¡A
ELLA LE GUSTA LA GASOLINA! ¡DALE MÁS GASOLINA!
Enrique Viloria Vera
Esta mortífera
pandemia que nos llega desde China, ha servido para muchas cosas: para
constatar la velocidad de respuesta de los gobiernos, la solidaridad
internacional, el sacrificio del personal sanitario y, en especial, la reacción
de los ciudadanos ante el amenazante virus. Virales también se han hecho los
numerosos videos que - colocados en las redes sociales que afortunadamente no
están en cuarentena -, informan de la variopinta conducta ciudadana.
En Italia, el
espíritu festivo de la población se ha puesto de manifiesto con las imágenes de
cientos de vecinos, quienes munidos de panderetas, violines o acordeones, salen
a los balcones para, orgullosos, cantar al unísono el himno nacional, un área de
ópera o una de las tantas canciones que se hicieron famosas en San Remo. En
España, la situación es parecida pero no igual, en vista de la incapacidad de
los españoles para ponerse de acuerdo para adoptar una sola letra para el himno
nacional, la usanza es entonces la de difundir a todo volumen la música del
himno de marras, menos en Cataluña por supuesto. En Francia, no tienen empacho
para – muy chovinistamente-. entonar a toda voz La Marsellesa y gritar ¡VIVE LA FRANCE!
En Alemania, la
reacción es mixta: cantan y difunden áreas de las óperas de Wagner, en
especial, las Valquirias. En el muy real Reino Unido, se suele oír la
consagrada expresión ¡GOD SAVE THE QUEEN! En los países bálticos, se escucha el chocar
de las copas llenas de vodka o de aquavita para calentar el cuerpo de sus
enfriados ciudadanos.
En México, nunca
falta la música: rancheras y boleros ídem se escuchan por doquier, en Argentina
lo propio, pero a la manera italiana, tangos y milongas se cantan y se bailan
en balcones y terrazas. En Nueva York no se oye nada es, all decir de Uslar, la ciudad de nadie.
En la bizarra
Venezuela bolivariana, castrocomunista, revolucionaria y anti imperialista, los
acuartelados, temerosos y menesterosos ciudadanos, en vista de las falencias y
escasez de casi todo agudizadas por la falta de gasolina, en los barrios,
urbanizaciones y pueblos de la sufrida patria – extrañamente -, se oye a sus
moradores entonar el regatón de Daddy Yankee, se corea y lo conjugan así: ¡A todos nos gusta la gasolina! ¡Dennos más
gasolina!
Habida cuenta del
clamor popular, el Robusto Guasón, desde su blindado bunker, rodeado de sus
innúmeros anillos de seguridad cubana y de los chafarotes que lo apoyan, a
ritmo de tambora y bongo anunció también cantando:
¡A LOS CUBANOS LES GUSTA LA GASOLINA! ¡VAMOS A DARLES MÁS
GASOLINA!
¡Sigan cantando,
sigan cantando, sigan cantando! ¡Sigan sufriendo!
¡PARA USTEDES GASOLINA NO HAY!
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