Tomado de http://gmiradasmultiples.blogspot.com/2016/03/entrevista-theotonio-dos-santos-estamos.html?view=magazine
Entrevista a Theotonio dos Santos, exponente de
la Teoría Marxista de la Dependencia
Ariel Noyola Rodríguez
I Parte
“No es simplemente una crisis, estamos en un
momento de reestructuración de la economía mundial”
Si hay alguien que ha dejado huella en el
pensamiento económico de América Latina es Theotonio dos Santos: científico
social brasileño, catedrático de la Universidad del Estado de Río de Janeiro,
exponente de la Teoría Marxista de la Dependencia y galardonado con el Premio
Economía Marxista 2013 de la Asociación Mundial de Economía Política. Dos
Santos dictó a mediados de febrero una serie de conferencias sobre teorías del
desarrollo como parte de la Cátedra Maestro Ricardo Torres Gaitán que le fue
otorgada por el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM por sus
aportaciones en la materia.
Ariel Noyola Rodríguez, consiguió entrevistar a
Theotonio dos Santos durante su estancia en la Ciudad de México y abordó, entre
otros temas, las perspectivas de la economía y el sistema mundial, las
contradicciones del desarrollo capitalista de China, el ascenso del yuan como
divisa de reserva internacional, los desafíos de la integración
latinoamericana, el atasco burocrático del Banco del Sur, el reposicionamiento
regional de Estados Unidos, la crisis del pensamiento económico y los problemas
que enfrenta la izquierda para construir alternativas.
Por su amplia extensión, la publicación de la
entrevista se ha dividido en varias partes. En esta primera entrega Noyola
Rodríguez explora con dos Santos la posibilidad de que se materialice una nueva
recesión global, la reestructuración de la economía mundial comandada por los
BRICS, las contradicciones del desarrollo capitalista de China y el ascenso del
yuan como divisa de reserva internacional…
Ariel Noyola Rodríguez: Muchas gracias por
haberme concedido esta entrevista. Quiero comenzar con la complicada situación
por la que atraviesa la economía mundial en estos momentos, y cuál será, desde
su punto de vista, el impacto sobre los países latinoamericanos. Durante el
último mes se ha observado un desplome considerable de las principales bolsas
de valores. Las acciones de los grandes bancos de inversiones (Goldman Sachs,
JP Morgan Chase, Deutsche Bank, etc.) se han derrumbado en estos días, lo mismo
ha sucedido con los precios de las materias primas (commodities) y los tipos de
cambio de los países emergentes ¿Estamos a las puertas de una nueva recesión
mundial? ¿En qué posición se encuentra América Latina ante ese posible
escenario?
Theotonio dos Santos: La crisis de 2008-2009
fue muy fuerte para los países que formaban parte del centro de la economía
mundial, pero al mismo tiempo, China se mantuvo con un fuerte crecimiento junto
con los países de los BRICS (acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y
Sudáfrica), y también casi todos los países en desarrollo. De manera que la
tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de la economía mundial no
cayó. Esto muestra que hubo cambios muy significativos en los últimos años: el
motor de la economía mundial se desplazó de la zona central, básicamente de la
tríada (Estados Unidos, Europa y Japón), hacia otras regiones.
Esto ha dado origen a una serie de trabajos, de
intentos de explicación de este fenómeno. Desde la década de 1970, incluso un
poco antes, nosotros mostramos la tendencia a la decadencia de la economía
norteamericana y europea, y hasta Japón, que en aquel momento estaba en un auge
económico importante, aunque también se comenzó a revelar una cierta tendencia
a una caída que operó a partir de la década de 1990. En ese sentido, Japón
mostró un poco lo que iba a pasar con las economías industrializadas. La economía
japonesa entró en una baja bastante significativa. Recordemos que Japón
registró entre 8 y 10% de crecimiento del PIB durante gran parte del período de
posguerra, pero en la década de 1990 bajó a cero, incluso obtuvo tasas de
crecimiento negativo (-2%, -3%, etc.), y apenas alcanzó un ligero crecimiento
en años muy aislados.
Ahora hay otro problema que está causando
desesperación en el centro del sistema, y es que los países en desarrollo, los
que han ganado una mayor participación en la economía mundial, ahora también
empiezan a tener un menor crecimiento. Es que gran parte de la expansión desde
los años 2000 hasta 2010-2012, estuvo basada en la demanda china. La demanda de
China es un asunto poco estudiado, durante la década de 1990 cuando nosotros llamamos
la atención sobre el crecimiento de la demanda china en la economía mundial, la
reacción de muchos colegas fue que eso era absurdo, que China, un “país de
pobres”, no iba a generar ninguna demanda importante.
