domingo, 16 de abril de 2017

NOTA SOBRE LA CUESTIÓN AGRÍCOLA EN LA ADMINISTRACIÓN MADURO

EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ

Por el lado de la producción, los años 2013/2016 permitieron perfilar una economía altamente dependiente de las importaciones tanto de alimentos como bienes en general e insumos. En el caso de los alimentos, es un proceso de acumulación de debilidades en la producción agrícola de varios años, que ha significado la perdida de figuración en diversos rubros que habían sido de tradición productiva en Venezuela aunque no figurase en ellos como un líder comercial a nivel internacional; caraotas, arroz, maíz, carne o leche son ahora productos tradicionales de importación y, la economía agropecuaria en su conjunto, se ha alejado de aquel objetivo, planteado por el Presidente Chávez -en varios momentos- y asumido por el presidente NM, de convertir a Venezuela en una potencia agrícola[1] (el término potencia ha pasado a ser de uso desenfadado en la administración bolivariana).  A pesar de ello, el ministro de Agricultura y Tierras estimó, a finales de 2013, que Venezuela cerraría el mismo año con un crecimiento en la producción agrícola[2], derivado de un aumento en las tierras sembradas y la incorporación de numerosos tractores (2500, con alrededor de un 50% ensamblado en el país) a las mismas actividades (ver El Universal, 26 de diciembre de 2013). A pesar de ello, debe señalarse que algunos países muy pobres se han convertido en oferentes regulares de bienes agrícolas para Venezuela (es el caso de Nicaragua y Bolivia, países participantes del ALBA). En el caso de Bolivia y apartando otros compromisos fijados para el 2014 debe señalarse que: “Bolivia exportó durante este año a Venezuela 48.500 toneladas de azúcar, dos mil toneladas de leche y más de mil toneladas de palmito, en el marco de los acuerdos de cooperación para proveer de alimentos a este país, informaron fuentes oficiales.” (Ver El Universal, www.eluniversal.com  25 de diciembre de 2013). En tales sentidos, el Presidente NM -ya en 2014- vuelve a pronunciarse con fuerza sobre la posición de la administración bolivariana en cuanto a la producción agrícola -con un sentido estratégico más allá de consideraciones de contexto político-: “Tenemos que producir los alimentos que necesita nuestro pueblo: el café, el arroz, la carne, la leche, el pescado, el maíz, los granos que consumen nuestras familias porque estamos en una Venezuela que avanza hacia una sociedad socialista, y para consolidar el socialismo como modelo de justicia y de igualdad tenemos que consolidar la economía productiva.” Creación de Viceministerios de producción agrícola y pecuaria, extensión del Ministerio de Agricultura y Cría para enfatizar la atención regional y la ampliación de la planta procesadora de arroz ubicada en el Estado Cojedes, formaron parte de un conjunto de medidas de avanzada, en lo que debía ser un nuevo Plan de desarrollo Agrícola y Pecuario (ver Ciudad CCS, 11 enero 2014 pg. 8; puede verse también www.avn.info.ve/ 10 enero 2014).

Dentro de la evolución del escenario visto en las desembocaduras ya indicadas, el año 2014 -desde su primer trimestre- comenzó a vislumbrar un escenario de debilidad en la dependencia alimentaria y en productos fundamentales. En tales sentidos, para el 30 de marzo de 2014 se registró como ingresaron a puerto cabello  “…20 toneladas de arroz importadas de Canadá, 24 toneladas de soya procedentes de Estado Unidos, 20 mil toneladas de trigo de Canadá y más de 6 mil 517 toneladas de carne congelada y picada en piezas desde Colombia. También llegaron 555 toneladas de carne congelada sin hueso procedente de Brasil” Debe señalarse que también entraron al puerto caraotas, harina de trigo y leche azucarada y condensada así como leche concentrada y en presentación UHT al igual que crema de leche. En particular "Provenientes de China arribaron al principal puerto del país más de 2.500 toneladas de frijoles negros (caraotas), distribuidos en 92 contenedores". Todo lo contrario a las políticas y situaciones de seguridad alimentaria[3] -que organismos no gubernamentales y oficiales e internacionales recomendaron y pregonaron desde los años setenta y ochenta- este puede ser catalogado como un escenario de clara dependencia alimentaria que se fue agudizando desde 2014/2015[4](ver www.eluniversal.com domingo 30 de marzo de 2014),  para extenderse a 2016/2017.

Estructurar un Plan nacional agrícola –incluso a 30 años- ha sido planteado con frecuencia, dado el carácter de necesario y fundamental que se le adjudica al mismo. Debe recordarse que existe una insuficiencia considerable cuando se evalúan las obras de riego, electricidad, financiamiento y vialidad, por referir sólo parte de la infraestructura necesaria para el buen funcionamiento del sector agrícola. A pesar de las permanentes y entusiastas referencias de la administración bolivariana y de las tampoco ocultables iniciativas que la misma ha planteado o ejecutado según los casos, el sector agrícola venezolano no ha logrado superar ni su olvido histórico después de la aparición del petróleo, ni políticas que tendieron a generar en otras administraciones -y en esta misma- la llamada agricultura de puertos, ni su estancamiento estructural medido por el Producto agrícola. Los productores agropecuarios han expresado así con cierta frecuencia y fuerza su posición. En tal sentido el presidente de FEDEAGRO insistía a inicios de 2014 en que: “El gobierno debe darle mayor importancia al sector productor de alimentos. Lamentablemente el Ministerio de Alimentación se encuentra trabajando para mejorar los procesos de importación y la infraestructura para hacerlo, pero pocas veces ha considerado dentro de sus objetivos el aparato productivo nacional".  Y también que: "Nosotros no estamos promoviendo la importación, lo que estamos promoviendo es que se importen los valores complementarios que nosotros no podemos producir, pero que se hagan en los momentos adecuados. La política de importación que se ha realizado y que coinciden con las cosechas nacionales nos ha hecho tremendo daño" (ver El Impulso, 16 de enero 2014. www.elimpulso.com).

Tendencialmente, el producto agrícola en décadas pasadas estuvo en representación baja en cuanto al producto total y, además, estancado. En la administración bolivariana, incluso se le ha mantenido en los grupos llamados restantes o resto, no pudiéndosele observar claramente su evolución. De todas maneras, puede  señalarse como entre los años 1998 y 2010 las variaciones en tal producto han sido mayormente de bajo nivel, incluso negativas en algunos años[5] (puede verse: Emprésate, www.empresate.org. Agosto 20, 2012; también, Delia Polanco-Loaiza. El agro venezolano (II). Aporrea jueves 14-07-11. www.aporrea.org ).

Un caso de ineludible referencia en cuanto a la evolución agrícola en más de 18 años de administración bolivariana y a su relación con la política agrícola y social de esta última y dada su vinculación con fenómenos como el de la escasez, la inflación y la dependencia alimentaria, son los resultados de la llamada guerra al latifundio decretada por el presidente HC en el año 2005. El contexto latinoamericano en su perspectiva histórica abarca los procesos de reforma agraria ejecutados en la región durante los años sesenta. En Venezuela, en particular, uno de sus períodos más intensos fue el que abarcó el de la presidencia de Rómulo Betancourt (1959/1964). En distintos discursos hizo alusión este presidente, a la necesidad de impulsar la reforma agraria tomando las medidas del caso y, entre ellas, la afectación del latifundio, pero sin la estridencia ni el sentido de resentimiento que ha tenido de base la administración bolivariana para expropiar o afectar tierras, sin que los resultados -por lo demás- hayan sido los propuestos en cuanto a producción y avance de la economía. A diferencia de ello, el presidente Betancourt planteaba claramente como no debían afectarse tierras que estuviesen produciendo con resultados aceptables (Germán Carrera Damas, Rómulo Histórico. Ediciones Alfa, 2013) De todas maneras, no puede afirmarse que la reforma agraria o la afectación del latifundio haya avanzado exitosamente ni en el gobierno aludido ni en los siguientes. Teniendo -más bien- como resultados una agricultura desatendida y no siempre bien articulada a los otros sectores de la economía como se ha señalado.

