jueves, 29 de julio de 2021

NOTAS SOBRE LA INTEGRACION EN EL AÑO 2021

 

NOTAS SOBRE LA INTEGRACION EN EL AÑO 2021

EDUARDO ORTIZ RAMIREZ

 



LAS COSAS, COMO HAN TERMINADO,

La integración es tema de prioridades, urgencias e inventos permanentes en la región cósmica que es América Latina. Así como llegan los nuevos presidentes, llegan las nuevas ideas y propuestas. Sin ser el tejido de Penélope, es como que siempre se vuelve a comenzar. Más dramático es esto, cuando la velocidad y alcances del desarrollo no son tan rápidos como se deberían presentar,  según esfuerzos y otros tantos discursos y, más aun, cuando se observa aquel resultado de haberse propuesto cosas pequeñas y haber logrado cosas grandes en el caso de la Unión Europea. Hemos escuchado así en los últimos 30/60 años ideas como “…no nos vamos a integrar con pobres” (Menen) o estas “…integraciones que solo han buscado atender los aspectos económicos” (Chávez y otros justicieros en frases similares), llevando esto no solo al permanente discurso sino también a las permanentes quejas y repeticiones de procesos de reestructuración, en lo cual la actual y casi penumbrosa Comunidad Andina de Naciones es ejemplo palpable. Debemos o podemos estar así pendientes de cualquier pequeña o mediana idea o innovación  de Bukele en El salvador o Castillo en Perú. La contraparte a todo esto son experiencias acabadas, en crisis, con problemas largos como la consecución del Arancel Externo Común (AEC) en las Uniones Aduaneras imperfectas existentes o el bajo comercio intrarregional a pesar de estrategias, críticas y cambios de rumbo. No deja, sin embargo, de haber esperanzas y ellas mantienen el optimismo como el caso actual de la Alianza del Pacífico. Pero también las apuestas en ALBA-TCP en donde Venezuela -y como Sansón con las columnas- impulsó y sustentó pero, hoy día, al no poder hacerlo se presenta como un proyecto de ensalzamiento político y poco avance en sus propuestas iniciales.

ALGUNOS CONCEPTOS O ASUNTOS PENDIENTES

Los siguientes son tópicos que bordean la discusión y propuestas de integración y que complementan a otros casi eternos como tamaño de los mercados en base a demandas reales, carácter complementario o competitivo de los aparatos productivos, debilidades de los sectores industriales, necesidad de potenciar los aparatos tecnológicos y las capacidades empresariales, coordinación de políticas macroeconómicas, diferencias en los regímenes de seguridad y protección social, entre otros tantos. Veamos los que queremos  resaltar en esta oportunidad.

1. El comercio intrarregional. Tema fundamental; pueden hacerse los análisis que interesen o realizarse evidencias y (o contrastaciones empíricas con el rigor matemático incluido) pero mientras no crezca el comercio intrarregional seguiremos con economías donde lo comercial no será exitoso y ello es fundamental para cualquier experiencia de integración. Décadas van y vienen, reuniones se hacen y consiguen, pero México poco ha mirado al Sur; hay además numerosas economías que en la región no superan la etapa de despegue de Rostow, de importancia para la industria, el crecimiento y el sector financiero como bien destacó en su libro clásico R. Goldsmith[1] y, aquel comercio, poco se ha mantenido por sobre el 20% del comercio total de la región latinoamericana.

2. Las Barreras no arancelarias (BNA). No debe ser la vía de las experiencias de integración latinoamericana, sentirse altamente orgullosos de, por  la vía de la programación arancelaria, haber alcanzado niveles bajos de estos últimos para sus socios y que ello, ligado a políticas de apertura, permitan poder ofrecer al resto del mundo posibilidades de colocación de productos mientras, los mercados internacionales, la apertura y las oportunidades de comercio se ven afectadas considerablemente por la existencia de abundantes BNA´S. Algunos de los países más fuertes de la región como Brasil las usan. Desde los años 80 ya era más que evidente que crecerían y crecerían, superando las restricciones y controles para tales barreras, que supuestamente saldrían o se habrían implementado desde la Ronda Uruguay, finalizada en 1994.