Era un gran desconocimiento, China tiene
todavía sí, una población bastante pobre, pero en la década de 1980 y 1990 se
desarrolló mucho la economía del Sur de China sobre todo, y esa economía
alcanzaba ya unos 500 millones de habitantes con un nivel de consumo próximo a
todo el Sur de Europa. Es decir, en esos años se agregó a la economía mundial
una “Europa del Sur”. Entonces, despreciar este fenómeno era un problema muy
grave porque mostraba exactamente la crisis, esa sí bastante grave, del
pensamiento económico.
¿Ahora bien, qué pasó con la caída del
crecimiento chino? Frente a la crisis, la dirección política de China tomó
posiciones que están alterando bastante su participación en la economía mundial
en este momento. Una de esas decisiones fue volcarse más hacia su mercado
interno. En 2008 China había adoptado ya la decisión de volcar 500,000 millones
de dólares para ampliar la demanda de las zonas más pobres, y re-orientar su
economía hacia sus propios mercados. Ese giro tuvo un efecto sobre todo para
los países que estaban en ascenso, ya que ese ascenso estaba vinculado con el
aumento de los productos de exportación hacia China.
Y a pesar de que se tomaron algunas decisiones
para intentar aprovechar el auge de las exportaciones, no fueron suficientes,
no se logró un cambio tan sustancial que nos permitiera colocarnos de lleno
dentro de las nuevas tendencias de la economía china, para así disminuir un
poco el efecto de la caída de la demanda mundial. Además hay otro problema, hay
una caída de los precios de las materias primas (commodities), que componen el
grueso de las exportaciones de nuestros países hacia China. Frente a eso, hemos
tenido problemas graves, y en lo que respecta al petróleo sobre todo.
Hay un intento de manipular el mercado
petrolero para servir a objetivos geopolíticos, sobre todo de Estados Unidos,
país que para hacer frente al auge de China, favoreció el uso de la fractura
hidráulica (fracking), que es un método de producción interesante en términos
económicos para las empresas de Estados Unidos. El fracking tiene la ventaja de
permitir un gran crecimiento de la producción petrolera sin destinar grandes
montos de inversión, pero al costo de acabar con el agua. La crisis del agua se
va a agravar en Estados Unidos, en unos 15 o 20 años más.
De cualquier forma, era una decisión
estratégica para enfrentar a los enemigos que Estados Unidos definió en este
período, básicamente Rusia, Irán y Venezuela, golpeando también a Brasil y
otros países. Brasil está ingresando en un dominio petrolero muy grande, que
afecta bastante el funcionamiento de la economía mundial. En busca de bajar el
precio del petróleo, y así generar problemas en América Latina, Estados Unidos
apostó por la acumulación de inventarios (stocks) y colocaron al mercado de
materias primas (commodities) en una crisis bastante grave, y también
profundizaron la crisis energética.
En este cuadro es posible entender que esa
política tuvo efectos bastante negativos desde el punto de vista económico,
pero desde el punto de vista político no funcionó. Rusia, en vez de aceptar las
presiones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) comandada
por Estados Unidos, se convirtió entonces en una fuerza muy activa en Europa. Y
Europa oriental depende hoy mucho de Rusia, que además se aproximó más a China,
garantizando una nueva salida de sus productos de exportación, y además apoyó
fuertemente la idea de los BRICS, que es la base de una nueva dinámica
económica mundial.
El Oriente Medio también está cansado de
Estados Unidos. Arabia Saudita se está reuniendo con Rusia en este momento. La
idea es que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) tenga una
política común con los grandes productores de petróleo [Nota: en efecto,
momentos después, la OPEP y Rusia acordaron congelar la producción petrolera a
los niveles del mes de enero, una medida que busca apoyar el repunte de los
precios]. Arabia Saudita siempre ha sido una fuerza fundamental de Estados
Unidos en Oriente Medio, no se gustan mutuamente, pero son necesarios entre sí.
Por eso no es simplemente una crisis, estamos
en un momento de reestructuración de la economía mundial. Claro que los más
débiles, sobre todo Brasil y Venezuela, son los más afectados. Venezuela por su
dependencia económica de las exportaciones de petróleo, por el hecho de que ya
no esté presente Hugo Chávez, que tenía una calidad de pensamiento y de
estrategia, muy por encima de la media. Entonces, todo esto claro, está
afectando muy gravemente la situación económica de Venezuela. Y Brasil también está
afectado muy fuertemente, lo mismo Argentina.
Todo esto está en el cuadro, más amplio, de que
para enfrentar la crisis en Estados Unidos y Europa la fórmula principal fue
una acción muy fuerte de parte de los Estados para proteger al sector financiero,
que era el más directamente afectado por la crisis de 2008. Así se generó una
transferencia masiva de los recursos del Estado hacia el sector financiero.
