nos haga objeto de trato
discriminatorio. En las situaciones de peligro que ha atravesado el mundo, y en
particular este hemisferio, la seguridad del suministro de combustible por
parte de Venezuela ha constituido la mejor garantía de la disponibilidad de
energía para las confrontaciones decisivas. Por otra parte, las divisas
producidas por nuestras exportaciones han sido base para nuestra estabilidad
monetaria. Ellas han permitido ofrecer al comercio exterior una aportación
importante. Para los Estados Unidos somos, a pesar de nuestra modesta
población, el tercer cliente en el ámbito americano y el noveno en el ámbito
mundial. Un trato justo, no discriminatorio, que asegure la presencia firme del
petróleo venezolano en el mercado norteamericano y una participación razonable
en su expansión, rebasa los términos de un simple arreglo comercial. Es
condición del cumplimiento de los programas de desarrollo de un país vecino y
amigo y clave de orientación de las relaciones futuras entre los Estados Unidos
y la América Latina…” y después al final remata “…Por lo contrario, sabemos
firmemente que una nueva, vigorosa y fructífera relación hemisférica, impulsada
por el valiente rechazo de todo la que el pasado puede obstruir los justos
términos de intercambio, será la mejor contribución de este hemisferio por la
paz mundial…”
Caldera un año después de este discurso, denunciará el Tratado Comercial
con los Estados Unidos, en 1971, y se profundizará, una política económica
internacional moderna y con visión de futuro, que buscará incorporar a
Venezuela, al Grupo Andino (nuestro mercado natural además del estadounidense)
y fomentar nuestras exportaciones no tradicionales, como con acierto se hizo en
aquel entonces. Con una diplomacia hecha con prudencia, mesura y realismo, sin
estridencia e insultos. Con ese fin, recalca cuatro de sus principios rectores
de la política exterior que irradiaron su contenido en aquel momento en los
próximo decisores: la justicia social internacional, Nacionalismo Democrático,
Solidaridad Pluralista y el Bien Común, ejecutada en el quinquenio en forma
eficiente y por un Canciller inigualable hoy y, de excepción como lo es el Dr.
Arístides Calvani “… Así como la sociedad, el ámbito nacional, tiene derecho a
imponer relaciones distintas entre sus miembros, así la comunidad internacional
exige a los diversos pueblos una participación cónsona con su capacidad para
que todos puedan llevar una existencia humana. Las obligaciones y derechos de
los distintos pueblos han de medirse, por ello, en función de la capacidad y de
la necesidad de cada uno, para hacer viables la paz, la armonía y el progreso y
todos podamos avanzar dentro de una verdadera amistad…”.
Hoy cuando en el país se ve y se sigue un lenguaje ordinario, soez y de
baja calidad intelectual, en los actores políticos sobre todo en materia
internacional, más aún en el gobierno que son los que tiene que dar el ejemplo
de conducta civilizada y cívica, conviene repasar está importante etapa de
nuestra historia republicana cuando Venezuela tenía una democracia madura,
equitativa y estable y una élite política de indudable valor en todos los
sentidos.
jesusmazzei@gmail.com
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