UNA VEZ MÁS AUMENTO DE SALARIO
EN VENEZUELA: un contexto de
declaraciones “llamativas”
EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ
Con la acumulación de esperanzas y desesperanzas, a la par
que de frustraciones e incumplimientos por el lado de la población y la
administración bolivariana, según sean los casos, pero sobre todo ante el alto
proceso de deterioro económico y social en la nación y en la vida diaria de
comunidades y familias (en un contexto de abierta dolarización informal e hiperinflación manifiesta y solo atenuada
en algunos meses de 2019, donde sus niveles no alcanzaron al 50% mensual de las
mediciones de la hiperinflación tradicional), esta última volvió a optar por
ejecutar nuevamente la acción de aumentar el salario mínimo y con ello las
secuencias conocidas. Así, el día 14 de octubre, fue comunicada la medida con
carácter retroactivo desde el 1 de octubre de 2019 según Gaceta Oficial.
El nuevo salario mínimo integral de Bs. 300 mil, anunciado
el 14 de octubre por el miembro de la ANC
Francisco Torrealba, estaría en vigencia, tal cual se señaló, desde el 1 de
octubre, según la Gaceta Oficial
Extraordinaria número 6.484 del 11 de octubre. El anuncio del
incremento del ingreso mínimo fue de un 361%, llevándolo al equivalente a
unos 15 dólares mensuales según la convertibilidad del momento.
El salario básico pasó de 40.000 bolívares soberanos (poco
menos de 2 dólares, según el tipo de cambio oficial fijado por el BCV) a
150.000 bolívares soberanos (7,6 dólares). El bono de alimentación que
complementa el salario, subió de 25.000 bolívares (1,3 dólares) a 150.000
bolívares. Tras este reajuste, el tercero del año, el ingreso mínimo se
pudo cotejar con cuatro kilos de carne de res, en un contexto de uso extendido
del dólar de manera informal, pero sin que buena parte de los asalariados gane en dólares ni
haya disponibilidad formal de la divisa en cuentas, bancos o cajeros.
La administración, habiendo conducido a la nación a la peor
debacle en su historia contemporánea, con una economía reducida a la mitad
en cinco años, al momento de este nuevo aumento optó por culpar a las sanciones
de Estados Unidos, dada la evolución político institucional de Venezuela desde 2017
a 2019, entre otros elementos (incluyen embargo petrolero, fuente de 96% de los
ingresos del país, pero cuya producción cayó en septiembre de 2019 por debajo
de 800.000 barriles por día –con niveles inferiores en otros meses-, frente a
3,2 millones dos lustros atrás).
Este nuevo aumento salarial se da en un contexto de perdida
de formalidad/institucionalidad del salario[1],
implicando esto último que en variadas actividades económicas agentes privados
para 2018 y 2019 remuneran a sus trabajadores en niveles superiores a los fijados
y usando crecientemente la figura de los bonos,
aunque el sector público ha continuado funcionando con el salario mínimo como
referencia estructurándose escalas y salarios de altos efectos negativos para
obreros, empleados y profesionales (ver https://www.panorama.com.ve/politicayeconomia/Gaceta-Oficial-El-nuevo-salario-minimo-esta-en-vigencia-desde-el-1-de-octubre-20191014-0042.html
14/10/19). Este escenario vario pinto de
ingresos salariales, permitió a algunos no apreciar efectos tan rotundos para
la economía derivados del aumento del salario mínimo y sus secuencias o
encender menos alarmas para la casuística productiva en relación a otros
momentos
Visto así el aumento, y sin cotejarlo todavía con el costo
de la canasta alimentaria y básica,
que se ajustará con nuevos precios de bienes y servicios, queremos destacar tres declaraciones, para un contexto
donde la administración bolivariana ya no tiene nada que hacer en cuanto a la
economía, que no sean medidas infructuosas y bastante probadas y lo cual tiene
“lógica”, dadas las ataduras y compromisos ideológicos de la administración del
caso.
En primer lugar, la de Francisco
Torrealba, presidente de la Comisión de
Trabajadores y Trabajadoras de la
asamblea nacional constituyente, quien afirmó el 15 de octubre que, con el
aumento del salario mínimo, los venezolanos podrán adquirir todos los alimentos
de los comités locales de abastecimiento y producción (cajas clap). Ante la pregunta sobre cuántos
productos de la cesta básica podrían adquirir los venezolanos con el salario aprobado
por la administración de NM señaló: «Si son los productos CLAP, los pueden
adquirir todos. Si son otros, al menos podrán comprar más cosas que con el
monto del salario anterior» (https://www.elnacional.com/venezuela/francisco-torrealba-con-el-aumento-salarial-se-pueden-adquirir-todos-los-productos-clap/ 15/10/2019).
En sus declaraciones estuvieron presentes dos elementos: el
ya señalado y el que atañe a que con esta remuneración se puede estar o vivir
mejor. Omitió el declarante el que la inflación
en su versión de hiperinflación a ese momento de su afirmación no había
arrancado a buscar sus nuevos niveles. Ante esto, la posición en las vocerías
populares que pueden escucharse en las
calles, es la de que el gobierno debería congelar los precios y después
aumentar. Conocidos son y bastante probados -en distintas economías- los
efectos perniciosos de los controles, pero en el caso de la realidad venezolana
reciente, se trata de un mercado
pervertido que busca sus equilibrios ya dentro de la dolarización informal y la hiperinflación y la administración solo
pone el punto de la inercia populista o de ilusión
monetaria del aumento de salarios. Esto es, además de otras consideraciones
que pueden esgrimirse sobre a quienes le llegan las cajas clap, con qué regularidad, con cuales bienes y de que calidad, entre otros
numerosos elementos.
