Guillermo Márquez
Análisis Global
A
lo largo de los escritos sobre la crisis mundial hemos examinado la
cambiante evolución de los países
emergentes y en desarrollo. (1) (2). Al principio se especuló que estos no
serían afectados por la crisis, pero sí lo
fueron y fuertemente. Sin embargo, la recuperación fue rápida y
posteriormente una constante fue que la
contracción de la economía mundial no
fue mayor porque el crecimiento de esos países contrarrestó la contracción en
los países desarrollados. Desde el 2013 nos encontramos con un nuevo cambio, en
que los países emergentes y en desarrollo se encuentran en una coyuntura
difícil, su tasa de crecimiento debilitándose, aunque todavía superior a la de
los países desarrollados.
Dos factores principales son responsables de la nueva
situación: la baja de los precios de las materias primas, después del largo
boom que favoreció a esos países y el
cambio en la política monetaria de la Reserva Federal de los Estados Unidos, al
finalizar la suavización cuantitativa –QE-
y elevar la tasa de interés referencial.
El
examen que haremos será global sobre el conjunto de dichos países o de tipo regional, sin entrar
en detalles sobre la evolución de los países, salvo algunas referencias breves
necesarias.
La influencia de la política monetaria de los Estados
Unidos
En
escritos anteriores he examinado la política monetaria anti-crisis
de la Reserva Federal de los Estados Unidos, la cual se ha manifestado
principalmente en la compra de letras
del tesoro, la llamada suavización cuantitativa, QE, y el mantenimiento durante
casi todo el período de una tasa de interés prácticamente de cero.
En los artículos http://masterecointerucv.blogspot.com/2015/06/panorama-de-la-economia-mundial.htm y http://masterecointerucv.blogspot.com.cy/2015/11/aspectos-recientes-de-la-crisis-mundial.html le di seguimiento al proceso por el cual la Reserva Federal preparó el
inicio del alza en la tasa de interés, una vez que se cumplieran condiciones
satisfactorias de crecimiento y de baja
de la tasa de desempleo. La suavización cuantitativa cesó en octubre del 2014 y el alza de la tasa de interés se llevó a efecto a mediados de diciembre
pasado, lo cual será examinado en mi próximo
artículo, hacia abril.
Desde que se inició el proceso arriba mencionado, en mayo
del 2013, cuando la Reserva Federal comenzó
hablar de la cesación de QE y del alza de la tasa de interés, comenzó un
flujo de capitales desde los países emergentes y en desarrollo hacia Estados
Unidos, atraídos por las expectativas
del alza en las tasas de interés. Ello significó una reversión de un proceso
anterior, por el cual gran cantidad de capitales se movieron principalmente
hacia los países emergentes, para aprovechar una mayor tasa de interés.
El fin de la suavización cuantitativa y la inminencia del
alza en la tasa de interés, aceleraron la fuga de capitales el 2015; una
estimación indica que de los principales países emergentes habrían salido
capitales por un monto de $514.100 millones de dólares, derivando en que por primera vez en un largo
período, esos países tendrán una balanza
de capitales negativa. Una de las consecuencias de esta evolución ha sido un
desplome del tipo de cambio de esos países, también influenciado por la
coyuntura china, sobre lo cual hemos
comentado y comentaremos posteriormente.
En enero del 2016 es todavía muy temprano para precisar
el impacto del alza en la tasa de interés de la Reserva Federal sobre los
países emergentes y en desarrollo. Examinaremos más adelante la evolución en
este campo.
