martes, 10 de marzo de 2020

VENEZUELA 2020: ¿COMO SE SALDRÁ DE LA TRAGEDIA?


VENEZUELA 2020: ¿COMO SE SALDRÁ DE LA TRAGEDIA?

EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ


Como se ha afirmado, “un optimista no es más que un pesimista que no está bien informado”. Viendo la convocatoria de Guaido para el 10 de marzo y la madre de todas las marchas que como contramarcha convocaron los oficialistas, se pueden presentar ciertas pesadumbres sobre que se siga sin cambios, no solo del lado de la oposición, sino del mismo gobierno, que habla de logros y avances de un país inexistente y que en realidad cada día camina más hacia la destrucción de patrimonios y valores. “El hombre nuevo” se vuelve cada día más un hombre deseoso de populismos y necesitado de bienestar, aunque no sea esta la situación de los que viven bien por origen, los beneficiados por cuadres y arreglos y los cercanos a partidos y camarillas. El invocado verdadero pueblo, aquel de los poderes creadores del pueblo nunca ha mandado en ninguna parte: ni en Roma, ni en la tenebrosa edad media, ni en ninguna de las revoluciones de los últimos 250 años. “que discutan los de abajo y que decidan los de arriba” diría casi con ironía Lenin.

¿Cómo eliminar la pesadumbre? ¿Cómo encontrar salidas o explicaciones ante gigantesca desventura, como la que tiene Venezuela en el plano económico social y político? No es fácil, y si lo es (¡tamaña ambigüedad!). Más aun cuando este asunto, lo bordea la afirmación de aquel personaje (Mao Tse Tung) que pocos lo vieron con pistolas pero que dijo “el poder nace del fusil”. Pueden ser otras, pero de nuestra parte vemos cinco opciones que se  manejan para salir de la tragedia.

La primera, atañe a la manida y deseada por varios intervención militar extranjera, en cualquiera de sus formas o combinaciones. Drones, conspiraciones, rapidez, efectividad, venganza, son parte de sentimientos, deseos o urgencias conque algunos la perciben. Se ha visto que la nación más poderosa de la tierra, no la quiere o no esta urgida en ello. Hay otras prioridades. Pero tampoco la desean, naciones latinoamericanas que saben sus implicaciones. Tampoco venezolanos sensatos y conocedores del mundo desean eso, aunque pudiesen hacerse los desentendidos en algunos casos, de darse tal acción. Por ahí no va la cosa entonces.

La segunda, concierne al golpe militar al que solo se aspira en naciones en desarrollo o de democracias deformes (una especie de golpe necesario, como lo ha sido también el del gendarme necesario). Quienes -hasta ahora- no lo han visto como necesario son precisamente quienes tienen el mando de tropas y armamentos. Están tranquilos, acomodados, forman precisamente la camarilla; sea cual sea la respuesta no han visto la necesidad de alterar el orden establecido. No es ofensivo este tema o impertinente, dado el origen de muchos de los que hoy gobiernan la nación y que varios -en momentos- desde el mundo civil, pidieron y deseaban en Venezuela golpes de estado antes de 1992, pasando después a estructurar gobierno desde lo que llaman en la administración bolivariana la unión cívico-militar.

La tercera, la llamaremos la opción Guaido 1, sin significar ello que se lo hayamos percibido  a tal dirigente de oposición. Se trata de que desde algún lugar de los grupos de oposición se decida estructurar lo que los entendidos llaman tomar las armas e iniciar una guerra civil. Como toda guerra civil, puede ser larga y sangrienta y sin ninguna duda estimular a financistas y vendedores de armas hacia un lado y otro. Tal opción, no se da con palabras ni deseos, sino con muertos en una bola de nieve y espiral de la violencia. Ello podría implicar intervención extranjera o participación de países en grupos y comisiones de distinto tipo, para reconducir el país hacia la vida pacífica y civilizada. No es una opción ni fácil ni deseable.

La quinta, la denominaremos Guaido 2, e implicaría el desempeño y la lucha dentro de los cánones de la democracia, que la administración bolivariana se empeña en violentar y que específicamente solo permite vislumbrar un escenario mixto de legalidad, ilegalidad y artimañas estructuradas por la administración bolivariana. Se quiera o no, se acepte o no, se tienen dos gobiernos y tres asambleas. La Asamblea Nacional válida y de elección popular desde 2015, la “Asamblea” de Luis Parra y la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). La quema de máquinas y registros de CNE en Mariches, podría  convertirse en que el voto no sea automatizado y ya ha permitido afirmar a algunos dirigentes de oposición que para evitar el poder de los militares en los procesos electorales, el voto necesariamente debe ser automatizado (¡Válame Dios!, con todo lo dicho sobre fraudes en procesos automatizados y beneficios de votos manuales). Si a esto se le añade lo que la administración bolivariana puede considerar sobre lo que representa nombrar un nuevo CNE, es indudable que el escenario para próximas elecciones será poco menos que imperfecto o bastante alejado de mecanismos decentes y plenamente confiables. A lo sumo, un escenario hibrido nada conveniente para salir de la tragedia en la que está sumida la nación.

La quinta,  atañe al desaliento de la gente y a la reacción del propio pueblo, en tanto agotamiento y cansancio -de distintos estratos y ubicaciones en la estructura económico social y en los patrones de distribución del ingreso-. En ello sería influyente  el profundo deterioro en la condiciones de vida de la mayoría de los venezolanos, que han visto enriquecerse a quienes gobiernan o los cercanos a estos, mientras se acumulan destrucciones de ´patrimonios, insuficiencias alimentarias, resurgimientos  y continuidad de enfermedades así como escasez de alimentos y medicinas en una población que ya supera los cinco millones de migrados a distintos países. ¿De cuál reacción se puede hablar? Desordenes, saqueos o reacciones de cualquier tipo y en cualquier dirección, sin tener una canalización específica al estilo de los movimientos espontáneos y desorganizados como el caracazo de 1989 y el cual, venera con elogios y recuerdos la administración bolivariana en algunos momentos. ¿Cuánto tiene de rentista y populista el propio pueblo venezolano y numerosos empresarios y políticos de distinta laya? ¿Cuánto resentimiento seguirá existiendo hacia unos y otros gobiernos? Esto es parte de la carga de la reconstrucción futura. En cualquier caso, la quinta opción podría estimular o coaligarse con alguna de las anteriores.

La situación es difícil. Avanza marzo y pronto se estará a mediados de 2020 y a su culminación. La hiperinflación se mantiene junto a los problemas monetarios[1], cambiarios[2] , financieros y bancarios por mencionar algunos. La administración bolivariana ya no tiene ni palabras ni políticas para la economía, que no sean las harto conocidas y poco exitosas y la migración no cesa, siendo que los relativos pasos en obtención de remesas, ni han implicado el desorden, la voracidad y la energía y fuerza de la migración desde Venezuela, en países que tienen larga trayectoria en la obtención de las mismas. El petróleo, que  es el patrón tradicional, se enfrenta ahora a baja producción en Venezuela, disminución de  precios y nuevos condicionantes como lo relativo al COVID19.

10 de marzo 2020
@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com





[1] Puede verse Omar Bello Rodríguez LA DERIVA MONETARIA (Corresponde a la versión preliminar de un escrito más amplio, sujeto a revisión. OEBR, febrero 2020).

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