DOLARIZACIÓN INFORMAL EN VENEZUELA, 2019: a pesar de acciones y rechazos.
EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ
ALGO DE LA DISCUSIÓN Y PRECEPTOS.
Poco representativos en el producto
mundial y en la población mundial, son el conjunto de países que han dolarizado[1].
Por algo debe ser. Economías con problemas de ajuste y estabilización de nivel
profundo -como aguda hiperinflación- no la han ejecutado. Los cálculos de
tenencia de dólares, liquidez a convertir, perspectivas de control de variables,
generalmente no han cuadrado como para hacerla estimulante, más allá de los
efectos iniciales. Pues si, la inflación podría controlarse pero después vienen
otras implicaciones. Y entre ellas, además, soluciones no vistas o apreciadas a
los reales y profundos problemas de la inserción, la competitividad y el
desarrollo en los países de América Latina[2].
La dolarización es matar al enfermo con
una enfermedad terminal, por la ausencia del señoreaje y la perdida de gestión
de las autoridades monetarias cuando funcionan adecuadamente, entre otros
elementos.
Los extremos para fijar posiciones se
han ampliado; de solo haber los que pensaban sí o no desde comienzos de los dos
mil y decían sí o no a la dolarización como solución mágica, casi 20 años
después se han agregado dos figuras adicionales: los que les resulta
indiferente y solo depende de conveniencias y los que dicen si podría ser-no
podría ser.
El resumen del comienzo de la
dolarización es fijar un tipo de cambio, cambiarles a los agentes sus bolívares
por dólares, fijar precios y salarios en términos de dólares y dejar que
pulsiones, tendencias y fuerzas puedan ir llevando al equilibrio -o búsqueda
del mismo- en los precios relativos.
Cosa nada fácil en una economía desinstitucionalizada y rentista, como la que
evidentemente –ha representado y- representa Venezuela en 2019. Pero además
–haciendo abstracción del complejo escenario político del primer trimestre del
año en curso-, la administración con ya
más de 20 años, no quiere o no va a liderar la dolarización. La misma detesta
el $ (solo le gusta para disfrutarlo, lo gocen los suyos y para ejercer control
político) y no ha dado muestras de
querer eliminar definitivamente el régimen de control de cambio –en sus líneas
fundamentales y a pesar de haber derogado la ley de ilícitos cambiarios[3]
y fijado medidas hacia la banca o las casas de cambio[4]-
que ha ejecutado en más de 16 años, o de unificar el tipo de cambio. Tal régimen,
ni eliminó la fuga de divisas, ni acabó con la corrupción cambiaria que se ha
ejecutado de distintas maneras y con variados privilegios.
Varios preceptos señalamos, entre
muchos otros que pudieran indicarse. El
primero lo planteamos en base a un señalamiento clásico: la moneda lo es
todo. La idea de que desaparezca ya
la moneda, la de la importancia del uso del cuasidinero y tarjetas de crédito
y, hoy día, el resbaladizo terreno de las criptomonedas[5],
no elimina para el corto o mediano plazo la importancia que seguirá teniendo
una unidad de cuenta y valor en sus
distintas expresiones[6]. En segundo lugar, usar dólares, euros o
libras como moneda es tomar moneda de otro y someterse a los dictámenes o
definiciones de otras personas e instituciones (Bancos centrales por supuesto)
y obviamente, aunque para algunos es insignificante, adiós al señoreaje. Esto es así para los que
ansían la dolarización o para algún “antiimperialista” que desee usar yuanes, por ejemplo. En tercer lugar, y derivado de lo anterior
en cierto grado, la perdida de oportunidad de actuar para el ajuste, la
estabilización y la búsqueda de equilibrios en la macroeconomía y la economía
en general. Y en ello los campos que se afectan son los de la política
monetaria y la cambiaria. Y en cuarto
lugar, uno derivado de las experiencias internacionales: los países que han
pasado a usar moneda de otros o que han dolarizado son pocos y representan
pequeños porcentajes de la población y el producto mundial[7]
tal cual se indicó. La pregunta casi de humor negro sería ¿por qué una
relativamente mediana economía rentista, por haber sido mal administrada en más
de 20 años por parte de la administración bolivariana –supuestamente
revolucionaria- tiene ahora como única salida la dolarización?
