EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ
Resumamos por Democracia, las
derivaciones de una evolución normal donde deberían haberse realizado el Referéndum revocatorio en 2016, las
elecciones regionales, el respeto a las funciones de la Asamblea, el derecho a
la protesta sin alrededor de 60 muertos y violación de derechos humanos. En fin,
la evolución normal donde los que fueron mayoría aceptasen que, hoy día, son
una franca minoría, con deseos radicales de mantenerse en el poder político,
por variadas razones. Entendamos por “Constituyente” el parto extraviado –porque
no es propiamente un a Constituyente- que ha generado la administración
bolivariana para crear elecciones, procesos y otra Constitución, con el fin
manifiesto de ganar elecciones y representantes, así como discusiones y
resultados que de otra manera no tendría ni ganaría (elementos asociados de
interés pueden verse en Guillermo Márquez, La Convocatoria de Nicolás
Maduro a una Asamblea Nacional Constituyente http://masterecointerucv.blogspot.com/2017/05/la-convocatoria-de-nicolas-maduro-una.html
24 de mayo de 2017).
Este atolladero donde no se avanza
tan rápido como se quisiera y donde aquella administración -día a día- se
debilita más, nacional e internacionalmente, lo sigue manteniendo en base a aquella
idea pervertida, pero de gran utilidad para dictaduras de izquierda o de
derecha, que señala que “el poder nace del fusil”. Más aun, cuando el militarismo
quiere imponerse sobre la sociedad, lo que desde los tiempos de la antigüedad
clásica ha sido combatido con las ideas de la Democracia.
Si venciesen la idea y las fuerzas
asociadas a la Democracia, vendría un proceso largo que implicaría entre muchas
otras cosas: 1. Lograr estructurar
un gobierno lo más adecuado posible a una economía desinstitucionalizada,
deteriorada y con signos notables de alteración del bienestar y las condiciones
de vida de la mayoría de la población. 2.
Iniciar un proceso de reconstrucción del país donde algunas variables se
podrían nivelar en seis meses o un año, pero otras, necesitarían, una y hasta
dos décadas. 3. Atender con urgencia
la pobreza extendida en algunos grupos y zonas y la alta afectación que tienen
algunas instituciones en valores, procedimientos y resultados.
Si venciese la “Constituyente” por
cualesquiera razón –aviesa o muy distinta a la tenida en el año 1999-, además
de la previsible inestabilidad política –o situación de desequilibrio- por la
magnitud de lo ya visto y acumulado en fuerzas propensas a la Democracia, el
presidente Nicolás Maduro y la administración bolivariana se mantendrían hasta
2018 y casi previsiblemente -habiéndose alterado en cualesquiera de sus
expresiones las elecciones presidenciales en ese último año señalado- para los
años siguientes. Sería una cosa bien rara
esta, para la vida normal y tendencial en la actualidad pero también para lo
que muchos revolucionarios honestos defendieron durante décadas y procesos en
cuanto a la necesidad de que los procesos revolucionarios defendiesen
auténticamente la Democracia (¿será paradójico o correspondiente con el hecho
de que todas la revoluciones izquierdistas desde el siglo XX terminaron en
dictaduras?; también terminó en dictadura la Francia napoleónica, distintas
formas de fascismo en varios momentos del siglo XX y distintos militarismos) (elementos
de interés pueden verse en Humberto García Larralde, ¿Comunismo o fascismo?
http://redinternacionaldelcolectivo.blogspot.com/2013/05/humberto-garcia-larralde-comunismo-o.html
1 de mayo 2013). Por lo demás, las propias Democracias latinoamericanas,
con su sentido fundamentalmente de elecciones, en un contexto de
presidencialismo y de propensión histórica al caudillismo, han estado asociadas
en los años recientes a un variado
conjunto de presidentes que les ha tentado la reelección y la adecuación de las
constituciones a sus gustos e intereses.
Con todas las complejidades del caso
puede uno preguntarse, y preguntarle a la administración del Presidente Nicolás
Maduro: ¿qué pasará con la economía si triunfa la “Constituyente”?, ¿cuál será
la bonanza en el bienestar, que obtendrán, y en base a que medios, ingentes
grupos poblacionales? Veamos algunos elementos.
1. La administración bolivariana no
va a cambiar su política económica ni el sentido del Plan de la Patria, ni va a perfilar ninguna estrategia diferente a
la contenida en este último, ni a las distintas cosas derivadas de sus
acepciones. Una última y expresa “innovación” del presidente Nicolás Maduro la
propuso en una de las recientes cadenas al indicar que de la Constitución que
saldría de la “Constituyente“, o de los resultados de esta, debería
incorporarse la Misión Vivienda como
un componente de aquella; siendo esto, la gestión errónea de convertir una acción de política económica o
social –que puede ser circunstancial o temporal- en una Directiva global. Resulta a veces impresionante escuchar algunos
opinadores proponer la ejecución de
políticas que coliden con las tendencias señaladas.
