martes, 31 de mayo de 2016

Dolarización en Venezuela: Alternativa de Escape a la Trampa Inflacionaria.

(NOTAS E INVESTIGACIONES DE LOS CURSANTES DE LA MAESTRIA).

Fernando Fossi

El dinero en nuestra sociedad posee las características de ser un medio de intercambio común y generalmente aceptado, una unidad de cuenta y un depósito de valor a mediano o largo plazo. Cuando cualquiera de estas características se ve perjudicada en cierto grado o desparece del todo, es cuando los agentes económicos pasan de valorar una unidad monetaria determinada a despreciarla y empezar a demandar alguna otra unidad monetaria cuya integridad y valor estén mucho mejor afianzados.

El actual marco macroeconómico que presenta Venezuela, ha traído como consecuencia la aparición de tesis y propuestas como la “Dolarización”, la cual surge en escenarios de hiperinflación en el cual aquellas monedas locales son despreciadas de tal manera por los agentes económicos que pierden su atributo de medio para conservar el valor de los bienes y pasan a ser sustituidas por otras monedas. Es por esto que en Venezuela, con una tasa de inflación fuera de control debido a una mezcla de políticas fiscales y monetarias que promueven el alza de precios, muy pocos optan por mantener la moneda nacional y se refugian en el dólar, el euro o adquieren activos fijos, como casas, apartamentos, entre otros bienes.

El término Dolarización cobró fuerza a finales de los años setenta, donde la pérdida de credibilidad sobre monedas locales (o de circulación legal)  impulsó a los agentes económicos a resguardase en monedas consideradas fuertes (divisas). En la actualidad, la dolarización ha tomado importancia en la dinámica económica de muchos países sobre todo latinoamericanos (Ecuador, Panamá), donde en décadas pasadas surgieron notables procesos inflacionarios.

En Venezuela, el abuso del rol de Estado ha llevado a manipulaciones de las variables económicas, tanto en política monetaria, como en expansiones indiscriminadas de gasto público, que solo han perseguido fines populistas. Así lo evidencia el prolongado e ineficiente control cambiario que a largo plazo se ha convertido en la causa fundamental de la creciente escasez de divisas en la economía nacional, lo cual no solo ha generado el surgimiento de un mercado negro para la compra y venta de las mismas, en el cual el precio duplica actualmente la tasa DICOM, sino que también alienta de manera incontrolable los niveles de corrupción dentro del Estado. Además de esto, es evidente que esta situación ha servido como base fundamental para el abrupto proceso inflacionario que vive la economía venezolana en la actualidad, el cual se ve mucho más agravado tras el progresivo desmantelamiento del aparato productivo nacional y la drástica disminución de los ingresos petroleros como consecuencia de la caída de los precios del crudo en los mercados internacionales.

Dicha situación tiene impacto directo en el entorno económico donde las empresas reportan niveles críticos de inventarios y algunos sectores han optado por trabajar directamente con divisas para evitar el cierre de sus operaciones (sector automotriz y aerolíneas internacionales). Así, los pasajes aéreos, los vehículos en el mercado secundario, los apartamentos en determinadas zonas de capitales de estados, se transan en dólares.

Específicamente la dolarización en su concepto más amplio según Calvo y Vegh[1] tiene que ver con las sustitución de algunas o todas las funciones clásicas del dinero (unidad de cuenta, medio de pago, reserva de valor) que brinda la moneda local. Dentro de este marco se identifican diferentes orígenes del proceso: en primer lugar puede producirse desde el punto de vista de la oferta (formal), cuando el Estado retira la moneda de curso legal y se impone el dólar, con lo cual todos los precios de los bienes y los salarios pasan a denominarse en esa unidad monetaria. En segundo lugar se encuentra el lado de la demanda (de facto), cuando son los agentes económicos quienes deciden, para maximizar el valor de sus activos, utilizar una divisa en lugar de la moneda local (caso venezolano) con la autorización del gobierno, por acción u omisión. La dolarización, en sus etapas iniciales, indica que la moneda extranjera está prestando servicio como unidad de cuenta y reserva de valor, y no necesariamente como medio de  pago.

Una vez puesto en contexto el marco conceptual y la situación de pérdida de credibilidad y confianza en el Bolívar como unidad de cuenta y reserva de valor, podemos indicar que la política monetaria ha sido totalmente manipulada, politizando el sistema cambiario. Dicho modelo se ha convertido en un sistema decadente como fruto de la misma perversión que significa la administración centralizada de la economía y la fijación de controles que vulneran y someten las libertades. En este sentido, una hipotética dolarización, permitiría minimizar las funciones del banco central y por ende del gobierno de recurrir a medidas inflacionarias para subsanar los problemas de déficit y gasto exacerbado.