Esto permitió que la crisis no se agravara tanto en un primer momento, pero
creó las condiciones para que en un momento siguiente, que es lo que estamos
viviendo ahora, no exista forma de pagar estas deudas.
Los Estados se convirtieron en grandes
deudores, los países del Sur de Europa, Estados Unidos, etc. El caso de Estados
Unidos es muy dramático. La deuda pública de Estados Unidos salta en estos años
de 6 a más de 16 billones de dólares, que es igual al monto del resto de la
deuda pública del mundo. Y no hay cómo pagar algo así. Deben buscar alguna
forma, la deflación (caída precios) quizás sea una salida. La única forma es la
quiebra, la deflación sería una quiebra colosal para Estados Unidos.
El otro problema que tiene Estados Unidos, y
Europa también, es que no pueden tener una tasa de interés muy alta. Porque eso
los llevaría a una baja de su crecimiento mucho más grave. Los bancos centrales
de los países industrializados mantienen actualmente tasas de interés cercanas
a cero, pero Japón ya lo hacía desde la década de 1990, eso no resuelve el
problema en las economías centrales, eso digamos, permite que la crisis no se
manifieste tan fuerte, pero se va generando otra crisis, de grandes excedentes
de deuda.
En América Latina no estábamos preparados para
enfrentar la crisis, a pesar de que algunos de nosotros lanzamos advertencias.
La tendencia en nuestra región es de prejuicio, de no entender lo que pasa más
allá de la dinámica del pensamiento que viene de Estados Unidos. La verdad es
que no se dio importancia suficiente a lo que pasaba en China, India, etc.
Nuestros países no se prepararon para hacer frente a una demanda que todo el
tiempo se dijo que no existía. Cuando se llega al gobierno se tiene primero una
situación de fantástico crecimiento. Por ejemplo, Brasil pasó de exportar
mercancías por 60,000 millones de dólares a casi 200,000 millones de dólares.
China que al principio no era tan importante, pasó a ser el primer país
importador de productos brasileños.
Chávez sí entendió el contexto, hizo un gran
esfuerzo junto con la OPEP, para reestructurar el mercado petrolero, para
mejorar el papel de Venezuela como país exportador de petróleo. Chávez intentó
forzar la industrialización en Venezuela, pero el problema de países como
Venezuela, los que están en el Caribe, Cuba también, es que algunos sectores de
la población están acostumbrados a utilizar los excedentes de dólares, que se
consiguen en ciertos momentos históricos, para comprar bienes de consumo del
exterior. No existe la percepción de que ese dinero que posees debe ser cuidado
para utilizarlo después como un instrumento para el desarrollo. Tienes muchos
dólares y los pierdes en el exterior, no permites que esos excedentes se
utilicen en el desarrollo industrial del país.
La industrialización está basada en el avance
de la productividad. Y el avance de la productividad no se da en escala
nacional solamente. Desde la década de 1960 se va constituyendo una economía de
una gran diferenciación de productos y el capital que dirige eso, el capital de
las multinacionales va re-orientando su producción a los lugares donde paga
menos impuestos, donde encuentra la mano de obra más barata, etc., la economía
mundial se reestructura. Tu país se queda con una parte de eso, pero no cuentas
con la capacidad tecnológica para que tú mismo dirijas el proceso, ni
económica. Entonces se crea un nuevo tipo de dependencia, que incluso se ha
profundizado.
Ariel Noyola Rodríguez: Hay una reforma
capitalista que está en curso de dimensiones mundiales, promovida por China y
otros países emergentes. En el ámbito de las finanzas internacionales, el
gobierno chino consiguió que se incluyera el yuan en los Derechos Especiales de
Giro (DEG). Y el Congreso estadounidense destrabó finalmente la reforma del
sistema de cuotas de representación del Fondo Monetario Internacional (FMI),
con lo cual, China y los BRICS vieron incrementados sus porcentajes de
participación, si bien Estados Unidos todavía conserva su poder de veto.
Sin embargo, las concesiones otorgadas por el
FMI comprometen a China a llevar a cabo una serie de reformas estructurales que
profundizarían su vinculación con el mercado financiero mundial por la vía de
la liberalización de las tasas de interés, los tipos de cambio y el mercado de
capitales. Los chinos han construido su propio mercado de derivados para emitir
títulos financieros respaldados en materias primas (commodities) pero
denominados en yuanes, ya no en dólares. Asimismo, la banca en la sombra
(shadow banking system), compuesta por las entidades financieras fuera del
marco regulatorio, va cobrando una mayor relevancia en el sistema de crédito.