2. El nutriente fundamental de las
ejecutorias de la administración bolivariana ha sido el rentismo y su
instrumento directo que son los precios del petróleo. Desde 2014, se vio, se
distanciaron a la baja de los alrededor de 100$ por barril que habían
alcanzado. Instituciones y mercado tienden a ubicar niveles de tan solo 58$
(petróleo del más alto nivel) para dentro de unos 12 meses. La reciente y última reunión de OPEP no tuvo
mayores cambios en cuanto a modificaciones en niveles de producción. Por tanto no caerá el maná del cielo en el
cómodo mundo del rentismo.
3. El populismo, aferrado en la
administración bolivariana, sigue percibiendo como una opción de política, para
el mejoramiento del bienestar de los venezolanos, la de los aumentos
salariales. El círculo infernal inflación/aumentos de salario –y que en
Venezuela se empezó a sentir desde la primera administración de Carlos Andrés
Pérez 1974/1979, aunque con intensidades bajas- no es que mejora poco la
calidad de vida, sino que cada día la deteriora más (basta ver los registros de
CENDA sobre Canasta alimentaria y básica), profundizándose un distanciamiento
de cualquier consideración sobre la dinámica productiva y de productividad en particular. Sin
creerlo la administración, lo aumentos salariales asustan a numerosas familias
y empresarios. Y los seguirá ejecutando.
4. A nivel del tipo de cambio, la
administración no cambiará el control
político que ejerce en base al control
de cambios. Tampoco pareciera eliminará algún nivel de ubicación del
llamado dólar de protección (Bs 10
por $; fuente de privilegios y claro enriquecimiento de algunos) o vaya a
unificar el tipo de cambio. Por lo demás, no son opciones que ellas en sí
mismas constituyan solución al agudo problema cambiario de la economía
venezolana. La escasez de dólares después de haber dispuesto la economía de más
de 1.000.000.000.000 $ (1 billón de $) es dramática y pareciera ser algo natural señalar que eso se gastó bien y
ver como algo normal una economía
que necesita y necesitara alrededor de 8.000 millones de dólares anuales -por
varios años- para pagar su deuda. También se percibe como algo muy natural que, encontrándose el dólar negro o paralelo cerca de Bs
6,000 por dólar, la subasta Dicom
del próximo martes 30 de mayo de 2017, ubique el rango de la banda móvil en los
siguientes límites: Límite superior Bs. 2.200,00 x USD 1,00/Límite inferior Bs.
1.800,00 x USD 1,00 (BCV, CONVOCATORIA SUBASTA N° CS-SO-001-17, 25 de mayo de 2017). Están por verse
y acumularse los resultados, pero esta acción, ya practicada, y en el contexto
señalado, no se perfila como la solución en cuanto a la escasez de divisas y a
sus interrelaciones con el área fiscal, productiva y de la inflación.
5. ¿A nivel productivo, que va a
hacer la administración bolivariana? ¿Va a cercar más al mercado y a la
propiedad privada? ¿Va a estatizar o expropiar más empresas? ¿Va a desarrollar
la propiedad comunal como una forma de propiedad privada? Mucha agua ha corrido
bajo los puentes, en cuanto a formas de propiedad estatal en los antiguos socialismos
reales y la administración en cuestión no ha dado muestras de mayores éxitos en
empresas diversas. Tampoco ha sido exitosa con las cooperativas. En su perspectiva,
los 15 motores que preconiza el
presidente Nicolás Maduro son exitosos y dinámicos, mientras las empresas
siguen cerrando o pronunciándose sobre su retiro del país como el reciente caso
de la General Motors.
6. ¿Con que instrumentos productivos,
humanos o institucionales se va a insertar Venezuela en el plano internacional,
de la competitividad y de las cadenas de valor, cuando algunos de los planes
como el de su participación en Mercosur
ha terminado altamente politizado y con suspensión para el país? La nación se
ha ido y se irá distanciando de discusiones altamente dinámicas e importantes
donde, sobre comercio, competitividad, suministros, cadenas de valor y otros
elementos, participan activamente otras naciones de la región, mientras la
economía venezolana ha ido perdiendo espacios antes atendidos y sobre los
cuales los potenciales beneficiarios de la “Constituyente” no tienen ni
interés, ni equipos para desempeñarse. Sus intereses están sobredeterminados en
la dimensión política.
Vistos estos 6 puntos, entre otros
tantos, a la pregunta ¿qué pasará con la economía si triunfa la
“Constituyente”?, no se perfilan elementos distintos al de que la economía y
sus ciudadanos se sumergirán en más inflación, mayor deterioro institucional y
en el bienestar de los venezolanos dado un contexto donde en los dos o tres
últimos años -los más agudos en deterioro, de la administración del presidente
Nicolás Maduro- ni se han solucionado tales problemas, ni los que productiva y
sectorialmente los retroalimentan, como la aguda escasez, que no se soluciona
con las propagandeadas bolsas del CLAP -con sus problemas de regularidad y/o frecuencia-
o de beneficios a los seguidores, ni con importaciones donde se enriquecen
funcionarios, agentes y gestores privados, mientras el sector productivo
nacional sale altamente afectado.
Días negros esperarían, así, a
Venezuela.
@eortizramirez
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