Prof. Eduardo Ortiz Ramírez
Una actividad
importante en la industria venezolana fue, por varias décadas, la producción
automotriz en base a la fabricación de vehículos ensamblados con el uso del
material CKD, cadenas de montaje y autopartes fabricadas nacionalmente. Como la
mayoría de los procesos del área industrial latinoamericana, se vio la
producción automotriz también afectada por las políticas de liberalización que
se difundieron en Latinoamérica en la década de los noventa del siglo XX, así
como por la globalización a la cual se adaptaron las empresas internacionales
desarrollando estrategias productivas adecuadas a estos procesos. Esto ha
continuado y en las últimas dos décadas ha permitido observar a China con un
rápido crecimiento en su industria automotriz y una velocidad no observada en
los impulsos de la misma industria en los EEUU para los años cincuenta o en
Europa y Japón para los sesenta; pasando de producir 222 mil a 18,3 millones de
unidades entre 1981 y 2010 (Lourdes Álvarez y Liliana Cuadros, Las
importaciones chinas… Revista Problemas del desarrollo, UNAM abril junio 2012).
Algunos destacan como para 2014, hasta el mes de septiembre, ya China ha
producido 18 millones de vehículos.
Pero en China, se
observa que las marcas occidentales y japonesas –de larga experiencia-
productoras de vehículos más lujosos y de mayor calidad, han venido, en
asociaciones (en casos de 50% y 50%), estableciendo unidades de producción y
captando la atención y compra de numerosos consumidores chinos y enfrentándose
a presiones proteccionistas por parte de los productores locales más grandes y
con mayor influencia política. Así, “Ford casi duplicó su parte del mercado, a
4.5 por ciento en los dos últimos años, al introducir modelos nuevos y expandir
la producción, vendiendo, por primera vez en un solo mes, más de 100 mil coches
y camiones ligeros en marzo.” (www.elfinanciero.com.mx,
18 de octubre 2014).
La industria
automotriz venezolana, sigue caracterizándose por el ensamblaje, y para lo cual
se importan los componentes para armar desde las unidades de producción según
las marcas. Con considerables altibajos se ha desempeñado la industria
automotriz durante la administración bolivariana, pues a pesar de haber tenido
un espacio en el manejo de divisas de CADIVI, o habérsele incorporado al SICAD
I, tanto las ensambladoras como las empresas de autopartes han sido afectadas
por la lentitud de los procedimientos y la imposibilidad de desarrollar las
compras indispensables para mantener o aumentar su producción. Todo lo
contrario, esta ha disminuido. Así, para mayo 2014 -comparando con 2013- se
apreciaba que la producción de vehículos se había reducido considerablemente,
atravesando la producción de autopartes uno de sus momentos menos felices desde
alrededor de los años setenta y habiéndose reducido su mercado en cerca de 81%
(www.bancaynegocios.com 25-05-14).
Venezuela enfrenta un escenario complicado: el ensamblado está afectado por interrupciones y paralizaciones. Y ello deriva de que la escasez de divisas limita las importaciones de insumos. Dramáticamente, la escasez de divisas ha terminado convirtiéndose en escasez de vehículos. De esa manera, las cifras son contundentes en los resultados ya de 2013. La producción fue de apenas 72.000 vehículos; más de 30% por debajo de 2012. Observando el período entre 2006 y 2013, el sector automotor cayó 58,2%, según datos de la Cámara Automotriz (Ver www.almomento360.com Caracas 15/10/2014).
Desde julio de 2014, la Cámara Nacional de Comercio de Autopartes (Canidra) de Venezuela, afirmó que existía “una crisis sin precedentes” en el sector automotriz venezolano tras una caída del 83% en la venta de autos debido a problemas en la adquisición de divisas. “Las ensambladoras en el primer trimestre del año no han vendido más de 6.200 vehículos con respecto al mismo período del año pasado, (lo que significa un) 83% de caída, y ese mismo porcentaje lo tenemos nosotros los importadores” de repuestos, señaló José Cinirella, presidente de Canidra, en entrevista al medio televisivo Televen. Los puntos nodales atañen para esta cámara y para esa fecha a “…problemas con la adquisición de divisas, con el pago de la deuda, y la repatriación de dividendos y capitales” (Ver www.finanzasdigital.com.ve, 10 de julio 2014). Como se observa se trata de un conjunto de problemas acumulados y señalados reiterativamente y su agudización atañe a varios años, aunque en los últimos dos o tres años se han acentuado. Algunos de los de mayor urgencia en soluciones para el corto plazo son: mantenimiento de un flujo adecuado y constante de divisas, paz y eficiencia laboral que derive de una legislación adecuada -que no estimule la improductividad- y de instituciones y dependencias que regulen más apropiadamente las relaciones laborales, así como una política industrial que impulse o estimule la competitividad del sector y áreas conexas.