Por otra parte, si bien es cierto que China
viene ganando terreno frente al antiguo Grupo de los 7 (G-7, integrado por Alemania,
Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) en la jerarquía
de la economía mundial, al mismo tiempo se mantiene fuertemente ligada a las
economías y los instrumentos de los países industrializados, bajo esta
perspectiva, parece haber construido una relación de dependencia mutua, más que
de autonomía. Por ejemplo, cuando Lehman Brothers quebró, China mantuvo sus
adquisiciones de bonos del Tesoro de Estados Unidos. Asimismo, China es hoy el
principal socio comercial de Estados Unidos, y uno de los principales destinos
de inversión de Estados Unidos, Europa y Japón.
Algunos plantean incluso que el ascenso
económico de China será puesto en cuestión en un tiempo breve. La deuda pública
sí, todavía es baja, pero la deuda privada, la que incluye la de las familias y
las empresas, ha aumentado de modo bastante significativo. La deuda total,
esto, es, si sumamos la deuda pública y la privada, sería equivalente a más de
200% del PIB de China.
Entonces, ¿Cómo interpretar el avance económico
de China frente al bloque occidental y la construcción de una nueva dinámica
económica mundial, cuando en otros aspectos Pekín legitima las instituciones e
instrumentos del orden mundial de la segunda posguerra, y reproduce al mismo
tiempo muchas de las pautas seguidas por el capitalismo estadounidense?
Theotonio dos Santos: Bueno, estamos en un
proceso de armar una nueva economía mundial. La posibilidad de influenciar
fuertemente esta nueva economía en un cierto momento parecía muy difícil. Y en
la actualidad sí, por supuesto, aún se piensa usar el FMI, digamos, abrir el
FMI para lograr una presencia más fuerte, sobre todo de China, pero también de
otros países, en términos de mejorar su posición en las cuotas del FMI.
Pero la reforma fue muy pequeña, y ahora
finalmente se consiguió, porque Estados Unidos fue obligado a aparentar ayudar
un poco la posición de los países en desarrollo. Sin embargo, el FMI actúa para
Estados Unidos, también el Banco Mundial. La verdad es que a nuestros países no
les interesa más el FMI. Nosotros no somos deudores del FMI, somos acreedores,
incluso hemos ayudado con nuevos recursos. Lo que ellos están haciendo claro,
es buscar captar nuestras reservas, y buscan mecanismos para lograr eso, muy
ayudados por los bancos centrales de nuestros países.
En China existe una corriente, digamos, dentro
del mismo gobierno, que defiende que China entre fuertemente al mercado
financiero mundial. Y para hacer eso los chinos tendrían que aceptar gran parte
de los instrumentos existentes. Pero hay otra corriente que está armando otro
tipo de instrumentos. El banco de los BRICS por ejemplo, creo que se va a
convertir, a pesar de que se han creado dificultades para impedir que se
consolide, en un órgano más poderoso que el Banco Mundial.
Y lo mismo va a pasar con el Banco Asiático de
Inversiones en Infraestructura (BAII). A Estados Unidos le correspondía
contener el apoyo de los europeos y no lo consiguió, todos los europeos se
fueron a financiarlo. Lo que revela que la influencia china en este momento es
más poderosa que la de Estados Unidos, en una cuestión mercantil, no en una
cuestión política propiamente, pero sin duda esto tiene desdoblamientos
políticos. Es que el BAII no sólo garantiza el funcionamiento de Asia en
general, con la entrada de estos países (Alemania, Francia, Reino Unido, etc.),
se convierte en un instrumento de actuación muy amplio, incluso para Europa.
Son cambios que no implican simplemente meterse
en el mercado financiero mundial, sino que se están estableciendo nuevas reglas
para la economía mundial. El otro asunto es que en los próximos 10 años veremos
el ascenso del yuan. De 4 años para acá, el yuan pasó de representar 2% a
alcanzar más de 8% del total de las operaciones de financiamiento comercial, un
crecimiento de 4 veces, según los datos de la Sociedad para las Comunicaciones
Interbancarias y Financieras Mundiales (SWIFT, por sus siglas en inglés). Y
esta dinámica va a continuar, porque el dólar está en plena caída en verdad,
pende de un hilo.
A nadie le interesa que haya una caída tan
brutal del dólar, pues se podría acentuar la deflación, por eso están haciendo
todo lo posible para evitar su derrumbe. Tampoco la caída del dólar le interesa
a los chinos, que tienen muchos dólares en este momento, y que necesitan al
dólar para realizar muchas operaciones. Pero, en el contexto de la tendencia
económica mundial actual, ¿Qué preferirías tú, dólar o yuan?