EVOLUCIÓN Y DOLARIZACIÓN INFORMAL
Que en una economía haya inflación, o
en su forma extrema hiperinflación (aunque algunos precisen que ya es otra
cosa), que el gobierno se haya endeudado y deba pagar cerca de 8.000 millones
de dólares en años próximos, habiendo dilapidado abundantes divisas[8], en vez de restringir gastos excesivos o
atacar la corrupción y, ello lleve a las presiones del déficit fiscal y de los
acreedores internacionales; más aún, en un contexto de turbulencia política
donde ha habido sanciones de otros países, eso no es culpa del dólar o del euro,
estrictamente.
Que un país persista para controlar
la inflación, en aplicar controles de precios o una Ley de precios acordados; o
que crea que con reuniones de los 15
motores -o de los tres fundamentales porque son objeto de la supuesta guerra
económica- como se intenta en Venezuela desde 2016, donde algunos simpatizantes,
sean analistas interesados o empresarios acomodados, hasta le puedan aceptar a
la administración bolivariana que si hay una guerra económica en contra de la administración y del país, en vez
de resaltar la importancia de eliminar controles o sustituirlos por mecanismos
de previsión más acordes con criterios de rentabilidad y eficiencia de
distintos agentes o políticas que activasen el campo del comercio, la industria
y la agricultura, eso tampoco es culpa del dólar.
El dólar es simplemente uno de los varios
activos de reserva que existen y
cuya representatividad se la dan los mismos agentes económicos y políticos, que
ven en él un activo de acumulación y una
moneda de confianza. La administración bolivariana prometió y ha ejecutado impulsar subastas y uso de otras divisas y los
frutos no impiden el avance de la dolarización. Porque el dólar no es
fácilmente sustituible, dado lo popular y usado que es a nivel internacional.
El dólar ha superado los 3.000 Bs S
para marzo de 2019 (según el cono monetario vigente desde el 20 de agosto de
2018) en el paralelo o negro y también en las versiones más recientes del
sistema de subastas DICOM, y ya la jocosidad se expresa en “te compro 1 o 5”,
dado ese alto nivel; pues el mismo, lleva a lo sumo a significar cinco o seis
dólares el salario mínimo (sin bono alimenticio). Demás está decir que,
cualesquiera de los otros niveles –inferiores a este- solo existen para ungidos
o privilegiados. El que crea que es exageración que busque dólares y verá.
La dolarización informal avanza en la economía venezolana y ello ni la
hace buena ni convierte en inevitable la
dolarización formal, como podrá uno parodiar con alguien que incumpliendo
en horarios, en vez de increparlo a normalizarse, se le dijese “retírate de ese
trabajo o estudio y dedícate a ser libre”. En consecuencia lo que expresa tal
avance, no es más que la falta de acción gubernamental en los puntos señalados más
arriba, en el suministro de información o enseriamiento en general de las
finanzas públicas. Claro que esto choca inevitablemente con la ideología y con
el modelo que se ha venido -sin éxito- queriendo imponer. Lo que hace 2 0 3
años estaba problematizado en deuda externa, reservas internacionales, liquidez
monetaria, emisión de dinero inorgánico, manejo de efectivo e inflación, ahora está
peor.
La dolarización informal avanza en la influencia de la página Dólar Today y de los otros portales y
difusión de promedios que ahora se presentan, que no son la causa sino el
efecto de las situaciones descritas. Aunque no existe claridad sobre lugares o
montos transados, lo cierto es que con beneficio o sin beneficio para tales portales,
la ausencia de otros mecanismos de información hace su consulta inevitable,
como referencia para los agentes económicos y/o ciudadanos. Mientras, la
administración bolivariana continua endilgando responsabilidades a agentes
internos y externos pero la realidad es que para finales de 2018 e inicios de
2019 puede afirmarse que fue derrotada por el mercado paralelo y ello se fue
adelantando con la búsqueda y carrera que tras el dólar paralelo fue teniendo
el dólar Dicom mientras avanzaba 2018.
