Fernando Fossi
El dinero en nuestra
sociedad posee las características de ser un medio de intercambio común y
generalmente aceptado, una unidad de cuenta y un depósito de valor a mediano o
largo plazo. Cuando cualquiera de estas características se ve perjudicada en
cierto grado o desparece del todo, es cuando los agentes económicos pasan de
valorar una unidad monetaria determinada a despreciarla y empezar a demandar
alguna otra unidad monetaria cuya integridad y valor estén mucho mejor
afianzados.
El actual marco macroeconómico que presenta Venezuela, ha traído como
consecuencia la aparición de tesis y propuestas como la “Dolarización”, la cual
surge en escenarios de hiperinflación en el cual aquellas monedas locales son
despreciadas de tal manera por los agentes económicos que pierden su atributo
de medio para conservar el valor de los bienes y pasan a ser sustituidas por
otras monedas. Es por esto que en Venezuela, con una tasa de inflación fuera de
control debido a una mezcla de políticas fiscales y monetarias que promueven el
alza de precios, muy pocos optan por mantener la moneda nacional y se refugian
en el dólar, el euro o adquieren activos fijos, como casas, apartamentos, entre
otros bienes.
El término Dolarización cobró fuerza a finales de los años setenta,
donde la pérdida de credibilidad sobre monedas locales (o de circulación
legal) impulsó a los agentes económicos
a resguardase en monedas consideradas fuertes (divisas). En la actualidad, la
dolarización ha tomado importancia en la dinámica económica de muchos países
sobre todo latinoamericanos (Ecuador, Panamá), donde en décadas pasadas surgieron
notables procesos inflacionarios.
En Venezuela, el abuso del rol de Estado ha llevado a manipulaciones de
las variables económicas, tanto en política monetaria, como en expansiones
indiscriminadas de gasto público, que solo han perseguido fines populistas. Así
lo evidencia el prolongado e ineficiente control cambiario que
a largo plazo se ha convertido en la causa fundamental de la creciente escasez
de divisas en la economía nacional, lo cual no solo ha generado el surgimiento
de un mercado negro para la compra y venta de las mismas, en el cual el precio
duplica actualmente la tasa DICOM, sino que también alienta de manera
incontrolable los niveles de corrupción dentro del Estado. Además de esto, es
evidente que esta situación ha servido como base fundamental para el abrupto
proceso inflacionario que vive la economía venezolana en la actualidad, el cual
se ve mucho más agravado tras el progresivo desmantelamiento del aparato
productivo nacional y la drástica disminución de los ingresos petroleros como
consecuencia de la caída de los precios del crudo en los mercados
internacionales.
Dicha situación tiene impacto directo en el entorno económico donde las
empresas reportan niveles críticos de inventarios y algunos sectores han optado
por trabajar directamente con divisas para evitar el cierre de sus operaciones
(sector automotriz y aerolíneas internacionales). Así, los pasajes aéreos, los vehículos en el mercado secundario, los
apartamentos en determinadas zonas de capitales de estados, se transan en
dólares.
Específicamente la dolarización en su concepto más amplio según Calvo y
Vegh[1]
tiene que ver con las sustitución de algunas o todas las funciones clásicas del
dinero (unidad de cuenta, medio de pago, reserva de valor) que brinda la moneda
local. Dentro de este marco se identifican diferentes orígenes del proceso: en
primer lugar puede producirse desde el punto de vista de la oferta (formal),
cuando el Estado retira la moneda de curso legal y se impone el dólar, con lo
cual todos los precios de los bienes y los salarios pasan a denominarse en esa
unidad monetaria. En segundo lugar se
encuentra el lado de la demanda (de facto), cuando son los agentes económicos
quienes deciden, para maximizar el valor de sus activos, utilizar una divisa en
lugar de la moneda local (caso venezolano) con la autorización del gobierno,
por acción u omisión. La dolarización, en sus etapas iniciales, indica que la moneda extranjera está
prestando servicio como unidad de cuenta y reserva de valor, y no necesariamente
como medio de pago.
Una vez puesto en contexto el marco conceptual y la situación de pérdida
de credibilidad y confianza en el Bolívar como unidad de cuenta y reserva de
valor, podemos indicar que la política monetaria ha sido totalmente manipulada,
politizando el sistema cambiario. Dicho modelo se ha convertido en un sistema
decadente como fruto de la misma perversión que significa la administración
centralizada de la economía y la fijación de controles que vulneran y someten
las libertades. En este sentido, una hipotética dolarización, permitiría
minimizar las funciones del banco central y por ende del gobierno de recurrir a
medidas inflacionarias para subsanar los problemas de déficit y gasto
exacerbado.
