sábado, 21 de septiembre de 2019

EL RESPETO Y LOS POLÍTICOS: aforismo, respeto y política en la Venezuela actual


EL RESPETO Y LOS POLÍTICOS: aforismo, respeto y política en la Venezuela actual

EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ


UN AFORISMO Y EL RESPETO
Uno de los espacios donde le oí a mi madre Guillermina decir numerosas veces, habían trampas, zancadillas y cualquier otro tipo de conducta inadecuada, era el de la política. Siempre repetía el corto y bastante conocido aforismo: “la política es sucia”.  Uno ha podido verlo nacional e internacionalmente, sin ser esto una prédica de antipolítica. Varios -y a veces destacados y en determinados ámbitos no escasos- políticos, saben lo que es el respeto, la buena prédica, la honorabilidad y el cumplimiento con las promesas y  la verdad.
Aprenden los humanos el respeto -en sus formas iniciales- a través de la familia, los padres y los abuelos. La figura sagrada de los abuelos, cuando son nobles y cariñosos pasa a ser para un niño una imagen de importancia; igual pasa con los padres, con su guía, cariño y autoridad. En los casos adecuados se aprende, incluso, a respetar a los hermanos mayores.
Aprenden los niños el respeto a las instituciones, y a significados preliminares de lo que es una organización, a través de los maestros. Se trata de la figura enorme de un maestro o maestra, que enseña y orienta, entre otras cosas, sobre lo que mi hija Valentina llamaba -de cinco años- las normas. Se aprende lo que es respetar a extraños, a compañeros de clase, a pedir un turno para hablar, a saber cuándo se puede ir al baño, en una institución que no es el hogar y la casa.
Aprenden los ciudadanos lo que es el respeto, cuando ingresan a la Universidad, al Ejercito o a distintos trabajos donde, ahora, ya más grandes, lo profesores les exigen un comportamiento de adultos a aquellos, o los jefes les exigen a los subordinados realizar determinadas tareas de labor o de entrenamiento.
Aprenden las personas a formar una familia, que debe -en los casos normales- estar basada en el respeto al esposo o a la esposa. Pero también, a los propios hijos, para transmitirles el respeto a la familia, a la palabra, al juramento, a la religión -si es el caso-, a los hábitos y a las buenas costumbres. Con todo y globalización y modernismos y las llamadas crisis personales y de la familia, los millennials[1] y las migraciones, es, por lo menos hasta ahora, en esta última, donde se alberga parte importante de las esperanzas del ser humano.
Aprenden los políticos, en las democracias y economías más desarrolladas, a respetar a los ciudadanos, porque son estos los que, por variados mecanismos, los han puesto en ese lugar. Y cuando se trata de sociedades donde se paga o se tienen consecuencias en cuanto a sanciones de la comunidad o del pueblo -en el sentido real y no populista o demagógico de esta expresión-, en lo que se hace o se dice, son esos mismos ciudadanos los que los pueden quitar.
Aprenden las personas, entonces, a respetar las leyes, autoridades, normas, instituciones y así -adicionando otras razones, seguramente de igual importancia- surge un ciudadano o un funcionario público que asume lo que es el respeto a la palabra, al juramento, al servicio y a la responsabilidad.
Con esto no colide ni el individualismo de las sociedades de mercado, ni el colectivismo, como lo ambicionaron algunos revolucionarios verdaderos. Son los practicantes del autoritarismo, fascismo, desorden, salvajismo o cualquier extremismo de derecha, centro o izquierda, los que piensan que pueden alterar con sus órdenes, deseos, ambiciones o desviaciones, lo que a la humanidad, a sus ciudadanos, personas y familias les ha costado construir con aquel sentido preliminar -pero válido en algunos perfiles- de que el aprendizaje y conocimiento humano es acumulativo y progresivo.
VENEZUELA Y LOS POLÍTICOS
Ha tenido Venezuela[2] en grandes trazos de los primeros 60 o 70 años del siglo XX políticos, funcionarios y presidentes de todo tipo como Laureano Vallenilla Lanz, Eleazar López Contreras, Isaías Medina, Andrés Eloy Blanco, Rómulo Gallegos, Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Rafael Caldera. Pero, en varios de ellos, siempre se observó respeto y comedimiento así como aprecio por la manera respetuosa de hacer las cosas y comunicarse.
La administración bolivariana y algunas que se le parecen o están muy vinculadas a ella en la región latinoamericana, ha marcado pauta en su euforia en el irrespeto y la ordinariez[3]. No es eso consustancial, por lo demás, a las propuestas iniciáticas, fundamentales o básicas del pensamiento ubicado como de izquierda en el siglo XX.
Puede resaltarse una frase que remite al Presidente de Venezuela de 1999 a 2013:
«…Él es una persona que no tiene capacidad de respetar a los otros seres humanos…». Angela Zago[4]. Ex-miembro de la Asamblea Constituyente de 1999. Entrevista con José Domingo Blanco (www.globovision.com,"Globovisión" 6-12-01).