Son varios los registros que existen sobre los descontentos que distintos agentes productivos tienen en cuanto a los resultados de las acciones tomadas en los asuntos del latifundio y la inversión en el agro por parte de la administración bolivariana. Las opiniones de Oscar Contreras (de la coordinación nacional de la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora, que aglutina al Frente Nacional de Campesinos Ezequiel Zamora, al Movimiento Poder Popular Obrero y al Frente Nacional Comunal Simón Bolívar), indican como se oponen al paso del "latifundio de los privados al latifundio del Estado"; así como que "Los predios rescatados no fueron transferidos a los campesinos, estos quedaron en manos del Estado". Debe señalarse que alrededor de nueve años después de haber decretado el presidente HC la guerra al latifundio además de las afirmaciones estas organizaciones se han planteado realizar asambleas en Zulia, Táchira, Barinas y Portuguesa, para elaborar una agenda de reivindicaciones de los campesinos. También se plantearon la necesidad de crear un órgano superior agrario en el que los campesinos tuviesen  voz y voto.  Los señalamientos de Contreras para el momento fueron claros: "Así como el gobierno se reúne con los gremios del agro, los pequeños productores y campesinos quieren también ser escuchados porque son el sustento de la revolución” (ver www.el-nacional.com, domingo  10 de agosto 2014).

En un sentido igualmente categórico, pero en otro perfil, se pronunció en la misma ocasión Vicente Brito ex presidente de Fedecámaras y miembro de la Red por la Defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución señalando que: "El gobierno ha invertido 200 millardos de bolívares para hacer prosperar el campo, pero no lo ha logrado". Recalcando que ese monto el Ejecutivo lo distribuyó en créditos para productores, destinados a la compra de vehículos, maquinarias y equipos pero que estos no han cumplido con la cancelación del compromiso y los mismos se han deteriorado por falta de mantenimiento y repuestos, por lo cual no están en funcionamiento; y en el caso de los montos invertidos en infraestructura como plantas agroindustriales, galpones e instalaciones, estas fueron  abandonadas (Ídem. El Nacional).

Avanzado 2014 y con la crisis de los precios del petróleo que inició desde julio de ese año (y se prolongó para los años 2015/2017), brindando un escenario de incertidumbre sobre intensidad y duración de los efectos de tal crisis, el Presidente NM comenzó a plantear o repetir ideas esbozadas durante la administración bolivariana en sus más de 18 años, en cuanto al área y producción agrícola y que han sido poco exitosas. Una de ellas es la de la difusión del conuco y otra la de los gallineros verticales.  Ambos, como preparación para la temporada de vacas flacas y que consistiría en retomar el concepto del conuco “como modelo de unidad agroproductiva” y  regresar a los gallineros verticales que planteó sin éxito el fallecido presidente HC y a los cuales consideró NM como la “gran moda en el mundo". Para apoyar tales posiciones el presidente NM consideró también fundamental ampliar elementos del sacudón institucional (2014), ejecutando otra reorganización estructural del Ministerio de Agricultura y Tierras (MAT), para optimizar los procesos de producción agrícola y el funcionamiento de los entes adscritos a ese despacho, señalando para ello que hay que "Simplificar la estructura del Ministerio como órgano de poder nacional y articular este a las Bases Agrarias Socialistas. Se trata de ir haciendo la nueva organización del Estado revolucionario y popular" (ver www.6topoderweb.com  Maduro anuncia "sacudón" dentro del Ministerio de Agricultura y Tierras 10 de Diciembre de 2014; www.talcualdigital.com Economía 11/12/2014, La vuelta al conuco).

Un caso emblemático del escenario de escasez asociado a controles y distorsiones de precios, ausencia de acciones gubernamentales pertinentes, pero también en razón de los problemas productivos en el área agrícola, es el del café. Se estima que alrededor del 70 % de las fincas y de la producción se han afectado en años recientes en razón de -entre otros elementos- la influencia de la Roya (ha proliferado desde 2013 en los sembradíos, es causada por el hongo hemileia vastatrix y se le considera como la más grave que ataca a este cultivo) como enfermedad que agrede a las plantaciones del caso y, dado que se necesita iniciar las acciones para sanearlas, se estima que desde 2014 habrá un periodo de alrededor de cuatro años para poder contar con una oferta de café nacional que compense los niveles de escasez. Los pequeños productores son obviamente de los más afectados por este escenario (ver www.el-nacional.com 13 de diciembre 2014).

