VENEZUELA 2020: ¿COMO
SE SALDRÁ DE LA TRAGEDIA?
EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ
Como se ha afirmado, “un optimista no
es más que un pesimista que no está bien informado”. Viendo la convocatoria de Guaido para el 10 de marzo y la madre
de todas las marchas que como contramarcha convocaron los oficialistas, se
pueden presentar ciertas pesadumbres sobre que se siga sin cambios, no solo del
lado de la oposición, sino del mismo gobierno, que habla de logros y avances de
un país inexistente y que en realidad cada día camina más hacia la destrucción
de patrimonios y valores. “El hombre
nuevo” se vuelve cada día más un hombre deseoso de populismos y necesitado
de bienestar, aunque no sea esta la situación de los que viven bien por origen,
los beneficiados por cuadres y arreglos y los cercanos a partidos y camarillas.
El invocado verdadero pueblo, aquel de los
poderes creadores del pueblo nunca ha mandado en ninguna parte: ni en Roma,
ni en la tenebrosa edad media, ni en ninguna de las revoluciones de los últimos
250 años. “que discutan los de abajo y que decidan los de arriba” diría casi
con ironía Lenin.
¿Cómo eliminar la pesadumbre? ¿Cómo encontrar
salidas o explicaciones ante gigantesca desventura, como la que tiene Venezuela
en el plano económico social y político? No es fácil, y si lo es (¡tamaña ambigüedad!).
Más aun cuando este asunto, lo bordea la afirmación de aquel personaje (Mao Tse
Tung) que pocos lo vieron con pistolas pero que dijo “el poder nace del fusil”.
Pueden ser otras, pero de nuestra parte vemos cinco opciones que se manejan para salir de la tragedia.
La primera,
atañe a la manida y deseada por varios intervención militar extranjera, en
cualquiera de sus formas o combinaciones. Drones, conspiraciones, rapidez,
efectividad, venganza, son parte de sentimientos, deseos o urgencias conque
algunos la perciben. Se ha visto que la nación más poderosa de la tierra, no la
quiere o no esta urgida en ello. Hay otras prioridades. Pero tampoco la desean,
naciones latinoamericanas que saben sus implicaciones. Tampoco venezolanos
sensatos y conocedores del mundo desean eso, aunque pudiesen hacerse los
desentendidos en algunos casos, de darse tal acción. Por ahí no va la cosa
entonces.
La segunda, concierne
al golpe militar al que solo se aspira en naciones en desarrollo o de
democracias deformes (una especie de golpe
necesario, como lo ha sido también el del gendarme necesario). Quienes -hasta ahora- no lo han visto como
necesario son precisamente quienes tienen el mando de tropas y armamentos. Están
tranquilos, acomodados, forman precisamente la camarilla; sea cual sea la
respuesta no han visto la necesidad de alterar el orden establecido. No es ofensivo
este tema o impertinente, dado el origen de muchos de los que hoy gobiernan la nación
y que varios -en momentos- desde el mundo civil, pidieron y deseaban en Venezuela
golpes de estado antes de 1992, pasando después a estructurar gobierno desde lo
que llaman en la administración bolivariana la unión cívico-militar.
La tercera, la
llamaremos la opción Guaido 1, sin
significar ello que se lo hayamos percibido
a tal dirigente de oposición. Se trata de que desde algún lugar de los grupos
de oposición se decida estructurar lo que los entendidos llaman tomar las armas e iniciar una guerra
civil. Como toda guerra civil, puede ser larga y sangrienta y sin ninguna duda
estimular a financistas y vendedores de armas hacia un lado y otro. Tal opción,
no se da con palabras ni deseos, sino con muertos en una bola de nieve y
espiral de la violencia. Ello podría implicar intervención extranjera o participación
de países en grupos y comisiones de distinto tipo, para reconducir el país hacia
la vida pacífica y civilizada. No es una opción ni fácil ni deseable.
La quinta, la denominaremos
Guaido 2, e implicaría el desempeño
y la lucha dentro de los cánones de la democracia, que la administración bolivariana
se empeña en violentar y que específicamente solo permite vislumbrar un
escenario mixto de legalidad, ilegalidad y artimañas estructuradas por la administración
bolivariana. Se quiera o no, se acepte o no, se tienen dos gobiernos y tres asambleas.
La Asamblea Nacional válida y de elección popular desde 2015, la “Asamblea” de Luis
Parra y la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). La quema de máquinas y
registros de CNE en Mariches, podría convertirse
en que el voto no sea automatizado y ya ha permitido afirmar a algunos
dirigentes de oposición que para evitar el poder de los militares en los procesos
electorales, el voto necesariamente debe ser automatizado (¡Válame Dios!, con
todo lo dicho sobre fraudes en procesos automatizados y beneficios de votos
manuales). Si a esto se le añade lo que la administración bolivariana puede
considerar sobre lo que representa nombrar un nuevo CNE, es indudable que el escenario para próximas elecciones será poco
menos que imperfecto o bastante alejado de mecanismos decentes y plenamente
confiables. A lo sumo, un escenario hibrido nada conveniente para salir de la
tragedia en la que está sumida la nación.
La quinta, atañe al desaliento de la gente y a la reacción
del propio pueblo, en tanto agotamiento y cansancio -de distintos estratos y
ubicaciones en la estructura económico social y en los patrones de distribución
del ingreso-. En ello sería influyente el profundo deterioro en la condiciones de
vida de la mayoría de los venezolanos, que han visto enriquecerse a quienes
gobiernan o los cercanos a estos, mientras se acumulan destrucciones de ´patrimonios,
insuficiencias alimentarias, resurgimientos
y continuidad de enfermedades así como escasez de alimentos y medicinas
en una población que ya supera los cinco millones de migrados a distintos países.
¿De cuál reacción se puede hablar? Desordenes, saqueos o reacciones de cualquier
tipo y en cualquier dirección, sin tener una canalización específica al estilo
de los movimientos espontáneos y desorganizados como el caracazo de 1989 y el cual, venera con elogios y recuerdos la administración
bolivariana en algunos momentos. ¿Cuánto tiene de rentista y populista el
propio pueblo venezolano y numerosos empresarios y políticos de distinta laya? ¿Cuánto
resentimiento seguirá existiendo hacia unos y otros gobiernos? Esto es parte de
la carga de la reconstrucción futura. En cualquier caso, la quinta opción podría
estimular o coaligarse con alguna de las anteriores.
La situación es difícil. Avanza marzo y
pronto se estará a mediados de 2020 y a su culminación. La hiperinflación se mantiene
junto a los problemas monetarios[1],
cambiarios[2]
, financieros y bancarios por mencionar algunos. La administración bolivariana
ya no tiene ni palabras ni políticas para la economía, que no sean las harto
conocidas y poco exitosas y la migración no cesa, siendo que los relativos
pasos en obtención de remesas, ni han implicado el desorden, la voracidad y la energía
y fuerza de la migración desde Venezuela, en países que tienen larga trayectoria
en la obtención de las mismas. El petróleo, que es el patrón tradicional, se enfrenta ahora a
baja producción en Venezuela, disminución de precios y nuevos condicionantes como lo
relativo al COVID19.
10 de marzo 2020
@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com
[1]
Puede verse Omar Bello Rodríguez LA
DERIVA MONETARIA (Corresponde a la versión preliminar de un escrito más
amplio, sujeto a revisión. OEBR, febrero 2020).
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