Sin embargo una medida de esta naturaleza “acabaría con la inflación,
implicaría una fuerte caída del salario que pasaría a ser el segundo más bajo
de América Latina después de Cuba. El salario mínimo que se ubica actualmente
en Bs 33.636,17 equivaldría a tan sólo unos 30 dólares mensuales (según la tasa
del mercado paralelo). Esta tesis, lejos de ser un escenario probable, es una
realidad que se vive día a día con el nivel de precios actual, y si bien las
tasas DICOM o DIPRO dan la posibilidad de tener un salario más elevado, las
reservas internacionales actuales (poco más 12 mil millones de dólares) no
permitirían llevar un proceso de dolarización a esos tipos de cambio ya que son
tasas artificialmente apreciadas por la política monetaria gubernamental.
No obstante, si bien es cierto
llevar a cabo dicha medida significaría un duro golpe en el corto plazo para la
economía nacional, sentaría las bases para limitar la discrecionalidad en la
ejecución de la política económica y obligaría a los gobernantes a ser
eficientes en los presupuestos limitando el gasto. Si la dolarización es
formal:
A)
Eliminaría la política monetaria, y por lo tanto minimizaría las funciones del
banco central.
B) El
gobierno perderá facultad de generar ingresos vía señoreaje (creación de dinero
a través de devaluaciones o incrementos de la oferta monetaria en moneda
local).
C) Presiona
al gobierno a mantener una disciplina fiscal (no gastar más de sus ingresos).
D) La oferta
monetaria depende del saldo de la balanza de pagos y del monto de las reservas
internacionales.
Al respecto, Phillip Bagus (Profesor
de la Universidad Rey Juan Carlos) señala de manera acertada que “Los
beneficios de la producción de dinero recaen sobre su productor, o sea, sobre
los bancos centrales y quienes los controlan (los gobiernos). Las
externalidades negativas en forma de alza de precios y, en la mayoría de los
casos, de un dinero de peor calidad, recaen sobre todos los que usan el dinero
fiduciario”.[2] es
decir los ciudadanos, que serían los mayores beneficiados de adoptar el dólar,
al ver restituida su capacidad de ahorro e inversión.
Es por esto que se hace pertinente recomendar un proceso de dolarización
en la economía venezolana, para eliminar los riesgos y males asociados a la
manipulación monetaria, para hacer a los gobernantes más eficientes y
responsables, y para devolver poder y libertad a los ciudadanos, que les
posibilite el uso de una moneda fuerte y libre de las distorsiones generadas
por el Estado, minimizando la inflación, las devaluaciones típicas, los
controles de precio y de cambio, entre otros.
Referencias
Bibliográficas:
1. Calvo, Guillermo - Carlos A. Vegh. Currency Substitution in Developing Countries: An
Introduction. Revista Análisis Económico.Junio 1992. pág.
27.
2. Phillip Bagus "Eliminating Monetary
Externalities”. Marzo 2011.
3. Végh, Carlos A.; Stopping High
Inflation: An Analytical Overview, Staff Papers IMF, 1992. Fuente en línea: http://prodavinci.com/blogs/6-claves-venezuela-esta-al-borde-de-una-hiperinflacion-por-anabella-abadi-m-y-richard-obuchi/
4. Morales,
Juan. Hiperinflación y Políticas de
Estabilización. Instituto de Investigaciones Socio- económicas. 1994.
Fuente en línea:
http://www.iisec.ucb.edu.bo/papers/1991-2000/iisec-dt-1994-01.pdf
5. OLIVO, Victor. MENDOZA, Omar. El Dinero en
la Economía. BCVOZ Económico, Boletín Económico Informativo. Agosto 2004,
Caracas, Venezuela. Fuente en línea. Disponible en: http://www.bcv.org.ve/Upload/Publicaciones/BCVOZjun03.pdf.pdf
6. RAGUÁ, Daniel. Apuntes sobre la
Dolarización (En Venezuela). Fuente en línea. Disponible en:
http://prodavinci.com/blogs/apuntes-sobre-la-dolarizacion-en-venezuela-por-daniel-ragua-numeralia/
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