Numerosos elementos planteados en cuanto al escenario agrícola durante la evolución de la administración bolivariana pueden resumirse en: decaimiento de la producción local en variados rubros, con el correspondiente aumento de las importaciones, pero también con la ausencia de inversiones y políticas efectivas del lado gubernamental a pesar del mayor peso estatal en gestiones y trámites como es el caso de disponibilidad de semillas.

El caso de la disponibilidad de semillas es uno de los puntos álgidos en la problemática situación del sector agrícola. En una entrevista al presidente de la Asociación Venezolana de Semillas, Aurelio Sánchez (05/04/17) se presentan elementos que son de importancia. 1. De ella se colige que la disponibilidad de semillas para inicios del 2017 (se consideran las 16 empresas que integran la Asociación) solo alcanza a un 2 o 3% de las necesidades del sector existiendo correspondientemente un agudo déficit. Este déficit se inició en 2014 y en 2014/2017 ha aumentado intensamente. 2. Los resultados de la participación de Agropatria –empresa estatal que sustituyó a Agroisleña- son poco exitosos y no se igualan los resultados -ni se acercan- a los de la empresa sustituida. 3. La deuda de las empresas semilleras para 2017 asciende a 29 millones de dólares. A las empresas en cuestión no le ha funcionado ni el dólar de protección-Dipro ni las experiencias Dicom –ejecutadas en años previos- o de subastas (fueron relanzadas con el nuevo paquete de medidas de finales de Marzo de 2017).  4. Con el control de cambios y los regímenes de acceso a divisas ejecutados en la administración bolivariana y problemas asociados al difícil escenario económico de 1912/1917 las semillas pasaron a representar alrededor de 30 o 40% de la estructura de costos de los productores. La situación en el campo de las hortalizas en cuantoa semillas puede calificarse de realmente grave. Debe añadirsrse que en el caso de algunos rubros como la cebolla el ciclo de producción puede abarcar unperíodo de hasta dos años. 5. Se trata del escenario real que puede contraponerse al entusiasmo y optimismo desmedido del sector oficial al afirmar que no hay restricciones ni problemas para dispones de los ciclos de siembra con el mayor éxito.

Ante todo ese cuadro las propuestas de las empresas semilleras transitan por tres líneas. La primera generar alternativas para la obtención de divisas; evitándose afectaciones por las diferencias en los precios de compra venta de las mismas. La segunda, disminuir la permisología pues se abarca hasta 32 pasos para las ejecutorias pertinentes a la disponibilidad de las semillas. Y la tercera, flexibilizar distintos controles internos que afectan la consecución de la disponibilidad señalada (Entrevista a Aurelio Sánchez. http://unionradio.net/sanchez-inventario-de-semillas-se-encuentra-actualmente-en-un-3/ 5 abril 2017). 

Igualmente, los controles de precios y la escasez de divisas, han sido de los elementos determinantes en la evolución problemática del sector. A finales de 2015, las perspectivas para 2016 y 2017 no permitieron avizorar un mejoramiento del cuadro nacional, sino más bien una profundización de la crisis nacional del sector agrícola, no pudiendo revertirse la aguda escasez desde 2012 y grandemente acentuada en 2014 y 2015, junto a la dependencia de importaciones que pasó a registrar un abastecimiento del mercado nacional en un 60%, con importaciones ejecutadas por la administración señalada. Carlos Albornoz, presidente de Fedenaga señaló al respecto "El sector agroproductivo no está en capacidad de revertir el desabastecimiento en los primeros tres trimestres de 2016 debido a que el aparato productivo está discapacitado por la falta de insumos, repuestos para las maquinarias, la inseguridad y la política de importación aplicada por el gobierno". Por su parte, la escasez de divisas, con el conjunto de interrelaciones y dimensiones que se que se pueden destacar, ha afectado de manera considerable al sector agrícola y pecuario. En tal sentido Aquiles Hopkings, vicepresidente de FEDEAGRO, señaló también a finales de 2015: "Aunque el Centro Nacional de Comercio Exterior convocó a una subasta por 150 millones de dólares para el sector maquinarias y repuestos agrícolas en agosto, todavía no ha sido liquidada y se agudizó la escasez de repuestos y piezas". Desde el punto de vista sectorial, las afirmaciones de FEDEAGRO igualmente resaltan la dramática situación del sector para finales de 2015. Un balance sobre la productividad del sector agrícola permite para el momento afirmar que la superficie de siembra del maíz cayó 30% y la del arroz 40%; estando retrasada, por otro lado, la siembra de papa debido a que los productores no habían recibido las semillas provenientes de Canadá; por su parte, la cosecha de caña de azúcar no llegó a 5 millones de toneladas, lo que representó 80% de lo que fue cultivado (500.000 toneladas no fueron cosechadas debido a que las cosechadoras estaban inservibles)  (ver www.el-nacional.com 27 de diciembre 2015 Economía/3).