También sigue avanzando la dolarización
informal por las ventas de inmuebles, vehículos y otros activos físicos, en dólares. Pero, más
aun, ya el comercio al menudeo (con cierta extensión pues ya se venía haciendo
desde hace unos años) en lugares del país y las ciudades pide y acepta pagos
con precios en dólares o en bolívares, habiéndose ya en casos formalizado la
venta en dólares según procedimientos aceptados por la administración
bolivariana, en una situación donde esto se presenta en forma de precios controlados por el dólar y no por
el gobierno ejecutor de controles de precios (para supuestamente beneficio
de la población). Otros precios, como buena parte de las medicinas, se piden en bolívares -o en dólares- y están
totalmente dolarizados.
Por el lado de la producción, se acabaron
las divisas, ha evolucionado el Dicom con las características indicadas y no es
extraño oír a un productor señalar cuanto le cuesta en dólares transportar un
producto, ni que decir de los costos de producción y de los insumos y bienes
intermedios, que son fundamentales para la producción de un determinado bien o casos
como la búsqueda de un refractómetro o un alcoholímetro, válvulas o repuestos
diversos o instrumentos fundamentales en la producción de bienes diversos, y
los cuales no se producen internamente y hay que comprarlos a precios
dolarizados o importarlos, ni que decir de la siempre -pero hoy día muchísimo
más- vida tumultuosa de los condominios con tuberías, conserjes y ascensores
por mencionar solo algunas dimensiones. En todas esas actividades y ámbitos
circulan, se presentan y se transa en dólares.
ALGUNOS TÓPICOS PERMANENTES EN UNA INTENCION DE DOLARIZACIÓN
Varios tópicos que apreciamos de
importancia y que de alguna manera están, individualmente o combinados, presentes en las posiciones que hemos ubicado inicialmente.
1. El primero
es que la dolarización planteada en este momento y tiempo, se contextualiza en
un gobierno que debe finalizar. Esto es, la dolarización implica que no esté
esta administración. Porque ella no la concibe como necesaria y no la va a
avalar o a ejecutar, a menos que volviera a nacer.
2. Correspondiente
con lo anterior, se trata de una administración que tampoco va a ejecutar un programa de ajuste y estabilización y
mucho menos de cambio estructural[9],
pues es una administración que cree que lo ha estado haciendo muy bien y para
esto además debería apartar un conjunto de principios rectores según la
ideología que profesa. Para lo contrario, también tendría que ser otra
administración. Y cualesquiera de estos programas, u otros parecidos, van a
tener que ejecutarse en Venezuela dado el ingente número de problemas de
macroeconomía y/o desarrollo, se dé o no la dolarización.
3. Se trata de
una solución que en la situación actual se le puede dar a un país, no a un gobierno (que no debería estar para hacer la
dolarización por lo indicado), que está considerablemente endeudado y sin
claras facilidades de conseguir en las condiciones de administración y
políticas actuales, financiamiento internacional y con compromisos de prontitud
y para la próxima década, así como con erogaciones de alrededor de 8.000
millones de dólares anuales como se señaló.
4. Es una
solución que se inspira en pocos y no muy representativos casos a nivel
internacional como Ecuador[10].
Esta nación no es equiparable a Venezuela por tener petróleo que, por lo demás,
en su caso, ha representado menos en sus ingresos totales de exportación[11].
Debe recordarse que Ecuador siendo una economía más pequeña, ha sido el
principal productor de banana en el mundo y ha desarrollado experiencias de
comercio y desarrollo de cooperativas importantes en este sentido; hoy día
presenta, también, impulsos en la industria camaronera. En el plano político
además, y a pesar del gobierno de Correa,
pareciera mantener espacios de institucionalidad que merecen reconocimiento[12].
Venezuela por su parte ha tenido un rentismo realmente acendrado[13].