Ariel Noyola Rodríguez: El yuan, sin lugar a
dudas…
Theotonio dos Santos: Evidentemente, es una
moneda que se valoriza, cuyo rol en la economía tiende a crecer. El dólar en
cambio, es una moneda en decadencia, no paga interés alguno por los títulos de
deuda pública norteamericanos. Estados Unidos es un país deudor absoluto. La
deuda pública es equivalente al tamaño de su PIB, la deuda misma que el
gobierno acepta como tal.
Las deudas que tú mencionas son deudas emitidas
por otros agentes sociales, económicos, que el gobierno puede claro, entrar a
patrocinarlas, también en un cálculo de que si no lo hacen se haría más
profunda la crisis del dólar. Y evitar el colapso del dólar sería mejor para
China, pero también para casi todos los jugadores (players) mundiales. Sin
embargo, si el yuan consigue mantener ese nivel de ascenso, en unos 10 años
podría llegar a 30%, muy próximo a alcanzar 50%. Y cuando llegas a más de 50%
entonces puedes emitir moneda, que es lo que hace Estados Unidos. Las
previsiones actuales apuntan hacia esa dirección.
Ariel Noyola Rodríguez: Aunque bueno, quizás
las contradicciones del desarrollo capitalista de China entorpezcan el ascenso
del yuan como moneda de reserva mundial. El Banco Popular de China ha
disminuido en varias ocasiones la tasa de interés de referencia, lo mismo el
nivel de encaje de los bancos, precisamente para evitar una mayor
desaceleración de la economía, apuntalar la provisión de crédito, e impedir a
toda costa que la deflación contagie a su industria manufacturera.
Por otro lado, desde que China comenzó a
devaluar el yuan, en agosto de 2014, su banco central se ha visto obligado a
ocupar una tercera parte de sus reservas internacionales en la defensa de la
estabilidad del tipo de cambio, como una consecuencia sí, en parte de los
ataques de los especuladores, pero también por cierta desconfianza de los
inversionistas en torno a su fortaleza financiera ¿Considera usted que hay
riesgos de que estalle una crisis financiera en China por el agravamiento de
las contradicciones de su desarrollo capitalista?
Theotonio dos Santos: No, no veo perspectivas
de una crisis financiera en China. Ese tipo de problemas son cuestiones de
política monetaria, una política que no busca apreciar el yuan fuertemente. El
tipo de cambio yuan/dólar no tiene que ver tanto con la política china, es el
resultado de las interacciones del mercado financiero mundial. Los chinos
quieren que la apreciación de su moneda sea lenta. Y evitarían sin duda que la
crisis del dólar fuera tan grande si ellos estuvieran en condiciones de comandar
la política económica mundial. Estados Unidos necesita del apoyo chino para
poder evitar la crisis del dólar.
La crisis del yuan no sería un problema grave
porque no tendría que ver con la tendencia económica de China, que está
invirtiendo en el mundo entero, creando mecanismos propios, de préstamos, de
inversión, etc. Entonces para los chinos [la apreciación cambiaria] no es algo
que ellos quieran apurar. Es un resultado de la mecánica de la economía
mundial, derivada a su vez del rol histórico del capitalismo en su
organización. Ahora bien, Estados Unidos puede tener más influencia en la
economía mundial, y evitar una crisis más grave si teje alianzas con China,
pero bajo una condición subordinada. Y es difícil pensar que los
norteamericanos lo vayan a aceptar fácilmente.
Pero quizás sí lo hagan, en alguna medida. Por
ejemplo, en cuanto a la renovación de la deuda de Estados Unidos, el presidente
del Sistema de la Reserva Federal (FED) de ese momento fue semanalmente a China
a discutir el asunto para evitar que China se deshiciera de sus bonos del
Tesoro. Los chinos conservaron sus títulos, pero ya no compraron más. Pero para
convencerlos de que los mantuvieran, Bernanke tuvo que ir semana tras semana a
China, durante 1 mes, 2 meses.
Esto es una subordinación clara, tú depende más
de ellos, que ellos de ti. Los chinos no fueron obligados a comprar más títulos
respaldados en dólares, sino a renovar. Al renovar, China pide exigencias y
condicionamientos. Los acreedores siempre imponen sus propias condiciones,
sobre todo cuando la deuda es muy grande, porque hay un instrumento de poder
muy importante, que es simplemente no pagar.
A nadie le conviene una caída muy fuerte de los
títulos de la deuda pública norteamericana, que ya la hay de hecho, aunque no se
habla mucho de eso. Nadie compra un título de deuda de Estados Unidos por lo
que vale. Cómo vas tú a pagar 100% por un título que representa en realidad 60%
de su valor original, menos aún. Para proteger el dólar es verdad que los
norteamericanos necesitan a los chinos, sí.