La segunda declaración es la de Ricardo Sanguino, ex presidente del BCV, durante la propia administración
de NM. “La inflación que estamos observando, es
producto del bloqueo económico, de la guerra económica y el que no quiera
aceptarlo así, es porque está apoyando al imperialismo norteamericano”, señaló. Primeramente,
aseguró que como el país está en guerra
no puede hacerse uso de los mecanismos habituales para manejar la economía. “No se puede aplicar los análisis derivados
de situaciones normales a lo que se vive aquí en Venezuela, no lo puedes
aplicar estamos en una guerra, buscas los mecanismos y tratas de aplicarlo para
resolver el problema”. Ante una pregunta sobre la emisión de dinero inorgánico por parte del BCV validó dicha emisión bien sea que
el país disponga de divisas o no: “Diputado:
usted fue presidente del Banco Central de Venezuela quería saber qué postura
tenía sobre la emisión de dinero inorgánico” “¿Tu sabes que es el dinero
inorgánico?, si sé lo que es, dinero que no tiene producción, respondió el
periodista, ¿tú sabes cómo se crea el dinero en Venezuela? se crea con el
ingreso de divisas y si tú tienes divisas tu emites, y si tú tienes un bloqueo
petrolero porque no puedes vender petróleo ¿Qué quieres tu que no se emita
dinero?” (http://www.noticierodigital.com/2019/10/sanguino-la-inflacion-bloqueo-eeuu-quien-no-quiera-verlo-asi-esta/ 15/10/19).
Para el ex presidente del BCV, pues, simplemente hay que emitir el dinero por las necesidades
del mismo y, en el contexto venezolano de años recientes, debe entenderse que
dadas la anulación, depreciación o agotamiento de los conos monetarios y la
persistencia de las distorsiones de precios y salarios relativos, debe
procederse a tales emisiones. De base se sabe la problemática situación fiscal
de un Estado endeudado y con pocos oferentes de préstamos y con 4,5 millones de
pensionados y cerca de 3 millones de empleados públicos[2].
La tercera declaración es la de Diosdado Cabello, figura política de importancia en la administración
bolivariana y en su versión NM,
quien recientemente se encuentra de visita en China. En otras declaraciones,
indicó que otro de los objetivos de su visita a China es consolidar los
vínculos para la formación de cuadros políticos. En pro de ello ha habido
reuniones sostenidas con autoridades de la Escuela del Comité Central del
Partido Comunista de China y de la Academia de Gobernanza para la valoración de
un convenio de cooperación para la formación de jóvenes de Venezuela. En
los encuentros se expresó el interés del Gobierno Bolivariano en cuanto a que "instructores, académicos y
profesionales puedan ayudarnos a darle forma y sentido a un gran plan que vaya
más allá de lo inmediato, sino que sea a largo plazo para que Venezuela siga
siendo ejemplo, no solo en lo político, sino también en lo económico en todo el
continente americano". Destacando los avances de la revolución
china "que continúa con su plan de
atención al pueblo y que fueron capaces de sacar de la pobreza a 800 millones
de personas". La visita busca "estrechar
lazos y contribuir a que en Venezuela podamos tener un modelo alternativo al
modelo capitalista". Ha señalado también cómo, recientemente, han
arribado a China varias delegaciones "para
conversar sobre relaciones en materia petrolera, militar". De la misma
manera se le ha planteado al país asiático la apertura de empresas en Venezuela,
beneficiándose de ventajas por cercanía al Mar Caribe y Centroamérica (http://www.eluniversal.com/politica/53231/china-acordara-con-diosdado-cabello-transferir-tecnologia-militar-a-venezuela 15/10/19).
Realmente impresionante que más de veinte años de gobierno
ejercido y con condiciones inusuales para otros gobiernos venezolanos y/o
latinoamericanos (diez años de ingreso petrolero alto -grosso modo 2004/2014- y
un total de alrededor de 1,2 billones de $ de ingresos petroleros para
alrededor de veinte años), la administración bolivariana se plantee hoy formar
recursos para pensar o programar el desarrollo o el futuro de la nación misma.
No menos ilustre es que se lo plantee con esa fuerza, con una nación como China que a pesar de sus
éxitos y poderío es harto compleja, tanto en su evolución económico-política
(así como la presencia de numerosos problemas económicos, sociales y de género)
como en acciones y en su dimensión geopolítica.
No estamos ahora en un punto de inflexión. Se encuentra la nación
en las posiciones de avanzada de un proceso de destrucción económica, de
desequilibrios sociales y alteración del
escenario político y ciudadano, por la desinstitucionalización
que continúa avanzando. Pero, igualmente, de una ida y salida de los talentos y
capacidades productivas del país dada la
diáspora y la migración que no cesa. Y, dentro de muchas especificidades,
se ha instaurado una notable distorsión de salarios y precios relativos y en
ello han estado permanentemente influyendo, entre otros factores, las políticas
de aumentos salariales de la administración bolivariana.
17 de octubre 2019
@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com
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