El efecto de los
precios de las materias primas
El alza en los precios de las materias primas de
principios del siglo XXI, se debió
principalmente a las altas importaciones de China con su modelo de crecimiento
basado en una alta tasa de inversión. Esta tendencia tuvo un retroceso con el inicio de la crisis
mundial pero se recuperó rápidamente, A partir del 2013 la tendencia se
revertió, iniciándose un período de baja en los precios que continúa a
principios del 2016. Esta nueva tendencia tiene como su principal factor nuevamente a China, que ha reducido su tasa
de crecimiento y está en un proceso de transformación del modelo de
crecimiento, de la inversión hacia el consumo, lo que implica menores
importaciones, perjudicando así las exportaciones mundiales y en particular las
de los
países emergentes y en desarrollo. Al respecto ver la sección sobre China en http://masterecointerucv.blogspot.com/2015/06/panorama-de-la-economia-mundial.htm. En agosto del 2014 China devaluó el renmibi, lo que causó
fuertes repercusiones en la economía mundial y en el mercado bursátil, lo cual
hemos examinado -y volveremos a examinar en http://masterecointerucv.blogspot.com/2015/08/sobre-china-y-la-economia-mundial-en-el.html. A
principios del 2016 el FMI informó que
la tasa de crecimiento de China el 2015 fue de 6.9%, -el 2014 fue de 7.4%- el
crecimiento más bajo en 24 años. Como hemos
indicado, algunos analistas consideran que el crecimiento de ese país es
más bajo que el declarado. Por otra
parte, a mediados del 2014 comenzó una fuerte tendencia bajista en los precios
del petróleo, que lo ha llevado de $110
por barril a menos de $30 a principios del 2016; en este caso los efectos son
diferentes a los del resto de las materias primas, pues mientras perjudica a
los países emergentes y en desarrollo exportadores netos de petróleo, beneficia al resto del mundo
importador neto de petróleo, entre los cuales se encuentran la mayoría de los
países emergentes y en desarrollo. Hemos examinado ese proceso en http://masterecointerucv.blogspot.com/2015/08/el-mercado-petrolero-en-el-periodo-2014.html y volveremos sobre esta materia posteriormente.
Como derivado de esta evolución, si bien los países emergentes y en desarrollo
han continuado creciendo a tasas más
altas que las de los países
desarrollados el 2014, esa tasa de crecimiento es más baja ahora y el efecto
indicado se debe a la muy baja tasa de crecimiento de los países desarrollados.
En el gráfico http://www.indexmundi.com/es/precios-de-mercado/ puede
visualizarse con claridad las explicaciones anteriores.
De acuerdo al primer informe en 2016 del FMI sobre la
economía mundial, la situación que hemos
examinado continuará el 2016 y como una consecuencia, entre otros
factores, el crecimiento mundial el 2016
sería inferior al que fue
pronosticado en octubre del 2015. La
sección de ese informe sobre los países emergentes y en desarrollo elabora
sobre esta probable evolución:
“Emerging market and developing economies are now confronting a new
reality of lower growth, with cyclical and structural forces undermining the
traditional growth paradigm, as IMF chief Christine Lagarde pointed out in a
recent speech. (3) Growth forecasts for most emerging market and developing
economies reveal a slower pickup than previously predicted. Growth is projected
to increase from 4 percent in 2015—the lowest rate since the 2008–09 financial
crisis—to 4.3 and 4.7 percent in 2016 and 2017, respectively. But these overall
numbers fail to do full justice to the diversity of situations across
countries. India and parts of emerging Asia are bright spots, projected to grow
at a robust pace, whereas Latin America and the Caribbean will again see a
contraction in 2016, reflecting the recession in Brazil and economic stress
elsewhere in the region, even as most other countries in the region will
continue to grow. Emerging Europe is expected to grow at a steady pace, albeit
with some slowing in 2016, given that Russia could remain in recession in 2016.
Most countries in sub-Saharan Africa will see a gradual pickup in growth, but
only to rates that remain lower than those achieved during the past decade”.
Análisis Regional
Después de
las consideraciones anteriores de carácter global, me referiré a algunos
aspectos de carácter regional.
América Latina y el Caribe
Las tendencias de crecimiento en la región de América Latina y el Caribe
han seguido las mismas que hemos comentado a escala global. Disfrutó del largo
período de alza en los precios de las materias primas, se desaceleró al ritmo
de la crisis, volvió a crecer y ahora está en la misma fase descendente que
hemos comentado. Al respecto, dice Moisés Naim en un artículo en El Nacional: “América Latina ha pasado de
un periodo prodigioso a uno peligroso. Entre 2004 y 2013 la región vivió un
período de extraordinario crecimiento económico y progreso social. Fue una
etapa prodigiosa que, lamentablemente, ha sido seguida por un periodo en el
cual están en peligro de perderse muchos de los avances que se alcanzaron en
los años de bonanza”.
En el 7º
avance escribí:
“También
se produjo un debilitamiento en el crecimiento de América Latina y el Caribe, de 4.6% en el 2011 a 3% el 2012, influenciado
fuertemente por la economía más grande de la región, Brasil, cuyo crecimiento
pasó de 2.7% el 2011 a 0.9% el 2012. En cambio, México mantuvo su misma
tasa de crecimiento, de 3.9%.”
Esta tendencia hacia la baja ha
continuado. Según las estimaciones del FMI el crecimiento de América Latina y
el Caribe fue menor cada año a partir del 2011: 4.9% el 2011, 3.1% el 2012,
2.9% el 2013 y una contracción el 2014 de 1.3%. Con respecto a
las estimaciones para el 2015, la CEPAL,
en su informe de julio del 2014 proyectó un crecimiento de 0.5%, en tanto en
octubre la proyección del FMI fue de -0.3%; la primera estimación la tendremos en abril. Por otra
parte, la CEPAL ha proyectado que las exportaciones de la región caerían en 14%
el 2015. En esta contracción influye fuertemente la baja de las exportaciones
de los países petroleros, Ecuador, México y Venezuela, así como una fuerte baja
en las correspondientes a Brasil. Con respecto
a las proyecciones de crecimiento para el 2016, la CEPAL tiene una proyección
de 0.2% en tanto que el FMI en su informe de enero proyecta una contracción de
0.3%.
Los factores de esa insatisfactoria
evolución son aproximadamente las mismas que hemos mencionado globalmente, con
sus peculiaridades. En el resumen de su informe de julio del 2014, la CEPAL
afirma:
“Según
el Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2015,
la desaceleración económica se debe a factores tanto externos como
internos. En el ámbito externo, se destaca el lento crecimiento de la economía
mundial durante 2015, en particular la desaceleración de China y las otras
economías emergentes, con excepción de India. El informe señala que el
comercio mundial se mantendrá estancado en lo que ya se ha transformado en un
problema estructural de la economía mundial y que a la menor demanda externa se
suma, por un lado, la tendencia a la baja de los precios de los productos
básicos, y por otro, la mayor volatilidad e incertidumbre en los mercados
financieros internacionales. En lo interno, la publicación señala que la
contracción de la inversión, junto con la desaceleración del crecimiento del
consumo, explica entre otros factores la reducción de la demanda interna,
factor principal tras el crecimiento en los últimos años”.
Así
mismo, es muy interesante la divergencia que se observa en el crecimiento subregional:
“Si bien la desaceleración es
un fenómeno generalizado en la región, el organismo prevé un crecimiento
heterogéneo entre subregiones y países, donde América del Sur mostraría
una contracción de 0,4%, Centroamérica y México un crecimiento de 2,8%, y el
Caribe de 1,7%. A nivel de países Panamá liderará la expansión regional con un
alza de 6,0%, seguido de Antigua y Barbuda (5,4%), República Dominicana y
Nicaragua (ambos con 4,8%). México alcanzará un producto interno bruto (PIB) de
2,4% y Argentina de 0,7%. Brasil anotará una contracción de 1,5%,
mientras que Venezuela tendrá una disminución aún mayor de 5,5%.
Considero
verdaderamente fascinante investigar sobre las causas de estas divergencias. Pero
una investigación de ese tipo está fuera del marco de mis escritos sobre la crisis.
Adicionalmente,
el organismo regional hace interesantes consideraciones sobre
la política económica que debería seguir América Latina y el Caribe, las cuales
deben tomarse en cuenta en la formulación de las estrategias económicas:
“Redinamizar el crecimiento en el corto y largo
plazo requiere impulsar la inversión pública y privada en tiempos complejos.
Esto se puede realizar con reglas fiscales que protejan la inversión,
recurriendo a asociaciones público-privadas y a nuevas fuentes de
financiamiento, como los bancos de inversiones e infraestructura de los países
BRICS, y mecanismos alternativos como bonos verdes y préstamos triangulares”,
declaró Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL. En materia laboral,
el Estudio
Económico señala que el menor crecimiento tendrá un impacto
negativo en el empleo. En promedio para 2015 se estima un aumento de la tasa de
desempleo a cerca de 6,5% de la población, desde el 6,0% anotado el año pasado.
En su informe la CEPAL recalca que la capacidad de los países de la región para
acelerar el crecimiento económico depende de los espacios que tengan para
adoptar políticas contracíclicas que estimulen especialmente la inversión, lo
que será clave en la disminución de los efectos de los choques externos y así
evitar que las economías sufran consecuencias negativas en el mediano y largo
plazo. El organismo agrega que la inversión no solo afecta el ritmo y la
acumulación de capital, sino que también se relaciona directamente con la
productividad de las economías. Por ello es necesario instaurar un marco de
políticas públicas que promuevan tanto la inversión pública como la privada.
Según la CEPAL, la inversión pública puede ampliar el espacio fiscal al
estimular el crecimiento, sin que eso necesariamente implique un incremento en
la deuda de los países. Asimismo, las inversiones en infraestructura pueden ser
centrales para lograr un desarrollo sostenible. Si bien ésta ha aumentado en los
últimos años, aún persisten importantes brechas. En el ámbito de la inversión
privada, la CEPAL indica que es necesario mejorar el acceso de las pequeñas y
medianas empresas (pymes) al financiamiento productivo, así como orientar los
sistemas financieros hacia el sector productivo y al largo plazo. Junto con
esto se requiere apuntalar la arquitectura productiva y territorial con
instrumentos de inversión de política industrial e innovación tecnológica que
vayan más allá de los esquemas de incentivos tributarios”.
África
Me
pareció oportuno reproducir aquí unos párrafos que escribí en el 6º avance sobre las perspectivas de largo plazo de África, para tenerlo como referencia de la
evolución reciente que ha experimentado ese continente.
“Con respecto al futuro de África, particularmente al sur de Sahara, hay bastante consenso en que será
brillante, respaldado por una evolución reciente muy favorable. Ghana
creció 14.4% el 2011, Liberia creció más
del 10% entre 2007 y 2010. Sobre el extraordinario desenvolvimiento de Botswana,
que pasó de un ingreso per cápita de $50 en 1965 a los $15.000 de hoy, ver mi “Diario de
Botswana”, en este mismo blog. El ministro de finanzas de Nigeria, en un
artículo en la publicación del The Economist “The World in 2013”, predice que
la ayuda para el desarrollo tendrá un papel secundario, “Africa emergerá como
un más sólido y respetado miembro de la comunidad internacional y más un
receptor de inversión privada que un receptor de ayuda.” El informe económico
del FMI de octubre del 2012 resume en la siguiente forma las perspectivas:
“Las condiciones económicas
en el África al sur del Sahara, han permanecido robustas, a pesar de una lenta economía mundial. Las
perspectivas de mediano plazo permanecen positivas y se proyecta un crecimiento de 5.25% por año
en 2012 y 2013. Las proyecciones para la mayoría de países de bajos ingresos
son de un fuerte crecimiento, respaldado por la demanda interna, incluyendo
inversión. Las perspectivas son menos favorables para muchos de los países de
medianos ingresos, especialmente por estar más ligados a los mercados europeos
y por lo tanto más influenciados por la
coyuntura externa. Los mayores riesgos son una intensificación de los problemas
financieros en la zona del euro y los
problemas fiscales de Estados Unidos. Algunos de los factores determinantes
de esa evolución y perspectivas son: un
período favorable para los precios de las materias primas y el descubrimiento
de nuevas fuentes de petróleo; el avance en el combate contra las enfermedades,
particularmente la malaria y el sida (no se había
presentado todavía el ébola); el efecto
de las nuevas tecnologías, especialmente el intenso uso de los teléfonos celulares, para realizar los
negocios; la nueva y creciente demanda del mercado chino, además de las
inversiones de ese país en diversos sectores de la economía que, en competencia con Estados Unidos y Europa,
ofrece condiciones muy favorables”.
El informe de Oliver August, “Emerging África” (2013), confirma el
diagnóstico y las perspectivas optimistas para el continente. Dice August que
durante los últimos 10 años el PIB ha crecido más de 30%, mientras que en los
20 años anteriores se contrajo en 10% y señala que es el continente con el más
rápido crecimiento, con una proyección
de crecimiento de 6% interanual. La malaria y el sida han retrocedido
significativamente y el desarrollo humano, medido por el índice de las Naciones
Unidas, ha dado grandes saltos hacia delante.
El autor contrapone esta visión optimista con la de sus críticos; para
lograr una opinión personal viajó a todo lo largo de África, 25.400 kilómetros,
en todos los medios de transporte y a veces en mulas, donde no había
carreteras. Su conclusión última es que
“los africanos tienen razón de preocuparse por
el desempleo, la desigualdad y
otros problemas. Pero en el pasado decenio los ganadores han sido mayores que
los perdedores, y la percepción sugiere que continuará siendo así.” Además, este informe me ofreció una confirmación de mi posición sobre la
combinación de estado y mercado y de que la mejor combinación variará en cada
país según un conjunto de circunstancias y factores. August hace un análisis comparativo de dos países,
Etiopía, muy estatista, y Kenia, donde el mercado predomina. Señala los logros
y fallas de cada régimen y los factores que deberían influir para que ambos se
muevan, uno hacia un régimen más liberal y otro hacia un fortalecimiento del
estado, lo cual lograría, en cada caso,
una combinación distinta mejor. Recomiendo la lectura del informe.
Con posterioridad al informe de
August, Shantayanan Devarajan y Wolfgang Fengler, funcionarios del Banco
Mundial, publicaron un artículo con el sugestivo título de “África’s Economic
Boom, Why the Pesimists and the Optimists are both right” (2013). Los autores
reconocen las perspectivas favorables con
argumentos y cifras similares a los de August pero, a la vez exponen los argumentos de los
pesimistas: estos alegan que la favorable evolución, principalmente causada por
la tendencia ascendente de las materias primas no será duradera, pues no
se han efectuado los cambios
estructurales que permitirían reducir la dependencia de esas exportaciones
Señalan además, entre otros aspectos,
la corrupción desenfrenada y el estado lamentable de la infraestructura,
especialmente del transporte. La
conclusión final de estos autores
es que “Ya sea que uno vea el vaso de
África medio vacío o medio lleno depende en la creencia que se tenga de las
posibilidades de cambio político. Los obstáculos a un crecimiento durable son
principalmente políticos. Esto significa que no serán fáciles de resolver
como se desprende de la experiencia
de gobernabilidad a raíz de la independencia. Pero ello no
significa que ellos son intratables. La historia reciente de los cambios
políticos y de la reforma para el crecimiento justifica una perspectiva
favorable. Creer en una África más
próspera requiere una buena dosis de optimismo pero no un gran salto en la fe.”
Los lectores que quieran continuar
profundizando sobre este tema, pueden ir al 6º avance.
Después de estos antecedentes, veamos el curso reciente que ha seguido
la economía africana.
África,
tuvo crecimiento de 6.6%% el 2012, resultando así
el segundo continente de mayor
crecimiento en el mundo, el primero fue Asia. Son numerosos los países africanos y, por lo
tanto, muy diversos los factores de la
evolución que los llevó en su conjunto a un crecimiento por encima del promedio
de la economía mundial. Entre los factores que han sido señalados se
encuentran: las inversiones orientadas hacia las exportaciones, el efecto de
las inversiones chinas, una actividad dinámica en los países exportadores
de petróleo, la reanimación de la actividad agrícola en países que habían
sufrido sequías, y la solución de los conflictos armados que habían
azotado a algunos países. A partir de ese crecimiento África no siguió una tendencia definida hacia
la baja o hacia al alza; el 2013 redujo considerablemente su crecimiento a
3.5%, para acelerarse un tanto el 2014 a 3.9%, pero sin alcanzar la cifra del
2012. Se deduce entonces, que aunque con una evolución más favorable a la de
América Latina y el Caribe, África ha sentido los efectos globales mencionados
arriba y que son indispensables los cambios estructurales de que hablan
Devarayan y Fengler.
En enero del 2016
no se conoce todavía la cifra de
crecimiento del 2015 pero las proyecciones más recientes indican un incremento
del PIB de 4.5%, elevándose a 5% el 2016,
lo que supondría una cierta recuperación
Por
la problemática económica y social y los efectos de la crisis, se
requerirá grandes esfuerzos para alanzar las altas tasas de crecimiento que
tuvo África antes de que se iniciara la
Gran Recesión. Aunque África tiene cinco
países clasificados como de alto desarrollo humano y doce como de mediano
desarrollo, la mayoría de los países están ubicados en la escala más baja del
desarrollo humano. En la evaluación reciente del comportamiento económico y social
de África hay que tomar en cuenta el
alto costo económico y social que supuso para algunos países la epidemia de
ébola, que para enero del 2016 ya está fundamentalmente
vencida, aunque todavía quedan algunos focos.
Asia (4)
Si difícil es tener una
cifra representativa del crecimiento de
toda África, creo que lo es más aún para Asia. Existen gigantes en territorio y
población, y por lo tanto en producción absoluta, como China y la India; semi-gigantes
como Indonesia; y países pequeños, hasta
el extremo del país-ciudad Singapur. Sin embargo, el alto crecimiento de los
países asiáticos ha sido bastante uniforme durante la crisis, lo que compensa
parcialmente esa dificultad metodológica.
Con esta advertencia,
podemos decir que las altas tasas de
crecimiento de los países emergentes y en desarrollo durante la crisis, están
fuertemente influenciadas por las registradas en Asia, pues fue en ese continente
donde se registraron las más altas tasas.
Un informe del FMI de octubre del 2015 indica
que el crecimiento de Asia se ha debilitado recientemente, lo que confirma la
misma tendencia global. El más reciente
informe de este organismo, de enero del 2016, indica la estimación de crecimiento para el 2014 y proyecciones para el 2015-2017.
CRECIMIENTO DEL PRODUCTO
REAL %
2014 2015 2016
2017
Asia Emergente y en
Desarrollo 6.8 6.6 6.3 6.2
China
7.3 6.9 6.3 6.0
India
7.3 7.3 7.5 7.5
Países del Sureste de
Asia 4.6 4.7 4.8 5.1
Estas cifras nos
permiten apreciar que el continente asiático
continúa siendo el de mayor
crecimiento en el mundo, aunque con una tasa decreciente proyectada. De esta
conclusión general se excluye a India, cuya tasa de crecimiento es la mayor en
Asia y con una tendencia creciente. En
el caso de los países del sureste de Asia su tasa de crecimiento es bastante
inferior a la que tuvieron en años anteriores pero con perspectivas de una
cierta recuperación. Ya veremos en abril cómo se cumplen o no estas proyecciones y conoceremos con más
precisión el desenvolvimiento económico de estos países en el 2015 y principios
del 2016.
La trayectoria que siga
la economía mundial en el futuro depende en proporción creciente de la
evolución de los países emergentes y en desarrollo. En el año 2000 estos países
generaban la tercera parte del producto mundial; En 2010 esa proporción se
había elevado a casi la mitad y se proyecta que para el 2030 pasará a ser
mayoritaria con un 60%. Estas
perspectivas se ven reforzadas cuando una estimación llegó a la conclusión de
que Asia del Pacífico, sin Japón, habría sobrepasado a Europa occidental y
oriental en la riqueza privada total, (la suma de los activos netos) el 2014 y estaría en la vía de sobrepasar a Estados
Unidos en un futuro. La riqueza de Europa sería de $42.5 billones en tanto que
la de los países emergentes y en desarrollo de
47.3 billones. Respecto a las perspectivas de estos países, dice Oren Laurent en
un artículo en el Financial Mirror del 27
de enero: “…The weakness in developing
countries is unlikely to last indefinitely…by now the smart money is on the
developed economies…”
Un factor preocupante
para esas perspectivas es el alto nivel de la deuda corporativa. Según
estimaciones del Banco de Pagos Internacionales, esa deuda se situó en 2010 en
$22 billones, habiéndose acelerado considerablemente en los últimos años. .
Como consecuencia, la relación deuda/PIB saltó de 45% a 90% en sólo 5 años. En
tanto que para el FMI la deuda de las empresas no financieras creció de $4
billones el 2004 a $18 billones el 2014. Si bien el endeudamiento no tiene per
se una connotación negativa, y puede ser positivo si los fondos se invierten eficientemente en proyectos que eleven el
producto potencial, son riesgosos cuando la coyuntura se deteriora y hay
dificultades para honrar las amortizaciones debidas. Se señala las bajas tasas
de interés en los países desarrollados como el factor principal que alentó ese rápido endeudamiento.
NOTA PERMANENTE
Decidí hacer permanente esta nota que
inserté en el artículo anterior. Ello ayuda a los lectores a relacionar los
distintos artículos de esa serie y comprender por qué en un artículo donde aparentemente faltan algunos
análisis, no se hacen porque ya se hicieron antes. Pero así mismo,
modifiqué un tanto dicha nota, pues cambié de opinión sobre la última parte de
ella.
A
partir de PANORAMA, los artículos que he escrito en el portal, y el que
escribiré sobre los países emergentes y en desarrollo, forman parte de un
tratamiento encadenado de la evolución reciente de la economía mundial. Por
tanto, algunos exámenes que se hacen en un artículo, se consideran conocidos en
uno posterior. De ello se infiere que para comprender a cabalidad el escenario
mostrado, debe conocerse la totalidad del examen.
NOTA
Con
este escrito termina mi trabajo sistemático sobre la crisis mundial. La razón
es que voy a concentrarme en algunos proyectos que están relacionados con la
crisis pero no son el examen directo de la crisis. Esos temas estuvieron desde el principio en mi programa
de trabajo sobre la que luego fue denominada la Gran Recesión, para cuando ésta
terminara. Pero no ha terminado y ellos
son muy importantes para mí. Ello no significa que no voy a volver a escribir
sobre la crisis; anualmente haré un examen de la evolución de la economía mundial, (el próximo será sobre el 2015 cuando haya
cifras satisfactorias hacia abril y la evolución en los primeros meses de 2016))
y cuando haya un desarrollo destacado que lo amerite, también lo haré.
Disculpen los lectores que no les informe sobre los temas específicos, porque
son muchos y todavía no he decidido el programa de trabajo.
(1)Aunque en la clasificación del FMI aparece Rusia entre
los países emergentes, el examen que hacemos aquí lo excluye, por considerar
que las características económicas de
ese país son bien distintas a las de los demás países clasificados como tal.
(2) La definición más sencilla de países emergentes es la
de tener varias características de país desarrollado y estar avanzando en esa dirección sin todavía llegar a esa
condición plenamente. Entre los países
considerados como emergentes por el FMI están: Argentina, Brasil, China, Colombia, India, Filipinas, Indonesia, México, Perú, Rusia, Sur África, Turquía, Venezuela. Otros
organismos tienen una calificación que difiere en algunos casos. Una lista
completa puede verse en: https://en.wikipedia.org/wiki/Emerging_markets
(3) Quienes quieran profundizar en esta problemática,
pueden leer el discurso de Christine Lagarde que se menciona en http://www.imf.org/external/np/speeches/2016/011216.htm.
(4) Este examen se referirá a los llamados países
asiáticos en desarrollo, excluyendo Japón.
GM-2 de febrero de 2016
.
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