El Consejo de Seguridad afronta
conflictos y desafíos y temas novedosos, para resolver estos acuciantes asuntos
del nuestro tiempo
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JESÚS E. MAZZEI ALFONZO
24/09/2020 05:00 am
En cualquier caso, no está
claro que el hecho de que Brasil siempre sea el primer país en hablar, estimo
que es un reconocimiento hacia el papel de este gran país en su aspecto
diplomático aunque los expertos apuntan a motivos geoestratégicos. Y es que,
Brasil, desde la Sociedad de Naciones, tuvo la aspiración de ser miembro
permanente de su organismo más importante el Consejo de Seguridad. Es una forma
de reconocer el peso político, demográfico y económico, de Brasil en el
contexto mundial.
Este es el principal deseo de
Brasil en el ámbito de la ONU, que sigue a al día de hoy, junto a Japón es el
país que más veces ha ocupado un asiento no permanente en este foro, hasta
ahora 11 veces, considerado el órgano decisorio más importante de las Naciones
Unidas.
Temas recurrentes e
históricos, que han definido la política exterior y la diplomacia de este país
(los objetivos del desarrollo del milenio, democracia, cambio climático,
Covid-19 y otros temas multilaterales, en los albores del siglo XXI). Por ser
país fundador de la ONU, su política exterior y en particular la multilateral
es una de las políticas más estudiadas en América Latina por los expertos y
entendidos del tema.
En
efecto, Brasil, históricamente como país multiétnico, de gran diversidad
cultural e intereses globales, siempre ha buscado la interacción con diversas
culturas y respeta la diversidad de ideologías y sistemas políticos, ha tenido
entre otros objetivos de su política exterior; la orientación de la defensa de
los valores democráticos, otro, la búsqueda de la paz entre las naciones; la
igualdad jurídica y finalmente, solución pacifica de las controversias, la
defensa de sus intereses económicos.
Así las cosas, con las
inflexiones de énfasis desde los años 90, se observa una continuidad en el uso
de la diplomacia en lo profesional como instrumento y en la alta calificación
académica del Itamaraty, reforzados luego de su proceso de redemocratización.
Dos indicadores en sus cursos de acción internacional, resaltan de esta la
visión internacional, por un lado la consistencia y por otro lado, la
coherencia de su visión internacional. Hay una perspectiva multipolar en la
visión internacional, de las relaciones internacionales. El tema de reforma e
inclusión de nuevos miembros del Consejo de Seguridad, ha sido política de
Estado desde ese entonces.
En ese aspecto desde hace más
de once años se reúne el G-4, países compuesto por Alemania, India y Japón que
han venido planteando la reforma del Consejo de Seguridad, y aspirando a una
silla permanente en ese organismo, por eso, antes del inicio de las sesiones de
la nueva ronda de la Asamblea General, se reúnen esos cuatro países, para hacer
al Consejo de Seguridad, más representativo a las nuevas realidades de las
relaciones internacionales de posguerra fría, estos países representan entre
otras cosas: 1/4 del PIB mundial, y la inclusión de ellos daría más efectividad
al Consejo de Seguridad, una de las propuesta que maneja el grupo en su
estrategia es elevar la composición del Consejo de Seguridad de 15 actualmente
a 25 o 26 miembros aumentando el número de países rotativos.
En efecto, cuando el Consejo
de Seguridad, fue creado en 1945, había 51 Estados-naciones, que integraban la
Asamblea General y el Consejo de Seguridad tenía 11 miembros, 22% de la
representación. Hoy la ONU, tiene 193 miembros y el Consejo 15, lo que no
representa una proporción regular y adecuada de los Estados miembros de la ONU.
El Consejo de Seguridad afronta conflictos y desafíos y temas novedosos, para
resolver estos acuciantes asuntos del nuestro tiempo.
Por ello, en su visión
internacional Brasil, cree en la diplomacia multilateral del diálogo y la
cooperación como una opción. Veremos que dice el decisor político (Canciller o
Presidente de la República) que hable en la novedosa asamblea virtual que se desarrollará
por el Covid-19, si se mantiene los temas históricos y permanentes de la
diplomacia multilateral brasileña, vistos los desafíos de emergencia económica,
social y sanitaria, compleja multivariable que hay a nivel mundial.
En fin, se estima, que habrá
una diplomacia brasileña con sentido de las proporciones, como ha sido la
tendencia en los últimos 25 años (esperemos) para lograr este objetivo: la
reforma del Consejo de Seguridad, es una de sus prioridades, esta vez en forma
articulada y coordinada, con otros Estados miembros interesados en
robustecerlo, más eficaz y representativo, el Consejo de Seguridad.
jesusmazzei@gmail.com
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