Sin embargo una medida de esta naturaleza “acabaría con la inflación, implicaría una fuerte caída del salario que pasaría a ser el segundo más bajo de América Latina después de Cuba. El salario mínimo que se ubica actualmente en Bs 33.636,17 equivaldría a tan sólo unos 30 dólares mensuales (según la tasa del mercado paralelo). Esta tesis, lejos de ser un escenario probable, es una realidad que se vive día a día con el nivel de precios actual, y si bien las tasas DICOM o DIPRO dan la posibilidad de tener un salario más elevado, las reservas internacionales actuales (poco más 12 mil millones de dólares) no permitirían llevar un proceso de dolarización a esos tipos de cambio ya que son tasas artificialmente apreciadas por la política monetaria gubernamental.

No obstante, si bien es cierto llevar a cabo dicha medida significaría un duro golpe en el corto plazo para la economía nacional, sentaría las bases para limitar la discrecionalidad en la ejecución de la política económica y obligaría a los gobernantes a ser eficientes en los presupuestos limitando el gasto. Si la dolarización es formal:


A) Eliminaría la política monetaria, y por lo tanto minimizaría las funciones del banco central.

B) El gobierno perderá facultad de generar ingresos vía señoreaje (creación de dinero a través de devaluaciones o incrementos de la oferta monetaria en moneda local).

C) Presiona al gobierno a mantener una disciplina fiscal (no gastar más de sus ingresos).

D) La oferta monetaria depende del saldo de la balanza de pagos y del monto de las reservas internacionales. 

      Al respecto, Phillip Bagus (Profesor de la Universidad Rey Juan Carlos) señala de manera acertada que “Los beneficios de la producción de dinero recaen sobre su productor, o sea, sobre los bancos centrales y quienes los controlan (los gobiernos). Las externalidades negativas en forma de alza de precios y, en la mayoría de los casos, de un dinero de peor calidad, recaen sobre todos los que usan el dinero fiduciario”.[2] es decir los ciudadanos, que serían los mayores beneficiados de adoptar el dólar, al ver restituida su capacidad de ahorro e inversión.

Es por esto que se hace pertinente recomendar un proceso de dolarización en la economía venezolana, para eliminar los riesgos y males asociados a la manipulación monetaria, para hacer a los gobernantes más eficientes y responsables, y para devolver poder y libertad a los ciudadanos, que les posibilite el uso de una moneda fuerte y libre de las distorsiones generadas por el Estado, minimizando la inflación, las devaluaciones típicas, los controles de precio y de cambio, entre otros.

Referencias Bibliográficas:
1. Calvo, Guillermo -  Carlos A. Vegh. Currency Substitution in Developing Countries: An Introduction. Revista Análisis Económico.Junio 1992. pág. 27.
2.  Phillip Bagus "Eliminating Monetary Externalities”. Marzo 2011.
3. Végh, Carlos A.; Stopping High Inflation: An Analytical Overview, Staff Papers IMF, 1992. Fuente en línea: http://prodavinci.com/blogs/6-claves-venezuela-esta-al-borde-de-una-hiperinflacion-por-anabella-abadi-m-y-richard-obuchi/
4. Morales, Juan. Hiperinflación y Políticas de Estabilización. Instituto de Investigaciones Socio- económicas. 1994. Fuente en línea: http://www.iisec.ucb.edu.bo/papers/1991-2000/iisec-dt-1994-01.pdf
5. OLIVO, Victor. MENDOZA, Omar. El Dinero en la Economía. BCVOZ Económico, Boletín Económico Informativo. Agosto 2004, Caracas, Venezuela. Fuente en línea. Disponible en: http://www.bcv.org.ve/Upload/Publicaciones/BCVOZjun03.pdf.pdf
6. RAGUÁ, Daniel. Apuntes sobre la Dolarización (En Venezuela). Fuente en línea. Disponible en: http://prodavinci.com/blogs/apuntes-sobre-la-dolarizacion-en-venezuela-por-daniel-ragua-numeralia/




[1] Calvo, Guillermo -  Carlos A. Vegh. Currency Substitution in Developing Countries: An Introduction. Revista Análisis Económico. Junio 1992. pág. 27.
[2] Phillip Bagus.  "Eliminating Monetary Externalities”. Marzo 2011.

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