EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ
Bastante conocido ya, el control de
cambios que ha ejecutado la administración bolivariana desde 2003; incluidos la
falta de información oficial, la cada día más acentuada escasez de divisas, los
efectos perniciosos en la formación de precios, su viciosa interrelación con el
aparato fiscal y la política monetaria, las supuestas “guerras” contra el
bolívar y, más recientemente, intervenciones bancarias y ofertas de algo así
como llenar la nación de Casas de Cambio para “facilitar” los envíos de remesas
así como los desesperos de algunos por dolarizar la economía, entre otros
elementos.
Trataremos, en esta breve nota, de
darle forma a dos secuencias cambiarias, a ver si terminan teniendo algún
significado para la mejor ilustración de tal control de cambios.
Secuencia 1. Intercambio
de pesos/bolívares, para adquirir pesos colombianos en algún pueblo fronterizo.
Poca gente pocas casas, comida de rio en momentos y se venden los pesos a una
tasa[2]
que implica cada peso a más de 300 Bs[3].
Unas decenas de miles de pesos -60000- terminan estando representados en dos
decenas de millones de Bs –Bs 20.000.000-. ¿Cómo, en un lugar de tales
características puede establecerse una tasa tan precisa e impresionante?
Visto en convertidores y en
información formal, un (1) peso colombiano vale unos 24 Bs (24,06) y un (1)
dólar estadounidense cerca de 3.000 pesos colombianos (2.904,86)[4].
Correspondientemente, 10 dólares pueden representar cerca 30.000 pesos. Paralelamente,
20 dólares pueden representar entonces, formalmente, unos 60.000 pesos.
¿Cuánto valen 20 dólares según las
tasas manejadas recientemente por las casas, que están en precios para el dólar
mayor a Dólar today y, ante las
cuales, esta última ha pasado a ser una especie de casa o tasa madre[5]
de la cual se han distanciado hacia arriba las otras, presentando valores
recientes que bordean el millón (1.000.000) de BS por1 dólar? Los 20 dólares
valen 20 millones de bolívares según los precios de esta área del mercado
paralelo. Para algunos esto no es ningún gran descubrimiento, lo que sí es
impresionante es la precisión con la que se aplica la tasa en estos, aunque
siempre dinámicos -antes no muy conocidos por algunos-, pueblos de frontera.
Más vueltas al tornillo permiten
precisar que el salario mínimo en Colombia bordea los 300$ para estos meses de
2018, incluido lo relativo a transporte ello representa más de 800.000 pesos
colombianos. En la frontera, los venezolanos, por sus condiciones legales de
migración, en algunos casos están pagando sobretasas que llevan pasajes desde Cúcuta
a Bogotá a 120.000/130.000 pesos; lo que representa, a los precios peso/bolívar
usados en la secuencia descrita, alrededor de 40 millones de bolívares.
Mientras, una tarifa de tal nivel representa solo cerca de 1/7 de un salario mínimo
colombiano, para el del venezolano es harto significativa.
La desvalorización del bolívar y la
afectación del nivel de vida del venezolano, en el arranque de la migración por
esta vía que se ha comentado, es profunda y considerable. Pero debe resaltarse
lo determinante que resulta en todo este proceso el mercado paralelo de dólar. Transparente,
clara, diáfana y discrecional es su determinación.
Secuencia 2.
Compra de pesos chilenos a partir de bolívares. Nadie podría tener éxito fácil,
buscando demostrar la fortaleza del bolívar en los tiempos actuales;
correspondientemente, tampoco es fácil seducir a alguien para que adquiera
bolívares a cambio de pesos chilenos. Existe interés, indudablemente, en
reducir los bolívares a una moneda fuerte como activo de reserva: se busca
convertirlos a dólares-. Esto no puede ser logrado, sino con lo que algunos
podrían entender como una oferta “tentadora”, lo que es lo mismo que muchos
bolívares por un (1) peso chileno.
Para eso último, también hay una tasa
o precios -a disponibilidad de quienes se adentran en estas actividades-, sobre
los 1.000 o 1.200 Bs por peso chileno; la tasa de los convertidores o
referencia oficial está sobre los 110 bolívares por peso (110,65). Quiere decir
que las tasas están multiplicadas por 10 para el intercambio. El dólar, por su
parte, está representado en la relación 1 $ por más de 600 pesos chilenos (633)[6].
Correspondiente con estas proporciones y precios, 1.000 $ superarían los 600.000
pesos; estos a su vez, con la tasa ofrecida –específicamente los 1,200 Bs por
peso chileno- alcanzarían a 720.000.000 BS (¡Albricias!) -1000$ a la tasa de Dólar today-. Y queda un margen para llegar a las tasas o casas de
registro que superan a la que hemos llamado la tasa madre.
Hemos tomado dos ejemplos (uno, el de
una economía frontera y otro lejano,
pero importante en las migraciones) pero podrían se otros los casos y lo
observable no sería un gran descubrimiento, pero si un proceso muy importante
en cuanto a parte de la dinámica actual de los problemas cambiarios vistos
desde Venezuela.
Forzando la expresión o idea del eterno retorno, es casi como que todo
vuelve a ser lo que alguna vez fue. Más claro aún, todo comienza y termina con
el dólar para el contexto hiperinflacionario, de desvalorización del bolívar,
de escasez de divisas y de crisis económica y social profunda que tiene la economía
venezolana, como resultado de disfuncionales políticas económicas durante casi
20 años de administración bolivariana. Dolarización informal, sobredeterminación
del dólar en los precios, deterioro en las condiciones de vida y desespero de
los migrantes por buscar nuevas esperanzas y proyectos, al ver su proyecto
temporal de vida sin posibilidades de mejoramiento y, peor aún, con altas
posibilidades y probabilidades de empeoramiento.
@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com
[1]
Agradezco al Profesor Carlos Daly G., su paciencia y sus ideas para conversar
estos escarceos
[2]
Usamos esta expresión como sinónimo de precio o tipo de cambio.
[3]
Algunas de estas cifras las planteamos redondeadas o como aproximaciones.
[5]
Este término lo tomamos del área de la actividad de fabricar pan, donde se habla
de masas madre, que son masas base.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario