martes, 19 de abril de 2016

¿Y los BRICS?

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Felix Arellano

En estos momentos, pareciera que el grupo pierde capacidad de acción, fortaleza y liderazgo, situación que consolida tanto las potencias, como al sistema

Cuando se institucionaliza el grupo de las potencias emergentes los BRIC (Brasil, Rusia, India, China) en el 2008 (sin Sudáfrica, que se incorpora en el 2011), las expectativas sobre potenciales cambios en la arquitectura económica, y particularmente financiera, internacional, eran altas. Por el contrario, en estos momentos, pareciera que el grupo pierde capacidad de acción, fortaleza y liderazgo, situación que consolida tanto las potencias, como al sistema. Otro golpe para el falso discurso bolivariano, que sataniza al sistema, sin valorar sus beneficios y mitifica al sur, sin comprender sus debilidades.

No ha sido nada fácil para los BRICS lograr posiciones homogéneas en los complejos temas de la agenda económica mundial. Tampoco han logrado desarrollar un liderazgo creativo, coherente y sistemático en sus espacios naturales: las organizaciones económicas internacionales, en particular en la Organización Mundial de Comercio (OMC). Estas debilidades de acción internacional enfrentan un nuevo reto, su exclusión de las meganegociaciones comerciales internacionales. Los mega acuerdos que se están negociando y firmando, como el Transpacífico (TPP), excluyen a los BRICS, lo que representa un serio desafío para sus perspectivas y liderazgo internacional.

Adicionalmente, las dificultades económicas que afectan a la mayoría de sus miembros, les resta capacidad de acción en el tema financiero, que institucionalmente definieron como prioritario. En efecto, pareciera tiempos de estancamiento para las potencias emergentes. Rusia en situación muy complicada, pues además de caer el precio del petróleo y en general de las materias primas, está enfrentando serias sanciones económicas internacionales por el caso de Ucrania, lo que limitan sus posibilidades de crecimiento económico.

China, el más poderoso del grupo, empieza a reducir los niveles de crecimiento, está disminuyendo su consumo interno, lo que afecta al resto del mundo, particularmente a los exportadores de materias primas que han logrado bonanza gracias al consumo de China. Adicionalmente, las perspectivas no son promisorias, pues China acumula problemas sociales y políticos (con la población rural, grupos étnicos y religiosos excluidos) que pueden incidir negativamente en su desenvolvimiento económico.

El caso de Brasil se presenta más agudo, pues combina deterioro económico y grave crisis política, que se resolverá cuando el país cuente con un gobierno estable y sólido. Si la Presidenta Dilma se mantiene en el poder, la crisis de gobernabilidad se acentuará cada día, deteriorando aún más los problemas económicos. Si la Presidenta renuncia, que sería lo más inteligente políticamente, el nuevo gobierno de transición será débil para una acción económica e internacional de envergadura y básicamente debería acelerar la convocatoria a elecciones.

Sudáfrica enfrenta el progresivo deterioro de los precios de las materias primas, lo que reduce sus ingresos, agravando la crisis social que le afecta, por los crecientes reclamos laborales de mejores condiciones de vida. La India pareciera el miembro mejor posicionado económicamente; pero, como todos los demás, también enfrenta graves problemas sociales de exclusión y marginalidad que pueden desencadenar en crisis políticas y de gobernabilidad.

El debilitamiento de los BRICS debería orientar su atención, entre otros, a la diversificación y fortalecimiento de sus economías, mayor competitividad, productividad y sostenibilidad ecológica; en el ámbito social la tarea permanente es la reducción de pobreza e inclusión social. Pero también deberían enfrentar los problemas políticos: de la estabilidad social y gobernabilidad y todo pareciera indicar que frente a tales problemas la alternativa es mayor y mejor democracia, transparencia, diálogo, tolerancia. Los autoritarismo existentes en algunos de ellos, en especial en China y Rusia, representan fuentes estructurales de conflicto social.

Pero no todo es negativo, pues los BRICS nos aportan una significativa lección: la importancia del mercado para la generación de riqueza, crecimiento económico y bienestar social. Varios de ellos han experimentado el fracaso del comunismo y, para superar pobreza y lograr bienestar han tenido que desarrollar políticas económicas de apertura al mercado. Lamentablemente, para los radicales, como los bolivarianos, por su ceguera ideológica, esta lección resulta difícil de entender, aceptar y practicar. A la dictadura de los Castros, con más de cincuenta años de fracasos, les está resultando difícil superar la ceguera ideológica, no avanzan en los cambios necesarios y agudizan sus problemas.

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