Pero también hay que presentar esta situación
desde el otro lado. Los norteamericanos también dependen de China, no es
solamente que los chinos dependan de Estados Unidos. Sí, en cierta parte
dependen. Es que los chinos no tienen interés en una depreciación masiva del
dólar por la enorme cantidad de reservas que poseen, más de 3.3 billones de
dólares. Ese es el gran problema.
Muchos sectores en Estados Unidos quieren una
pelea con China porque aún piensan que son dueños del mundo. Piensan que hay
que imponerse por la fuerza frente a los chinos. Pienso que sería un error muy
grave. Y ese escenario no se desdoblaría solamente en el ámbito financiero.
¿Quién puede controlar esos fenómenos que tú
citaste, y que obligarían a China a valorizar más el yuan? Bueno, China acepta
que tiene que valorizar, pero no lo quieren hacer del todo, no quieren
contribuir a eso. Excepto el sector financiero, ellos sí quieren que China
entre rápidamente en el mercado financiero mundial en calidad de gran potencia.
Cualquiera que sea la salida, creo que no beneficiará a Estados Unidos, en
términos de recuperar su poder en el mundo, más bien será favorable para China…
II Parte
“El gran capital está interesado en destruir la
integración latinoamericana”
Si hay alguien que ha dejado huella en el
pensamiento económico de América Latina es Theotonio dos Santos: científico
social brasileño, catedrático de la Universidad del Estado de Río de Janeiro,
exponente de la Teoría Marxista de la Dependencia y galardonado con el Premio
Economía Marxista 2013 de la Asociación Mundial de Economía Política. Dos
Santos dictó a mediados de febrero una serie de conferencias sobre teorías del
desarrollo como parte de la Cátedra Maestro Ricardo Torres Gaitán que le fue
otorgada por el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM por sus
aportaciones en la materia.
Ariel Noyola Rodríguez consiguió entrevistar a
Theotonio dos Santos durante su estancia en la Ciudad de México y abordó, entre
otros temas, las perspectivas de la economía y el sistema mundial, las
contradicciones del desarrollo capitalista de China, el ascenso del yuan como
divisa de reserva internacional, los desafíos de la integración
latinoamericana, el atasco burocrático del Banco del Sur, el reposicionamiento
regional de Estados Unidos, la crisis del pensamiento económico y los problemas
que enfrenta la izquierda para construir alternativas.
Por su amplia extensión, la publicación de la
entrevista se ha dividido en varias partes. En esta segunda entrega Noyola
Rodríguez explora con dos Santos los desafíos de la integración
latinoamericana, el atasco burocrático del Banco del Sur y el reposicionamiento
de Estados Unidos en la región.
-Ariel Noyola Rodríguez: Hoy sabemos por Andrés
Arauz (representante de Ecuador ante el directorio ejecutivo del Banco del Sur)
que Brasil y Paraguay no han ratificado el acta fundacional del Banco del Sur.
En contraste, vemos que el gobierno de Brasil
está comprometido con el financiamiento del banco de desarrollo de los BRICS
(acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y el Banco Asiático de
Inversiones en Infraestructura (BAII) impulsado por China.
¿En ese sentido, considera usted que Brasil
ejerce más bien un rol sub-imperialista (de acuerdo con la categoría elaborada
por Ruy Mauro Marini), o de qué otra manera podemos explicar que no se interese
en liderar las iniciativas de integración regional mientras que apoya los
proyectos de potencias económicas como China?
-Theotonio dos Santos: La clase dominante
brasileña aspiró realmente a proyectar una política sub-imperialista cuya
congruencia nació de la visión geopolítica de los militares que efectuaron el
golpe de Estado en 1964. Ruy trabajó mucho sobre la visión y el contexto
económico de esa época. En aquel momento nosotros los brasileños teníamos una
economía en expansión con una fuerte posibilidad de influencia sobre la región
pero a través del gran capital, entonces nos teníamos que adaptar a la política
que el gran capital proyectaba.
Pero ocurre que el gran capital ha cambiado
bastante su visión de Brasil, sobre todo en cuanto a su calidad de intermediario.
Hay muchos factores que permitieron eso. Uno de ellos, es la pérdida de
confianza de Estados Unidos para controlar la economía brasileña y también de
diversos grupos empresariales que pensaban que Brasil podía ser una punta de
lanza en la región.
A pesar de todo, Brasil se mantuvo en la década
de los 2000 como un actor que prestó un apoyo fuerte, junto con Venezuela, a la
creación de un aparato de integración en la región. En estos años surge la
Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), que avanza a pesar de todo, porque
realmente hay muchos intereses que buscan sabotearla. El Banco del Sur es otra
iniciativa bastante importante, pero Brasil no lo quiso. Desde el primer
momento Brasil no quería formar parte, pero entró…
El acta fundacional del Banco del Sur se firmó
en diciembre de 2007 en la ciudad de Buenos Aires, sin embargo, la institución
financiera todavía no se ha puesto en marcha por la falta de voluntad política
del gobierno de Brasil.
