LOS
PROFESORES UNIVERSITARIOS.
Notas desde la
UCV.
EDUARDO
ORTIZ RAMÍREZ
Aquella sociedad y Universidad donde
los profesores podían tener sueldos de unos miles de dólares que, sin ser los más
altos del mundo, eran bastante significativos, obtener becas y adquirir muebles e inmuebles ya no existe. No
hay presupuestos, pero, más aún, no hay voluntad de los administradores
nacionales para canalizar recursos hacia las Universidades. Personas y
profesionales saben de magnitudes en el mundo, pero realmente en Venezuela no
ha habido un proceso de concienciación o introyección para
haber digerido la magnitud de los ingresos obtenidos por el Estado del 2004 al
2014. Ya no hay esos recursos y no se consigue quien los suministre.
Tenemos así un país con alta inflación,
industrias quebradas, exportaciones disminuidas y profesores, profesionales,
empleados y obreros mal remunerados, sin capacidad de compra. Pero, además, mal
o insuficientemente atendidos en salud y en oportunidades de distracción o
catarsis. Los Institutos de Previsión
de las Universidades, en su mayoría, están vueltos crisis directas.
La UCV requiere cambios profundos, como también lo requieren otras
universidades. Presupuestos y sistemas de generación de ingresos deben ser
implementados o modificados, según los casos. Quienes forman a cursantes de
postgrado o a los distintos profesionales de las áreas de pregrado, no deberían
seguir ganando las miserias que
ganan por dictar clases on line o
directamente durante un semestre. Mientras los profesionales liberales o los FreeLancer cobran sus “justificados”
honorarios a distintos estratos de la población por igual. No bajan los precios,
pues ellos y los funcionarios públicos de alto nivel tienen que vivir. Resulta que
los profesores también. Estas son las contradicciones de un país que en crisis
percibe como en la comitiva del viaje a China, cuyos resultados no son
tangibles, iban más de 160 Personas.
¿Puede alguien tener la esperanza que
en este contexto fiscal y económico la administración del Presidente Nicolás Maduro vaya a asignar remuneraciones de cientos
de $ a profesores universitarios o a empleados públicos, aunque más no fuese? Muy
difícil. ¿Y las enfermeras, otros profesionales, policías y obreros por
mencionar a algunos? ¿Cómo quedarían en sus salarios relativos? ¿Cómo se compararían
o sobrevivirían con una situación suficientemente alterada con los precios relativos que ha generado la “encantadora dolarización informal de la economía”,
que algunos terminan viéndola también como benefactora de los salarios? ¿Qué hará
y que podrá hacer la administración del país?
Conceptualmente, parte de esta problemática
viene de haber pensado en 2018[1]
y antes que todo podía nivelarse – cosa impresionante económicamente hablando-
en base al salario mínimo y decir “Ah...
Por fin llegamos a la igualdad...”
Si no fuera suficiente metida de extremidad inferior, habría que recordar los
niveles de vida alcanzados por los venezolanos en una sociedad que vivió ostentación (de los setenta a los noventa) sin haber tocado los más
altos grados de desarrollo. En fin, la administración del país al parecer,
seguirá bonificando el salario y,
los venezolanos, viendo como este se disminuye alcanzando la idea del salario negativo o salario irrelevante,
desde la perspectiva de permitir costear el nivel tan siquiera mínimo de vida[2].
El realismo debe llevar a seguir
denunciando y exigiendo, pero, estructuralmente, tendrá que haber un cambio en la administración
del país y en la concepción de lo que son la Universidades como puntal de
progreso y avance de una sociedad y con ello los profesores y trabajadores universitarios,
junto a una población que ya ha visto migrar a casi 8 millones de sus
habitantes.
29 septiembre 2023
@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com
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