5. Se trata de
una solución que después de instrumentada se enfrenta a varios problemas en la
formación de precios generales y
relativos. El comienzo es que, efectivamente, la instrumentación de la
solución debe conseguir en primer momento abatir la hiperinflación y, con ello, llevar a un aumento perceptible en el
nivel de remuneraciones y de vida de los ciudadanos, acercándolos a los
salarios en dólares de otras economías aunque estas no estén dolarizadas[14]. En
el contexto de una economía acostumbrada a vivir en el rentismo agradable para
los buscadores de renta, los gobiernos y las camarillas, habría que estar
considerablemente atento, en un programa económico muy diferente al que se ha
tenido en más de 20 años y de desarrollo de nuevas instituciones, para que los
agentes económicos puedan coaligar intereses y se desarrolle la formación de nuevos precios relativos. Si no fuese
así, cualquier aumento pronunciado – no muy probable por lo demás en tiempos
cercanos- de los precios del crudo, podría ser altamente alterador del proceso
económico, también unido ello a la resistencia de los grupos acostumbrados al
disfrute del rentismo y más aún del populismo. El nivel de producción petrolera
–bordeando el millón de barriles diarios- y las proyecciones al respecto,
perfilan mayores elementos de crisis, adicionalmente.
6. En
correspondencia con el punto anterior, no puede haber dolarización que implique
mayor deterioro en el salario real del que ya ha producido la administración
bolivariana con “programas revolucionarios” y buscadores del “mar de la
felicidad”. Tal salario real, además, ha
venido deteriorándose desde los setentas y los ochentas. Los programas de
ajuste y cambio estructural, los de reinstitucionalización, y el cambio radical
del modelo de desarrollo que quiere impulsar –pues lo logrado es destrucción y
caos- en el campo de la economía la administración bolivariana, en un contexto
de perdida de manejo del ámbito económico vía política monetaria y cambiaria -como
se indicó-, son los grandes elementos que podrían impedir el deterioro del
salario real por la dolarización.
7. Para
contextos y políticas como las referidas, es claro que la alternativa a las
políticas de la administración de más de 20 años, debe ser el definido
desarrollo de una economía de mercado basada en el consenso y acuerdos entre
distintos agentes económicos y sociales, con atención a los grupos sociales más
vulnerables, sin que ello implique el populismo[15]
desaforado que se ha desatado así como de crítica profunda al modelo seguido en
tales años.
La dolarización es un mundo aparte de
la administración de más de 20 años que
ha tenido Venezuela, aunque esta la haya facilitado y permitido. En cuanto a su
ejecución, nuestras observaciones finales se inclinan en el sentido de no ser
fundamental y tampoco el elemento determinante para salir de la crisis.
18 marzo de 2019
@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com
[1]
Dentro de estos Ecuador siempre es referido. Sobre su experiencia y lo que la
dolarización no ha solucionado puede verse Gonzalo J. Paredes, Ecuador: ¿por qué salir de la dolarización?,
Revista de la CEPAL 12 abril 2017.
[2]
Para Argentina puede verse BEKERMAN,
M.; DULCICH, F.; GAITE, P. La inserción comercial externa de la Argentina en
la última década: su impacto sobre la estructura productiva. H-industri@: Revista
de Historia de la Industria, los Servicios y las Empresas en América Latina, Nº
23 (Diciembre 2018), pp. 115-142.
Publicado por: Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de
Buenos Aires.
[3]
El decreto de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) que deroga la Ley de
Ilícitos Cambiarios fue publicado en la Gaceta Oficial Nº 41.452 con fecha 02
de agosto de 2018. http://www.vicepresidencia.gob.ve/index.php/2018/08/06/en-vigencia-derogatoria-de-ley-de-ilicitos-cambiarios/
[4]
Se siguen manteniendo controles sobre cuentas o sobre manejo de divisas, a la
vez que secretos en los manejos estatales de las mismas.
[5]
Carlos E. Daly Gimón, De monedas virtuales, monedas digitales y Criptomonedas. http://masterecointerucv.blogspot.com/2018/02/de-monedas-virtuales-monedas-digitales.html.
Febrero 2018.
[6]
Todos estos elementos y dimensiones aumentan en el contexto de la
globalización. Ver EDUARDO ORTÍZ RAMÍREZ. El
extremismo de la dolarización MAYO 21ST, 2001. http://www.analitica.com/economia/el-extremismo-de-la-dolarizacion/.
