LA
TEMERARIA PASION DE LOS ESPAÑOLES POR LA FIESTA
Enrique Viloria Vera
España, el bello país
del vino y las canciones
A José Ignacio, varado y estupefacto en la capital del
reino.
España es el país de la fiesta permanente de la rumba, del fandango, del guateque, del bonche, de la parranda, en fin, de la marcha sin cuartel, del bar, de las copas, de la discoteca, de las calles y plazas convertidas en baile y bebida colectiva.
Muchos afirman que
toda esa alegría alivia un tanto ese carácter fatalista, pesimista, de
quejicas, que se anida en el español; valga recordar las repuestas ante
preguntas cotidianas como estas:
Cómo estás: Estamos.
Cómo amaneciste: ¡Vivo
que ya es bastante!
Cómo te va: ¡Fatal
Con mucha razón, en
su muy celebrado Gacetillas Humanísticas,
Jesús Fonseca insiste en la necesidad de más optimismo y buen humor, por parte
de sus paisanos, su palabra es positiva y esperanzadora ante el fatalismo que
con frecuencia se instala en los españoles, dice el periodista: “Ni todo está
perdido, ni todo nos perderá, por más que caminemos por la cuerda floja … No
nos castiguemos a nosotros mismos más de la cuenta…No será lamiéndonos nuestras
heridas como saldremos adelante”.
Así que el español se
evade, hace de lado el fatalismo, la queja y el pesimismo, protagonizando en
temeraria y peligrosa conducta: ¡encierros, sanfermines, tomatinas, fiestas
rave, botellones!; hasta la semana santa y la devoción a la virgen son
propicias, para ferias, flamenco y jerez, saetas y misas rocieras.
Los negacionistas,
los infractores del uso de mascarillas, de la distancia social y de las
limitaciones al número de personas reunida en espacios cerrados, el uso
irresponsable de las terrazas, ha incidido el aumento de los casos por COVID,
sumado a los que se oponen al toque de queda: ¡No me toques las narices, y no
me quedo en casa!, son expresiones previsibles,
Si el Jefe de Gobierno español tomase las
decisiones que tomó el Presidente de
Francia, ya se hubiese armado un follón, la de San Quintín, y la
inevitable caída de popularidad de quien no las tiene todas consigo.
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