Prof.
Eduardo Ortiz Ramírez
Como
sucede en el grupo familiar ante variaciones del ingreso fundamental, variados
son los efectos que se albergan en Venezuela ante las disminuciones de los
precios petroleros. Y en particular en Venezuela, como país exportador de
petróleo donde existen considerables ataduras fiscales, cambiarias, de
financiamiento, inflación y disponibilidad de insumos y productos importados. Sucede
también que los gobiernos venezolanos -en general y más aun la administración
bolivariana- siempre reaccionan como gobiernos –en el sentido de su tozudez-
aunque parezca necio afirmarlo. Pero además dado se ha desviado la nación del
rumbo que la pudiera llevar al crecimiento y desarrollo perdurable y se ha
acentuado la dependencia del petróleo en exportaciones y otros aspectos.
Así
se ha presentado, nuevamente, ante las claras disminuciones de los precios del
mes de octubre del año en curso -que se venían acumulando desde julio; (2010
72,69$ precio barril; 2011 mayor a 100$ promedio; 2012 103,42$; 2013 98.08$;
2014 94,01$; www.menpet.gob.ve y www.elmundo.com,ve 30/12/2011)- y ante las
afirmaciones de representantes de otros países OPEP y analistas del mercado
petrolero que han percibido que los venezolanos deben algo así como prepararse
para desempeños con precios más bajos a los que se habían observado o que estas
bajas no son de corto aliento, correspondientemente. Del lado del oficialismo e incluso de
economistas en funciones gubernamentales en la administración bolivariana
pueden apreciarse opiniones variadas sobre el origen en la baja de los precios
petroleros. La crisis mundial (Jesús Farías, precios del petróleo. Correo del Orinoco pág. 4. 20/10/2014),
baja de la demanda, el manejo de inventarios y hasta estrategias económicas
desestabilizadoras por parte de las fuerzas imperiales (expresiones
literalmente usadas). En este último caso se aprecia que la intención es darle
un jaque mate a la revolución bolivariana entre este año y el 2015.
También
del lado de la programación del presupuesto del 2015 la posición de la
administración bolivariana y del oficialismo es que el petróleo se consideró en
60$ en 2014 y nada más justificado que ante esta circunstancia del mes de
octubre o de futuros meses, se vuelva a programar en los mismos 60$
(ilustración de la dinámica atinente puede verse en: Anabella Abadí. 5 Claves // El Presupuesto del Gobierno para 2015: ¿un ejercicio de
ficción? www.prodavinci.com 22/10/2014). No
debería, según esta posición, pasar la observación del pleno reconocimiento en
cuanto a lo altamente precavida que habría sido la administración bolivariana
trabajando con estas programaciones. En realidad, detrás de estas
programaciones y manejos se encuentra el que los ingresos o el precio del
petróleo sobre lo programado tiene una distribución y manejo como ingreso
extraordinario.
Queremos
destacar en esta nota tres reacciones de las que entendemos como fáciles en la
sociedad venezolana o en la administración bolivariana ante la aludida y real
baja de los precios petroleros. La primera
atañe a aquellos que observan que le llegó el fin a la administración bolivariana.
Según esta posición la administración no va a poder continuar cosechando
simpatías, financiando su populismo o redistribuyendo sin criterio de escasez -como
es una de las definiciones de este último-. Incluso en términos más rigurosos la
propia administración encuentra fin –extendiendo este perfil- a su proyecto de solo darles comida o casa de
misión vivienda a sus simpatizantes o beneficiados. El entusiasmo en esta
reacción fácil se proyecta a que, sea lo que sea que haya originado tal baja,
es una suerte pues se acabará el festín. Una baja muy pronunciada y prolongada
sería lo que podría producir o influir en resultados de tal naturaleza (ideas
sobre efectos de una baja pronunciada pueden verse en Pedro Palma,
Consecuencias de la baja del petróleo. www.analitica.com
22/10/2014).
La segunda reacción fácil viene del lado
de la propia administración bolivariana y ya había sido planteada por el propio
presidente Chávez ante posibles bajas de niveles precios que había alcanzado el
petróleo en años recientes o de 2012 hacia atrás. Ella consiste en el
señalamiento directo o indirecto de que podemos funcionar con el petróleo a 60,
70 u 80$ si consideramos los precios relativamente recientes de 100$. Esto es,
si tenemos 10 mil o 20 mil millones de dólares menos –según casos diversos de números a
considerar- de todas maneras podemos funcionar bien. ¡Impresionante!. Esta
reacción no es inmediatamente transparente a la discrecionalidad que está
también presente -tal cual se indicó- en la idea del presupuesto con petróleo programado
a 60$, pero con precios de 80 o 100$. Más aun, esta especie de amplio acordeón
obvia que organismos como el Banco Mundial, con requisitos y procedimientos
altamente exigentes solo en periodos largos terminan, en un conjunto vasto de
proyectos y países, acumulando financiamientos de 10mil o 15mil millones de $.
La tercera de las reacciones que queremos
ubicar como fáciles atañe a la que observa a esta rebaja de precios petroleros
como meramente coyuntural o que ante gestiones de los afectados -como es el
caso de Venezuela- en los escenarios internacionales (contando con que la OPEP
ajuste la producción a la nueva situación del mercado) y en los nacionales, pudieran
los precios volver a los niveles donde se encontraban o confluir hacia los 70 u
80$ por barril, por ejemplo. En el caso de los escenarios nacionales puede
implicar esta posición que “Hay que
rechazar el ajuste neoliberal, pero hay que introducir rectificaciones
fundamentales; hay que golpear severamente la corrupción, el burocratismo, la
ineficiencia, el maltrato a la población; hay que hablarle al pueblo chavista y
al no chavista y aislar a la base social fascista” (Julio Escalona. Consejo
de Seguridad, geopolítica del petróleo y la caída de los precios ¿Jaque mate al
proceso bolivariano? www.aporrea.org 23/10/2014).
El asunto clave en esta reacción que ubicamos dentro de las fáciles es actuar
en los escenarios planteados y lograr un equilibrio en un nivel alto de precios
aunque algunos de los factores considerados no sean manejables o no tengan
ninguna trascendencia.
En estas reacciones destacadas, no observamos
ninguna perspectiva de evaluación del uso y dilapidación de la riqueza petrolera en la administración
bolivariana pero tampoco de lo que con ella se hizo en administraciones
anteriores donde aquella no siempre produjo los mejores resultados o se estuvo
exento de fenómenos de corrupción y dilapidación de recursos en la democracia
de partidos. Muchos agentes en la sociedad venezolana tienen
responsabilidad en esto. La administración actual efectivamente desvió al país
de una oportunidad en condiciones mejores que las actuales.
Un cambio de estrategia y de política económica, no
sabemos en qué condiciones políticas (consensos, arreglos, elecciones) será
necesario. Una posición más constructiva debería llevar a “…corregir las graves
distorsiones que ha generado la prolongación de un régimen de cambios múltiples
que luce totalmente agotado. No se trata de eliminar el control de cambios sino
de unificar las distintas tasas en un sistema de flotación con bandas…” (Víctor
Álvarez.
¿Cómo enfrentar la caída de los precios
del petróleo para evitar una nueva devaluación? www.aporrea.org
20/10/2014). Estos asuntos y otros tan o más importantes son los que hay que
corregir, más que buscar culpas en otros u otras naciones.
@eortizramirez
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