martes, 20 de julio de 2021

LA TEMERARIA PASION DE LOS ESPAÑOLES POR LA FIESTA

 

 

LA TEMERARIA PASION DE LOS ESPAÑOLES POR LA FIESTA

                                                                                            Enrique Viloria Vera

 

España, el bello país del vino y las canciones

Goethe 

 

A José Ignacio, varado y estupefacto en la capital del reino.

 



España es el país de la fiesta permanente de la rumba, del fandango, del guateque, del bonche, de la parranda, en fin, de la marcha sin cuartel, del bar, de las copas, de la discoteca, de las calles y plazas convertidas en baile y bebida colectiva.

Muchos afirman que toda esa alegría alivia un tanto ese carácter fatalista, pesimista, de quejicas, que se anida en el español; valga recordar las repuestas ante preguntas cotidianas como estas:

Cómo estás: Estamos.

Cómo amaneciste: ¡Vivo que ya es bastante!

Cómo te va: ¡Fatal

Con mucha razón, en su muy celebrado Gacetillas Humanísticas, Jesús Fonseca insiste en la necesidad de más optimismo y buen humor, por parte de sus paisanos, su palabra es positiva y esperanzadora ante el fatalismo que con frecuencia se instala en los españoles, dice el periodista: “Ni todo está perdido, ni todo nos perderá, por más que caminemos por la cuerda floja … No nos castiguemos a nosotros mismos más de la cuenta…No será lamiéndonos nuestras heridas como saldremos adelante”.

Así que el español se evade, hace de lado el fatalismo, la queja y el pesimismo, protagonizando en temeraria y peligrosa conducta: ¡encierros, sanfermines, tomatinas, fiestas rave, botellones!; hasta la semana santa y la devoción a la virgen son propicias, para ferias, flamenco y jerez, saetas y misas rocieras.

Los negacionistas, los infractores del uso de mascarillas, de la distancia social y de las limitaciones al número de personas reunida en espacios cerrados, el uso irresponsable de las terrazas, ha incidido el aumento de los casos por COVID, sumado a los que se oponen al toque de queda: ¡No me toques las narices, y no me quedo en casa!, son expresiones previsibles,

 Si el Jefe de Gobierno español tomase las decisiones que tomó el Presidente de   Francia, ya se hubiese armado un follón, la de San Quintín, y la inevitable caída de popularidad de quien no las tiene todas consigo.

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

 



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