3. Institucionalidad. Si de institucionalidad se trata, lo primero que debe señalarse es la situación de democracias inestables en la región[2]. La democracia como se estima, es el régimen más adecuado para supervisar o registrar consensos y disensos que puedan permitir canalizar los mejores proyectos e intenciones también en cuanto a la integración, evitándose autoritarismos y decisiones basadas en caprichos personales como ha sucedido no infrecuentemente en países como Venezuela y otros de la región. En este sentido y para la integración existe el déficit atinente a la democracia, pero también en cuanto a otros ámbitos que son de mucho interés para el desarrollo de la misma: antidumping, subsidios, barreras a la entrada, financiamiento a las exportaciones, tratamientos de la propiedad intelectual, entre otras áreas. Sin esta infraestructura e institucionalidad no se puede avanzar en la integración.

4. Empresas internacionales. A pesar de las controversias y enfrentamientos, tales empresas terminan siendo fundamentales o importantes según la fuerza que se les quiera dar; en otro perfil se puede pensar que son inevitables. Hace cuarenta/cincuenta años se pensaba que las empresas internacionales/transnacionales se oponían a la integración pero a la vez terminaban siendo sus principales beneficiarias. Numerosos y buenos  estudios de Vaitsos, Vernon, Chudnovsky y otros apuntalaban posiciones y análisis. Se oponían las empresas internacionales a la integración: tenían filiales en numerosos países, pero terminaban beneficiándose y aceptando las normas como se llegó a afirmar en espacios de inversionistas de los EE.UU. Hoy día, después de la crisis de la deuda y de la crisis de las hipotecas sub-prime de 2008 2009 y ahora en un escenario Covid19, varios países vuelven a tener necesidades de inversiones y allí están por supuesto las Cadenas de Valor. Las empresas propias de la integración Latinoamérica que ya se las había planteado el antiguo Pacto Andino, ni se conformaron en grande ni mucho menos se apuntalaron. Este es pues un terreno deficitario o pendiente.

5. El orden o marco multilateral. Desarrollar el libre comercio sobre el que se pensó desde la perspectiva multilateral y de la cláusula de la nación más favorecida sigue siendo una tarea pendiente, a la par que la lucha contra el nuevo proteccionismo (restringir importaciones+apoyar exportaciones) desde los años ochenta y, en ese contexto, la integración siempre ha sido entendida desde el GATT (1947) como una opción suboptima o como una opción mientras no se afecte el orden multilateral. Lo cierto es que entre unilateralismo, bilateralismo y plurilateralismo el orden multilateral ha terminado siendo perfectamente gris. Se pueden así encontrar razones para establecer el Acuerdo Transpacífico, pero igualmente razones para que llegue Trump y lo abandone. Igual sucede con países que firman numerosos acuerdos bilaterales, que pasan a ser irrelevantes y no operativos. Hasta donde la región se ha visto y verá afectada por este contexto no sabemos con precisión, pero cualquier innovación, propuesta o nueva idea, puede apuntalar tal escenario.

6. La sociedad civil. Los entusiastas en estos menesteres, siempre proponen los beneficios que traen la integración y la importancia de la participación popular. Se ha visto, en experiencias en Europa y en algunas de América, cómo, los sectores empresariales, cooperativos y emprendedores diversos, pueden ser beneficiarios y agentes de apoyo para aquella. Un caso emblemático, seguirá siendo, el entusiasmo mexicano por los beneficios y conveniencias que podía tener la incorporación de México al TLCAN. También seguirá siendo de relevancia, seguir resaltando la importancia de las llamadas reuniones del cuarto de al lado o cualquier otro mecanismo que apuntale la participación señalada más arriba. En cualesquiera de estos mecanismos, el empuje lo darán empresarios que apoyen o se opongan, al igual que cooperativas y sindicatos y un escenario donde la integración se haya convertido en un objetivo nacional.

No todas las integraciones y los proyectos son iguales. La diferencia sustancial entre unos países y otros, la compensación que algunos países necesitan atender, no puede ser solucionada con apreciaciones voluntaristas u omitiendo las diferencias de estructuras, tamaños y productividad o apelando a recursos históricos y falsas similitudes de identidades.

 

 

29 de julio 2021

@eortizramirez

eortizramirez@gmail.com.

 



[1] R. W. Goldsmith. Financial Structure and Development

Financial Structure and Development.

 By R. W. Goldsmith. (New Haven and London: Yale University Press, 1969. Pp. xxxiv + 561. 112s. 6d. (cloth). 36s. (paper).)

 

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