De la misma manera, iniciado el 2017, y habiéndose acumulado unos años de experiencias e interrelación con la administración del presidente NM, FEDEAGRO -asociación de los productores agrícolas- ha manifestado varias observaciones que merecen destacarse. 1. La dramática situación que se presenta en cuanto a los agroquímicos (como en el caso de los fertilizantes). Para comienzos de abril de 2017, destacó su segundo vicepresidente, cómo el déficit de los mismos alcanzaba a alrededor de 30% para todas la asociaciones del agro, a pesar de que para el momento se habían recibido algunas cotizaciones de la empresa Agropatria, pero sin mayores avances en la disponibilidad de los productos en cuestión. 2. De la misma forma, FEDEAGRO destacó, en el momento señalado, las numerosas fallas que existen en la disponibilidad de semillas; poniéndose en peligro los ciclos y metas productivas en rubros como el maíz, en relación al cual si bien para el momento habían llegado semillas, las disponibles solo alcanzaban para atender un 25% de la programación productiva en Hectáreas, muy difundidas también por la administración Maduro (y en particular por el ministro del área Castro Soteldo). 3. Problema de alta significación también destacado, es el concerniente  a sus relaciones con la empresa pública Agropatria (sustituta de la empresa privada Agroisleña[6]). Era Pequiven quien proveía los agroquímicos y para ello disponía de alrededor de veinticinco funcionarios; en el caso de Agropatria se dispone de tres funcionarios, habiéndose producido una considerable desmejora en distintos procedimientos. 4. A pesar de las afirmaciones en contrario, FEDEAGRO ha insistido en la problemática situación de la producción de arroz en donde se han venido presentando rendimientos decrecientes con -igualmente que en otros rubros- baja disponibilidad de agroquímicos. De la misma manera, las afectaciones en el rubro maíz donde, entre otros determinantes, se presenta el de las altas importaciones del mismo y el no facilitar un precio competitivo para las productores. 5. Igualmente relevante es que los directivos de FEDEAGRO han afirmado -sin ambages- que la administración del presidente NM no hace caso a las sugerencias y ejecuta juegos que alargan y dificultan las soluciones, atendiendo, además. con prioridades, a seudoempresarios que no han sido de tradición en el área agrícola, sino con origen en el comercio y las importaciones y, en esto, indudablemente, existe interrelación con el surgimiento de federaciones diversas que no representan estrictamente los intereses de los productores (entrevista a Celso Fantinel http://unionradio.net/fedeagro-cuenta-con-30-de-agroquimicos-para-temporada-de-siembra/ 5/04/17).