Este panorama ha devenido en que las plantas que se encuentran trabajando, lo hacen por debajo de 50% de su capacidad. Hay que destacar que desde el año 2008, la aplicación de las políticas automotrices de la administración bolivariana, para contener la importación y generar la correspondiente sustitución hizo que paralelamente ambas cayeran. Desde ese momento la producción anual ha estado disminuyendo por distintos problemas: recrudecimiento de los conflictos laborales, no disponibilidad de divisas, corte de energía eléctrica, inseguridad, dilaciones para conferir las licencias de importación y se añadió la intervención de la administración señalada en el sector, buscando imponer controles más estrictos y participar en el negocio de los vehículos con asociación de socios extranjeros a través de la creación de empresas mixtas (Ver www.elmundo.com.ve 15/10/14). Un caso a destacar son los compromisos de compras desde el gobierno con las empresas chinas del caso, y, en tal sentido, según cifras divulgadas por la empresa china Chery Automobile a finales de julio de 2014, en los ocho años previos han exportado a Venezuela 21,400 vehículos; a eso deben agregarse la venta de 13 mil vehículos que pactaron los gobiernos de ambos países en tiempo reciente (verwww.Finanzasdigital.com 18 de octubre 2014 y www.autocosmos.com 27-08-2014).
2014 ha permitido observar para Venezuela a un sector automotriz altamente problematizado. Las cifras indicadas al final de su primer semestre, por la propia la Cámara Automotriz Venezolana (Cavenez) fueron contundentes, cuando sus representantes insistieron en que la producción de vehículos se desplomó en ese semestre con una caída del 83,31% en relación con el mismo período de 2013. La cámara en cuestión insistió, cómo durante los seis primeros meses del año la producción de 2014 fue seis veces menor que la de 2013, con unos 6.161 vehículos ensamblados frente a los 36.919 que se ensamblaron en el primer semestre del año anterior.
Ninguno de los cambios esperados, se ha presentado de manera significativa. Los pocos presentados han sido insuficientes, y se ha dado el cierre de varias empresas productoras de autopartes, disminución y hasta paralización de las actividades de producción, ensamblaje e importación de vehículos, lo que ha creado distorsiones graves en la economía, incluyendo abruptas pérdidas millonarias que han afectado a las ensambladoras producto de la elevada devaluación (Ídem).
Proyecciones de Bank of América Merrill Lynch sintetizan perspectivas donde se observa la ausencia de Venezuela por la problematización señalada y el decaimiento de su industria automotriz y en las cuales quienes mejor se perfilan son México (cuarto exportador y octavo fabricante de vehículos en el mundo) y Colombia, pues es probable que las ventas de automóviles se expandan en tales naciones en los próximos años -más en México que en Colombia-, con un impacto positivo en el PIB mexicano. En el caso de México, las exportaciones -que son mayoritarias hacia EE.UU- reaccionarán paralelo al alza en la producción de automóviles. En contraste, el impacto de esta industria en la economía de Colombia será menor, ya que la mayoría de las ventas extras de automóviles serán suministradas por importaciones. Con entornos macroeconómicos estables, desempleo a la baja, actividad crediticia en aumento y mercados abiertos de comercio internacional de automóviles así como Importantes programas de infraestructura, es probable que las ventas de automóviles aumentarán en los próximos años e impulsarán la expansión de la flota de los mismos en ambos países (www.eleconomistaamerica.com ¿Cómo será el futuro de la industria…? 10/06/2014).
La capacidad de exportación de la industria automotriz de Brasil (cuarto mercado para venta de automóviles y el séptimo exportador) hacia otros mercados diferentes al Mercosur será limitada, por lo que tendrá que ajustar el precio al mercado, para abordar condiciones de demanda más débiles. Este elemento es de alta importancia pues a finales de la primera década del siglo XXI todavía existían ideas atinentes a la posibilidad de que Mercosur –en lo cual es fundamental la participación de Brasil- pudiese convertirse en una plataforma regional de exportación de la industria automotriz (Valeria Arza, El Mercosur como plataforma… Revista de la Cepal, abril 2011).
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@eortizramirez
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