-Ariel Noyola Rodríguez: ¿El Banco Nacional de
Desarrollo Económico y Social (BNDES) se opone a que el gobierno de Brasil
financie el Banco del Sur?
-Theotonio dos Santos: Así es, el BNDES no
quiere. Porque el BNDES tiene una gran cantidad de recursos, aunque bueno,
también han disminuido. De cualquier forma, el BNDES tiene la capacidad de
financiar una gran cantidad de inversiones en toda América Latina, por eso el
gobierno de Brasil no tiene interés en tener un intermediario a través del
Banco del Sur.
Se desperdició la oportunidad de realizar grandes
inversiones para aprovechar la recuperación de la economía durante los años
2000 gracias a los 300,000 millones, 370, 000 millones de dólares que Brasil
generó de excedentes. Todo ese dinero se metió a las reservas [del banco
central], y gran parte se utilizó en la compra de deuda norteamericana.
Entonces hay un aprisionamiento de tu poder económico. Hemos invertido como
120,000 millones de dólares en bonos del Tesoro de Estados Unidos, es algo
absurdo.
Es un error de visión muy grave. Hay un
pensamiento económico que no ha estado a la altura de los cambios que están
pasando. Brasil no tiene una visión latinoamericana. Lula tenía una visión
distinta, que ahora está siendo atacada muy fuertemente. Con todo, en la fase
actual todas las iniciativas que favorecieron la integración regional en estos
años, fueron iniciativas de interés latinoamericano, más que interés del
capital trasnacional.
Por ejemplo, miremos los acuerdos entre México
y Estados Unidos. Para México representaron muchas inversiones. México tiene
una industria automotriz cuya producción es 70% para exportación. Brasil
también tiene una industria automotriz, pero sólo 30% es para exportación, y
son más o menos iguales.
Entonces para que Brasil vuelva a ser un agente
del gran capital, para que desde ahí se impulse una política, digamos
sub-imperialista, pues se tendría que imponer un gobierno con otra orientación
política, que es lo están buscando hacer. También quieren derrumbar a
Venezuela, y a todos los gobiernos que están comprometidos con los procesos de
integración.
Es un absurdo que sectores de la izquierda vean
la integración como sub-imperialismo. La integración regional nunca será parte
de los intereses del sub-imperialismo, por el contrario. Estados Unidos, que es
el actor imperialista superior, jamás ha defendido una política de integración
regional, ahora está tratando de romperla. El Acuerdo de Asociación
Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) es su nueva aventura. Quieren
cortar la integración sin poder ofrecer nada. Es que los países que se sumaron
al TPP se van a integrar sí, pero solamente con Estados Unidos.
Como en el caso del Tratado de Libre Comercio
de América del Norte (TLCAN): es México con Estados Unidos, y Canadá con
Estados Unidos, pero entre México y Canadá no hay nada, entonces no existe
integración. Y lo mismo se propone con los países de la costa del Pacífico,
ellos no van a fortalecer la integración entre sí, sólo van a aumentar los
negocios que favorecen a Estados Unidos. Pero Estados Unidos no va aumentar la
demanda de productos de esos países, Estados Unidos quiere aumentar la venta de
sus productos porque tiene un déficit comercial extremadamente elevado.
La política de Estados Unidos consiste en
aumentar sus exportaciones, y esa no es la política de ningún país de la
región, todos están interesados en vender hacia Estados Unidos no en comprar,
entonces es una aventura. Pero peor aún, lo que estos países han aumentado de
su nivel de exportaciones, y sí, han conseguido superávit importantes en los
últimos años, es por la mayor demanda del mercado chino, pero el TPP es un
producto anti-China.
El Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP,
por sus siglas en inglés) fue firmado el pasado 3 de febrero en Nueva Zelanda
por 12 países; ahora sus gobiernos tienen la tarea de conseguir su ratificación
en las legislaturas nacionales.
Cómo puedes entrar en un proyecto anti-China,
cuando la única posibilidad que tienes es de expandir las exportaciones hacia
China. Y además, para América Latina significa un proyecto anti-integración, es
muy grave porque la única posibilidad que existe para nuestros países es
apostar por una política de desarrollo regional, un proyecto que
lamentablemente los gobiernos aún no han sido capaces de asumir por completo.