@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com



[1] En línea contraria a esta, debe señalarse que, Venezuela presenta una posición considerablemente retrasada en relación a otras economías de la región cuando se mide competitividad o ventajas comparativas. En un estudio de BID/INTAL con promedios para el período 2003/2011, comparando resultados promedios en un grupo de doce países de América del Sur, la nación venezolana presentó el Índice más bajo de ventajas comparativas reveladas. El promedio del índice venezolano fue de 0,05, mientras los once restantes países presentaron un Índice superior a 1 y, en los casos de Brasil o Uruguay, fueron de 3,64 y 7,61, respectivamente. La referencia técnica usada consiste en que: “El índice de VCR del país i en el sector j se calcula como: Donde: Xij: exportaciones del país i del sector j. Xi: exportaciones totales del país i. Xmj: exportaciones mundiales del sector j. Xi:exportaciones totales mundiales. El índice puede tomar valores entre 0 y tendiente a infinito. Si VCRij > 1 se considera que el país i tiene ventajas comparativas en la exportación del sector j. Este indicador se considera una buena aproximación de las ventajas comparativas de los países, aunque tiene importantes limitaciones.” (BANCO INTERAMERICANO DE DESARROLLO, INSTITUTO PARA LA INTEGRACIÓN DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE-INTAL. El comercio intrarregional sudamericano: patrón exportador y flujos intraindustriales. Romina Gayá y Kathia Michalczewsky. NOTA TÉCNICA# IDB-TN583. Mayo 2014).
[2] Igualmente, ya en 2017, habiéndose acumulado considerables dependencias de importaciones –como las atinentes a bienes componentes de las cajas CLAPS (Comités Locales de Abastecimiento y Producción),  es el caso del arroz o harinas-, hubo afirmaciones de ministros asegurando el casi pleno abastecimiento de la demanda nacional con producción local. En el caso señalado del arroz y existiendo movilizaciones de productores de Cojedes, Portuguesa y Guárico para los reclamos de subsidios acordados (10 mil millones de bolívares), se puede registrar el escenario donde la producción de arroz, basado en la siembra correspondiente al verano 2015-2016, solo abastecería –según percepciones desde el 1er trimestre de 2016- mes y medio del consumo nacional; habiendo disminuido en 60% la cantidad del cereal cosechado, cuyo consumo se estimaba en 1 millón 300 mil toneladas anuales (ver http://www.elcorreodelorinoco.com 12 marzo 2016). Alrededor de un año después, el presidente y el ministro del caso, sintetizaron un panorama altamente optimista por el inició del plan de siembra y cosecha Venezuela Cultiva 2017, en el estado Guárico, cuyo fin consiste en garantizar la producción de arroz, soya, maíz, sorgo, frutas, arroz, hortalizas, leguminosas y tubérculos, apuntalando la Gran Misión Abastecimiento Soberano. Desde Calabozo, el Presidente NM, indicó así que para 2017 se estaría llegando a ser “autosuficientes y soberanos” en semillas para arroz y cosechar el 40 por ciento del rubro para semilla y el 60 por ciento para los hogares de la Patria a través de los CLAP. NM resaltó que el Gobierno Revolucionario habría pasado de cultivar tres millones de hectáreas a cuatro millones 800 mil para el cultivo de diferentes rubros que abastecerían el mercado nacional. El ministro del Poder Popular para la Producción Agrícola y Tierras, Wilmar Castro S., informó que la meta con el plan  Venezuela Cultiva 2017 era sembrar en el estado Guárico 361 mil hectáreas para producir un promedio de un millón 804 mil toneladas de arroz que, al ser transformado por la agroindustria, generaría 960 mil toneladas de arroz blanco suficiente para satisfacer la demanda nacional (ver http://www.tves.gob.ve 5 de abril 2017).
[3] Un resumen del concepto que al respecto maneja la FAO ilustra sobre la dimensión del mismo: “…la seguridad alimentaria implica: Disponibilidad de alimentos: existencia de cantidades suficientes y calidad adecuada de alimentos mediante la producción del país o de importaciones. Acceso a los alimentos: acceso a los recursos adecuados (recursos a los que se tiene derecho) para adquirir alimentos apropiados y una alimentación nutritiva. Utilización: utilización biológica de los alimentos a través de una alimentación adecuada, agua potable, sanidad y atención médica, para lograr un estado de bienestar nutricional en el que se satisfagan todas las necesidades fisiológicas. Estabilidad: la población debe tener acceso a alimentos adecuados en todo momento. No debe haber riesgo de quedarse sin acceso a los alimentos a consecuencia de crisis repentinas (por ej., una crisis económica o climática) ni de acontecimientos cíclicos (como la inseguridad alimentaria estacional)” (Ver ¿Puede el programa de “Abastecimiento Seguro” garantizar la seguridad alimentaria?; Anabella Abadi y Bárbara Lira. www.prodavinci.com,  3 de Abril, 2014).
