Felix Arellano
Leer esta nota en: www.talcualdigital.com
El creciente número de países miembros, que
llega en estos momentos a 162 no hace fácil las negociaciones y, por otra
parte, la negativa actuación de los gobiernos radicales con discursos que
satanizan el libre comercio y el multilateralismo, torna el futuro de la OMC
poco esperanzador
La
X Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC),
efectuada en Nairobi, Kenia en diciembre del 2015, cerró con aires de optimismo
para esta organización, necesaria y con resultados importantes, pero que se
debilita progresivamente. Su deterioro ha crecido al punto que reinan dudas
sobre el cumplimiento de los acuerdos alcanzados. Por otra parte, los gobiernos
radicales, como el bolivariano, siguen trabajando para obstaculizar todas las
organizaciones que pueden generar límites a su actuación autoritaria.
La
OMC surge como parte de los Acuerdos de Marrakech que se adoptaron en el marco
de la Ronda Uruguay del viejo GATT que entraron en vigencia en 1995, y
representa una institución fundamental en la construcción de la gobernabilidad
económica comercial del mundo global. En sus veinte años de existencia se puede
resaltar importantes avances tales como: el significativo crecimiento del
comercio de bienes y servicios a escala mundial; el establecimiento de reglas
claras en diversos temas fundamentales para el comercio; la progresiva
reducción de los aranceles, cuyo promedio se sitúa en un 8%; y el mecanismo de
solución de diferencias, que para el 2014 había abordado más de 488 casos.
A
pesar de su importancia para la economía mundial, la OMC está enfrentando
serios problemas en los últimos años, que la están debilitando, entre los que
cabe destacar: el estancamiento de las negociaciones en el marco de la Ronda
Doha que, a los fines de fortalecer la normativa de la organización, se inició
en el año 2000 y aún no culmina ni se visualizan avances importantes. A este
escenario se suma el efecto negativo que tienden a generar las llamadas
Meganegociaciones Comerciales, como el Acuerdo Transpacífico recientemente suscrito
a la espera de las ratificaciones legislativas, o las negociaciones en curso
del Acuerdo Transatlántico. Estos mega-acuerdos debilitan la capacidad de
acción de la OMC y le restan beneficios a la mayoría de sus miembros.
Pero
la X Conferencia Ministerial pareciera traer aires de renovación y
fortalecimiento a la OMC, lo que dependerá de los avances que se logren para
cumplir con los acuerdos alcanzados, que como los define el Director de
la OMC el brasileño Roberto Azevedo “son históricos”. En efecto, el acuerdo de
eliminar los subsidios a las exportaciones agrícolas, con el plazo máximo hasta
el 2020 para los países desarrollados y 2023 para los países en desarrollo,
resulta un gran avance para el comercio libre y competitivo y supera un grave
error de la Ronda Uruguay, que prohibió los subsidios directos a las
exportaciones en manufacturas, por su carácter desleal; pero, los permitió en
el comercio agrícola.
También
destacan de Nairobi los acuerdos alcanzados a favor de los países en
desarrollo, tales como: el fortalecimiento de la salvaguardia agrícola,
tratamientos especiales en el comercio de servicios, mayor flexibilidad en las
normas de origen y una revisión especial de los casos del algodón y la pesca.
Los países desarrollados también se anotaron un importante avance con el
perfeccionamiento del Acuerdo Plurilateral de Tecnología de la Información
(ATI), que incluirá más de 200 productos, que en 7 años deberán estar libres de
gravámenes.
Ahora
bien, al retornar a la sede de la OMC en Ginebra, la incertidumbre retoma el
ambiente. Algunos consideran que los países encubrirán sus subsidios a las
exportaciones agrícolas, entre otros, en los mecanismos de financiamiento, con
las empresas estatales, en la ayuda alimentaria global o buscaran excusas para
postergar los plazos. Al fantasma de la Ronda Doha que no concluye, se suma que
acuerdos de reuniones ministeriales anteriores, como ocurrió en Bali en el
2012, luego encontraron serios obstáculos para su cumplimiento.
Adicionalmente,
el creciente número de países miembros, que llega en estos momentos a 162 no
hace fácil las negociaciones y, por otra parte, la negativa actuación de los
gobiernos radicales con discursos que satanizan el libre comercio y el
multilateralismo, torna el futuro de la OMC poco esperanzador.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario