EL “SEÑOREAJE GEOPOLÍTICO”.
DOUGLAS UNGREDDA
A lo largo de la historia, se han
registrado tensiones entre los privados y el sector gobierno, acerca de la capacidad para emitir medios de pagos
fiduciarios. A pesar de las fuertes fluctuaciones económicas y las crisis de
coordinación internacional, la emisión de dinero público ha permitido ciclos
expansionistas mayores a pesar de las costosas y a veces sangrientas lecciones
derivadas de las depresiones a finales del siglo XIX en Europa y el
estadounidense en el primer cuarto del siglo XX marcado por el desplome del
mercado de valores en 1929, el desarrollo de las crisis de la deuda mundial de
los años ochenta, la inflación estadounidense seguida de la volatilidad del
mercado de fin de siglo. Estos beneficios sentaron las bases de las tecnologías
de información y redes de productividad, que ayudaron a convertir las preocupaciones
sobre alta inflación a preocupaciones por la disminución e incluso virtual
ausencia de la misma.
En virtud de los ataques de
septiembre contra el WTC de NY, el gobierno de los Estados Unidos asumió la
responsabilidad de vigilante del sistema de pagos internacionales como si fuera
de hecho la extensión de su soberanía. La preeminencia del dólar en el sistema
financiero internacional comenzó formalmente en los años 70, cuando el entocnes
presidente de los EE.UU anuncio en agosto 1 el fin de la convertibilidad del
dólar en oro y la cotización de las materias primas en dólares norteamericanos.
De hecho, la financiación del comercio de hidrocarburos, la gestión de riesgos,
el financiamiento de proyectos para infraestructuras de extracción,
almacenamiento y transporte de hidrocarburos, así como la compra y venta de
instrumetnos para la mitigación de riesgos de los mismos. Adicionalmente, el
dólar estadounidense es parte componente en más del 60% de las reservas
internacionales, netas del oro monetario y de más del 85% del volumen de
negocios internacional global, independientemente del país de origen de la
exportación o si el demandante final es o no los EE.UU.
Bajo el punto de vista de la
geopolítica, el sistema internacional de pagos es un componente integral de la
seguridad del grupo de países del G20, que suman más del el 85 por ciento del PIB mundial. Tanto así, que en caso necesario, los flujos financieros
pueden ser bloqueados. Por ejemplo, EE.UU suspendió el acceso a algunas de sus
instituciones financieras, así como del banco central de Irán a la red Swift.
El sistema financiero, como un bien público imperfecto, puede filtrar a
intermediarios que crean externalidades negativas o costos que potencialmente pudieran
ser asumidos el resto del mundo. El riesgo moral, selección adversa y problemas
de coordinación y cooperación entre los agentes, descritos en la literatura de
teoría de juegos como la "tragedia de los Comunes", requieren de
instituciones con capacidad de supervisión efectiva para detectar y castigar
oportunamente a los trasgresores.
Pero con el fin de evadir este
entorno regulatorio, algunos privados crearon instrumentos denominados
criptomonedas. En la dinámica competitiva, más de 1600 tipos distintos de
criptomonedas surgieron para contrarrestar la llamada “tendencia depredadora” del
gobierno. Esta cantidad de nuevas criptomonedas solo subraya la poca coordinación
entre los agentes que las crearon, asumiendo que no exista colusión para
programar la muerte de algunas criptomonedas con la creación de otras, lo cual
levanta más dudas acerca de la trasparencia del sistema alternativo. Los proponentes
parecen pasar por alto que la valoración en dólares estadounidenses no obedece con
la teoría convencional la cual aplica
para economías que deben acumular reservas internacionales y dar respaldo a la
política monetaria.
Si asumimos como un referente la
teoría monetarista de la determinación del tipo de cambio, el cual se considera
un activo financiero por derecho propio, este representa las demandas de saldos
monetarios reales. El tipo de cambio, entonces se aprecia, o varía
negativamente en función a los diferenciales de crecimiento del PIB real, se
deprecia o variara positivamente según el diferencial de la tasa de expansión
de la oferta monetaria doméstica, además de los diferenciales entre tasas de
interés inflación esperada según la
prima implícita por riesgo país.
El crecimiento de los pasivos
monetarios de Estados Unidos fue mayor que el de sus socios asiáticos y de la
Eurozona durante 2001 y en 2007. Su valoración se mantuvo estable dentro de un
rango, e incluso apreciando en términos reales. Sólo el franco suizo y la
corona sueca siguen siendo constantemente apreciados, según el índice Big Mac.
La inflación, sigue siendo cercana al 2% y diferenciales de intereses vs socios
del G7 convergen hacia cero.
La discrepancia entre el comportamiento
teórico y el real podría explicarse en virtud del "Señoreaje Geopolítico".
Este señoreaje representa el margen de menor costo financiero, además de la capacidad
adicional para el endeudamiento del gobierno. El costo menor de los fondos
permite al sector privado generar valor para implementar “Estrategias de Expansión”
usando el término de la teoría de las Opciones Reales. Esto ocurre cuando los
proyectos de inversión generan valores positivos muy por encima de su
correspondiente valor en libros o contable. Las diferencias positivas generan posiciones
“en el dinero”.
Estimando el señoreaje
geopolítico de manera conservadora para la economía norteamericana es un
ejercicio bastante complejo, sin embargo y a pesar de ello, partimos con la
noción que el saldo de la deuda federal de los Estados Unidos, equivale al 103%
del PIB. Este déficit se financia a costos marginales inferiores al 1%, dada la
caída de los rendimientos de los bonos de la tesorería a estos niveles. Esto
implica diferenciales de ahorro de al menos 5%. La demanda de deuda impulsa la
reducción de las tasas de rendimientos y de interés domésticas. Si Estados
Unidos no fuera hipotéticamente una economía convencional, capaz de pagar
compromisos externos en su moneda doméstica, incurriría en costos de financiamiento
mucho más altos, quizás a costos que van entre 5% y 6% adicional y menor capacidad
de endeudamiento; 80% de su PIB, o menos. Estos beneficios se resumen en menores
costos de endeudamiento y espacio adicional para endeudamiento; razones importantes
para preservar tal privilegio a toda costa.
Cabe agregar que el señoreaje
no es capturado sólo por los Estados Unidos, sino distribuido a nivel global.
Por tanto, y como conclusión, el sistema financiero global como componente vital de su soberanía interna de Estados
Unidos es parte esencial de su geopolítica. El señoreaje geopolítico representado
por el ahorro logrado o facilidad crediticia con la que Estados Unidos financia
sus déficits externos y fiscales, genera efectos de contagio y sinergias para
el resto del mundo, por ser este un mercado referencial al resto del mundo.
Último, y no menos importante, los mercados especulativos basados en las
criptomonedas si bien no podrán sustituir las divisas tradicionales, en el
mejor de los casos permanecerán marginados, no reconocidos, pero si aprovechada
su capacidad como fuente de inteligencia financiera. Serán privados de convenciones
legales y contables universales para que no interfieran en el funcionamiento de
los mercados financieros y reales.
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