[4]En estas entradas de productos agroalimentarios también se dio el caso de la introducción al puerto de variados productos de higiene personal alcanzando a más de dos mil toneladas compuestas de toallas sanitarias, enjuagues bucales, champú y acondicionadores así como afeitadoras (ver www.eluniversal.com domingo 30 de marzo de 2014).  En el resto del transcurso de 2014 y avanzado 2015, con el correspondiente aumento del escenario de escasez de variados bienes, se siguieron registrando importaciones diversas; de tal manera -y en la misma línea de lo señalado previamente- se vuelven a destacar importaciones de bienes variados en el mismo puerto. La Cámara de Comercio de Puerto Cabello, informó para inicios de mayo de 2015 sobre la llegada de más de 852 mil toneladas de materiales para la construcción de viviendas. Correspondiendo las mismas a puertas metálicas y equipos de instalación para sanitarios, provenientes de la República Popular China. De la misma manera, notificaron el arribo de siete contenedores con 62 toneladas de toallas sanitarias, con origen en México (ver www.gentedehoy.com 07 de mayo 2015). Con el escenario de escasez aumentado y complicado para finales de 2015, continuaron estas importaciones de rubros alimenticios y de otro tipo. Por el puerto referido se registraron así, para noviembre de este año, compras por parte de la administración bolivariana de alimentos para abastecer la red pública de abastos y supermercados; “un total de 42 mil toneladas de leche en polvo, 170 de caraotas y 30 de arroz arribaron a Bolipuertos”; en el caso del ganado en pie procedía de Nicaragua, y arribó en el buque  Glamar, de bandera hondureña; la leche y las caraotas arribaron en el buque Juist Trader, de bandera Liberiana, sin origen  reseñado y el arroz, proveniente de Brasil, fue trasladado en la moto nave Portland con bandera de las Islas Marshal; todos los productos fueron consignados a la Corporación de Abastecimientos y Servicios Agrícolas (CASA) y la Corporación Venezolana de Alimentos (ver www.elestímulo.com 09-11-15).
[5] Todas estas variaciones, estancamientos y dependencias de las importaciones han alejado la idea de Venezuela como una potencia agrícola. Casos expresivos son -por ejemplo- los de la papa (tubérculo fundamental en la alimentación de distintos hogares). Avanzado el mes de enero de 2015 el presidente de la Federación de Productores de Papas y Hortalizas de Venezuela, Julio César Paredes, informó que la producción de  este rubro caería en el mismo año en un 80%, debido a  irregularidades en la dotación de insumos a los agricultores y a la pérdida de un cargamento de semillas importadas para el cultivo del mismo. Los productores reciben las semillas y químicos para sus labores a través de Agropatria. "Hablamos de productos para fumigar, insecticidas, herbicidas, todos los aereoquímicos y la última estocada fue que nos quitaron el subsidio a los fertilizantes, quiere decir que nosotros los productores vamos a pagar el saco entre 600 a 700 bolívares". Los productores en cuestión acudieron al Sebin para entregar pruebas, según las cuales, 30% de la dotación de semillas recibidas por parte de Agropatria en diciembre de 2014 no era utilizable, por lo que plantearon a la administración bolivariana permitirles verificar la situación de las importaciones que realizan (ver www.el-nacional.com 21 enero 2015). A pesar de toda esta realidad y dinámica el presidente NM a inicios del segundo trimestre de 2016 planteó también la idea de convertir a Venezuela en una potencia pesquera, en el contexto de la recepción en la Guaira del buque atunero Gran Roque, el cual venia de  su primera faena y se desempeñará en el pacífico, teniendo origen de fabricación en el puerto de Bilbao para 36 tripulantes a bordo y una carga estimada de mil 400 toneladas de atún. «Llegó la hora de generar nuestra propia riqueza más allá del petróleo. Confío en el pueblo de Venezuela y confío en ustedes pescadores y pescadoras de mi Patria (…). Venezuela tiene una vocación pesquera muy importante, de consumo de pescado muy importante tanto de río como de mar», expresó NM al instalar el Ministerio de Pesca y Acuicultura en Cumaná, estado Sucre en enero 2016 (www.minci.gob.ve 31/03/16; www.ultimasnoticias.com.ve 31/3/16). Como es de observar, una potencia pesquera no se forma por adquirir un barco.
[6] Esta estatización, nacionalización, expropiación o socialización la firmó el presidente HC el 4 de octubre de 2010. Decreto 7.700 Gaceta Oficial 39.523; 4 de octubre 2010.

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