Esta ciudadana, que tiene en sus experiencias haber sido guerrillera y que con seguridad no andaba con un chopo en su experticia de los años sesenta -como dijo el Presidente de ella en una de sus tantas alocuciones, seguramente buscando suavizar la imagen-, ha expresado con conocimiento y valentía varias ideas de utilidad para el escenario social y político que ya se vislumbraba a inicios de los dos mil en la nación venezolana.
DOS SUCESOS RECIENTES
Dos sucesos cercanos -chispeantes o bochornosos- remiten a lo que es el respeto y el talante que pueden tener algunos en política -sea con procedimientos o palabras y gestos- y los cuales están relacionados.
Uno primero, atañe al acuerdo firmado entre el gobierno y una parte de la oposición el día 16 de septiembre de 2019. Rápida la negociación y rápida la firma de lo negociado o a negociar, poco relevante pasa a ser por el contexto dado y presentado.  Así, se firmó un acuerdo entre el gobierno de NM y un grupo de partidos minoritarios de la oposición, identificados como «oposición moderada», entre los cuales se instaura una nueva mesa de diálogo nacional como preámbulo al regreso del PSUV a la Asamblea Nacional, la designación de un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE), la liberación de presos políticos, defensa del Esequibo, rechazo y petición del levanto de  sanciones y el canje de petróleo por alimentos y medicinas. Por el oficialismo el documento fue firmado por Jorge Rodríguez (ministro de Comunicación), Delcy Rodríguez (vicepresidenta Ejecutiva), Jorge Arreaza (canciller), Aristóbulo Istúriz (ministro de Educación) y Blanca Eekhout (ministra de Comunas), mientras que por Avanzada Progresista firmó Luis Romero (secretario general); por el MAS firmó Felipe Mujica (secretario general), por Soluciones firmó Claudio Fermín (presidente) y por Cambiemos lo hizo Timoteo Zambrano (secretario general) (ver http://cronica.uno/chavismo-y-oposicion-moderada-firman-acuerdo-para-regreso-del-psuv-a-la-an-y-un-nuevo-cne/). Después vinieron las aclaratorias, como las de algunos que se indicó estuvieron presentes y ellos precisaron que no fue así, o que lo acordado todavía no tenía fecha fijada -aunque al firmarse el acuerdo se señalaba como que sería al día siguiente-, como el particular punto del regreso de los oficialistas a la Asamblea Nacional[5], entre otras cuestiones.
La secuencia o espera del día siguiente a que los oposicionistas nucleados en torno a Juan Guaido señalaran que las negociaciones de Barbados no tenían ya opción[6], los personajes involucrados, los contenidos temáticos y la rapidez y euforia del oficialismo, hacen pensar en un elemento altamente negativo para las creencias y seguimientos por parte de los lados sanos que la expectación todavía abarca en la política venezolana. Parece que lo peor de lo peor todavía tiene mucho que mostrar desde distintos lados.
Uno segundo, atañe a las reacciones de Felipe Mujica en un programa televisado internacionalmente, en una discusión con Gustavo Tova Arroyo[7]. Sobre ninguno de los dos conozco mayor cosa, sino algo del actuar político del primero, así que no es por esa vía que se justifica su referencia. La misma atañe a las acusaciones y enfrentamiento del primero de ellos en relación al segundo, adjetivándolo de homosexual. Cualquiera puede argumentar que se puede perder la paciencia u otras razones en escenarios diversos, pero en un político de experiencia y sean las adjetivaciones falsas o verdaderas, lanzadas con la intención de desprestigiar en un escenario nacional y mundial tan lleno de complejidades, cosas que se observan todos los días o vicisitudes superadas, entendidas o aceptadas; en un escenario así, tal acusación, aunque fuese cierta, no interesa su demostración ni tiene sentido su uso. Es una falta de respeto con el que mira y oye tales expresiones de un político.
En fin, en lengua coloquial: “Cuando fueres por camino, no digas mal de tu enemigo” o “Lo que no acaece en un año, acaece en un rato”.




[1] ¿Qué significa realmente ser un "millennial" y cuáles son los mitos y las verdades sobre esta "generación perdida"? https://www.bbc.com/mundo/noticias-42722807 19 enero 2018.

[2] De mucho interés el libro Sísifo en la tierra de gracia. Mito y realidad de la democracia en Venezuela de Héctor Valecillos. Rayuela Taller de Ediciones 2014.
[3] Una de las definiciones en que se concibe: Acción o expresión, generalmente ordinarias o groseras, que demuestran mal gusto y falta de educación.
[4] Autora del libro Aquí no ha pasado nada sobre las guerrillas en los años sesenta en Venezuela. Síntesis Dosmil, Caracas, 1972, 
[5] En la euforia de los firmantes y el oficialismo – pues de resto hubo numerosísimas expresiones de protesta- no se señalaba nada sobre el carácter de desacato que durante tiempo el oficialismo le ha adjudicado al órgano del caso. Es de suponer que al reincorporarse los indicados tal situación desaparecería.

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