[7]
SIERRA SUÁREZ, LYA PAOLA; LOZANO BAQUERO, DIANA MARIBEL ¿QUÉ SABEMOS SOBRE LA
DOLARIZACIÓN Y SUS EFECTOS EN LAS ECONOMÍASLATINOAMERICANAS QUE LA ADOPTARON? Revista Facultad de Ciencias Económicas:
Investigación y Reflexión, vol. XVIII, núm. 1, junio, 2010, pp. 119-132 Universidad
Militar Nueva Granada Bogotá, Colombia
[8]
En la reciente crisis eléctrica de inicios de marzo, decenas de miles de
millones de dólares invertidos en años previos a la misma no se le encuentran
destinos claros. Ver Rossana Franco Zambrano, octubre 16 2018 https://www.analitica.com/actualidad/actualidad-nacional/crisis-electrica-venezuela-cuales-son-las-causas/.
También, 18 de marzo 2019 http://elestimulo.com/blog/gran-apagon-paraliza-a-venezuela-maduro-vuelve-a-culpar-a-la-oposicion/.
[9]
Puede verse FRANCISCO RODRÍGUEZ, http://americasquarterly.org Por
qué Venezuela debería contemplar la dolarización | FEBRUARY
15, 2018.
[10]
Panamá no es propiamente un ejemplo a destacar dada su evolución y su
configuración relativamente reciente como país sin la tutela del canal.
[11]
Humberto García Larralde, http://masterecointerucv.blogspot.com/2018/03/dolarizacion.html
miércoles, 7 de marzo de 2018 ¿Dolarización?
[12]
La dolarización siguió además dinámicas muy particulares como lo señala Paredes
en el material citado más arriba.
[13]
En su definición de algo puro.
[14]
En general el salario mínimo en la región supera los 300 $, para inicios de
2019 el siguiente panorama no ha variado grandemente. “En algunos países de la
región como Argentina, Brasil, Colombia, México, Ecuador, Uruguay, Bolivia y
Chile, el salario mínimo promedio para el 2018 será de
aproximadamente USD 355. Según cifras publicadas por los bancos centrales e
institutos de estadística de las ocho naciones, se presentó una inflación
acumulada, a noviembre del año pasado, de 5,40 por ciento… Mientras tanto, en
Perú no se anunció cuál será el aumento del sueldo mínimo para este año. Se
espera que en el transcurso de enero se anuncie el monto correspondiente. Por
ahora, el ministro de Trabajo, Alfonso Grados, dijo que comenzará a evaluar un
incremento del salario mínimo vital (SMV), fijado en USD 250. En Paraguay, el
salario mínimo legal comenzó a regir a partir de junio de 2017 y se ubica en
USD 371. El salario básico en este país será renovado a mediados del 2018. Argentina
cerró el año con una inflación cercana al 21 por ciento. El gobierno de
Mauricio Macri determinó que la ampliación del salario básico se hará en tres
partes a partir de enero y en lo corrido del primer semestre del 2018. El
salario base quedó en USD 544. El segundo país con el salario mínimo más alto
de la región es Chile: un trabajador puede ganarse USD 456, con una inflación
nacional de 2,10 por ciento a noviembre del año pasado. El gobierno de Uruguay
definió el valor del salario base, para el año que corre, en USD 431. Cabe
decir que, a nivel latinoamericano, Uruguay tiene la inflación más alta… A
finales de diciembre, el presidente de Ecuador, Lenin Moreno, anunció un
salario mínimo de USD 391. En noviembre del 2017, el índice inflacionario fue
de -0,27 por ciento, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos
(INEC). Brasil registró uno de los más bajos aumentos en el ingreso mensual
básico para los trabajadores. Para este año quedó en USD 325, con un aumento
del 1,81 por ciento y una inflación de 2,50 por ciento. El presidente de
Colombia, Juan Manuel Santos, indicó el 30 de diciembre que el salario mínimo
mensual será de USD 265, mientras que el subsidio de transporte estará en el
orden de los USD 30. Según el gobierno de México, tan solo 1.000 personas en el
país ganan el salario mínimo de USD 139, algo así como USD 4,54 diarios. -Información:
Agencia Anadolu-“(www.semana.com 1/1/2018).
[15]
Sobre el populismo, algunos conceptos aplicados al caso mexicano y que tienen
igual importancia para Venezuela pueden verse en: Alejandro Monsivais
Carrillo, La izquierda populista en México: ¿amenaza
o correctivo para la democracia?
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