Y nada de eso está en el esquema del gran
capital, nada de eso quiere el gran capital, pueden adaptarse sí. Pero no es el
mismo fenómeno el que estamos viviendo ahora que lo que pasó en la década de
1960. El sub-imperialismo es un potencial, pero no es el camino para el gran
capital en este momento. El gran capital está en el camino de romper de forma
radical las ventajas que la integración puede proporcionar a la región.
-Ariel Noyola Rodríguez: En efecto, Washington
ha intentado recuperar su protagonismo económico y política en América Latina y
para ello está impulsando varias iniciativas de integración acordes con los
intereses de las empresas norteamericanas.
En cuanto a la Alianza del Pacífico (integrada
por Chile, Colombia, México y Perú), llama mucho la atención que Michelle
Bachelet haya propuesto establecer un "puente" que les permita
converger con el Mercado Común del Sur (MERCOSUR, incluye a Argentina, Bolivia,
Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela). Mauricio Macri, el nuevo presidente de
Argentina, apoya la idea. ¿Cuáles serán sus pretensiones?
Y por otro lado tenemos el TPP (conformado por
12 países con Estados Unidos a la cabeza), un proyecto que busca aislar
económicamente a China tanto en América Latina como en Asia-Pacífico. ¿Qué
tanto poder de influencia tienen estas 2 iniciativas en nuestra región?
-Theotonio dos Santos: Son políticas suicidas.
Bueno, el gran capital está interesado en destruir la integración
latinoamericana. Macri está en contra de la integración, él hace todo para
impedir la integración, incluso planteó la salida de Venezuela del MERCOSUR.
De parte de Bachelet es diferente, porque ella
y su ministro de Relaciones Exteriores desde el primer momento no se sumaron a
la Alianza del Pacífico para ir en contra de la integración latinoamericana. La
Alianza [del Pacífico] ya estaba, digamos, avanzada, no tenía mucho sentido
intentar cambiarla. El problema es que no van a conseguir nada con la Alianza
del Pacífico ¿Qué van a ganar?
-Ariel Noyola Rodríguez: En el ámbito de las
finanzas los integrantes de la Alianza del Pacífico presumen haber avanzado en
la construcción de un mercado de capitales común, el Mercado Integrado
Latinoamericano (MILA).
El propósito de este instrumento es promover la
integración bursátil trasnacional de las bolsas de valores de Chile, Colombia,
México y Perú para de esta forma, crear un patrimonio único que según ellos,
puedan competir frente a frente con la bolsa de valores de São Paulo…
-Theotonio dos Santos: Sería interesante
observar este fenómeno, pero dudo mucho que estos países lo consigan. Estados
Unidos no tiene capital, tiene deuda, una deuda pública equivalente al tamaño
de su Producto Interno Bruto (PIB), aunque pueden crear más deuda. ¿De dónde va
a sacar recursos Estados Unidos para invertir en eso? ¿De dónde va a sacar
plata Chile?
Los capitalistas brasileños están metidos en la
bolsa porque tienen que estar, aunque muchos partieron al exterior porque
prefieren manejar recursos desde otras latitudes. No veo cómo va a poder
funcionar ese mercado de capitales que mencionas. En Brasil no se conoce mucho
sobre eso.
Sí, es probable se estén preparando para entrar
en una dura competencia con Brasil. Puede ser. Pero no les veo un gran
potencial, no creo que ellos tengan recursos. Habría que ver con más detalle
todo esto. La verdad es que no pensaba que estos gobiernos [de la Alianza del
Pacífico] podrían llegar a un grado de delirio tan grande. Están proponiendo
cosas que no pueden hacer.
¿Qué tienen estos países como alianza? Lo
normal, lo que les brinda la integración latinoamericana en general. ¿Pero
ellos qué van a aportar a la región? Como grupo no hay mucho, hasta ahora han
tenido que votar las iniciativas de integración que tienen un sentido más
positivo. En la pasada Cumbre de las Américas, la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) exigió que Cuba estuviera presente, de lo
contrario no habría Cumbre. No pudieron los países de la Alianza imponer una
política independiente de la CELAC.
Estados Unidos los está usando para promover
una política anti-china. ¿Qué quieren? ¿Qué dejen de exportar a China? Lo que
hay detrás de esto, como en Oriente Medio, es que quieren destruir cualquier
fuerza que se oponga a las políticas de Estados Unidos, un país que en efecto,
como fuerza destructiva todavía tiene un poder muy grande a través de este tipo
de alianzas, pero como fuerza constructiva, como un agente articulador de una
nueva economía, no le veo influencia por ningún lado…
Ariel Noyola Rodríguez es economista por la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Twitter: @noyola_ariel.
Rebelión ha publicado este artículo con el
permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su
libertad para publicarlo en otras fuentes.
Jueves, 03/03/2016
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