Garantías para la economía de futuro
Según datos disponibles del Banco Central de Venezuela el tipo de cambio nominal registra una variación del 1,59% entre enero y 12 de junio de 2024. Es decir, el precio para comprar una unidad de moneda extranjera -en este caso el dólar estadounidense- se ha incrementado ligeramente. De igual forma es oportuno señalar que en el periodo mencionado el bolívar (Bs) ha perdido valor -depreciación- con respecto al dólar estadounidense (USD) en -1,56%.
Con el objeto de ampliar la mirada y comprender mejor el comportamiento de la variable en cuestión, tenemos que durante el mismo periodo para el año 2023 el tipo de cambio nominal registró una variación de 54,06% con una depreciación del 35,38%.
Otra variable importante para analizar la actual coyuntura económica es el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), el cual registra una inflación acumulada del 7,8% para mayo 2024. Mención especial a la inflación acumulada para enero-mayo 2023 que reportó 96,3%.
El comportamiento de estas variables expresa claros síntomas de mejoría que se traducen en incentivos que coadyuban a la estabilización macroeconómica que registra la economía nacional hoy día. En razón de ello, organismos internacionales (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Comisión Económica Para América Latina y el Caribe, entre otros) pronostican un crecimiento económico para el país superior al 4%.
¿Esto significa que Venezuela se arregló? No, tal afirmación que muchos a título de ironía mencionan refiere, sin duda, a la profunda ignorancia de la compleja situación que la sociedad venezolana ha padecido -y continúa padeciendo- producto de las ilegales Medidas Coercitivas Unilaterales (MCU). ¿Qué ha cambiado? Hemos aprendido como sociedad a adaptarnos para superar progresivamente las adversidades. Comprender con mayor precisión la coyuntura que ofrece una economía en guerra y adoptar políticas que nos permitan generar condiciones óptimas para que la actividad económica -petrolera y no petrolera- en su conjunto crezca.
Aún queda mucho por hacer, no es poca cosa decir que nuestro aparato productivo perdió ¾ de su tamaño entre 2013 y el 2021, gracias a la política criminal de asedio y agresión sistemática como mecanismo de chantaje para forzar un cambio político en función de los intereses del hegemón. En economía los problemas no desaparecen por arte de magia ni mucho menos por suerte. A este punto contamos con una política económica coherente que ha dado resultados positivos en la búsqueda de los equilibrios económicos de cara a las necesidades sociales permitiendo que el venezolano recupere la esperanza en medio del funesto escenario que nos ha tocado asumir combatiendo la desesperanza que, campante, amenaza con robarnos el futuro.
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