lunes, 20 de octubre de 2014

La inflación como Problema

Por: César Andrea Pérez. 
Maestrante del Postgrado de Economía Internacional 


Si en Venezuela seriamente no se diseñan políticas de cambio estructural que permitan que en el corto y mediano plazo, baje la inflación, los logros en materia social como reducción de la pobreza general y extrema, se verían dificultados. Es pertinente señalar, que la única forma de bajar la inflación en Venezuela es produciendo bienes masivamente que permitan que los precios puedan bajar y tomar su nivel natural; de lo contrario, la inflación no va a bajar, y las importaciones van a seguir siendo una estrategia para que el aumento de precios no se ubique por encima de 20%. 

La inflación es un problema crónico para Venezuela, pues además de reducirle la capacidad de consumo de sus habitantes –que es bastante alarmante– aprecia el tipo de cambio real (Bs/US$), por lo que paulatinamente se van a ir reduciendo las pocas exportaciones no petroleras, pues pierden competitividad en otros países, es decir, se hacen más caras. Además, en la medida que año tras año la variación de precios supere el 20%, será necesario ampliar el cono monetario, por ejemplo, de 100 Bs a 200 Bs. Por consiguiente, se tendríamos en nuestros bolsillos billetes de 200, porque ya los artículos y servicios son más caros, por tanto, el valor nominal de del dinero tendría que aumentar. 

Pensadores críticos a la doctrina mercantilista, a mediados del siglo XVIII, como Sr David Hume, observaron que aumentos en la cantidad de dinero, oro y plata en un país, si no va acompañado de aumento en la producción, se traduce en aumento de precios. Esas ideas de hace más de dos siglos y medios, aún se encuentran vigentes. 

En Venezuela, con algunas variantes, nos pasa lo mismo. PVDSA le vende dólares al Banco Central de Venezuela (BCV), éste le entrega Bs., y éstos son inyectados a la economía venezolana. Ese proceso de inyección nueva de dinero (dinero primario), no para. Además, la autoridad monetaria en el proceso de financiamiento monetario a PDVSA, posibilita que circule más dinero en la economía. Lo característico de este último financiamiento, es que no cuentan con respaldo en activos moneda extranjera, ni en producción real. 

Por consiguiente, si la producción nacional, agrícola y manufacturera, no responde a los cambios de creación nueva de dinero, se traduce en aumento de precios. Por lo que se tiene que recurrir a la importación de bienes para que el diferencial de precios no sea tan alto. Pues si existen rigideces en los procesos de importación y en la producción bienes y servicios, en función de satisfacer la demanda nacional, es peor, porque los rubros escasean y los existentes en el mercado, sufren mayores subidas de precios, por ley de oferta y demanda. 

Esto no es simpleza; que no le alcancen los ingresos a los hogares para cubrir necesidades de alimentación servicios y esparcimiento, puede afectar seriamente el sostenimiento político. 

Entonces, debemos diseñar un plan nacional de producción agrícola donde estén vinculados los servidores públicos, campesinos, amas de casa, estudiantes de liceos, universidades y tecnológicos. En Cuba en la década de los sesenta, profesionales con doctorados fueron al campo a cortar caña para la exportación. Indudablemente, la única forma de mejorar la productividad de nuestros campos es incorporando nuestro talento humano desde todos los ámbitos ¿Por qué en Venezuela no se hace? 

 Caracas, 20 de octubre de 2014

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